MENTES RETORCIDAS [Yeonbin]

By TumishaSioSi

16.5K 2.8K 676

Algunos creen que la suerte no existe. Yo lo confirmo. Cuando me enteré de que el chico que me gusta es gay... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40

23

444 67 24
By TumishaSioSi

Tal vez había sido un error aceptar salir con Yeonjun.

Si bien era cierto que se había acostumbrado en el pasado a verse casi todos los días debido a los ensayos, ahora que había preferido evitarlo, nada más se sentía extraño y nervioso.

Porque, aunque no lo quisiera, cada salida que tenía con el peliazul, Soobin la pensaba como una cita. 

Yeosang le había dicho que no tuviera miedo, y tal vez debería hacerle caso y dejarse llevar por una vez. Él disfrutaba estar con Yeonjun de todos modos. Solo debía volver a acostumbrar a su susceptible corazón una vez más a la exposición.

Esperaba que el peliazul no notara su reciente... ¿Depresión? La verdad Soobin no sabía cómo llamarle a aquella cosa que se lo estaba comiendo por dentro. Tampoco quería ni iba a pensar en ello.

Confiaba en que Yeonjun lo haría sentirse mejor, como en cada ocasión. 

Las calles de Seúl estaban cubiertas por una delgada capa de nieve. Nevaba, pero era apenas por lo que no era incómodo en lo absoluto, más bien era refrescante.

Mientras se dirigía a la cafetería donde lo citó Yeonjun, Soobin guardó sus frías manos en los bolsillos de su abrigo negro, repitiéndose que todo estaba bien y que debía sonreír. Sí, una gran sonrisa.

Cuando estuvo a menos de unas cuadras, Soobin inspiró como dándose coraje a sí mismo, poniendo la mejor sonrisa que pudo, la congeló en su rostro y caminó decidido hasta entrar al lugar.

Yeonjun lo había citado a eso de las cinco de la tarde. Eran exactamente las 5:02 pm, por lo que Soobin estaba confiado de que sería el primero en llegar. Se llevó una gran sorpresa al ver a Yeonjun apenas cruzó por la cristalina puerta del local.

El mayor, tan bonito como siempre, sus hermosas facciones resaltando la belleza de su rostro ligeramente sonrojado debido al frío; este tomaba de su café con una expresión serena que solo lo hacía ver más guapo.

Cuando Yeonjun por fin vio a Soobin y una pequeña sonrisa ladina se dibujó en su rostro, Soobin tuvo que ahogar un suspiro. El de cabellos azules estiró la mano hacia el asiento de enfrente, como diciéndole que tomara siento.

Una vez sentado, Yeonjun fue el primero en hablar.

——Gracias por aceptar mi invitación ——dijo con una pequeña sonrisa ——. Ordené por ti. Galleta glaseada y chocolate caliente, lo de siempre, ¿está bien?

Soobin asintió enternecido por el gesto y por el hecho de que conocía sus gustos bastante bien.

——Gracias hyung.

——¿Cómo has estado? ——preguntó con interés.

Mal, muy mal.

——Bien, ¿qué hay de ti, hyung? ——se esforzó por sonar lo más natural posible.

——¿Ya no te duele?

Soobin se perdió por un momento en la conversación.

——¿Qué?

——Tu tobillo ——respondió con sequedad, tomando de su taza luego. Sus ojos fijos en Soobin, había algo extraño en ellos.

Mierda, verdad.

Si le decía que estaba bien, Yeonjun de seguro le iba decir para volver a las clases de baile, y Soobin no quería. Últimamente se sentía tan apagado que no quería ni bailar, algo que amaba.

——Oh eso... ——Sonrió con timidez e incomodidad ——Todavía duele un poco ——mintió.

Yeonjun miró atentamente a Soobin en silencio. ¿Era la imaginación de Soobin o de verdad había algo intenso en esa mirada?

Antes de que el menor pudiera analizar un poco más esa extraña mirada, el mayor la cambió a una suave, casi indiferente.

Dio otro sorbo de café.

