—¡Has rechazado su propuesta! ¡Una genuina propuesta de matrimonio! ¡Del próximo rey de Inglaterra!
—No es para tanto abuela. ¡Tú arreglaste mi matrimonio con un Teniente!
—Un Teniente con una buena reputación, un buen trabajo, un buen hombre...
—Por dios santo, ¿de qué lado estás? —comencé a molestarme aún más—. Tú, mi propia familia traicionando mi confianza.
Poco me importaba estar gritando todas aquellas cosas a mi propia abuela, la reina madre de Francia, en la mismísima casa Spencer mientras todos allí me escuchaban. Charles se encontraba algunos metros cerca de mi posición esperando por mi sin juzgarme, eso era lo que me gustaba de él, que no juzgaba ninguna de mis acciones sin alguna excepción y siempre estaba allí para apoyarme.
Jane ya no vivía allí, Sarah ahora vivía junto a su esposo, Diana vivía en Earl's Court Londres con sus amigas y Charles, seguía viviendo en su casa cuidando de su padre quien aún seguía dolido por la partida de su ahora ex esposa hace demasiados años atrás, pero aún así salía de vez en cuando a encontrarse con una chica quien desconocía su identidad.
—Deberías ya estar casada, trayendo a la vida al futuro rey de Francia. No rechazando propuestas de matrimonio como si te las hicieran todos los días.
—¡Yo dejé en claro que no quería casarme sin amor! No me casaré. No tenías derecho alguno Leonor.
—No te atrevas a llamarme...
Ni siquiera escuché lo que estaba por decir porque corté la llamada aporreando el auricular contra la caja telefónica en la mesita. Me llevé ambas manos a las sienes tratando de calmar mi estrés y el creciente dolor de cabeza.
—Ha sido una discusión un tanto fuerte.
—Estoy demasiado molesta con ella. No podía... Ella no tenía ningún derecho.
—Pero si no quieres casarte con el Teniente Leroux, ¿entonces con quién?
—No planeo casarme ahora Charles, o bueno, no he encontrado al indicado —negué recargandome en la mesita—. Sabes que siempre he querido casarme y tener una familia pero....
—Pero aun no encuentras al hombre correcto según tú.
Sonrió como si supiera algo que yo no mientras se posicionaba a mi lado con las manos en los bolsillos.
—Te quiero Lucile, pero a veces eres demasiado terca —lo miré confundida—. Amas a Charles Windsor, y no quieres aceptarlo.
—Yo no...
—No quieres que haya nadie de por medio a la hora de que tanto tú como él se abran acerca de todos los sentimientos que mantienen callados y tratan de ocultar.
—¿Debí haber aceptado?
—Él lo dijo: siempre has sido tú. No me importa que deje a mi hermana a medio camino del altar, aunque obviamente me molestaré, es mi hermana pequeña, pero tú también eres importante para mi.
—¿Y si no es como esperaba? ¿Qué tal si no está escrito en las estrellas? Justo como Anne dijo.
—Lucile...
Quizá Charles no estaba equivocado, amaba a Charles Windsor y no quería aceptarlo, nunca quise aceptarlo, él estaba tan lejos pero a la vez tan cerca de todos los parámetros que me ayudarían a escoger a un buen hombre por amor.
Lo amaba, lo amaba tanto como para importarme poco que siguiera pensando en Camilla porque todos sabíamos que aunque pensara en ella él siempre regresaría a mi, y esa era la prueba más grande que ocupaba para decidirme de una vez por todas. Lo amaba lo suficiente como para olvidarme de todo a mi alrededor y centrarnos en ambos como siempre fue desde un inicio, lo amaba lo suficiente como para decir un sí frente a dios y el mundo.
Porque no había nadie más que ejerciera tanto sobre un hombre como Charles Windsor, que Lucile Valois.
—Gracias...
♚
Aun con la adrenalina de por fin decidirme a aceptar mis sentimientos y darme cuenta de que si no actuaba ahora podía ser demasiado tarde, bajé apresurada del automóvil y corrí esquivando a todo aquel que trabajaba en el palacio, los modales los dejaría para después.
