The Guardian

By Ana5Harmony

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Hasta del dolor más grande puede surgir el amor. -Su Escritora Prohibida la copia y adaptación de esta histor... More

Capítulo I
Nota
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Between
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Between
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII

Capitulo XXVI

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By Ana5Harmony

**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: Listen- Beyoncé

~*~

UN AÑO ATRÁS

LAUREN MARCHETTI

Mis manos tiemblan incontrolablemente mientras sostengo entre ellas una pequeña caja que sé perfectamente lo que contiene. El agua de la ducha sigue corriendo y escucho a Caleb tarareando una canción lo que me da tiempo de sentarme a la orilla de la cama y tratar de calmarme. Debería sentir emoción, entusiasmo y estar feliz por lo que esta caja representa, pero estoy lejos de ese sentimiento.

Listen de Beyoncé suena en la sala de estar y el nudo en mi garganta se agranda. Era algo que esperaba desde hace mucho tiempo porque Caleb me había expresado que deberíamos hacer las cosas oficiales. Muy dentro de mí lo sabía, y estaba aceptándolo, pero no esperaba sentirme de esta forma y la razón es evidente. Lo reconozco muy dentro de mi pero tengo miedo de decirlo en voz alta.

Mis ojos se cierran y estoy segura que lo hará en la cena de navidad con toda mi familia viéndome fijamente. Los ojos de decepción de cada uno sobre mi como el día que les dije que dejaba la sinfónica.

Tres meses.

Eso era lo único que tenía para convencerme de nuevo que esto era lo que deseaba. Este era mi sueño con Caleb. Era lo que había decido, y estaba feliz. La idea de una familia era algo bueno. Me acerco al espejo y soy capaz de notar la palidez en mi rostro. En ese momento el teléfono se ilumina sobre la mesa y mis ojos se llenan de lágrimas al ver el nombre en la pantalla. La culpa carcome mi alma y soy incapaz de tomarlo y contestar.

Tres meses.

Eso es lo único que tengo para prepararme para ver su rostro de decepción. Su rostro de culpa y traición. Y tratar de no derrumbarme allí mismo.

Tre mesi.

~*~

TIEMPO ACTUAL

CAMILA LOCKWOOD

—¿Lauren? —sus hermosos ojos se encuentran con los míos y noto en ellos tristeza y desolación. Estamos sentadas en el parque ella entre mis piernas mientras la música se escucha en todo el lugar. Puccini y Thunder están cómodamente recostados sobre una manta y todo parece perfecto—. ¿Estás bien, cariño? Si no te sientes cómoda con la música podemos irnos.

—Es la canción—ella se abraza más a mi mientras los músicos tocan Listen de Beyoncé—. Me trae algunos recuerdos.

—¿Quieres contarme? —mi mano pasa un mechón de cabello atrás de su oreja con cuidado y no puedo evitar acariciar su mejilla.

—Toda mi familia siempre pensó que mi relación con Caleb era perfecta—me sorprenden sus palabras pero intento darle la confianza de hablar conmigo.

—¿Y no lo era? —ella niega pero guarda silencio mientras se pega un poco más a mí. Por un momento pienso que no va a continuar. Quiero saberlo todo de ella, quiero conocer su historia. Quiero decirle la verdad.

—¿Alguna vez escuchaste hablar de Dinah Murray? —Sus manos acarician las mías y su cercanía me enloquece.

—He escuchado de ella, si—le digo suavemente dándole un beso en la mejilla dándole mi apoyo—. Mi madre es fanática de los musicales de Broadway.

—Yo solía trabajar para ella—mis ojos se abren con sorpresa y ella se gira unos segundos para observarme con una sonrisa triste—. Compartimos algunas clases en Juilliard. Ella me reclutó para ser su mano derecha en algunos musicales. Ayudar con los arreglos musicales en su mayoría.

—¿Qué musicales? —los ojos de Lauren brillan dejando atrás la tristeza y noto la pasión en su mirada.

—El Fantasma de la Ópera y Radio City Christmas Spectacular—su mano se entrelaza con la mía y yo contengo el aliento ante los musicales que Lauren menciona. Son dos de los mejores musicales de todos los tiempos.

—Radio City—no es pregunta solo sorpresa. Ella asiente y yo me acomodo para verla a los ojos y acaricio su mejilla—. ¿Son tus arreglos musicales?

—No he visto el de los últimos dos años, pero si Dinah sigue siendo la directora supongo que sigue usando mis arreglos

—Yo adoro ese musical, sobre todo cuando unen a las Rockettes—ella me sonríe y yo le guiño el ojo tratando de quitar un poco la tensión del momento—. Hablamos de las Rockettes, mi amor—ella empieza a reír—. Eso es como entrar en la fantasía ideal de cualquier lesbiana—ella me golpea el brazo y ambas empezamos a reír. Mi mano acaricia su mejilla y me pierdo en sus ojos—. Aunque admito que estaba equivocada, porque mi mayor fantasía sin duda eres tú.