——Es una lástima. Yo de verdad creía que te sentías mejor después de verte correr con Yeosang cerca de tu casa.

Oh.

Mierda.

Soobin pudo haber inventado una excusa, pero creo que ya todos sabemos lo nervioso que se pone estando cerca de Yeonjun, peor ahora que su mentira había sido descubierta.

Sintió que su corazón se saldría de su pecho y por el nerviosismo balbuceó algo con torpeza.

No había excusa, salir con una iba a ser peor. Se calló a sí mismo apretando sus labios juntos.

Yeonjun dejó de ver a Soobin para ver a un costado un momento. Se escuchó una risa que no parecía ser divertida, esta contradecía la expresión socarrona y recelosa en su rostro.

——Entonces... ¿Ya terminaste de evitarme?

El tono brusco de Yeonjun removiendo sus entrañas, sentía un vacío en el estómago terrible.

——Hyung... ——musitó apenas ——, yo no estaba-

——Oh vamos, Soobin ——sonó más como una queja ——. No me mientas. Es muy obvio que has estado evitándome todo el maldito mes ——soltó con molestia.

Gran defecto suyo: Egoísta.

Los dedos de Soobin se encontraron juguetones nerviosamente por debajo de la mesa.

De alguna forma le dolió el tono áspero que usó el mayor, pues este era siempre dulce con él. Soobin bajó el cabeza avergonzado.

——¿Es por lo de tu hermano?

Taehyung. Claro que tenía que traer al perfecto idiota de su hermano a todo.

Soobin quiso reír de histeria, de verdad.

——¿Qué pasa con mi hermano? ——inquirió, su sonrisa flaqueando.

——Lo del Studio ——contestó Yeonjun como si fuese obvio. Vio confusión en el rostro de Soobin. ¿Habría posibilidad de que no supiera nada? Lo dudaba, era su hermano ——. ¿Acaso no te dijo?

Ya no le sorprendía que su hermano le ocultara cosas en vista que apenas se dirigían la palabra ahora. No le sorprendía, pero le dolía la enorme brecha entre ellos que antes era inexistente. Soobin ya no tenía a su hermano y ni siquiera sabía cuál era la razón.

——La verdad no he hablado mucho con Tae ——admitió cabizbajo con un intento de sonrisa.

Yeonjun sintió la extraña necesidad de abrazarlo por lo vulnerable que se veía, por lo triste que se veía. Se le quedó mirando unos segundos. Al darse cuenta de sus pensamientos, sacudió la cabeza como si hubiera pensado en algo desatinado.

No.

Si Soobin no lo quería cerca y quería evitarlo, ¿por qué él tendría que ser pegajoso?

Ugh, maldito sea el día en el que se encariñó con el mocoso.

Si Soobin no lo quería cerca, mucho menos él.  Originalmente Soobin solamente era el hermano de Tae para él de todas formas, y era mejor que así se quedara. Porque le estaba asustando lo que su amistad con Soobin le estaba causando.

Él no se sentía triste cuando sus demás amigos le cancelaban o se daban su espacio. Yeonjun jamás sintió la necesidad de estar tan pendiente de sus otros amigos. No tuvo nunca problemas para apartar la vista cuando sus amigos sonreían, tampoco los buscaba o pensaba en ellos cada vez que se le ocurriera podrían estar cerca.

Jodidamente extraño.

Tal vez ese pequeño espacio que Soobin impuso por su propio bien, le afectó un poco al peliazul. Nunca nadie lo había dejado colgado así de esa forma antes.

Y no había forma de que Soobin fuera el primero. Eso sería humillante para su propio subconsciente sabiendo la razón de su inicial acercamiento.

Yeonjun era como el cazador que pone la trampa y cae en su misma trampa por acercase más de lo debido a su presa. Pero por lo menos, Yeonjun sabía que no era el único atrapado. Él tenía algo a su favor, algo grande.

——Tu hermano renunció a la posesión legal de Studio ——contó, Soobin impactándose con la noticia ——. Le dejó todo a Kook.