—El príncipe, Windsor.
Una de las damas de compañía de la reina me miraba confundida y alarmada.
—Charles Windsor, ¿dónde está? Necesito hablar con urgencia con él.
—Va de camino a los jardines —Anne quien se asomaba desde el barandal principal trataba de no sonreír—. ¿Cuál es tu urgencia?
—¡Gracias! Sabes cuál es mi urgencia.
De nuevo me apresuré, esta vez sin correr manteniendo la compostura, daba pasos largos y rápidos mientras repasaba una y otra vez lo que le diría, explicaría porqué estaba ahí, aceptaría mis sentimientos y si la hacía, su posible propuesta de matrimonio.
Todo el plan marchaba a la perfección en mi mente, hasta que tuve que retroceder cerca de la salida trasera ya que la reina salía hablando animadamente con el joyero real.
—Lucile, ¿a qué se debe tu visita a Buckingham?
—Su majestad, estoy buscando a Charles.
—Oh... —fue lo único que pudo decir borrando todo atisbo de sonrisa en su cara—. Justo acaba de salir hacia los jardines.
—Sí, acaba de elegir un buen anillo de compromiso para la futura reina de Inglaterra.
—¿Un anillo?
Ahora todo entusiasmo se había desvanecido tan pronto escuché al hombre pronunciar aquello, eso quería decir que por fin se había decidido por alguien para proponerse, estaba por hacerlo o ya lo había hecho, y no era yo a quien había elegido. No sabía si sentirme decepcionada ya que en parte me había preparado mentalmente para ello, me convencí a mi misma de que la mejor y más segura opción era Diana Spencer, con lo perfecta que era no habría ningún problema.
De nuevo Diana llevaba la delantera, se había adelantado más turnos de los que poseía en aquella imaginaria carrera haciendo que Camilla y yo quedáramos en los últimos puestos, Camilla aún más atrás.
—Iré a buscarlo, debo hablar con él.
Hice una última reverencia y salí de ahí en dirección al gran puente sobre el lago, siempre había sido uno de los lugares favoritos del mayor de los Windsor cuando su mente se sobrecargaba de pensamientos negativos y dudosos.
—Windsor.
—Valois —nunca me había llamado por mi apellido—. Creí que estarías con Spencer.
—Tuve una pequeña discusión por teléfono con mi abuela, por la propuesta doble.
—Claro. ¿Ya has aceptado?
—¿Has hecho la propuesta? —ignoré su pregunta con otra, la incertidumbre me mataba y necesitaba confirmar lo obvio para tranquilizarme.
—No puedo —me miró a los ojos poniéndose de frente. Estaba por llorar—. No la amo, no puedo casarme con ella y condenarla a algo así. A mi familia.
—¿Entonces seguirás siendo el amante de Camilla?
—Quiere dedicarse a su familia, a sus hijos y a su marido.
Asentí sin saber qué decir, no iba a proponerse a Diana por más que la chica estuviera ilusionada y lo deseara más que nada en el mundo, Camilla finalmente lo había dejado haciendo que abriera los ojos a las realidades.
Yo era la última, o más bien, yo era la primera, había aceptado que nunca podrá estar con Parker-Bowles y no amaba a Diana. Podía verse como una última opción, pero la realidad era que ellas salieron de sus opciones, dejó de considerarlas después de cierto tiempo... pero yo nunca salí de ahí, siempre estuve presente en todo momento desde que éramos niños.
Siempre había sido la primera opción.
—Bueno...
—No amo a Diana, no amo a Camilla aunque no dejara de pensar en ella, tan solo me gustaba su compañía, tiene algo que me hace quererla pero eso ya no existe. Ellas jamás serán tú. Porque eso buscaba, buscaba a alguien que se asimilara a ti ya que no podía tenerte.
—Siempre me tuviste, tan solo tenías que decirlo y ahí estaría.
