Sin Querer - Fanfic Caché

By CacherPilot05

636K 24.9K 4.6K

Coincidir con las personas es un regalo del universo, pero conectar con ellas va más allá de ser un regalo. P... More

1. El Inicio del Fin
2. Incierto
3. Artes Escénicas y Visuales
4. Fiesta de Bienvenida
5. Polvo de Estrellas
6. Curiosidad
7. Café
8. ¿Qué me pasa?
9. Invitación
10. Helicóptero
11. Paintball
12. Show de Modas
13. Confesión
14. Química
15. Quiero
16. Spago
17. Teatro
18. Cine
19. Presentación
20. Apartamento
21. Teoría
22. Poemas y Ramen
23. Proyecto
24. No No No
25. Pensamientos
26. En Dónde Están
27. Adiós
28. ¡Silenzio, Bruno!
29. Te Quiero
30. Intervención
31. ¿A Dónde Vamos?
32. Primeras Veces
33. Por Decisión Propia
34. Vigiladas
35. Al Infinito y Más Allá
36. Todo
37. Interrogatorio
38. Guía Para Besar
39. Cuello de Tortuga
40. Preocupación
41. Parque Privado
42. Persecución
43. Montaña Rusa de Emociones
44. Hilo Rojo
45. Posesiva
46. Prendidas
47. Casi, Casi
48. Necesidad
49. Hogar
50. Barreras
51. Baile de Bienvenida - Parte I
52. Baile de Bienvenida - Parte II
53. Sexo, Proyecto, y Cafetería
54. Por Nosotras
55. Caché Es Real
56. Marcos
57. Oficina
58. Juan Carlos
59. Así Soy
60. Cumpleaños
61. Cuando Nos Conocimos
62. Universidad
63. Nos Gusto
64. Confesión
65. Terapia de Cumpleaños
66. Emboscada
67. Segura
68. Sorpresas
69. Tarde de Arte
70. Foto
71. Charla
73. Somos
74. Sentimientos Efímeros
75. Reglas
76. Buen Despertar, Mal Almorzar
77. Formidable
78. (In) Dependiente
79. Caja Negra
80. Verdad, Cartas y Fútbol
81. Prueba Que Estoy Equivocada
82. Voy A Luchar
83. Yo Tuya y Tú Mía
84. Cabaña
85. Está Sucediendo
86. Visitas
87. Estoy Harta
88. ¿Celosa?
89. La Llama Del Amor
90. Ofensa
91. Sol
92. Especial
93. Futuro
94. ¿Qué Dices?
95. Ciberataque
96. Perdida
97. Perfecta
98. Diosa
99. Azotes
100. Mulberry Street
101. Internado - Parte I
102. Internado - Parte II
103. Nutella
104. Caminata
105. San Valentín
106. Hijo
107. Hablemos
108. Mamá y Papá
109. La Voy A Extrañar
110. Aeropuerto
111. ¿Espacio?
112. Propuesta Indecente
113. Sex Call
114. Siete Segundos
115. Lávate la boca
116. Mural
117. Aventura Mágica
118. No Otra Vez
119. Disfraz
120. Nublada
121. Es Real
122. No Es Tan Fácil
123. Mentiras
124. ¿Sabes Qué Prefiero?
125. Estoy Viva
126. Hazme Tuya
127. Para Siempre
128. La Verdad
129. Dramática
130. ¿Me Permites...?
131. Closet y Baseball
132. Me Amas
133. Una Vida
134. Mala Racha
135. Apuesta
136. Miedos
137. Saudade
138. Familia de Espías
139. Albañil
140. Fantasías
141. Baile de Máscaras
142. Corriendo
143. Familia
144. Háblame
145. Despedidas
146. Rodrigo
147. Fiesta, Videos y Papeles
148. Patrocinio(s)
149. El Último Baile
150. Sin Querer
Epílogo

72. Ganas, Decisión y Amor

3.8K 162 17
By CacherPilot05

Pov Calle

Me sentía tan cansada. Llevaba noches sin dormir bien mientras me la pasaba en el balcón de mi habitación, y no es como que haya estado poniendo esfuerzo en mejorar mi situación desde hace días. No tenía ganas, no quería intentarlo, solo quería que todo esto acabara. Suspiré al entrar a los vestidores para guardar ropa limpia en mi casillero cuando mi celular empezó a sonar y sonreí al ver que era mi pequeña.

— ¿Hola?

¿En dónde estás? — me preguntó emocionada.

— En los vestidores ¿Por qué? Te escuchas feliz — dije sonriendo.

Es que estoy feliz. Quédate ahí, ahorita llego — dijo y escuché que empezó a correr y colgó la llamada.