Esperen, esperen, ¿qué?

¿Cómo que su hermano había renunciado al Studio? Al lugar que tanto le costó construir, remodelar, alquilar. Taehyung  había dicho millones de veces que era como su segundo hogar, además que sabía que bailar era sin duda una de las cosas que más amaba en el mundo. ¿Qué carajos había pasado? El pecho le dolió al darse cuenta que su hermano no confiaba en lo absoluto en él como para decirle algo así de importante. Pero Yeonjun lo sabía.

——¿Quién te lo dijo? ——No había inflexión en la voz áspera de Soobin.

——Jungkook.

Era hasta vergonzoso admitirlo.

——No sabía nada.

Claro que Yeonjun se sorprendió.

——¿En serio no te dijo? ¿Ustedes han peleado o algo así?

Sí a todo.

——Algo así ——respondió con una sonrisa agria.

Se formó un silencio.

Silencio en el que Soobin pensaba en su hermano mientras Yeonjun se daba cuenta de su tristeza encubierta y lo miraba atentamente.

Era mejor no meterse en asuntos familiares tan personales. Yeonjun sabía que Tae amaba demasiado a Soobin, tanto así que justo esa fue la razón por la que decidió acercarse por ahí en un inicio. 

Las cosas se arreglarían de seguro. Por el momento era otra cosa lo que mantenía al mayor algo inquieto.

——¿Estás enojado conmigo, Soobin? ——preguntó de pronto.

En su rostro se veía la necesidad de la respuesta, pero Soobin creyó que solo se lo había imaginado.

El más alto esbozó una diminuta sonrisa ladina y negó con la cabeza.

——No hyung. Solo... no me sentía bien ——admitió por primera vez.

Yeonjun no pensó cuando estiró su mano para tomar la de Soobin. El castaño levantó la cabeza con los ojos agrandados debido al contacto, mirando a Yeonjun.

El peliazul no era de los amigos que escuchaban tus problemas, tampoco de los amigos que tenían la solución perfecta a ellos. De hecho, era terrible consejero y pésimo para dar confort. Sobre todo cuando no lo sentía natural, y todo gracias a la dificultad que tenía para empatizar con los sentimientos de otros (cortesía de la crianza su padre).

Pero había algo en Soobin, algo en él que lo hacía replantearse sus desconsiderados y egoístas valores inculcados. Era algo así como que Soobin le importaba, bastante.

——Sé que no lo había dicho antes, pero puedes contar conmigo para lo que necesites, ¿está bien?

Yeonjun vio a esos ojos grandes fijados en él, brillar, resaltar con un brillo hermoso.

Definitivamente había algo en Soobin que multiplicaba la culpa cien mil veces más. Su corazón dolió al ver una sonrisa brillante en su rostro mientras este asentía.

——Gracias hyung ——dijo realmente agradecido.

——Si algo te molesta, no dudes en decírmelo.

Soobin sabía que no lo haría, pero agradecía infinitamente sus intenciones, por ello asintió.

En ese momento trajeron los confites de Soobin y pronto abordaron una charla amena en lo que el menor comía. 

Pasó alrededor de una hora en la que hablaban animadamente sobre otros temas, bromeando y riendo.

Soobin se sintió feliz. Feliz como no lo hizo todo aquel mes. Le preocupaba que solo Yeonjun pudiera lograr eso porque no quería crear una dependencia, pero...

Mirar a Yeonjun reír junto a él, esos ojos chinitos y bonitos, la forma en la que sus labios se curvaban para formar sonrisas y carcajadas, sus expresiones...

Había caído tan profundo...

Soobin terminó de comer, fueron a caja a pagar y salieron del local. El invierno haciéndose presente de una bella forma, el cielo celeste todavía era decorado por algunos pequeños copos de nieve.

Soobin por un momento, de verdad empezó a disfrutar sin pensar mucho las cosas. Por eso no se dio cuenta de como inconscientemente enroscó su brazo en el brazo del mayor.

