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sábado en la mañana, casi mediodía. escuchaba a uno que otro niño jugar en los parques que pasaban.
el viento hacía que su cabello recogido se moviera, la música del radio ocultaba el silencio que había entre los dos (porque tanjirou estaba dormido en su asiento de bebé).
no había caos.
pero aun así, sumiyoshi sentía que se le iba el alma.
¡voy a conocer a sus padres! apenas han pasado dos semanas, ¿cómo llegamos a esta situación? sé que no somos nada, pero no quisiera darles una impresión errónea, ¡no quiero que piensen mal de mí!
—sumiyoshi, no te pongas nervioso —escucha a su lado.
la mano de yoriichi viaja de la palanca de cambios hacía él, dejándola ahí para que sumiyoshi la tome.
y él lo hace, sujeta la mano contra su pecho, respirando profundamente y tratando de relajar su mente y dejar sus ideas.
yoriichi lo mira con detenimiento en un alto, siente su corazón latir fuertemente al ver cómo el omega sostiene su mano, cerrando sus ojos y tomando aire. con su propia mano percibe los latidos de sumiyoshi, la manera en que pasa de latidos incontrolables a un ritmo normal y más relajado.
además, las feromonas del omega pasan de sentirse con temor y miedo a tranquilidad y calma.
qué belleza.
—¿mejor? —pregunta acelerando una vez la luz cambia a verde.
—mejor, muchas gracias —le contesta mirándolo. aún sostiene la mano de yoriichi, pero la mira y la suelta.
ello extraña a yoriichi, quien lo mira confundido.
—¿qué pasa?
—¿no quieres sostener mi mano?
un tomate podía competir con su rostro.
—uhm, uh... —comenzó tartamudeando, bajando la mirada y viendo la mano del alfa cerca de él. tomar la mano de yoriichi... le había gustado mucho—. sí quiero...
detrás, tanjirou los veía después de haber despertado. no hacía ningún ruido, pero sonreía al ver la cercanía que los adultos tenían.
después de varias charlas y risas, los tres habían arribado al hogar tsugikuni.
yoriichi se estacionó, sin salir del auto ni quitar su cinturón. sumiyoshi mantenía la frente en alto, listo y preparado para dar lo mejor de sí aunque fuera por menos de media hora.
—si no quieres entrar está bien, sumiyoshi. recuerda, no te voy a obligar a nada que no quieras hacer —dice suavemente, haciéndole entender que sus palabras no tenían nada más que verdad absoluta.
sin embargo, sumiyoshi ya había tomado la decisión.
—quiero conocerlos, yoriichi-san.
así llegan a la puerta principal, donde sumiyoshi sostiene en brazos a tanjirou y yoriichi lleva las galletas. los dos se sienten nerviosos, los dos sienten un nudo en la garganta, ¡pero los dos están listos para enfrentarse a la situación!
el alfa toma aire, inflando su pecho con aire y tocando el timbre del hogar. a los pocos segundos, se abre la puerta.
—¿michikatsu?
—no te hagas el sorprendido, ridículo, todos los sábados hay almuerzo con mamá y papá —le contestó haciéndose a un lado. pensaba dejar atrás a su hermano, pero se sorprendió al ver al omega con un bebé en brazos al lado de éste—. oh, disculpa...
—muy tarde, grosero, sumiyoshi ya vio tus verdadera actitud con tu hermano menor. qué vergüenza —dijo indignado, dejando pasar primero a sumiyoshi y cerrando la puerta detrás de ellos.
—¡eres menor por dos minutos! —le contesta michikatsu caminando hacia ellos. yoriichi guía hasta la cocina a sumiyoshi, porque sabe que ahí están sentados.
—mamá, michikatsu me llamó ridículo —dijo apenas vio a su madre en la mesa.
—¡porque es un ridículo!
—mamá dice que no soy un ridículo.
—mamá no ha dicho nada, tonto.
—ah, ahora me dijiste tonto. ¿lo escuchaste, mamá?
—¡ya deja a mamá en paz!
—¡no he hecho nada malo!
—¡ten un poco de vergüenza!
—el burro hablando de orejas.
—niños.
los jóvenes tsugikuni se quedaron callados, esperando la palabra de su madre.
—no empiecen con sus juegos, hay invitados —dijo con voz suave, levantándose de su asiento y caminando lentamente hacia sumiyoshi.
oh, no, pensó el omega.
¡lo iban a correr!
iba a terminar en la calle como un omega avergonzado, deshonrado, ¡y ridículo! ¡justo como yoriichi!
—oh, bienvenido, cariño.
esa es la imagen que quieren dar, una amable y linda, ¡después te echan de la casa sin remordimiento!
—yoriichi me ha platicado mucho sobre ti —le dice, llevando sus manos a los hombros del omega. su rostro es decorado por maquillaje demasiado ligero, tan imperceptible que parece ser parte de su rostro.
es tan linda, tan amable que sumiyoshi solo puede imaginarse agradeciéndole cuando lo empuje fuera de su hogar.
—mamá, te presento a kamado sumiyoshi —dice yoriichi detrás de él, poniendo su mano en su espalda a modo de apoyo—. y a kamado tanjirou.
—¡baba, baba! —el pequeño bebé estiró sus manitas hacia la mujer, quien observa a sumiyoshi a los ojos.
—¿puedo...?
sumiyoshi siente calidez.
—oh, claro —pasa a tanjirou a los brazos de akeno, quien lo sostiene cariñosamente, justo como solía hacerlo con sus pequeños.