Estamos en un lugar público, rodeadas de personas pero nada me puede impedir besarla. Mis labios se juntan con los de ellas transmitiéndole mi admiración, mi amor. Yo sabía que Lauren era talentosa solo por forma de tocar el piano, pero jamás me imaginé lo que dejó atrás. El beso se profundiza mientras ella toma mi rostro entre sus manos y yo me dejo llevar.

Nuestro beso termina y veo sus ojos oscurecidos de placer. La punta de mi nariz pasa por su mejilla, sus ojos, su nariz y la escucho reír y acercarme más a ella. Mis labios tocan su cuello y dejo un casto beso antes de abrazarla con fuerza contra mi cuerpo.

—Mi novia era la directora musical de Christmas Spectacular—le digo al oído y le doy un beso cerca del lóbulo—. Necesito pedirte tu autógrafo desesperadamente. No sabes las maravillas que haría con él en Ebay.

Su risa es hermosa cuando se separa de mi para verme a los ojos. Ambas sonreímos y nos damos cuenta lo despreocupadas y felices que somos juntas.

—Solo lo dirigí un año—yo tomo su rostro y acarició su mejilla de nuevo.

—El hecho de que tuvieras la oportunidad de dirigirlo es algo que no puedo llegar a imaginar, mi amor—la veo con sinceridad—. Eres la mujer más talentosa que he conocido en mi vida.

—Me has escuchado tocar y cantar una vez—yo asiento y la beso de nuevo dulcemente.

—Es lo único que necesité para estar segura de que eres una mujer espectacular, talentosa que merece tener la oportunidad de compartir ese talento con el mundo. Que la gente te vea y sonría solo con tener el placer de conocerte.

—Esa es una oportunidad que no volverá—ella observa a los músicos y veo el anhelo en sus ojos. Un anhelo que ya no intenta ocultar, por lo menos no a mí—. Una oportunidad perdida en este medio te cierra las puertas ante todo lo demás. Caleb odiaba que trabajara tantas horas en musicales. Me decía que al tener una familia eso no sería posible—ella suspira y se mueve un poco para acariciar a Puccini que está tomando agua cerca de nosotras—. Cuando decimos vivir juntos y lo anunciamos a nuestra familia decidí no volver para el siguiente año y terminar mi contrato con Dinah Murray. Era algo que no iba a pasar porque fue el año en que él...—Lauren no termina la frase y yo siento un nudo en la garganta al escucharla.

—¿No querías dejarlo atrás, cierto? —Lauren toma a Puccini entre sus brazos y lo pone cerca de ambas. Le quitamos la correa para abrazarlo mucho mejor mientras Thunder permanece ajeno a todo dormido bajo la sombra del árbol dónde estoy apoyada con la mujer de mi sueños entre mis brazos.

—No—ella suspira con tristeza pero no duda al responder—. Esa fue mi herida final. El ver la cara de decepción de Dinah cuando tenía un contrato para mí para trabajar con Wicked fue uno de los momentos más horribles de mi vida. Caleb jamás supo que esa noche dejé atrás un contrato casi millonario por apoyarlo en su sueño.

—Sacrificaste tu sueño por seguir el de él—me dolía escucharla decir eso. Cuando nos conocimos meses atrás ella siempre repetía que era un sueño compartido, pero ahora me estaba mostrando su parte vulnerable. La parte de la verdadera Lauren y no la creación de Caleb Evans. En ese momento un poco del respeto que tenía por su recuerdo murió.

—Su sueño—murmura ella como absorbiendo las palabras y por primera vez no me contradice—. Él pensaba que trabajar en Juilliard me hacía feliz. Cada día que me levantaba y llegaba al salón de clases era como una daga en mi corazón. Al final quedaba poco de la mujer que llegó a New York persiguiendo un sueño.

—¿Nunca se lo dijiste? —ella niega y busca de nuevo mis brazos. Yo me acomodo y abro un poco más mis piernas para abrazarla contra mí.

—Caleb...tenía un oído selectivo algunas veces—su voz se ha vuelto suave. Yo aparto su cabello hacia un lado para apoyar mi mentón sobre su hombro para escucharla. No la presiono, quiero que se tome su tiempo para hablar conmigo.

Sus labios encuentran su mejilla y le doy suave besos animándola a continuar. Ella se apoya mucho más en mi dándome un poco de acceso a su cuello.

—Intenté decírselo muchas veces, pero nunca encontraba las palabras—mis besos suben a su mejilla y ella se gira un poco para verme—. Mi voz fue silenciada tantas veces que al final sentí que no valía la pena discutir con él justo como esta canción. Caleb tenía una forma de decir las cosas que me hacía creerle, aunque mi opinión fuera distinta.