Soobin no se dio cuenta por estar viendo los escaparates de las tiendas, pero Yeonjun sí. Y tal vez se quedó mirando sus brazos enlazados un como que más de la cuenta.

Luego cayó en cuenta.

Yeonjun carraspeó llamando la atención de Soobin.

——¿T- te parece si vamos de compras? Esta temporada está haciendo un frío que te cala los huesos, y la verdad no tengo mucha ropa abrigadora. Toda la que tengo está vieja. ¿Vamos?

Soobin le mostró su mejor sonrisa y asintió con euforia. Yeonjun se le quedó mirando más de la cuenta de nuevo.

——Vamos hyung ——Jaló Soobin de su brazo. Yeonjun reaccionó y se avergonzó por los que había pasado sin darse cuenta, sangre subiendo a sus mejillas.

Soobin no le tomó importancia a ese pequeño gran detalle, jalándolo del brazo para ingresar al centro comercial.

La tarde. Oh por dios, aquella tarde.

Ninguno de ellos se había divertido tanto en meses probablemente.

Fueron a probarse ropa, a comprar comida, incluso compraron tazas a juego.

Cualquiera que los miraría pensaría que eran una feliz pareja.

Las horas pasaron rápidamente entre risas bromas y un par de millones de wones.

Eran las nueve de la noche cuando salieron con las manos llenas del lugar.

Ya en el taxi, camino a casa de Yeonjun primero pues estaba más cerca, sus boquitas parlanchinas parecían no querer cerrarse nunca.

——Creo que me arrepiento de haber comprado la marrón. ¡Debí comprar la negra!

——¡Oh vamos, hyung! Necesitas un poco de variedad en tu closet. La marrón te queda increíble.

——Ni siquiera has visto mi closet ——Una ceja levantándose.

——No hace falta que lo vea para saber que hay dentro. Mínimo una de tus prendas es siempre negra ——se burló Soobin.

Bueno, no había mucho que decir, no podía quejarse. Era cierto.

——A la siguiente yo voy a ser quien elija tu ropa, ¿entiendes? Eso de jugar al estilista lo usaste como oportunidad para molestarme, lo sé.

——Como quieras ——Se encogió de hombros Soobin, esforzándose por no exponer la enorme sonrisa que se empezaba a colar en sus labios ——. Aburrido.

Yeonjun vio con incredulidad a Soobin y rió. Era increíble como el chico podía ser tan cambiante. A veces actuaba como una ovejita asustada y otras era el chico más confiado del mundo. Se preguntaba cuál era el verdadero Soobin.

Llegaron a la casa del peliazul.

——Nos vemos, hyung ——Se despidió alegre y educadamente Soobin.

Yeonjun bajó con sus tantas bolsas, cerró la puerta del taxi, y por la ventana abierta inclinó su rostro.

——Más te vale que no me vuelvas a ghostear, mocoso. Yo... ——bajó la cabeza como si en verdad no quisiera decir lo que estaba por decir ——Me preocupo por ti ——Sus ojos se hallaron.

Se preocupa por ti Soobin, Yeonjun se preocupa por ti.

¿Por qué de repente tenía ganas de llorar?

Soobin asintió con una sonrisa de labios juntos y prietos.

——Nos vemos, bonito ——Con dos de sus dedos, apretujo su fría mejilla antes de irse finalmente.

El corazón de Soobin sintonizó con la estación y se congeló un momento, parecía que todo a su alrededor se estaba derritiendo.

El lugar donde el mayor había tocado quemando, pero quemaba con exquisitez.

El taxi se puso en marcha y Soobin solo pudo ahogar un gritito de genuina felicidad mordiendo su labio inferior y cerrando los ojos, su cabeza apoyada en la ventana. Recordando lo que él podría describir como uno de los mejores días de su vida.

Sin embargo, no fue así hasta el final. Porque recibió una llamada.

Yeosang.

Él no solía llamarlo a esas horas.

——¿Hyung?

Se escuchó un sonido de interferencia antes de exponer escuchar la voz del mayor.

