All the young dudes - español

By zszyam

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¡ESTA HISTORIA NO ES MÍA, PERTENECE A MsKingBean89 EN AO3, SOLO LA TRADUZCO Y ADAPTO! Historia completa (los... More

Capitulo 1: Primer año: St Edmund's
Capítulo 2: Primer año: El expresso de Hogwarts
Capitulo 3: Primer año: Las elecciónes
Capitulo 4: Primer año: Luna llena
Capitulo 5: Primer año: Pociones
Capitulo 6: Primer año: Venganza
Capitulo 7: Primer año: Merodeadores
Capitulo 8: Primer año: Secretos
Capitulo 9: Primer año: Cicatrices
Capitulo 10: Primer año: Historia
Capítulo 11: Primer año: Cumpleaños, libros y los Beatles
Capitulo 12: Primer año: Navidad 1971
Capitulo 13: Primer año: Lectiuncula Magna
Capitulo 14: Primer año: La broma
Capitulo 15: Primer año: Consecuencias
Capitulo 16: Primer año: Astronomía
Capitulo 17: Primer año: Doce
Capitulo 18: Primer año: Revisión
Capitulo 19: Primer año: Fin de la escuela
Capitulo 20: Verano 1972
Capitulo 21: Segundo año: Regulus Black
Capitulo 22 Segundo año The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From
Capitulo 23: Segundo año: Hermandad
Capitulo 24: Segundo año: Pociones, de nuevo
Capitulo 25: Segundo año: horas después
Capitulo 26: Segundo año: Quidditch
Capitulo 27: Segundo año: Un compromiso de cumpleaños
Capitulo 28: Segundo año: Suposiciones
Capitulo 29: Segundo año: Luna de Diciembre
Capitulo 30: Segundo año: Navidad con los Potter
Capitulo 31: Segundo año: Sirius regresa
Capitulo 32: Segundo año: Gryffindor vs Slytherin
Capitulo 33: Segundo año: Descubrimientos
Capitulo 34: Segundo año: Trece
Capitulo 35: Segundo año: ¿Que hay en un hombre?
Capitulo 36: Amor y matrimonio
Capitulo 37: Segundo año: Exámenes
Capitulo 38: El largo último día (parte 1)
Capitulo 39: Segundo año: El largo último día (parte 2)
Capitulo 40: Verano 1973
Capitulo 41: Tercer año: De vuelta a casa
Capitulo 42: Tercer año: Animales fantásticos
Capitulo 43: Tercer año: El mercado negro de Hogwarts
Capitulo 44: Tercer año: Hogsmeade
Capitulo 45: Tercer año: Noble y más antigua
Capitulo 46: Tercer año: El Slung club
Capitulo 47: Tercer año: James Potter y la mierda abultada de elefante
Capitulo 48: Tercer año: Sirius cumple catorce
Capitulo 49: Tercer año: Conozcase usted mismo
Capitulo 50: Tercer año: Philomena Pettigrew
Capitulo 51: Tercer año: The man who cried wolf
Capitulo 52: Tercer año: Confianza
Capitulo 53: Tercer año: Davey Gudgeon
Capitulo 54: Tercer año: Marlene
Capitulo 55: Tercer año: Greyback
Capitulo 56: Verano 1974
Capitulo 57: Cuarto año: Una tormenta en camino
Capitulo 58: Cuarto año: Competencia
Capitulo 59: Cuarto año: Septiembre
Capitulo 60: Cuarto año: Octubre
Capitulo 61: Cuarto año: Noviembre (parte 1)
Capitulo 62: Cuarto año: Noviembre (parte 2)
Capitulo 63: Cuarto año: Diciembre
Capitulo 64: Cuarto año: Navidad
Capitulo 65: Cuarto año: Enero
Capitulo 66: Cuarto año: Febrero (parte 1)
Capitulo 67: Febrero (parte 2)
Capitulo 68: Cuarto año: Marzo
Capitulo 69: Cuarto año: Abril
Capitulo 70: Cuarto año: Separaciones
Capitulo 71: Cuarto año: Junio
Capítulo 72: Verano 1975
Capítulo 73: Quinto año: dinero
Capítulo 74: Quinto Año: Dolor
Capítulo 75: Quinto Año: La sorpresa
Capítulo 76: Quinto Año: Moony & amigos
Capítulo 77 : Quinto Año: Hermoso
Capítulo 78 : Quinto Año: Deseando y Esperando
Capítulo 79 : Quinto Año: Luna celosa
Capítulo 80 : Quinto Año: Fue la noche antes de Navidad
Capítulo 81: Quinto año: imperdonable
Capítulo 82: Quinto año: Consecuencias
Capítulo 83: Quinto año: Enero
Capítulo 84: Quinto año: Sentimientos heridos
Capítulo 85: Quinto año: Bombas de estiércol y armario de escobas
Capítulo 87: Quinto año: La mañana siguiente
Capítulo 88: Quinto año: Punto muerto
Capítulo 89: Quinto año: La semana anterior