—¿Discutían mucho? —la sonrisa de Lauren es triste y niega con la cabeza.

—Para discutir se necesitan dos personas, cara mia. Yo no estaba dispuesta a discutir por nada. Aprendí a decir si a todo y eso nos ahorraba muchas discusiones.

—Conmigo no lo hagas—acaricio su mejilla y ella cierra sus ojos ante mi contacto escuchamos a los músicos empezar a tocar otra canción, y la veo abrazar a Puccini un poco más fuerte contra su pecho—. Quiero escucharte gritar, enojarte decirme lo que te molesta. Quiero que me digas que no cuando lo merezca—su sonrisa es suave y levanta a Puccini para acariciarme el rostro con una de sus patitas. Sé que hay mucho más detrás de esta historia que Lauren no me ha dicho, y mi corazón duele por ella.

—¿Quieres discutir conmigo? —su nariz acaricia la mía.

—Quiero que tengas una opinión. Me importa lo que piensas, lo que crees—tomo la patita de Puccini y lo tomo entre mis manos para ponerle la correa y que vuelva a su manta junto a Thunder. Busco las manos de Lauren y la ayudo a ponerse de pie—. La vida no nos dice si a todo lo que queremos, mi amor. No podemos controlar lo que la vida nos da, pero si podemos controlar lo que creemos, lo que deseamos, y nuestra opinión. Eso es algo nuestro, que nadie debe arrebatarnos.

—No podemos controlar lo que la vida nos da, amore mio. Yo callé mi arte por años porque dejé de soñar. No escuché a mi corazón, pero esta vez no cometeré el mismo error. Mi corazón grita tu nombre. Tú eres el regalo que la vida me da para empezar de nuevo—sus manos me toman por la cintura pegándome a ella y sus ojos brillan—Sei l'amore della mia vita, Camila Lockwood. Te amo con todo mi corazón. Caleb fue mi primer amor pero...contigo es diferente.

Mi corazón se llena de amor ante sus palabras y mis ojos buscan su mirada. Algo dentro de mí no me deja ser feliz. Necesito decírselo, necesito que lo sepa para poder continuar.

—Lauren yo también te amo—ella pega su frente a la mía con dulzura—. Necesito decirte algo importante. Tú estás abriendo tu corazón conmigo y sé que quizás no es el momento ni el lugar.

—Si te sientes lista—sus ojos se encuentran con los míos y su sonrisa es triste—. Nada de lo que me digas cambiará lo que siento por ti, Camila. Ahora sabes que mi relación con Caleb no es lo que todos piensan. Estoy cansada de fingir y dejar que los recuerdos te llenen de dudas cuando eres lo más real y hermoso que he tenido en mi vida.

—Lauren—ella niega poniendo dos dedos sobre mis labios para silenciarme—. No sé cómo empezar a decírtelo. No creo que un lugar lleno de personas sea el ideal.

—No importa el lugar, Camila. Lo que me importa es que tus palabras no lastimen lo que tenemos—ella me ve a los ojos y siento un nudo en la garganta. Al ver sus ojos algo dentro de mí lo supo de inmediato.

—Lo sabes—no es una pregunta y ella tampoco lo niega. Su mano acaricia mi mejilla y sus ojos se llenan de lágrimas.

—Lo supe desde Italia—me dice finalmente y algo dentro de mi pecho se contrae y bajo la mirada avergonzada—. No pude hablar contigo la noche del accidente pero recordé tu nombre. Lo confirmé la noche que llegue al hospital a dejarte la cena y vi a Hayden. Recordé que ella habló un día después y explicó lo que pasó.

—Lauren, yo intenté salvarlo. Hice todo lo que lo que estudié para esas situaciones—ella volvió a negar y me sonrió con tristeza.

—Sé que hiciste todo lo posible mi amor—ella parece sincera pero sus lágrimas hacen que mi corazón duela—. Caleb iba muy mal herido desde el accidente.

—Pero yo era nueva—mis ojos se llenan de lágrimas y siento mis manos temblar. Trato de controlarme pero me pongo de pie y doy unos pasos lejos de nuestras cosas y me abrazo a mí misma viendo la inmensidad de los edificios frente a mí. Escucho los ladridos de Thunder atrás mío pero no me giro.

Esa noche estaba muy nerviosa de empezar el turno y ser la encargada de emergencias. Estaba aterrada esa noche aunque jamás dejo que nadie descubra mis emociones. No se lo dije a Nathalie. Nadie sabía que realmente estaba aterrada de quedarme a cargo. La responsabilidad era abrumadora y no ayudaba que Caleb Evans fuera el primer paciente de la noche. No después de todo.