Me reí de lo random que puede ser Poché a veces. Guardé mi ropa, y salí con la talega de golf para esperar a mi novia afuera del lugar. Bajé mis gafas oscuras antes de recostarme en la pared con mis brazos cruzados. En serio me sentía muy cansada, tanto que podía dormirme parada aquí mismo.

Pasaron un par de minutos cuando escuché unos pasos acelerados y dirigí mi vista en esa dirección. Poché venía corriendo con una sonrisa en su rostro lo cual me hizo sonreír. Se detuvo de repente al frente mío, y se colgó de mi cuello con emoción.

— Hola — dije riendo mientras la abrazaba.

— ¡Dani! Dani... No... sabes lo que pasó... anoche — dijo tratando de controlar su respiración, y subió mis gafas.

— A ver, a ver, respira antes de hablar — le dije tratando de ayudarla.

— Le... dije a Papá... ¡Sabe que soy bisexual!

— ¡¿Qué?! — le pregunté asombrada.

— Ayer... Cuando llegamos...

— Respira, chiquita — dije sacando el agua de mi bolso — Toma, y por favor respira antes de hablar.

¿Le había dicho a Juan Carlos? ¿Qué? ¿Qué no estaban mal? Sonreí mientras veía cómo tomaba agua rápido y casi se atragantaba.

— Le dije ¡Le dije! — saltó emocionada.

— ¡Poché, eso es asombroso! — celebré con ella y la abracé de nuevo.

— Dani, él reaccionó bien. No me lo esperaba — dijo en mi hombro.

— ¿Cómo fue que de estar enojada pasaste a decirle? — pregunté al separarme.

— Vale me regañó por mi actitud, y me dijo que le diera una oportunidad. Él llegó a mi cuarto al ratito, me pidió que habláramos y solo surgió — explicó sonriendo.

— No puede ser, marica — dije riendo — Cuando estabas segura te frenaste, y ahora que estabas enojada, le dices.

— ¡Lo sé! ¡Yo tampoco lo entiendo! — dijo más emocionada — Dani, sabe que tengo novia, y la quiere conocer.

— ¿Ah? ¿Ya? — pregunté asustada.

— ¡Sí! Quiere que vayas este fin de semana. Le dije que el Domingo porque sábados ya los estableciste para terapia, pero no le dije eso, obvio. Perdón por no preguntar antes, pero estaba emocionada, y solo le dije que sí te podía conocer — explicó rápido.

Reí incrédula. Se veía tan feliz que no podía negárselo. Había pasado tan triste por esto otros días que verla de esta forma me conmovía, y deseaba disfrutar todo esto a su lado. Había vencido su miedo.

— Estoy tan orgullosa de ti — le dije en voz baja.

— Mi amor... Ya podemos hacer esto — me dijo y entrelazó nuestros dedos al frente nuestro.

Ambas sonreímos a más no poder. Necesitaba este tipo de felicidad, especialmente en estos días y siempre que ella estaba a mi lado surgía.

— Espera, espera — dije retrocediendo y frunció su ceño — Aquí no hay nadie. Yo quiero que nos vea todo el colegio. Hay que celebrar a lo grande.

— Entonces vamos a los pasillos — dijo jalándome y la detuve.

— Hagamos algo ¿Te parece una entrada épica el lunes? — le pregunté con una sonrisa traviesa.

— ¿No que no te importaba quién supiera sobre lo nuestro? — dijo molestando.

— No en realidad, pero quiero ver la cara de confusión de todos, especialmente luego de lo que pasó con la foto de Juliana y Villalobos — expliqué.

— Me parece perfecto — dijo sonriendo malvadamente.

El timbre del colegio sonó, y ambas nos quejamos.

— Bueno, mi amor. Me voy a esperar solo porque sí quiero ver a esos chismosos confundidos — dijo riendo — Te cuento bien en la tarde. Por cierto, hermosa faldita. Me encanta que sea cortita. Me debes una foto. Suerte en el torneo y perdón por no poder estar.

— No te preocupes. Suerte en tu laboratorio. Te amo — contesté riendo.

— Te amo, hermosa — dijo sonriendo, besó mi mejilla con prisa y empezó a correr en dirección contraria — ¡Nos vemos!

La vi desaparecer por el pasillo antes de tomar mi talega y reír sola. Qué buena forma de empezar el día con esa noticia. Sonreí al pensar en que al fin podremos ser. Quiero tomarle la mano, llevarla a todos lados, y disfrutar al lado de la otra sin miedo. Así lo haríamos. Ya era hora de actuar como una pareja normal ante los demás.

-----

Tenía las gafas de sol puestas a pesar que tenía los ojos cerrados, y apoyaba mi barbilla en mi mano mientras almorzábamos. Tenía más sueño que ganas de vivir. Realmente me sentía cansada, incluso más por la mañana de golf que fue realmente movida.