Capítulo 90: Quinto año: Búhos
Capítulo 91: Quinto año: La semana después
Capítulo 92: Quinto año: Cierre
Capítulo 93: Verano 1976: Londres
Capítulo 94: Verano 1976: Los Potter
Capítulo 95: Verano 1976: Charlas de Paz
Capítulo 96: Sexto año: Septiembre
Capítulo 97: Sexto año: Octubre
Capítulo 98: Sexto año: Halloween
Capítulo 99: Sexto año: Fiestas y pústulas
Capítulo 100: Sexto año: Límites
Capítulo 101: sexto año: Nueva normalidad
Capítulo 102: sexto año: tartas de carne picada
Capítulo 103: sexto año: Doce noches
Capítulo 104: Sexto año: Mala luna ascendente
Capítulo 105: Sexto año: Derramando secretos
Capítulo 106: Sexto año: Una larga noche
Capítulo 107: sexto año: Negociaciones
Capítulo 108: Sexto año: Mary, Mary
Capítulo 109: Sexto año: Heniokhos
Capítulo 110: Sexto año: Diecisiete
Capítulo 111 : Sexto Año: Separación
Capítulo 112 : Sexto Año: Apariciones
Chapter 113: Sexto Año: La caja
Chapter 114: Verano 1977: Parte uno
Chapter 115: Verano 1977: Parte dos
Chapter 116: Verano 1977: Parte tres
Capítulo 117 : Verano 1977: Parte cuatro
Capítulo 118 : Verano 1977: Parte cinco
Capítulo 119: Séptimo Año: De regreso a la escuela.
capítulo 120: séptimo año: truenos
capítulo 121: séptimo año: compra de plumas
capítulo 122: séptimo año: la mente maestra
capítulo 123: séptimo año: el caer de la oscuridad
capítulo 124: Séptimo Año: Navidad (Parte uno)
capítulo 125: séptimo año: navidad (parte dos)
capítulo 126: séptimo año: navidad (parte 3)
Capítulo 127: Séptimo año: responsabilidades
Capítulo 128: Séptimo año: Preparación
Capítulo 129: Séptimo año: Instinto
Chapter 130: Séptimo año: Castor
Capítulo 131: séptimo año: interludio
Capítulo 132: Séptimo año: Víctimas
Capítulo 133: Séptimo año: domingo por la tarde
Capítulo 134: Séptimo año: San Valentín 1978
Capítulo 135: Séptimo año: bromas internas del Merodeador
Capítulo 136: Séptimo año: Juegos mentales
Capítulo 137: Séptimo Año: Remus el mártir
Capítulo 138 : Séptimo Año: Esperanza
Capitulo 139: Séptimo Año: Borrachos
Chapter 140: Séptimo Año: Ideas brillantes
Capítulo 141: Séptimo año: Star star
Capítulo 142 : Séptimo Año: Visitas al hospital
Capítulo 143 : Séptimo Año: Colapso
Capítulo 144 : Séptimo Año: Decisiones
Capítulo 145 : Séptimo Año: Lo que nos falta
Capítulo 146 : Séptimo Año: Superego
Capítulo 147 : Séptimo Año: Noche y día.
Capítulo 148: Séptimo Año: La final
Capítulo 149 : Séptimo Año: Legado, parte uno.
Capítulo 150: Séptimo Año: Legado, parte dos.
Capítulo 151 : La guerra: Julio, 1978.
Capítulo 152 : La guerra: Infiltración
Capítulo 153 : La guerra: Frente interno
Capítulo 154: La guerra: Otoño, 1978
Capítulo 155: La guerra: Invierno, 1978-1979
Capítulo 156: La guerra: El Cuartel General del Auror
Capítulo 157: La guerra: Manada
Capítulo 158: La guerra: Cautivo
Capítulo 159: La guerra: Sumisión
Capítulo 160: La guerra: Infantería
Capítulo 161: La guerra: Luna sangrienta
Capítulo 162: La guerra: La historia de Moony
Capítulo 163: La guerra: Finales de la primavera, 1979
Capítulo 164: La guerra: Verano de 1979
Capítulo 165: La guerra: Dulce et Decorum est
Capítulo 166: La guerra: Otoño, 1979
Capítulo 167: La guerra: Invierno, 1979
Capítulo 168: La guerra: Primavera y verano de 1980
Capítulo 169: La guerra: Otoño e invierno 1980
Capítulo 170: La guerra: Invierno de 1980 y primavera de 1981
Capítulo 171: La guerra: Triaje
Capítulo 172: La guerra: Verano, 1981
Capítulo 173: La guerra: Otoño, 1981
Capítulo 174: Armisticio
Capítulo 175: 1982
Capítulo 176: 1983
Capítulo 177: 1985
Capítulo 178: 1986
Capítulo 179: 1987
Capítulo 180: 1989
Capítulo 181: 1990
Capítulo 182: 1991
Capítulo 183: Verano 1993
Capítulo 184: Verano 1994
Capítulo 185: Principios de 1995
Capítulo 186: Verano 1995: Grant
Capítulo 187: Verano 1995: Sirius
Capítulo 188: Hasta el final

