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quien dijera que cuidar a un niño era fácil estaba muy, muuuy equivocado.
—tanjirou, ¿por qué no comes?
el pequeño le miró indignado. frente a él había un gran bowl de cereal.
tal vez cuidarlos no era tan difícil como creía yoriichi, tal vez era su nula experiencia con bebés.
—¿no tienes hambre? —le pregunta acercando una cucharada del cereal, demasiado grande para su pequeña boquita.
tanjirou niega y aleja su cabeza, mostrando el desconforme que siente al no poder tener algo que pueda satisfacer su hambre.
—¿entonces qué te gustaría comer?, ¿quieres algo más elaborado? —acerca el bowl hacia él, comiendo del cereal. tanjirou ve al rededor, observando que en la pequeña canasta cercana a la estufa había frutas.
señala hacia ella, mirando al alfa.
—aboo, boo...
yoriichi camina a la canasta, acercándola para que tanjirou las viera.
—¿cuál fruta quieres? —le pregunta suavemente, mirando con intriga la forma en que tanjirou parece inspeccionarlas todas.
—¡anananá! —señala la manzana, aplaudiendo cuando yoriichi la toma y pasa a lavarla. finalmente, la pone frente a él. entera, así sola.
y tanjirou vuelve a verlo con indignación.
—¿qué ocurre, tanjirou? —le pregunta nuevamente preocupado. si tanjirou no come no tendrá otra opción que pedirle ayuda a sumiyoshi, y no quiere molestar al pobre cuando tiene fiebre y debe descansar.
tanjirou toma la manzana y parece golpearla con su manita hecha puño. yoriichi observa con curiosidad sus acciones.
—oh, ¿quieres que la corte en pedacitos? puedo hacerlo...
pero tanjirou niega nuevamente. ¿cómo era posible que un bebé de siete meses fuera tan inteligente?
—baba, babi ba —le dice, extendiéndole la manzana.
yoriichi la toma, esperando otra orden.
pero tanjirou se queda sin decir.
y ambos se miran a los ojos, quietos.
—le pediré ayuda a tu padre —dice finalmente, llevando a tanjirou en brazos junto a la manzana.
no quería interrumpir el descanso de sumiyoshi, pero se veían en la necesidad de pedir ayuda.
subieron y caminaron lentamente al cuarto donde estaba el omega. ahí, tocó la puerta con sutileza antes de abrirla, encontrando a sumiyoshi en cama con un trapo húmedo posado en su frente.
por el ruido, levantó el trapo qué cubría parte de sus ojos, mirando a los recién llegados.
—ah, yoriichi-san —sonríe, acomodándose para sentarse y verlo—. ¿sucede algo?
—uhm... ¿cómo te sientes? —pregunta acercándose. sumiyoshi palmea el espacio a su lado, dejándole saber que podía sentarse a su lado.
y el alfa obedece, sentándose junto a él con tanjirou en brazos.
—me siento aún un poco mal, pero mucho mejor que cuando desperté. muchas gracias —agradece, acariciando los cabellos rebeldes de su hijo—. ¿cómo estás tú? tanjirou, no te haz portado mal, ¿verdad?
tanjirou le extiende la manzana.
—babi ba —le dice, señalando a yoriichi.
y yoriichi se siente acusado.
—¿papilla? tanjirou, ¿quieres papilla de manzana?
¿papilla?
—¡ba, anananá! —aplaude, soltando risitas.
ah, tanjirou quería una papilla.
el sentido común le dio un golpe en el rostro al alfa. tanjirou era una un bebé, sus dientes apenas comenzaban a salir.
en conclusión, yoriichi aún tenía mucho que aprender.
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—regreso en unos minutos. si quieres que traiga algo más llámame, sumiyoshi —le dice yoriichi. el omega asintió, dejando el vaso de agua en el mueble a su lado.
—¿está seguro que quieres llevar a tanjirou? no quiero que te cause ninguna molestia...
yoriichi le sonríe, cargando a tanjirou en un brazo y, con su mano libre, tomando la del pequeño para despedirse de sumiyoshi.
—estaremos bien, ¿verdad, tanjirou? —el alfa sacude la manita del pequeño, haciendo reír al omega—. volveremos en un momento, sumiyoshi.
y parten, saliendo de la casa.
