No te enamores de Ada Gray (L...

By FlorenciaTom

18.2K 1K 80

Ada Gray decide morir. Se siente una fracasada, está harta de vivir con hambre debido a su miserable empleo c... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8.
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Final de la primera parte
SEGUNDA PARTE

Capítulo 15

347 26 1
By FlorenciaTom

Capítulo 15.

Antes de que Max apareciera en mi vida, no me hubiese imaginado nunca encontrarme en aquella situación. Me sentía algo emocionada por conocer a un hijo de mi madre, ya que no recordaba haber tenido una oportunidad así.

Digamos que conocer a uno era un privilegio y no sabía si generar expectativas sobre dicho encuentro era algo bueno para mí, así que intentaba tomarlo con calma.

Yo no sólo era mitad humana y mitad diosa, mi madre se había relacionado con un hombre al cual nunca conocí y tampoco me interesó conocer por miedo a que me rechazara. Era de esperarse que mi emoción aumentara a medida que me acercaba al sitio donde se encontraba Príapo.

Subía hacía el segundo piso del barco, donde las paredes del pasillo de las escaleras era tan estrechas que por poco me rozaba los brazos. Olía a una mezcla de tabaco, ambientador de flores y madera. Las luces del techo eran amarillentas, tanto que me cansaban la vista.

Llegué a una puerta de madera clara que estaba ubicada en el último escalón y toqué el botón de un pequeño timbrecito, ya que golpear con el puño no me ayudaría de nada por la música tan alta.

No tardó en aparecer un hombre enorme y canoso de traje, con pinta de pertenecer al equipo de seguridad de Príapo cuando se abrió tan sólo un poco la puerta.

—¿Y tú quién eres? —fue lo primero que me preguntó el guardia, mirandomé de arriba abajo y con desconfianza.

—Hermana de Príapo. Soy Ada Gray—contesté, sería.

—Mmm…

Volvió a rebajarme con la mirada y cerró la puerta bruscamente. Me crucé de brazos y apoyé la espalda contra la pared, esperando a que volviera abrir.

No sé cuánto esperé, pero se sintió como una maldita eternidad. La puerta se abrió y me sobresalté.

—Príapo dice que pases—me avisó el matón, quien ahora abrió la puerta sin desconfianza alguna.

—Gracias, grandulote.

El segundo piso me sorprendió. Parecía el sector Vip de la fiesta. A un costado del enorme salón había un bar con varios señores sentados en él, había personas charlando de pie, tanto hombres como mujeres que estaban demasiado elegantes con sus ropas caras. Cuadros y paredes lujosas, y una vista al mar digna de ser fotografiada y subirla a Instagram. 

Pero a pesar de ser un ambiente elegante y que irradiaba dinero puro, lo que capturó mí atención fue el pequeño escenario donde dos mujeres bailaban con el torso desnudo, con enormes pechos y unas bragas que se perdían en su trasero y con dos pelucas oscuras. 

Aparté la mirada, sintiéndome avergonzada por algún motivo.

Frente al escenario, estaba sentado Príapo, sentado en un sofá digno de un rey con detalles de oro y tela roja cara.

Me acerqué a él, cruzándome de brazos y mirando el baile sensual de las bailarinas contra el caño.

—Un show imperdible ¿no?—comenté, sarcástica.

Príapo me miró, y me sonrió, mostrándome su dentadura inmaculada que incluía un diente de oro. Tenía la apariencia de un hombre de veintisiete años, cabello rubio y unos ojos azules hipnotizantes. Tenía un gran parentesco a mi madre.

Se levantó del sofá y me embistió dándome un fuerte abrazo que me arrebató el aire. Lo que atrajo mi atención fue que alrededor de su cintura lo rodeaba una gruesa manta roja...quizás para cubrir su...enorme cosita.

—¡La belleza de Afrodita personificada!—me dijo, con una gran energía—. Si no fueras mi hermana te follaría y te ofrecería tomar una copa de vino desnudos—se echó a reír con gran estruendo.

Me horroricé. Este tipo estaba loco.

—Demonios, que directo eres.

—Mira tu pelo...tus ojos...cuanta belleza digna de ser contemplada —me dijo, tocando mi cola de caballo y acercando su rostro al mío para ver mis ojos. Que alto era—. Sí, eres una hermana mía, sin lugar a duda. Tienes la cara de mi mamita. Siéntate a mi lado. —confirmó, mientras le hacía señas a alguien para que me trajeran un asiento.

Fruncí el entrecejo, apartado la mirada mientras mis mejillas se sentían acaloradas. Me senté finalmente a su lado, intentando no mirar el espectáculo de las chicas desnudas que no dejaban de bailar contra el caño. Príapo seguía maravillado, con los ojos brillosos centrados en el baile del escenario.