Capítulo 86: Quinto año: Dulces dieciséis

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By zszyam

Martes 9 de Marzo de 1976

Fue un milagro de proporciones épicas que ninguno de ellos fuera atrapado, y aún más milagroso fue que su broma se desarrollara sin problemas al día siguiente, lo que resultó en una mañana libre de lecciones mientras Filch lidiaba con el terrible hedor. El resto de las clases se llevaron a cabo al aire libre en los terrenos bajo el sol de principios de primavera, lo que, en lo que respecta a los merodeadores, fue una victoria.

Además, Sirius apenas pudo contener su alegría cuando todos regresaron a sus salas comunes esa noche para encontrar un aviso pegado al tablero de corcho recordando a los estudiantes que los perros no estaban en la lista aprobada de mascotas en Hogwarts. Esto causó una gran confusión entre el resto de la población estudiantil, por supuesto.

— ¡Nunca he visto un perro! ¿Quién tiene un perro?

— ¡Si uno de los Slytherin tiene un perro, entonces quiero traer a mi conejo de casa!

— Creo que he visto uno en los jardines, en realidad, ¿Tal vez sea uno callejero?

No hace falta decir que Sirius y James estaban en su elemento.

— ¡Lo olfatearé! — Sirius anunció.

— ¡Apuesto a que está justo debajo de nuestras narices! — James rió.

— ¡Podría estar más cerca de lo que pensamos!

Remus también se rió, tratando de disimular su malestar. Sirius hasta ahora no había dicho nada sobre la media hora en el armario de escobas. Remus solo podía asumir que:

        a) Sirius no había encontrado nada fuera de lo común, y de hecho Remus una vez más estaba pensando demasiado (probablemente), o;

        b) Sirius ahora sabía todo sobre Remus, sus deseos más oscuros y sus secretos más profundos, y prefería no abordarlo porque todo era demasiado vergonzoso (menos probable, pero más aterrador).

En cualquier caso, Remus se dedicó a sus tareas escolares, a sus deberes de prefecto y, en general, a ser un estudiante modelo. Esto al menos le aseguró a él estar fuera del camino de Sirius, Sirius evidentemente había decidido hacer todo lo contrario.

Por supuesto, nunca había sido exactamente el mejor en seguir las reglas. Pero incluso James admitió que este año Sirius parecía estar intentando algún tipo de récord. Estaba en detención casi todas las noches, rara vez completaba su tarea (a pesar de que podía hacerlo con un brazo atado a la espalda, si quería) y dividía el resto de su tiempo entre hacer travesuras y ver hasta dónde podía llegar su lengua por la garganta de Mary MacDonald. No es que a Mary pareciera importarle mucho.

Eso estaba bien. Así era como debería ser.

Sin embargo, no era fácil. Más allá de que era un gran alivio estar lejos de la única persona con la que no podía ser sensato, Remus también encontraba muy angustiante estar lejos de la única persona con la que no podía ser sensato. Marlene y Lily eran encantadoras, amables, divertidas, inteligentes y generosas. Pero eran un pobre sustituto de los merodeadores.