— ...Fue terrible. Esos niños sí que necesitan práctica. Si alumnos como tú, Alejo y Poché estuvieran haciendo su servicio social, ayudarían a esas pobres criaturas — nos dijo Johann.

— Me gustaría ayudarte, pero honestamente, qué pereza — le dijo Laura riendo.

— Amigo, aquí no somos altruistas, solo nos enfocamos en joder los apartamentos de otros — dijo Alejo.

— ¡Que es un puto pent-house! — lo corrigió Nath.

Me estaba durmiendo en la posición que estaba. Necesitaba ir a mi apartamento a descansar.

— ¿Y esa bella durmiente qué? — preguntó mi voz favorita.

Me senté derecha, y subí mis gafas antes de sonreírle a la pequeña que estaba al frente mío con una felicidad que le brotaba por los poros.

— Ha estado así desde que nos sentamos — le dijo Juancho.

— ¿Aún cansadita? — me preguntó Poché, y asentí — ¿Qué tal el torneo?

— Acá está el trofeo — le dijo Johann levantándolo.

— ¡Eso, Dani! — me dijo mi bebé, y chocamos cinco.

— Poché, habla. Manu, Mari, y Sebas no vienen por el partido del equipo de fútbol de esta noche ¿Por qué andas tan emocionada? — dijo Nath.

— ¿No les has dicho? — le pregunté sonriendo.

— No, quería que todos estuviéramos aquí, pero ya no me aguanto — dijo feliz.

— ¡Habla ya! — le pidió Laura.

Poché fue dramática, y puso sus manos en la mesa antes de quedarse callada unos segundos.

— ¡Marica, habla ya! — exigió Lucía.

— Le dije a mi papá — dijo sonriendo.

— ¿De ustedes dos? — le preguntó Nath sorprendida.

— No, que soy una mujer lobo, y me transformo por las noches pa-- ¡Obvio que de eso! — le contestó exaltada.

— ¡No te creo! Felicidades, Poché — dijo Laura abrazándola de lado.

— ¡Eso, Pochitas! — la felicitó Juancho al abrazarla del otro lado.

— ¿Es en serio? — le preguntó Juliana.

— ¿Qué te dijo? Estás feliz, tiene que ser algo bueno — le dijo Lucía sonriendo.

— Gracias... En resumen: que quiere verme feliz, y ya. Quiere conocer a Dani el Domingo — dijo saltando un poco en su asiento y reí. Se veía tan linda.

— ¿Conocer? ¿Qué no ya te conoce? —me preguntó Alejo.

— Sí, pero por lo que entiendo, Poché no le ha dicho que yo soy la novia — dije mirándola, y negó con la cabeza.

— No me preguntó tu nombre, y no supe si decirle o no, así que... Será sorpresa— dijo tierna.

— No jodas — dijo Nath riendo.

— ¿Se imaginan a Juan Carlos viendo a Calle entrar a su sala, y que Poché le diga que la chica que la ha ido a dejar y traer todos estos meses a su casa es su novia? — preguntó Juancho riendo y suspiré. Eso sonaba mal.

— Graben su reacción, marica. Necesito verla — dijo Alejo riendo al igual que todos menos yo.

¿Qué va a pensar? ¿Que lo estuvimos engañando todo este tiempo? ¿Qué me va a decir? ¿Me va a juzgar? ¿Qué cara voy a dar cuando lo vea? ¿Qué diablos me hará?

— Ay, cállense. Para empezar, me pidió ir a un restaurante porque, luego de hablarlo, le pareció más elegante que llevarla a la casa, y segundo, relájate, Dani. — me dijo mi novia — Quita esa cara y deja de pensar cosas que no son. Verás que papá no va a pensar nada malo.

— ¿Un restaurante? — pregunté incrédula — ¿Por qué? Bueno, le dará vergüenza matarme frente a varias personas ¿No?

— No seas idiota — me dijo riendo — Me preguntó si mi novia tenía algún problema en ir a un restaurante y le dije que no. Tú siempre me has querido llevar a un lugar público, y hoy al fin podremos ir — dijo en voz baja.

Sonreí ante lo que dijo. Tenía razón. Lo anhelaba con todo mi corazón, pero me daban nervios, aunque por ella haría lo que sea.

— Además, no te va a matar. Él no es así, es un abogado — me dijo.

— ¿Es un abogado? — pregunté riendo con los chicos — ¿Y eso qué putas tiene que ver? Puede ser un doctor, y me va a matar si quiere.

— Hasta se le facilitaría al conocer la anatomía del cuerpo — añadió Nath.

— Ay, él es buena persona, fin. Solo confía en mí ¿Sí? — me dijo Poché sonriendo.

