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Las pequeñas hojas del ciruelo cayendo lentamente, danzando con el viento a un mismo son, como dos almas gemelas que se reencuentran luego de estar separadas por más de miles de años, juntándose entre sí, dejando la suave fragancia en el viento mientras caían sobre el suave césped que se arremolinaba a sus pies.
La atmósfera podría ser categorizada como el fino romance de dos fénix, claramente seria este el caso, si fuera una novela y los papeles fueran invertidos, y fueran un hombre y una mujer, no dos hombres.
En su primera vida, JiMin nunca tuvo el tiempo suficiente para pensar en el romance o siquiera el libertinaje, su tiempo siempre estuvo dividido en su trabajo bajo la ley, y su trabajo legal. Lo que lo dejaba con cero tiempo, para disfrutar de los placeres de la vida.
Todo lo contrario, a su enemigo jurado, YoonGi, de quien siempre obtenía noticias de los lugares que visitaba. YoonGi, ante los ojos de JiMin podría categorizarse como un promiscuo sinvergüenza.
Esa parte, lo disgustaba, realmente JiMin no podía tolerar ese asqueroso comportamiento de su contrincante.
Asi que, cuando las manos de este YoonGi tocaron su cintura, su cuerpo se estremeció, realmente, no podía controlar esa extraña sensación que se arremolinaba en su corazón.
Parece que este cuerpo, que ahora le pertenecía, aún recuerda el tacto de esa persona. Simplemente repugnante.
La sonrisa que YoonGi impuso en su rostro, crispo todos los vellos corporales en JiMin, ante la fría sensación de "peligro".
"pequeña escoria, eres un bueno para nada, no puedes ni tan siquiera cortar un poco de leña? Eres inservible"
Aquella voz femenina rompió la atmósfera que envolvía los cuerpos del emperador y el traidor. Genial, JiMin maldijo internamente. Ahora la ración de su comida seria mermada.
¡Y todo por culpa de esa persona!
La persona que desapareció y dejo solo a JiMin: "..."
JiMin ni tan siquiera se percató de cuando se quedó solo.
¿A dónde fue esa molesta presencia?
Cuando la figura femenina se hizo presente, el joven de cabellos blanquecinos como la nieve, tiene el hacha sobre su cabeza, listo para cortar el pequeño tronco frente a él.
El trabajo duro, nunca fue su fuerte en su primera vida, pero ahora ya no era el JiMin que mandaba sobre una parte de corea. Ahora el JiMin que debía pelear y trabajar duro para ganarse un tazón de congge, o algunos donplings frescos. Su vida ahora era tan difícil.
La joven no se acercó más hacia él, solo observo como este cortaba leña y sonrió con satisfacción.
Era divertido ver trabajar a una rata traidora.
Ella no era como todas las que estaban bajo el mando de la madame, ella llego aquí por su propia voluntad.
Nació en una familia de siete hermanas y cuatro hermanos mayores, ella era la menor y a la que desde un principio debían de prestar atención, pero fue ignorada desde el principio, su madre solo la amamantó hasta que tuvo un año, luego fue puesta bajo el cuidado de su hermana mayor número cuatro.
Nunca supo lo que era ser amado por una madre, o ser sostenida por un padre. Asi que ella creció con rencor hacía su familia. Una vez tuvo la edad suficiente para dejar aquella casa de locos, huyo de su pueblo. Agradece a los dioses que la dotaron de belleza e inteligencia, asi fue como llego a la villa melocotón de Lianzu a la edad de quince años.
La madame no pregunto tanto, y pronto la acogió como una dama de compañía, a pesar de tener solo quince, ella sabía muy bien lo que era ser una dama de compañía, pero eso era mil veces mejor, que estar en una casa llena de personas, y comer solo las sobras, al menos en esta villa se le brindaba comida, un techo y un buen trato, si era una buena niña.
Su primer cliente fue amable con ella, el hombre era de una buena casta, parecía ser un erudito bien formado y con buenos antecedentes como respaldo. A ella le gusto cuando lo vio por primera vez. Aunque madame Ji le había entrenado en todas las artes de una cortesana, ella se sintió nerviosa. Jamás espero que aquel joven de porte elegante se fijara en ella.
Pero solo lo vio esa vez, luego aquel joven erudito desapareció, y con ello, se llevó el corazón de un joven que se enamoró a primera vista. Patético y lamentable, pero verdadero.
Observando a esa persona a unos pasos de distancia de donde esta ella, no puede evitar sentir lastima y de cierta forma empatía.
Cuando lo conoció por primera vez, los ojos que vio en aquella persona, eran como los de un niño inocente, asustado de las personas, silencioso y lamentable.
Pero, viéndolo bien ahora, ella no puede evitar sentir que, algo de cierta forma no encaja con esa imagen que ella tenía de él, la primera vez que lo vio. Es como, si de cierta forma hubiera cambiado, o hubiera sido poseído.
Conocía la historia de esta persona, el clan Mo era el clan del demonio zorro, vivían al norte de TaoXian, y a pesar de ser un clan fuerte y con poder, vivían bajo el mando del emperador Min. Las personas dentro del clan raramente aparecían en público, eran misteriosas y astutas. Sin embargo, nadie era estúpido, sabían muy bien que este clan odiaba la forma de gobernar del nuevo emperador.
Para alzar la bandera blanca, y dejar que los ríos fluyeran en su rumbo, mandaron a su tercer hijo, como una ofrenda, un consorte masculino para el emperador. No era secreto que, el actual emperador gustaba de los hombres, sin embargo, se había casado con la hija del general al mando de las tropas de todo el imperio.
Ella debía de admitir, que el anterior emperador era realmente muy despiadado en cuanto a las decisiones que tomo para el príncipe heredero.
Suspirando, ella se dio la vuelta, pero detuvo sus pasos antes de alejarse más.
"La madame pidió que luego de que terminaras de cortar la leña, fueras al ala oeste y trajeras las telas de satén que están en la bodega" una vez dicho esto, ella abandono el patio donde estaba JiMin.
JiMin suspiro y vio el tumulto de troncos por cortar, apretando la mandíbula se dispuso a seguir cortando, aunque sus manos dolían y su fuerza fuera débil. JiMin no quería quedarse sin almuerzo y cena.
No tener nada en el estómago y hacer trabajos pesados, eran una pesadilla que el de cabellos blancos no quería volver a vivirlo.
El emperador, quien observaba desde su dimensión a JiMin, no pudo evitar fruncir su entrecejo. Zhen Ji le había dicho que trataban bien a JiMin, pero... ¿por qué lo que veía era diferente de lo que se le informo?
Parece que pronto haría una visita sorpresa.
Era una buena excusa.
Si, sin duda si lo era.
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Mini teatro:
Emperador: este zhen pronto vendrá por ti.
El joven que corta leña: escuche un mosquito molesto, debería matarlo porque es muy ruidoso.
El emperador que se convirtió en un mosquito: "...(#Ố_Ồ) Ґ"
Gracias por su apoyo~ este es un capítulo nuevo, XFAVOR quiero saber si os gusta, gracias por sus votos y sus comentarios, son de motivación para continuar la historia!! Depende de su apoyo😗🤗
Nos seguimos leyendo, en "La balada de la muerte"🔥🤤 finalizada
MinMin✨