Incluso intentó pasar un poco más de tiempo hablando con Christopher, haciéndole preguntas sobre su hogar o la música que le gustaba. Fue peor de lo que esperaba. Christopher era un mago sangre pura, que no sabía nada de música muggle, y no parecía estar tan interesado en escucharla. Además de eso, se había dado cuenta de su error al estropear la sorpresa de cumpleaños de Remus y no dejaba de disculparse, lo cual era increíblemente molesto.

Remus ya le había prometido a James que actuaría sorprendido cuando la fiesta se revelara en su honor. Había tratado de convencerlos a todos de que no lo hicieran, por supuesto, pero había estado pidiendo moderación desde el primer año y sabía que probablemente no lo conseguiría.

— ¡No hagas un escándalo por mi parte! — Dijo, en la cena de la mañana anterior — Lily se volverá loca...

— Incorrecto — dijo James con aire de suficiencia — ¡Lily envió la mitad de las invitaciones!

— ¿Invitaciones?

— Sí, hemos tenido muchos interesados. De hecho, hemos considerado ponerle un precio a la entrada. — Sirius explicó, sus ojos brillando a través de la mesa.

Remus miró su comida, rápidamente. Había decidido no volver a hacer contacto visual con Sirius nunca más. No sería fácil, pero era la única forma; de esto estaba convencido.

— Tu pequeña pandilla de la biblioteca quería venir —  continuó James — Y no todos son Gryffindors, así que tuvimos que abrirla a otras casas... luego está este grupo extraño de séptimo año que dijo que eres una 'leyenda total '- No tengo idea de qué se trata, ¿Tienes una doble vida secreta o algo así, Moony?

Remus se encogió de hombros. Todavía tenía algunos estudiantes pidiendo cigarrillos, aunque ya no los vendía. Sin embargo, por lo general no le importaba prestar maricones, siempre y cuando finalmente se los reembolsaran.

— Bueno, de todos modos — James se subió las gafas por la nariz — Simplemente tienes demasiados fans, Moony, y no podemos defraudarlos a todos en poco tiempo, ¿verdad?

— Bien. Sin embargo, nada de beber. — Remus suspiró. — Es una noche de escuela.

...

Miércoles 10 de Marzo de 1976

Llovió, la mañana del cumpleaños de Remus, pero no podía importarle menos. Se despertó con una pila de regalos de los Potter: todo tipo de cosas hermosas como dulces y un pastel de cumpleaños horneado en casa, además de una agenda encuadernada en cuero fino y una pluma a juego. Había tarjetas de todo el mundo, incluida una del profesor Ferox, que hizo que Remus se sonrojara de arriba abajo.

En el desayuno, los merodeadores dirigieron a casi toda la escuela en una interpretación de 'feliz cumpleaños' que terminó con cinco coros antes de que Remus intentara gatear debajo de la mesa para escapar. Los Slytherin fruncieron el ceño, con cara de piedra, y en un ataque de alegría de vivir de cumpleaños, Remus le sacó la lengua a Snape.

Los merodeadores luego apilaron su plato con una rebanada de pan tostado por cada aderezo disponible y entregaron sus propios regalos. Sirius y James estaban en sus túnicas de quidditch listos para una práctica matutina antes de las lecciones.

— ¿Tenemos que hacerlo, Potter? — Marlene gimió, mirando hacia el techo encantado que era gris y lloviznaba.

— Sí, si queremos ese trofeo — James afirmó, sirviéndole otra taza de café. — Y de nuevo, después de la última campana, antes del... ya sabes qué. — Le guiñó un ojo a Marlene de manera tan elaborada que Remus casi se echa a reír.

— Sutil, Potter. — Marlene enarcó una ceja.

— Bien, tengo que llegar a la biblioteca — dijo Mary alegremente, levantándose del regazo de Sirius — Tengo que devolver ese libro de Adivinación antes de que Pince llame para que me cuelguen, tiren y descuarticen.

— ¿Nos vemos después del segundo entrenamiento de quidditch? — Preguntó Sirius, todavía sosteniendo a Mary por las caderas.

— No — negó con la cabeza, los rizos rebotando — Estoy realmente atrasada en Historia, pensé en pasar por una de las clases de Remus.

— Sesiones de estudio. — Remus corrigió, rápidamente, con cuidado de no mirar a la pareja por mucho tiempo.