La vi unos segundos y asentí. Ya habíamos pasado todo, este era el penúltimo paso.

— ¿Están esperando que Juan conozca a la novia misteriosa para gritarlo a los cuatro vientos en el colegio o qué? Juraba que las vería acarameladas cuando se lo dijeran — nos dijo Johann.

— No precisamente... Nuestro plan es entrar juntas el lunes ante la mirada atenta de todos — dije.

— Después del show de Juli, y Sebas todos van a estar confundidos. Me encanta — dijo Poché riendo.

— Que vengamos temprano el lunes dice. Eso no me lo pierdo ni loca — dijo Lucía también riendo.

— ¡No lo puedo creer! ¡Es que ya le dije y reaccionó bien! — dijo mi novia aún asombrada.

— Eso es lo que pasa cuando ves más allá del miedo — le dije viéndola a los ojos.

— Cuando le bajas todo el volumen al miedo — dijo sonriendo.

— Vaya nuera la que tiene Juan Carlos. Va a amarte como la novia de Poché. Te lo juro — me dijo Laura.

— Si le agradaba Sebas, imagínate tú — molestó Juliana y reímos.

— Ya verás, amor. Todo saldrá bien — me dijo Poché.

Era imposible no creerle a Poché a pesar que mis inseguridades me dominaban estos días. Confiaba ciegamente en ella, y solo quería estar bien, cosa que lograba a su lado.

— No puedo esperar a que tu papá sepa que soy tu novia — dije sonriendo.

— ¡Eso, Calle! — celebraron los chicos.

Poché me veía con tanto amor, y felicidad que realmente estaba ansiosa por nuestro futuro juntas.

-----

No quería que, de ninguna manera, tuviera ese efecto sobre mí.

Ni lo sueñes, Travis. Es como si fuera mi hermana — le advirtió América.

— Cariño — dijo Shepley —, acabas de decirle que no lo haga. Ahora no va a parar.

— No eres su tipo — continuó ella, ignorando a su novio. Travis fingió estar ofendido.

—¡Soy el tipo de todas! — Miré hacia él y sonreí.

—¡Ah! Una sonrisa. Al final, no seré un cabrón de cojones —dijo guiñando
un ojo—. Ha sido un placer conocerte, Paloma

— ¿Este es el tipo de libros que me gustaban a los doce? — preguntó Poché asqueada, y reí.

— Por lo visto — dije acariciando su cabello.

— No puede ser — dijo decepcionada, y volví a reír.

— Oye, es parte de tu historia. Te aseguro que algo lindo aprendiste de ese libro. Tal vez no es el mejor, pero tampoco es tan malo.

— Pueda ser... Te juro que estaba enamorada de Travis. Estaba obsesionada con que hicieran una película de "Maravilloso Desastre" — dijo con el libro en su pecho.

— Tal vez te vuelvas a obsesionar si continúas leyendo, y conoces más a los personajes. Ahora, déjame seguir disfrutando de tu voz.

— Bien — dijo y continuó leyendo.

Poché tenía su cabeza recostada en mi regazo mientras me leía un libro en el sofá de mi biblioteca. Habíamos estado hablando de lo poco que habíamos usado este cuarto juntas y quiso venir a revisar cada libro que tenía. Cuando encontró el que está leyendo, me dijo haber olvidado la trama y aquí estamos, con ella haciendo mil expresiones mientras yo la observo y acaricio al escuchar su divertida voz al leer.

— No me impresionas con tus tatuajes, tus encantos o tu indiferencia estudiada. ¿Por qué no dejas ya tus numeritos?

—De acuerdo, Paloma. —Era totalmente inmune a mis cortes—. ¿Por qué no
te vienes con América esta noche? - Me reí de su petición, pero él se acercó más —No intento pillar cacho contigo, solo quiero pasar el rato.

—¿Pillar cacho? ¿Cómo consigues acostarte con alguien si le hablas de esta
manera?

Por dos, amiga — dijo Poché con una mueca y yo no podía parar de reír.

— Vas a estar así todo el libro. Mejor léeme otra cosa que sí te parezca interesante.

— Es que este libro me parece interesante, pero tengo estrés por los idiotas como Travis en este momento ¿Por qué no dormimos mejor?

— Ya te dije, cosita, quiero pasarla contigo cuando estoy consciente — dije con un puchero.

— Pero estás cansadita. Tal vez conmigo a tu lado sí duermes — dijo tomando mi mano.

— No.

— Vamos, Dani. Mañana sales todo el día. Debes descansar, bebé.

— No.

— Yo también estoy cansada de la clase de danza. Aprovechemos a dormir y hacer pereza.

— Tú tienes mucha energía, mi amor.

— Bien que lo sabes — dijo coqueta y reí al pegarle en la pierna — pero vamos a dormir.