—oh, sumiyoshi-kun, es tan hermoso —le dice, sonriendo cuando tanjirou le sonríe tan brillante, tan tierno.
¡ay, ataque de ternura!
—sumiyoshi-kun, permíteme presentarte —deja al pequeño tanjirou en brazos de yoriichi, quien lo toma y le propina una sonrisa para tranquilizar a sumiyoshi—. este es mi esposo...
—mucho gusto, tsugikuni-san —saluda, saludándolo con un apretón de mano.
—y él es michikatsu, supongo que ya sabes quién es —le dice soltando risas pequeñas.
sumiyoshi deja de sentir temor.
—oh, sí. yoriichi-san me ha platicado sobre él —le dice, saludando al alfa que parecía haber discutido con yoriichi minutos antes.
—espero que no haya dicho algo incorrecto —dice, mirando hacia yoriichi.
—oh, no, para nada, michikatsu-san. es un gusto conocerte
—oh, nanami-chan no pudo venir hoy, pero los pequeños están presentes —akeno guió a sumiyoshi a las sillitas para bebé que no había visto por los nervios. ahí, vio a dos pequeños gemelos, uno parecía distraído y el otro veía con enojo su platito.
¡ay, más ataques de ternura!
—¡oh, hola, pequeños! —saludó sumiyoshi, acariciando sus cabezas cariñosamente.
—no, sumiyoshi —le llama yoriichi caminando hacia él—. no confíes en los demonios que mi hermano crió.
—mentiroso —contesta su hermano con un pedazo de tocino en su mano—. estás celoso porque mis pequeños saben que tienes cara de perro.
—mamá, saca a michikatsu de la casa.
su madre iba a protestar por la actitud de sus hijos, ¡alfas sinvergüenza que hacen una escena con invitados!
pero todos se quedan en silencio cuando la risa tan armoniosa de sumiyoshi resuena en el comedor.
—¡yoriichi-san, no seas tan ocurrente!
ah, yoriichi amaba la risa de sumiyoshi.
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la comida pasaba con sonrisas y tranquilidad.
sumiyoshi sentía el ambiente de una familia feliz.
—se supone que solo veníamos a dejar galletas —le susurra el alfa a su lado y él no evita su sonrisa.
—tu familia es maravillosa —le contesta de la misma manera, viendo cómo tanjirou sonríe entre los dos pequeños gemelos.
—¡sumiyoshi-kun, estas galletas están deliciosas! —escucha por parte de akeno, quien le pasa algunas a su esposo.
—muchas gracias, akeno-san. yoriichi-san me ayudó a hacerlas.
—oh, cariño —la mujer deja la galleta en el plato, estirando su mano para tomar la contraria—. no te preocupes por la formalidad, solo dime akeno.
sumiyoshi sonríe, correspondiendo el apretón de la mujer.
—muchas gracias, akeno.
yoriichi ve la escena con una sonrisa, demasiado distraído que no espera la uva golpeando su rostro.
—en verdad encontraste a alguien increíble —le dice michikatsu, limpiando con una servilleta las mejillas de sus hijos.
—yo lo vi primero.
—no digas eso, estúpido —continúa hablando mientras su madre y sumiyoshi platican tranquilamente—. no lo trates como un material, se ve que es una persona que no va en broma.
además, no parece ser alguien de una tarde.
—asegúrate de darle siempre lo mejor.
click.
michikatsu nunca decía ese tipo de cosas.
yoriichi lo observó, sonriendo feliz.
—muchas gracias, hermano.
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—esperamos verlos pronto, hijo.
yoriichi estrechó la mano de su padre.
—gracias, papá.
—no faltes el lunes, hay cosas importantes que ver.
es cierto. su trabajo.
—nos vemos pronto, akeno —se despide sumiyoshi de la mujer abrazándola.
—hasta pronto, sumiyoshi-kun. por favor, cuida bien de yoriichi —le pidió, sosteniendo su mano.
sumiyoshi se sonrojó, bajando la mirada.
—ay, akeno-san, qué cosas dice —comenta soltando risitas que no hacen más que hacer sonreir a todos los presentes.
—¿listos para regresar?
sumiyoshi mira a yoriichi; observa cómo el alfa le tiende su mano con una linda sonrisa en su rostro.
la toma, confiando en que el alfa no lo soltará ni quiera impresionar a sus padres.
—listos.
—¡boo, boo!
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holaaa, qué tal están? jeje
ay, qué vergüenza publicar los capítulos tan tarde, pero pues se me va el tiempo de las manos y apenas consigo escribir cuando tengo tiempo. hoy me pusieron la primera dosis de la vacuna contra el cockbig, me duele mucho el brazoooo 😭😭 dormí 5 horas y ni siquiera hice una tarea （＞＜。）pero ekis somos chavos jakzja
ohh, les quería preguntar 👉👈 aclaro de una vez que solo es para tener los capítulos finales con ya hechos inamovibles, no es que en el siguiente capítulo ya los ponga jakdjakd. pero con quién prefieren ver de pareja a tanjirou? pensaba en giyuutan porque,,, pues otp veah (preferiblemente cuando es same age), pero como soy bien multishipper tenía también en mente el inotan kajdms, pueden decirme su opinión !!
no tengo otra cosa que decir, así que muchas gracias por leer y apoyar la historia ! en verdad los quiero mucho 💕💕
espero no se me caiga el brazo por la vacuna, hasta la próxima actualización ! bye bye !! ☺️💞💞