— Lo que usted diga, profesor Lupin — le sonrió con descaro.

— Oi — Sirius tiró de ella para reclamar su atención — ¿Pensé que te ibas a sentar en las gradas de quidditch y hacer tu tarea?

— Bueno, dije que podría — Mary se liberó — Pero está helado hoy, y Remus es muy bueno para explicar...

— Bien — Sirius dijo, enojado, sacudiendo su cabello y cruzando los brazos. — Haz lo que quieras, no me importa.

— Oye, no empiece conmigo, Sr. Black. — Mary frunció el ceño — Perderás, te lo prometo.

Sirius no miró hacia arriba. Mary puso una mano en su cadera, —¿Entonces un beso de despedida?

Sirius no se movió. El rostro de Mary se ensombreció. — Bien — Ella espetó, con un pequeño golpe de su pie. — Te veré cuando se me de la gana — Y se marchó.

Todos los demás en la mesa miraron a su alrededor con torpeza, y ahora Remus no era el único que evitaba la mirada de Sirius. Afortunadamente, Sirius estaba, por una vez, en sintonía con los sentimientos de los demás y se puso de pie.

— Nos vemos en el campo. — Le murmuró a James mientras salía de la habitación, con las túnicas rojas moviéndose detrás de él.

— Bien. — Marlene dijo: — No puedo esperar a escuchar sobre eso durante las próximas dos semanas. Espero que se recuperen pronto.

Todos en la mesa estuvieron de acuerdo.

...

— La cosa es —le dijo Mary a Remus más tarde esa noche, mientras se pintaba las uñas de un rojo oscuro y malvado— Sirius y yo tenemos personalidades tan fuertes, ¿sabes? En Witch Weekly, dicen que eso significa que nuestra relación es muy apasionada.

— Mm. — Respondió Remus, tratando de desconectarse mientras empezaba a trazar líneas para su carta de Astronomía.

— Y, obviamente, la pasión es realmente buena, en una relación — continuó, soplándose las uñas. — Quiero decir... es realmente buena, ese lado de las cosas. — Sonrió para sí misma, de esa manera horrible, engreída, satisfecha y feliz que siempre hacía cuando hablaba de Sirius. — Pero él necesita aprender que yo tengo mi propia vida, ¿sabes? Quiero decir, ¡Son los setenta!

— Sí, genial. — Remus asintió, sin mirar hacia arriba.

— ¿Remus? — Christopher apareció a su lado — ¿Estás haciendo un mapa de estrellas? ¿Puedo ver?

— Realmente no soy tan bueno en Astronomía, Chris — respondió Remus, tratando de concentrarse en sus líneas — Es mejor que leas el libro de texto.

— ¡Oh no, apuesto a que eres genial!

— Realmente no soy-

— ¿Remus? — Mary dijo, inclinándose sobre el escritorio, moviendo su regla y untando la más pequeña mancha de esmalte de uñas rojo en su pergamino — ¿Me estás escuchando? Pregunté si sabías por qué Sirius...

— ¡Lupin, Lupin! — Un tercer año salió corriendo del agujero del retrato — Perdí tus notas sobre unicornios, lo siento mucho, pero...

— Hola Lupin, ¿Puedo quemar un cigarro? — Apareció un sexto año.

Remus arrugó la cara. Un dolor sordo había comenzado detrás de sus ojos.

— ¡¿Pueden todos, por favor, estar callados ?! — Dijo, mucho más bruscamente de lo que pretendía. Miró hacia arriba y vio a todos mirándolo, con los ojos ligeramente abiertos. — Eh... me duele la cabeza, voy a acostarme. — Él se levantó.

— ¡Oooh! — Mary dijo, poniéndose de pie también: — ¡No puedes! Lo siento, Remus, pero los chicos están ahí arriba planeando... eh... quiero decir haciendo... eh... quiero decir... —Se mordió el labio— Se suponía que debía mantenerte aquí abajo...

Remus respiró hondo.

— Okay. Entonces iré a la enfermería.

Rechazó todas las ofertas para escoltarlo, apresurándose lo más rápido posible, el cráneo palpitando enfermizamente a cada paso. No era bueno, tendría que empezar a ser descortés con la gente, por el bien de su propia cordura, al menos. ¿Desde cuándo se había convertido en el mejor amigo de todos, de cualquier forma? ¿No era el mismo mocoso escuálido y mezquino que siempre había sido?