——Hey ——dijo simplemente, pero Soobin se preocupó inmediatamente al notar su voz ahogada y apagada, como si hubiera llorado.

——¿Qué pasa hyung? ——cuestionó alarmado.

——N-nada. ¿Cómo te fue con Yeonjun? ——Ahora era evidente para Soobin que Yeosang había llorado.

——¿Qué sucede?

——Nada... ——exhaló ——Solo quería llamarte y- ——Sonidos de voces y vidrio interrumpiendo.

——¿Dónde estás? ——preguntó apresurado Soobin.

——Estoy bien, nada más quería-

En esa última palabra, Soobin pudo darse cuenta de que estaba borracho. Yeosang no solía tomar, y cuando lo hacía era lo mínimo posible, por eso era casi imperceptible.

Soobin despegó su oreja del auricular y no escuchó lo que Yeosang tenía que decir porque sabía que el mayor le diría de todo menos su ubicación.

Felizmente, ambos habían decidido enlazar sus celulares por medio de una opción de ubicación. Así ambos tendrían la ubicación del otro en caso de emergencia.

Bar chino HuangChia.

Soobin volvió a pegar el oído al auricular y escuchó un "lo siento, no sé cómo pasó, pero no pude evitarlo".

——Hyung, voy en este momento. No te muevas ——Colgó ——. Señor ——llamó al taxista que lo observó desde el espejo ——, al bar HuangChia, por favor.

Nueva ruta.

Diez minutos después, Soobin se encontró a sí mismo trotando con cuatro bolsas en mano hacia el bar.

Apenas entró, buscó con su mirada al mayor, sintiendo profundo alivio al encontrarlo sentado en la barra con la cabeza caída.

Ojos hinchados y rojos, por supuesto que había llorado. Su corazón se estrujó.

Se acercó a pasos rápidos hacia él.

——Hyung... ——llamó dulcemente a sus espaldas.

Yeosang volteó cuando escuchó su voz. Cuando lo vio, sus ojos brillaron por varias razones; una de ellas, nuevas lágrimas.

Le sonrío.

——Oh, hola Binnie. No deberías estar aquí ——rió mientras literalmente lágrimas caían por sus mejillas.

Soobin negó con la cabeza y se sentó en el espacio vacío a su costado.

——Hyung, ¿qué ocurrió? ——preguntó con dulzura tomando su rostro entre frías manos.

Sus manos eran tan frías.

Yeosang ni siquiera estaba viendo a Soobin cuando respondió.

——Nada, solo... ——Tomó una inspiración temblorosa ——Solo... ——De nuevo ——So-solo...——Su voz se quebró al final.

La cabeza le daba vueltas, le pesaba, todo le dolía. Se dejó caer porque, irónicamente, solo en sus brazos estaba a salvo.

Dejó caer su cabeza en el hombro del menor, aspirando su esencia, apretando su abrigo entre sus manos casi con odio.

Refugiado.

——Él no me quiere ——sollozó en su hombro ——. No soy yo ——lloró, rompiéndole el corazón a Soobin por oírlo así de destrozado. Jamás lo había visto tan triste ——. Él- él no me quiere –—sollozó con más fuerza contra él.

Ah mierda, como dolía.

Soobin sintió mucha impotencia.

Seonghwa era un idiota, un completo idiota. Soobin quería matarlo.

Las manos de Soobin acariciaron su cabello mientras lo dejaba empapar la hombrera de su abrigo.

Su barbilla se apoyó en su cabeza y arrulló con cariño.

——Está bien hyung, lo estará ——Le aseguraba al mayor con el corazón en la garganta ——. Todo va a estar bien ——besó su cabeza.








Continue Reading

You'll Also Like

110K 2.3K 20
- Tom Riddle - Mattheo Riddle - Theodore Nott - Lorenzo Berkshire - Regulus black - Draco Malfoy ¿Cuál es su favorito? Espero les agraden los one s...
57.3K 3.7K 45
Malachi Barton Madelaine Lee
88.5K 12.3K 19
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...
658K 96.2K 96
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...