— No.

— Chiquita...

— ¿No quieres pasarla conmigo? — le pregunté.

— Obvio que sí, pero necesitas dormir... Sabes que no quiero insistir porque me dijiste que no lo hiciera, pero ¿Qué tal tu mente? ¿Cómo has estado? — me preguntó en voz baja.

Suspiré. No quería que se preocupara. Era demasiado con ser tan linda, y comprensiva conmigo. No le había contestado la última vez que me pregunto y debía calmarla.

— Llena de mil pensamientos. Digamos que no han parado de dar vueltas — dije.

— ¿Durante toda la semana?

— Sí.

— Pero... ¿Qué tipo de pensamientos, Dani? — me preguntó con cuidado.

— Mañana lo hablo con Alex, y de alguna forma me ayuda.

— ¿No te puedo ayudar yo?

— Ya haces más de lo que debes. Con solo estar aquí a mi lado es más que suficiente — dije sonriendo un poco.

— ¿Segura? — me preguntó con un puchero — Sabes que puedes confiar en mí y decirme lo que sea, amor. Solo quiero que estés bien.

— Lo sé, chiquita. Gracias — le dije acariciando su mejilla.

— Te amo, hermosa — me dijo sonriendo.

— Te amo, guapa mía.

Me observó un par de segundos mientras jugaba con mi mano en su abdomen. Sabía que estaba preocupada, pero no quería que lo estuviera.

— ¿Es eso lo que no te deja dormir? ¿Tus pensamientos? — me preguntó.

Me encogí de hombros, e hice un puchero. Frunció su ceño, y suspiró.

— ¿Qué haces cuando te despiertas en medio de la noche? — me preguntó.

— Caminar, escuchar música, sentarme en el balcón, intentar dormir de nuevo...

— Deberías hablarme. Podríamos hacer como en aquella película que vimos, y dormir con el teléfono en la oreja — dijo con una sonrisa.

— ¿Cómo crees? Suena romántico, pero no te voy a despertar solo por eso.

— Ay, amor, sería muy bonito. Imagínate ambas ahí hablando en la medianoche estando adormitadas. Yo te digo cositas de todo tipo, y que pase lo que tenga que pasar — dijo con los ojos cerrados.

— ¿Cositas de todo tipo? ¿Qué me piensas decir? — le pregunté divertida.

— Llámame cuando te despiertes, y descúbrelo — dijo misteriosa.

— Eres una boba, bebé — dije riendo.

— Ya que no quieres dormir ¿Sabes qué deberíamos hacer? Quitarnos la ropa — dijo sentándose de repente — Eso siempre sale bien.

— ¿Te la quito yo, o te la quitas tú? — le pregunté acercándome a su cuello el cual besé.

— Dejemos que pase lo que tenga que pasar — dijo y se sentó a horcajadas mío.

— Como usted mande, señorita Garzón.

Sonrió, y me besó con intensidad. La tarde sería apasionada.

-----

Pov Poché

Dani, y yo teníamos los dedos entrelazados justo al frente nuestro mientras nos veíamos a los ojos. Teníamos un rato de estar así, y realmente lo amaba. Decir que disfrutamos la tarde, se quedaba corto. Si bien todo había empezado con un poco de agresividad, nos habíamos entregado a la otra con mucho amor y pasión. Mañana no nos veríamos por su viaje a Mountain View con sus papás para ir a terapia, y aunque sé que era por su bien, no quería que fuera solo para no separarme de ella.

Hoy estaba súper sensible con mis sentimientos. Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo.

— ¿Qué piensas? — le pregunté en voz baja.

— En nosotras — dijo suspirando.

— ¿Qué en específico?

— En nuestra historia... Las charlas, los coqueteos, los momentos solitas, cuando me rechazaste...

— Oye, eso suena feo — me quejé, y reímos.

— Es parte de lo que pasó, amor, pero ahora eso parece tan lejano — dijo al empezar a peinar mis cejas.

— Lo sé — susurré — Han pasado tantas cosas y hemos llegado tan lejos que es muy loco pensar en el tiempo que ha pasado todo.

— Y lo que falta... Pienso en mi futuro, y es imposible no verte a mi lado. Visualizo todo inconscientemente, y tú siempre estás ahí.

Sentí el corazón más acelerado de lo normal. Me llenaba tanto saber que Dani pensaba en un nosotras para siempre, pero me encantaba más cuando me lo decía a la cara con seguridad, amor, y decisión. Me acerqué más a ella y tomé sus labios con los míos en un beso lento, lleno de mil sentimientos, y todo el amor que de alguna forma trataba de expresarle. Acarició mi cuello durante el beso que parecía querer hacerlo eterno mientras yo la tomaba de la cintura, y la acercaba más entre caricias.