El fresco silencio de la enfermería era tan reconfortante que Remus podría haberse echado a llorar. Por mucho que se sintiera como en casa en el cálido resplandor rojo de la sala común de Gryffindor, era en los grises suaves y tranquilos de la enfermería donde Remus recordó por primera vez sentirse verdaderamente en paz en Hogwarts. Se quedó allí disfrutando por un momento, con los ojos cerrados. Si pudiera quedarse ahí toda la noche...

— Hola, Remus querido — sonrió Madam Pomfrey, saliendo de su oficina — ¿Todo bien?

— Yo er...

Oh no. Realmente iba a llorar. Tragó con impotencia y se llevó el puño a la frente.

— ¿Remus? — La enfermera se acercó un poco más rápido, frunciendo el ceño con preocupación. Ella todavía era un poco más alta que él, pero estaban cara a cara, más o menos.

— Lo siento — jadeó, su voz tensa y extraña mientras luchaba por contener las lágrimas — tengo ... tengo un dolor de cabeza.

— Siéntate — dijo Madame Pomfrey suavemente, señalando el sillón más cercano, junto a una cama desocupada. — Tengo una cosa para eso.

Ella llamó a un pequeño frasco de peltre de su oficina. Voló a su palma y ella lo descorchó y se lo dio. — Toma dos buenos tragos de eso, no te preocupes, es agradable y dulce. — Sus ojos brillaron un poco.

Remus bebió la poción y sintió que toda la tensión y el dolor abandonaban su cuello y cabeza a la vez, como si el agua fluyera de nuevo.

— Gracias — agachó la cabeza, su voz todavía era espesa. — Lo siento. Una reacción exagerada.

— Querido Remus — dijo Madame Pomfrey — Te conozco desde hace cinco años, y ni una sola vez has reaccionado exageradamente. ¿Estás seguro de que estás bien?

— Sí, mejor ahora, gracias.

— ¿Quiero decir en general? — Ella presionó: — Escuché que has estado quemando la vela en ambos extremos, haciendo largas horas en la biblioteca, y tienes tus deberes de prefecto, y tu... bueno, tu salud.

— Estoy bien — Remus se frotó los ojos con fiereza. — Honestamente. Solo... quizás solo cansado. Me iré a la cama ahora.

— Feliz cumpleaños, Remus — dijo la medibruja, mientras se levantaba para irse.

— Gracias — Él asintió cortésmente. Pero luego hizo algo muy extraño. Ella se acercó y lo abrazó. Muy apretado y no por mucho tiempo. Fue encantador.

— Cuídate. — Dijo ella mientras se marchaba.

Regresó lentamente y deseó tener una capa de invisibilidad para ello. Podía hacerlo sin que Severus lo siguiera, o sin tener que romper una pelea de maleficios entre dos de primer año muy ineptos. Cuando finalmente llegó al hueco del retrato de la Torre de Gryffindor, realmente le apetecía una noche de sueño temprano. Pero, por supuesto, los merodeadores tenían otros planes.

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS REMUS! — Toda la sala común explotó tan pronto como apareció.

Habían hecho un trabajo increíble. Había serpentinas colgando de cada viga, retrato y riel para cuadros, y confeti generosamente esparcido sobre todo lo demás. Los estudiantes y amigos de Remus de todas las casas y grupos de año le devolvieron la sonrisa, una bandada de hadas reales revoloteaban sobre sus cabezas. Las mesas estaban repletas de bocadillos, tartas, empanadas y pasteles, así como un tazón enorme de ponche de aspecto muy sospechoso.

Sonrió lo más ampliamente que pudo al entrar en la habitación.

— ¡Oh Dios mío! — Dijo, esperando estar haciendo una buena cara de 'sorprendido' — ¡Están locos!

Se rieron y lo llevaron con entusiasmo a la habitación, donde se encontró rodeado de vítores, palmaditas en la espalda y deseos de cumpleaños. El tocadiscos comenzó a sonar y la fiesta de cumpleaños número dieciséis de Remus comenzó en serio.

— Creo que esto es más grande que la fiesta de Sirius — dijo James, entregándole a Remus una taza del ponche de aspecto violáceo — No le digas que dije eso.

— No sé por qué toda esta gente está aquí... — respondió Remus, mirando a su alrededor asombrado. Todos de cada una de sus clases; su grupo de estudio, algunas personas con las que solo había hablado unas pocas veces antes.