—Es la primera vez que conozco a un hermano mío —le confesé, nerviosa.

—¿En serio? —me miró, desconcertado —. Yo conozco a todos mis hermanos y a ti no te había conocido nunca ¿hija de quién eres en realidad?

—Soy hija de Afrodita y un humano que no conozco—respondí, temerosa a que me discriminara por eso.

Apoyó su codo en el respaldo de la silla y me miró, pensativo, con sus dedos en su pálido labio.

—Sabes que tendría que echarte a patadas en el culo de aquí por no ser una diosa en su totalidad ¿no es cierto? —me dijo, arqueando una ceja y con un tono de advertencia en su voz. Cuando estaba a punto de responderle, él prosiguió —. Afrodita tuvo muchos hijos, con millones de hombres humanos, es por eso que sólo considero a mis hermanos que sólo provienen únicamente de dioses. Pero... tú me caes bien, Abba.

—Mi nombre es Ada —le corregí, con cuidado a que no se enojada—. Y siento mucho si te estoy molestando yo...

Levantó el dedo en señal a que me callara.

—Voy a considerarte cómo una hermana sólo por el simple hecho de que eres la primera hija de mi madre que conozco que es mitad diosa —me dijo, serio —. Y quizás, considere en unirte al grupo de WhatsApp que tenemos con nuestros hermanos.

—¿Tienen un grupo de WhatsApp? —abrí los ojos como platos.

—Por supuesto, aunque te voy a contar un secretito—se inclinó en mi oído —. Lo tengo silenciado porque son muy parlanchines. No se lo cuentes a Cupido.

Su comentario me hizo sonreír. Aquel sujeto me caía bien. Cupido. Él conocía a Cupido...

—¿Qué es lo que te trae por aquí, hermana? —me preguntó finalmente.

Un par de señores nos ofrecieron una copa de vino la cual no tardamos en tomar y beber, luego de hacerlas chocar.

—En primer lugar, deseaba conocerte. Es la primera vez que conozco a un hijo de mi madre y déjame decirte que es un honor para mí que me hayas aceptado. Y en segundo lugar...quiero pedirte que le des una oportunidad al negocio de Maximiliano Voelklein con sus restaurantes —solté, temerosa al rechazo.

—¿Tú eres la novia de Max? —me preguntó, escandalizado.

—Emmm, no. No soy su novia, sólo soy su..., es complicado —confesé, extrañada.

—Tú no puedes estar relacionada con un Voelklein, Ada —me dijo, furioso.

—¿Qué?¡¿Por qué?!

Cuando estaba a punto de hablar, se calló de repente, como si se hubiera arrepentido de golpe mientras meneaba con la cabeza.

—Información mundana sólo la da un mundano o tu progenitor. Pero tú y Max no pueden estar juntos y yo no voy a darte esa información—soltó, en seco y enojado.

Me quedé helada... no sabía qué pensar a lo que me decía. Afrodita me lo había advertido...y ahora él. 

Me era difícil aceptar que no quería ni tenía la intención de apartarme de Max, él lo había dado todo por mí y yo no tenía intenciones de dejarlo ir por el enorme cariño que tenía.

—Lo siento, pero yo no haré ningún trato con ningún Voelklein por más tentador que sea —sentenció Príapo.

—Mamá me dijo que me alejara de él...pero yo no tengo intenciones de hacer eso —le dije, firmemente.

—Si tú escuchas a una diosa decirte que NO es porque tiene toda la razón. Yo que tú obedezco a mamá, Ada. Por algo te estamos advirtiendo que te alejes de él —insistió, con voz firme —. Al menos que..., tú me hagas un favor si quieres que acepte ese trato.

Tragué saliva, sin saber con qué saldría ahora

—¿Qué estás dispuesta hacer por amor, Ada Gray? —me preguntó, sonriente y pícaro —. Sé que no viniste sola y que una amiga tuya te acompaña...las necesitaré a las dos para proponerte algo que me ayudara a mí a obtener otros negocios y que sin duda a ti, te servira.

Continue Reading

You'll Also Like

62K 10K 39
Que pasaría si tienes 17 años y de quién pensabas estar enamorada no lo estás y sin embargo te sientes atraída por una mujer 8 años mayor que ella...
129K 28K 59
La mano del rubio se coló bajo la máscara del anbu acariciando su rostro suavemente, los azules lo veían con debilidad y un gran amor, Itachi se dejó...
33.9K 3.8K 18
Bradley tiene una nueva oportunidad de recuperar su estatus, aun si eso implica perder su orgullo ante Max. Quedando a su merced, estará dispuesto a...
88.4K 8.8K 23
Esto es despues de los sucesos de la pelicula (Extremadamente Goofy 2) despues de que Max junto a su padre lograron ganar la competencia de Los juego...