—iremos por medicina, tanjirou. ¿estás cómodo? —le pregunta una vez comienza a caminar. el pequeño en brazos sonríe, agarrándose de su camisa con sus pequeñas manitas—. si quieres acomodarte no dudes en decirme, tanjirou.
llegando a la farmacia más cercana, yoriichi entra junto a tanjirou y se dirige directamente a la sección de medicamentos. ahí, encuentra las pastillas adecuadas y camina hacia la caja. cuando llega su turno, se da cuenta de los productos detrás del cajero.
—disculpe, ¿de qué es ese libro? —pregunta con curiosidad. el cajero voltea y toma el libro, dejando que el alfa lo vea.
—es sobre el cuidado básico de bebés. incluye tips y anécdotas de muchas madres al rededor del mundo, adecuado para los padres y madres primerizos —explica pasando las pastillas que yoriichi había tomado y el pequeño jugo para tanjirou.
—por favor, esto también —pide extendiendo el libro.
así salen de la farmacia, regresando a casa en pocos minutos.
—tanjirou, ¿crees que seré capaz de cuidar bien de ti y tu padre? —le pregunta antes de abrir la puerta hacía su casa.
el mencionado lo mira, parpadeando repetidamente sus lindos y grandes ojos, haciendo ver sus pestañitas moverse levemente con cada movimiento. aún en brazos, abraza del cuello al alfa, soltando un pequeño suspiro.
—¿qué quiere decir esto? —pregunta, abriendo la puerta y pasando rápidamente hasta el sillón. ahí, saca el libro de la bolsa de compras y ojea las páginas.
y encuentra una página donde un pequeño bebé está acomodándose justo como tanjirou en él.
cuando un bebé quiere dormir...
¿cómo saber cuando un pequeño quiere dormir? además de las comunes siestas que un bebé toma después de una buena comida o un cálido baño, se puede dar cuanto por la velocidad de sus movimientos o las acciones que haga. si el pequeño bosteza constantemente es un indicador de que su hora de siesta debe comenzar. si se encuentra muy cómodo y está con su madre o padre pueden darse incluso el lujo de descansar aunque no se encuentren casados.
yoriichi dejó el libro de lado, tomando el medicamento y dirigiéndose al cuarto donde sumiyoshi descansaba.
—ya regresamos, sumiyoshi —avisa, entrando con tanjirou aún abrazándolo.
y ve cómo sumiyoshi duerme tranquilamente, con apenas una sábana ligera cubriendo su cuerpo para evitar que su temperatura subiera. yoriichi se acerca con sigilo y toma asiento al lado del omega. pero ahora se acomoda y acuesta a su lado, obviamente sin malas intenciones.
tanjirou se acomoda aun más, quedando justo en medio de su padre y el alfa. parece estar tan cómodo que estira sus manitas hasta tocar con cada una los brazos de los mayores. ahí, se queda quieto y comienza a caer dormido.
a yoriichi no se le escapa para nada ello.
en verdad, la cuestión de ser o no destinados sigue rondando su cabeza. quizá últimamente no tanto, pero le sigue quedando esa duda.
aunque, si lo pensaba con profundidad, fueran o no destinados, el haber conocido a sumiyoshi le había hecho dar un giro de 180 grados radical; en un buen sentido, claro.
giró su cabeza, fijando su mirada en el rostro de sumiyoshi.
anhelaba poder pasar al menos un día completo a su lado, sin problemas ni distracciones.
pensando en que no despertarían los kamado en pocos minutos, decidió tomar una siesta también.
cuando se iba a levantar, sintió el tirón en su camisa. tanjirou seguía sujetándolo y parecía fruncir el seño al sentir que se retiraba.
el alfa sonrió, acariciando la cabellera rojiza del pequeño y acomodándose nuevamente en la cama. dejó salir un suspiro y susurró:
—descansen, kamados.
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quiero tomar una siesta wjdbwkndne pero mis siestas son de más de cinco horas 😔 ay ekis, espero les haya gustado el capítulo !! ☺️💕💕
no tengo mucho que decir en esta ocasión, así que gracias por leer !! espero su inicio de semana vaya bien y que todo salga de la mejor manera posible 🥰❤️
bye bye !! ☺️💞