— Porque eres Moony, obviamente. El rostro aceptable de los merodeadores. — James le dio un codazo. — Vaya, mira a Evans...

Lily se veía preciosa, con una minifalda de color granate oscuro y sandalias de cuña alta. Estaba bailando con Marlene y Mary en un pequeño grupo de tres, riendo y levantando las manos por encima de la cabeza.

— Por favor, dime que alguien ha confiscado tu escoba esta noche. — Remus le dijo a James, quien se rió afablemente.

— No te preocupes, no estoy planeando estar borracho de nuevo en el corto plazo. Voy a intentar jugar duro de conseguir esta noche.

— Ella lo agradecerá. — Remus respondió.

Escaneó la habitación en busca de Sirius, que parecía haber desaparecido. Allí estaba Peter, acurrucado en un sillón con Desdemona. Por allá estaba Christopher, teniendo una conversación muy seria con una chica de tercer año de Ravenclaw, ocasionalmente levantando la vista para sonreírle a Remus. El resto del equipo de quidditch de Gryffindor estaba acurrucado alrededor de la chimenea, desafiándose entre sí a tomar shots cada vez más fuertes. Nada de Sirius.

James debió haberlo visto mirar.

— Está deprimido en alguna parte, por Mary. — Explicó: — Le dije que si no se animaba de una puta vez, entonces que no viniera aquí a molestar a todos los demás. Le he llevado algunos tragos, pero no está funcionando.

— Correcto. ¿Todavía no se han reconciliado, entonces? — Remus miró a Mary, aún bailando, que había llamado la atención de casi todos los chicos de la habitación.

— No lo parece. Pensé que tal vez el amor duro ayudaría, pero no soy tan bueno como tú. Así que está de mal humor. Pero no le hagas caso, Moony, ¡Disfruta de tu fiesta!

Lo intentó. El pastel que la Sra. Potter había enviado era glorioso: chocolate rico y pesado con glaseado blanco y cientos y miles de varios colores. Las velas estaban encantadas para arder toda la noche sin gotear cera, y solo se apagaron por unos momentos después de que Remus las sopló. Él no bailaba, aunque Marlene y Lily trataron de arrastrarlo hasta la pista un par de veces, pero si se balanceó, dando las gracias a la gente por venir, y teniendo charlas bastantes agradables con los de séptimo año sobre los EXTASIs que debería tomar.

— Deberías ser profesor. — Uno de ellos dijo, lo que Remus pensó que era muy amable, pero completamente loco.

Debía de estar cerca de la medianoche cuando se palpó el bolsillo trasero en busca de su paquete de cigarrillos y descubrió que faltaban. Suspirando, consideró dejarlo, pero ya había bebido suficiente, y realmente quería fumar más que nada. Todavía había una caja en el fondo de su baúl, si Sirius no la hubiera pellizcado. Decidió ir a buscar.

A mitad de las escaleras, se topó con James de nuevo.

— Lo siento, Moony — dijo el chico de cabello negro, luciendo un poco borracho y un poco molesto. — Él está bajando, ahora.

Remus miró por encima del hombro de James para ver a un Sirius de rostro hosco siguiéndolo por las escaleras.

— No te vas a la cama, ¿verdad? — Preguntó James.

— No — Remus negó con la cabeza, casi se queda mudo — Cigarrillos.

— Sucio hábito. — James dijo con una sonrisa torcida. Miró por encima del hombro — Vamos, Black.

— Solo un segundo — dijo Sirius, mirando a Remus — Solo quiero decirle feliz cumpleaños a Moony.

— Bien, pero date prisa. — James dijo, arrastrando las palabras — Remus, dile que se trague su estúpido y sangriento orgullo y que baje allí y besuquee a Mary, ¿eh?

— Ok, Prongs.

James empujó la puerta para abrirla, y durante unos segundos la luz y el ruido invadieron la escalera, antes de volverse a silenciar mientras cerraba la puerta detrás de él. Sirius y Remus estaban solos.

— Feliz cumpleaños, Moony. — Dijo Sirius, bajando unos escalones para estar al nivel de Remus.

— Salud — sonrió Remus, tan casualmente como pudo. — ¿Eh... estás bien?

— Sí, bien. — Dijo Sirius, aunque claramente era una mentira. Estaba jugando con una copa vacía. — Lo siento si arruiné tu fiesta.

— No lo hiciste. Ha sido genial.