— Eres el amor de mi vida, Daniela — susurré en su boca — Te amo. Te amo tanto.

— Te amo.

Apenas alcanzó a decirlo porque la volví a besar. Se levantó un poco para poner parte de su cuerpo encima mío y besarme mejor mientras nuestros cuerpos desnudos le daban calor al de la otra. Recorrí su espalda con mis uñas al tiempo que sentía su tacto en mi abdomen, y pecho. La piel de Daniela era tan suave y cálida. Podría pasar así entre sus brazos, y besos cada día a toda hora. Se separó un poco para acariciar su nariz con la mía y sentí su sonrisa contra mi boca. Lamí sus labios rápidamente solo para escucharla reír un poco. Plantó besitos por toda mi cara con delicadeza hasta llegar a mi boca para besarme nuevamente.

— Eres el amor de mi vida, Poché — me dijo en voz baja.

Sonreí y besó mi nariz antes de recostar su cabeza en mi hombro. Bostezó mientras acomodaba sus piernas, y su agarre en mi cuerpo para dormir. Besé su cabeza y empecé de nuevo con mis caricias en su piel.

Dani no había estado durmiendo bien, y eso me tenía preocupada. A pesar de dormir algunas siestas conmigo, no lograba estar del todo bien. Hace rato me alarmó más. Leí sobre las posibles actitudes de las personas con depresión esta mañana durante clases, y ella parecía estar pasando por un episodio de tristeza. Últimamente no estaba comiendo bien en los almuerzos, parecía un poco distraída, y había estado evitando responsabilidades como el trabajo. No la quiero presionar, pero debo hacer algo antes que esto empeore. La quiero ayudar, pero no sé cómo. Espero que Alex la ayude mañana porque no me gusta ver a mi bebé así, y mucho menos que se lo deje guardado todo para ella sola.

Sentí su respiración profunda, y había parado de acariciarme desde hace un par de minutos. Se durmió.

Ella me había ayudado a amarme a mí misma a pesar de mis miedos, e inseguridades, lo cual nos había llevado a este punto de nuestra relación en el que escondernos ya no es necesario. Quería hacer lo mismo por ella, amarla hasta que entienda que no tiene por qué temer de sí misma y que pedir ayuda no está mal. Aún no sé cómo lo haré, pero de alguna forma lo lograré del mismo modo en que hemos hecho todo hasta ahora: con ganas, decisión, y mucho amor.

-----

Me removí en la cama y me quejé perezosamente. Sentía cierta intranquilidad en mi mente la cual me hizo despertar. Abracé un poco más a mí Sullivan a falta de los brazos de mi bebé en mi casa y suspiré. Pensé en Dani y me giré para ver la hora en el reloj de la pared. 1:46 a.m. Decidí tomar mi celular y entre bostezos, revisé su última hora de conexión. 10:28 p.m., cuando dejamos de hablar. Eso nunca me decía nada de Dani, así que le marqué y cerré mis ojos de nuevo en espera de una respuesta que no tardé mucho en obtener.

¿Poché?

Buenas madrugadas, mi amor — la saludé al estirarme.

— Poché ¿Qué haces despierta?

Pues lo mismo que tú. No durmiendo — murmuré al acomodarme para dormir de nuevo.

Tonta — me dijo riendo — Hablo en serio ¿Qué haces despierta a esta hora?

Bueno, quería hacerle compañía a la boba de mi novia que no me hizo caso, y no me llamó para cuando no pudiera dormir — le dije y sonreí al escucharla reír.

No podía hacer eso. No quiero que pierdas tus horas de sueño por mí.

Pues te jodiste porque parece que todo el día estoy soñando al pensar en la suerte que tengo al estar junto a ti.

No me digas esas cosas tan bonitas cuando no puedo tenerte en mis brazos. Me dan ganas de cometer una locura e ir a esta hora a tu casa — dijo en voz baja.

No lo hagas. Mejor has otra cosa por mí y ve a tu cama a acostarte — le dije también en voz baja.

¿Cómo sabes que no estoy en mi cama?

Porque me dijiste que te la pasas en el balcón. Eres una romántica y estoy segura que estás viendo la luna y las estrellas ¿Cuánto apostamos? — le dije y rio un poco.

¿Unos besitos?

Dale. Yo le entro a esos besitos, pero que incluyan manoseo. Me encanta tocar tus pechos — le dije coqueta haciéndola reír más.

Lo sé... A mí me encanta que los toques.

¿Entonces? ¿Gané la apuesta?

La ganaste... Me gusta conectar puntitos al ver las estrellas para ver qué figura formo.

¡Ay, preciosa! Pero qué cosa más linda la que me dices. A ver ¿Qué figuras has formado? — le pregunté enternecida.