Los brazos de Lauren me rodean la cintura abrazándome fuertemente y yo cierro mis ojos sintiéndome débil por unos momentos.

—Lo intenté salvar, Lauren. Pero todos saben que yo...—alzo los ojos hacia el cielo y siento el dolor en mi pecho—. Una doctora con más experiencia quizás hubiera hecho las cosas diferentes. Una doctora que no estuviera involucrada.

—¿Involucrada? —yo me giro entre sus brazos y la veo directamente a los ojos, y veo la confusión en ellos.

—Alguien que no lo odiara—ella me suelta inmediatamente y mis ojos se encuentran de nuevo con ese color verde que tanto amo—. Alguien que no estuviera loca de amor por la misma mujer que él. No después de nuestra historia.

—¿De qué hablas? —la veo girar a su alrededor y la música se escucha tan lejana. Parece nerviosa y en ese momento freno mis palabras—. No entiendo nada, Camila.

—No es el momento de hablar todo esto, Lauren—la veo llevar sus manos a su cabeza y en ese momento siento frio en todo mi cuerpo—. Lauren...—no me responde y solo la veo caer al suelo de rodillas—¡Lauren! —me acerco a ella pero algo me lo impide un fuerte viento nos rodea y aunque lo intente no puedo tocarla. No puedo sentirla, no puede escucharme—¡Lauren!

Pero lo único que quedó fue oscuridad, y frio mucho frio.

~*~

BETWEEN

—¡Basta! —gritó Margaret apagando la imagen del espejo mientras caminaba hacia atrás inestable cayendo sentada al suelo. Sus manos temblaron ante el frio de la cabaña y sus ojos se abrieron encontrándose a Billy cruzado de brazos en la puerta de la cabaña.

—Debo admitir que estaba interesado en el desenlace. Me gusta cuando la realidad se abre paso entre la supuesta magia distorsionada del espejo—Margaret se levantó de inmediato y sus ojos mostraron enojo.

—Es mi sesión privada—dijo Margaret y Billy puso los ojos en blanco.

—No para el guardián—dijo él encogiéndose de hombros—. Debo admitir que esto de distorsionar la mente de los humanos se está volviendo un hábito por aquí. Primero Evans y ahora tú también aunque si tanto éxito como él.

—Estoy tratando de corregir lo que Evans hizo—Billy empezó a sonreír—. Estoy cumpliendo mi misión.

—Creo recordar que esa misión se basaba en una sola mujer—la sonrisa se borró de su rostro—. No recuerdo que mencionara dos.

—Las dos me conciernen—Margaret respiró hondo observando el espejo y Billy negó—. No puedo cumplir mi misión si no están las dos involucradas.

—Lo que haces no es permitido, Margaret—le dijo fijamente—. Tú misión jamás será aceptada si manipulas sus mentes. ¿Un nuevo encuentro?, ¿Una nueva historia?

—Es la única forma que esto se arregle, Billy—Margaret respiró hondo sintiéndose molesta mientras salía de la cabaña—. Caleb está arruinando todo y cómo tú no quieres interferir tengo que arreglar las cosas a mi manera.

—No puedo interferir con él—dice simplemente—. Sabes cómo son las cosas, Margaret. Como futuro guardián tiene algunas ventajas sobre todos ustedes. No tiene una misión establecida así que está creando la suya de sus emociones. Solo por lo que ve en el espejo, una historia creada por ti hasta cierto punto.

—Si él conociera la verdadera historia su odio seria mayor, Billy—Margaret negó suavemente—. Ninguna de las dos pidió esto. Si no interfiero y la historia se conoce como es no podrá controlarlo. Es necesario que ella despierte para que su mente sea menos vulnerable.

—No quiero verte interferir con la mente de ninguna de las dos de nuevo, Margaret. Si alguno de los vigilantes te atrapa en el acto no podré defenderte.

—Pero va a despertar, Billy—murmuró con preocupación—. No podemos permitir eso que Caleb tenga acceso a su mente y recuerde. Cambiar un poco la historia a nuestra conveniencia es necesario.

—Lo que haces solo crea confusión en su mente. Olvidar su verdadera historia y la esencia de sus sentimientos. Manipulando sus mentes no eres mejor que él—su voz sonó seria mientras se alejaba por el camino de nieve y Margaret se quedaba atrás sintiendo el frio penetrar su cuerpo por primera vez en mucho tiempo.

Billy tenía razón. Estaba actuando torpemente igual que Caleb pero era la única forma de detenerlo. Su mente tenía que recordar lo necesario para limpiarse y poder convertirse en el guardián donde sus propios sentimientos y emociones se perderían para siempre.

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¡LISTO!

Espero sus comentarios y teorías sobre este capítulo. Recuerden nada es lo que parece. Nos leemos pronto.

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