—Siempre has sido tú, desde niños juraba que algún día terminaría casándome contigo. Te lo propondría en el puente cerca del ocaso, con un anillo igual de bonito que tú que combinara con el color de tus ojos, te recitaría todos mis sentimientos y el amor que te tengo y me arrodillaría.
—Aun puedes hacerlo...
Lo alenté haciendo que quitara la vista de sus dedos enredándose entre sí con nerviosismo y me mirara de nuevo a los ojos, esta vez con intensidad, tratando de buscar algún indicio de duda o negación ante lo que acababa de decir, como si quisiera asegurarse de que no mentía. No lo hacía, esta vez iba a aceptarlo.
—Tu... tu madre ha salido con el joyero, dicen que escogiste un anillo de compromiso para la futura reina.
—Lo hice, es precioso.
—Me alegro.
—Lucile —comenzó metiendo las manos a sus bolsillos—. Creo que no hace falta repetirlo, cada vez que te miro todo a mi alrededor desaparece, eres mi musa y la estrella que ilumina mi camino.
Guardó silencio esperando por mi reacción, pero realmente no procesaba lo que sucedía, no sabía si iba a proponerse por fin o endulzaba mi oído para no decepcionarme.
Comenzó a arremangarse el pantalón cerca de la cadera a la par que sacaba una caja de terciopelo blanco y se arrodillaba bajando la derecha, abrió el cuadro con lentitud mostrando su contenido.
—Lucile Adélaïde Marie Aglaé Valois, ¿te casarías conmigo?
—Sí, y un millón de veces sí.
Sonrió en cuanto pudo ver mi emoción y le extendí la mano izquierda preparada para que deslizara el anillo en el anular. Era una bonita esmeralda rodeada de diamantes engastados en oro blanco en corte de pera. No mentía al decir que era precioso.
Levanté la mano admirando la sortija completamente emocionada.
—Combina con tus ojos.
—Me encanta.
—Acabo de escogerlo entre una docena del joyero real. Lo ideal era que tú lo eligieras...
—Pero sabías que elegiría este. Sería mi favorito entre todos.
—Gracias por decidir pasar tu vida a mi lado, Lucile.
No respondí nada de vuelta ya que aquello era cierto, había decidido pasar mi vida a su lado desde ahora, yo era quien se encontraba reacia a sentar cabeza de una vez por todas y unir lazos con alguien, hasta ahora.
Dejé que lentamente pasara sus manos moldeando mi cintura hasta cruzarlas al frente en un abrazo, recargó su barbilla en mi hombro y se dispuso a admirar la obra de arte que el cielo nos regalaba, el sol estaba ocultándose llenando cada rincón con diversos colores púrpuras y anaranjados dignos del ocaso.
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Por fin he superado mi bloqueo con esta historia y después de meses les traigo nuevo capítulo.
Aún no he actualizado bien todo pero quiero que sepan que este décimo capítulo marca el cierre del primer acto que es BLANK SPACE. Pronto continuaré con las ediciones y agregaré la introducción al primer y segundo acto, este llevará por nombre LOVER, sí, en este perfil amamos las canciones de Taylor Swift más ahora que planeo hacerme un poco Swiftie.
Quiero agradecerles por el apoyo y todo el tiempo que han esperado y se han mantenido junto a mi en este proyecto. Siempre se los voy a recordar. (Btw, agradezcamos a Wildest Dreams con Bridgerton de fondo por inspirarme para la propuesta de matrimonio de Charles.)
¿Ustedes qué opinan? ¿Aún siguen odiando a Charles Windsor o ya les ablandamos el corazoncito? ¿Les irá bien en su unión?
Bueno, como ya sabemos que ✨se van a casar✨, abriré convocatoria para que pongan nombres que les gusten para sus hijos. Pueden opinar sobre qué quieren que sea y los nombres.
Niño:
Niña:
¡Gracias! No olviden votar, la verdad es que eso me anima a seguir escribiendo:) y con eso sé que les gusta esto.