Un triángulo, un cuadrado un poco tétrico, un rectángulo...

¿Estás pensando en matemáticas a esta hora de la mañana? — le pregunté riendo.

¡No! ¿Pero qué putas voy a formar con tantos puntitos que no tienen lógica? No hay un patrón, no hay orden. No encuentro nada que tenga sentido — me dijo enojada y reí.

Encendí la luz de mi mesa de noche y caminé hacia mi balcón con una manta y mi Sullivan en mano para ir a ver las estrellas al acostarme en mi sofá.

— Bueno, pues es cuestión de mucha imaginación. Yo ya hice una casita con las estrellas que puedo ver — le dije.

¿Qué? ¿No estás en tu cama?

Estaba. Tenía que comprobar que eres pésima al usar tu imaginación.

¡Oye! Antes me tratabas con amor. Ahora me maltratas y reconoces mis puntos débiles. Caes mal ¿Sabes? — me preguntó haciéndome reír.

— Y luego dices que yo soy la dramática.

Lo eres y así te amo mucho, mi pequeña que me hace compañía a pesar que le encanta mucho dormir y parece una piedra cuando cae en su sueño profundo.

¿Maldición o bendición? Yo lo tomaré por el lado bueno.

Vete a dormir. Gracias por tu compañía, pero necesitas descansar.

Cállate, Dani, y déjame acompañar en esta hermosa madrugada a la tonta de mi amiga, novia, y amante a ver las estrellas.

Eres una idiota — me dijo riendo — ¿Tú amante? Yo soy la oficial, nadie más.

Sí, sí, sí, mi amor, eres tú y nadie más — le dije como si le estuviera hablando a una bebé y reímos.

No me gustaba el escenario por el escenario que estaba andando Dani, pero la iba a acompañar al darle todo el amor que pudiera. Me necesita y yo la necesito tanto como ella a mí cada día.

-----

Pov Calle

— Buenos días, Dani. Pasa — me dijo Alex con una pequeña sonrisa al abrir la puerta del consultorio.

— Buenos días — murmuré y entré a la ya conocida sala que había visitado los últimos 7 años.

— ¿Qué tal estás hoy? ¿Cómo te sientes? — me preguntó amigablemente al sentarse al frente mío.

— Rara. Es la respuesta para ambas preguntas — contesté seriamente.

— De acuerdo... ¿Hay alguna razón por la que te sientas así?

— Mi trastorno mental — dije de mala gana.

— Lo sé, por eso estás aquí, pero me refiero a si hay algún acontecimiento que haya provocado esa rareza que recorre tu cuerpo — me explicó.

Apreté mi mandíbula y suspiré. No estaba de humor, como cada vez que vengo a terapia con mi psiquiatra de toda la vida. Pasé una mano por mi cabello y traté de controlar el enojo que tenía para que la paciencia de Alex no se viera quebrantada por mi forma de actuar.

— No... Todo ha estado bien — respondí y dejó su libreta a un lado.

— Escúchame, Dani. Sé que los sentimientos de tristeza, culpa, desesperanza e impotencia pueden ser difíciles de admitir, pero tienes que tratar de hacerlo — me dijo Alex con preocupación — Si te contienes, si estás demasiado avergonzada o temerosa, entonces no llegaremos al núcleo de lo que está causando la depresión. Sabes que te aprecio mucho y te quiero ayudar, pero si sientes que ya no soy el indicado para ayudarte, dímelo y--

— Sí lo eres — lo interrumpí. Hicimos contacto visual unos segundos y suspiré frustrada — Es que me duele vivir todo esto de nuevo, por eso me es difícil poner de mi parte.

— Lo sé y trataremos de buscarle una solución sin que usemos pastillas ¿Okay? Si no quieres regresar a eso, haremos todo lo posible, pero ambos debemos trabajarlo ¿Sí? — me preguntó con cariño.

Alex siempre había sido muy lindo conmigo. Desde la primera vez que vine, luego de aquel verano en Boston en el cual me molestaron por mis ataques de pánico, él me había tratado la ansiedad que me diagnosticaron en ese entonces. Me había visto crecer, luchar contra eso y seguir adelante, pero el año que no estuve, el año del internado, creó nuevos traumas que me impidieron ser tan abierta con él como solía ser al principio.

— ¿Me puedes preguntar lo que necesites saber y yo te contesto? — murmuré al querer llorar.

— Claro que sí. Tómate tu tiempo para lo que necesites, no hay prisa ¿Okay?

— Okay — susurré y dirigí mi vista al suelo. Debía intentarlo. Por Poché y por mí. Levanté mi mirada e hice contacto visual con él — Espera ¿Podemos hablar de lo único bueno que pasa en mi vida?