— Que bueno.

Silencio. Sirius miró hacia abajo, luego a Remus de nuevo. — James reconoce que tengo que ser yo quien haga las paces con Mary.

— Probablemente sea una buena idea.

— ¿Eso crees?

— ¿Bueno sí? — Remus estaba confundido. — Tú… um. Te gusta Mary, creo.

Sirius se encogió de hombros, mirando a Remus de nuevo, sus ojos azul oscuro, salpicado de plata afilada y helada. Sus labios estaban brillantes y rojos por la bebida, y tenía esa mirada un poco petulante que tenía cuando no estaba sonriendo. Remus casi quería apartar la mirada, era tan hermoso. No podía estar bien, eso de estar mirándose el uno al otro así. Posiblemente no podría terminar bien.

— Me gusta Mary. — Dijo Sirius, inclinándose un poco hacia adelante. Remus podía sentir su aliento en su piel.

— ve y besala entonces , tu tonto idiota. — Remus dijo, apresuradamente, tratando de retroceder pero chocando contra la pared detrás de él. Realmente era una escalera tan estúpidamente estrecha, como el armario de las escobas de nuevo.

— Lo haré — dijo Sirius, mordiéndose un poco el labio. Oh Dios, pensó Remus. — Lo haré, en un minuto.

Remus tragó.

— ¿Alguna vez has besado a alguien, Remus?

— No, sabes que no lo he hecho. — La mentira llegó fácilmente ahora.

Sirius asintió con la cabeza, mirándolo de nuevo, con esa mirada directa y conocedora.

—Realmente no da tanto miedo como crees. — Dijo Sirius.

Remus no pudo soportarlo.

Puede que nunca sepa lo que le sucedió en ese momento. Todo era demasiado y agarró la nuca del otro chico y tiró de él hacia adelante, presionando sus labios con fuerza contra los de Sirius. Fue aterrador y asombroso. Más aún cuando Sirius comenzó a devolverle el beso, abriendo los labios y permitiendo que Remus deslizara su lengua dentro. Todo fue a la vez sorprendente, increíble y familiar. No podía pensar, como si todos los transmisores de su cerebro hubieran tenido un cortocircuito a la vez, burbujeando y estallando; enviando chispas. Sí, era el único pensamiento coherente que tenía; si si si si .

Volvieron a sus sentidos simultáneamente, ambos alejándose. Remus retiró su mano, Sirius lo miró con los ojos muy abiertos. Remus miró hacia otro lado primero.

— Será mejor que… — Sirius se dirigió hacia la sala común.

— Sí, solo estaba... — Remus retrocedió y subió las escaleras.

Sirius desapareció hacia la fiesta y Remus exhaló profundamente, sintiendo que podría hundirse en el suelo. Se pasó los dedos por el pelo y se secó la boca. Se frotó los ojos y luchó contra el impulso de golpear la pared. ¡¿A qué había estado jugando?! Sirius pensaría que estaba completamente loco, o algo peor. Nunca antes había hecho algo así. Quizás estaba loco.

Tenía que pedir perdón. Tenía que hacer las cosas bien, antes de que Sirius se lo dijera a James, antes de que todos lo supieran.

Remus se enderezó la camisa y bajó las escaleras, esperando alcanzar a Sirius para disculparse, para explicarse de alguna manera. Volvió a entrar en la sala común, todavía vibrante de luz y música, y vio algo que lo hizo detenerse. Se echó hacia atrás, incapaz de apartar la mirada.

Sirius estaba besando a Mary.

La hizo empujar contra la repisa de la chimenea de mármol, y parecía como si se estuviera empujando contra él con la misma ferocidad, sus cuerpos apretados juntos, las cabezas balanceándose. Sus brazos estaban alrededor de su cuello, sus delgados dedos oscuros se enroscaban en su cabello. Todos vitorearon y ulularon alegremente.

Remus giró sobre sus talones y marchó directamente hacia la torre. Ignoró a James y Peter, que estaban planeando ir a las cocinas a por más suministros. Simplemente negó con la cabeza, en silencio, y siguió subiendo las escaleras hasta su dormitorio. Corrió las cortinas alrededor de su cama y se acostó, sintiéndose extraño.

Se cubrió la cara con los brazos y pensó en los dos juntos. Pensó en los ojos de Sirius y la curva de las caderas de Mary hasta que cayó en un sueño intermitente.

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