— Por supuesto. Háblame de lo que quieras — me dijo con una pequeña sonrisa.

— Tengo novia... Se llama María José, pero todos le decimos Poché — le dije y sonreí un poco al pensar en ella — Es una chica muy linda, divertida, tierna, alegre, guapísima, comprensiva, un poco mandona y enojada, inteligente, talentosa, adorable, simpática, hablantina y voy a detenerme con los adjetivos porque puedo seguir toda la mañana — le dije y rio en silencio.

— ¿Me quieres hablar más sobre ella?

— Claro — murmuré sonriendo — ¿Me haces preguntas? Es más fácil así para mí.

-----

Estaba viendo la ciudad desde la azotea de mi edificio. Me había sentado en la plataforma en la cual dejé mis pies al aire y apoyé mis brazos en los barrotes de protección para pensar en todo lo que había pasado la última semana.

Todo había sido más que excelente ¿Por qué simplemente me encontraba estancada en este estado de tristeza? Era una mierda todo. Todo. Absolutamente todo y me preguntaba si valía la pena seguir luchando contra esto. A veces solo me quería rendir y ya, pero me lo pensaba dos veces al recordar a mi pequeña.

Saqué mi celular en el cual escuchaba música y me pensé su idea de hablarle en la madrugada al igual que hablamos ayer. 2:47 a.m. No quería despertarla, pero necesitaba un poco de confort y si era de su parte, era mejor.

Le marqué. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, y seis tonos hasta que me mandó a buzón de voz. Dudé en marcarle de nuevo, pero de igual forma lo hice.

Nada.

Sabía que Poché tenía el sueño pesado, pero no sabía que tanto. Reí un poco porque la idea fue suya y no me había contestado. Al fallar en ese intento, me acosté en la plataforma y me dediqué a observar las estrellas las cuales se podían apreciar con mayor iluminación a esta hora. El almuerzo de hoy era probablemente el más importante que había tenido desde hace un buen rato, a diferencia del de ayer en el cual los amigos de mi papá hicieron un buffet benéfico y me tocó ir con mi familia. El de hoy era en el que Poché finalmente le diría a Juan Carlos que ella y yo somos novias. Sé que él no reaccionará mal, pero de igual forma estoy nerviosa de que sepa que soy yo quien ha estado con su hija durante todo este tiempo. Él y yo hemos pasado por ciertas situaciones un tanto escandalosas de las cuales ni Vale, ni Poché sabían y no podían saber. Me daba pesar no poder contarle todo a mi pequeña, pero por desgracia no podía abrir mi boca. Si Juan Carlos me querrá como la novia de su hija o no, ya es otra cosa la cual no me dejaba dormir a diferencia de a mi bebé.

Era muy loco pensar en todo el tiempo en el que Poché se la había pasado triste, con miedo y con muchas ganas de ser ella misma, pero no podía. Pensar en cómo lo superó, en cómo trabajó en ello y en las ganas que tenía de amarme bien, me inspiraba para querer hacer lo mismo por nosotras. No puedo pretender que tengo una vida doble al estar bien cuando tengo a Poché al lado y por las noches perderme en mi tristeza. Debía trabajar en ello, debía trabajar en mí y quería hacerlo con todas las ganas del mundo.

Saqué mi teléfono para ver mi fondo de pantalla y sonreí al ver a mi novia sonriendo mientras le daba un besito. Lo había decidido ya. Daría lo mejor de mí para mejorar y brindarle bienestar a Poché al darle una mejor versión de mí a la cual ambas podamos amar. Le echaré ganas y lo haré todo por amor.

Por ella y por mí.

----- ←

Continue Reading

You'll Also Like

36.8K 2.8K 20
𝑴 | "𝑇ℎ𝑒 𝐼𝑟𝑜𝑛 𝑇ℎ𝑟𝑜𝑛𝑒 𝑤𝑖𝑙𝑙 𝑏𝑒 𝑚𝑖𝑛𝑒, 𝑤ℎ𝑎𝑡𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑡ℎ𝑒 𝑐𝑜𝑠𝑡" 𝐕𝐈𝐒𝐄𝐍𝐘𝐀 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍, la primera hija de Daemon...
486K 37.7K 57
Poché padece un trastorno. Calle trata de ayudarla. Lee y averigua lo demás. ******************************** INICIADA: 03 / ENE / 2021 TERMINADA: 07...
453K 18.5K 32
¿Qué pasa cuando la novia de tu padre se muda a tu casa, y con ella, su linda y sexy hija? María José Garzón es una universitaria, buena onda, amigab...
30.4K 2.5K 23
kakashi hatake un ninja que paso por mucho en sus escasos 27 años ve como todos los que el amo mueren a manos de su antiguo compañero de equipo Uchih...