Llegada la noche, el clima era frío y húmedo cada casa tenía en la entrada dos antorchas todo estaba en un silencio afligido solo se escuchaban los lejanos aullidos de un animal, Thomas estaba afuera de su casa había convocado a los pocos habitantes de Hilk. Tenía que dar un largo discurso de motivación, pero al ver los rostros de los sobrevivientes se sintió abatido, a su lado derecho estaba su esposa y su hija con la cabeza inclinada hacia abajo mostrando respeto el silencio reino por unos segundos más hasta que su esposa lo miro y le dirigió una sonrisa suave motivándolo para que iniciara su discurso. A su lado izquierdo estaba el líder de los Hilk. Thomas tomo aire y dijo:
-Se que lo sucedido ha sido muy duro y que va a dejar un enorme hoyo en nuestros corazones imposible de llenar -Hizo una pausa- Pero debemos luchar por nuestra gente caída, debemos resistir a todos los obstáculos que nos ponga Lismey nunca demostrarle miedo unir nuestras fuerzas para poder vencerla.
Se escucharon aplausos del público.
-He hablado con Thomas y he tomado una decisión que nos beneficiara – Brett tomo la palabra- Como líder es mi trabajo ponerlos a salvo, por esto después de varias charlas he votado a favor de que los Hilk hagan desde hoy parte de los Dey -Su voz era fuerte y trataba de reflejar confianza – Nuestras fuerzas de defensa están débiles, ahora somos menos, Thomas y los Dey nos han sido de mucha ayuda y nuestra forma de pagarlo será uniéndonos a ellos para así quizás poder ganar esta batalla.
Thomas miro a Brett e hizo una reverencia al pueblo, estaba agradecido con la decisión.
Las personas aplaudían y silbaban.
Al volver el silencio y Brett continuo.
-Así que -Busco en el bolsillo de su pantalón y saco un reloj que brillaba como el oro- Será mejor que tengas esto – Se dirigió a Thomas.
Thomas lo miro atónito.
-No creo que haga falta.
-Esto es una emergencia -Levanto el reloj, enseñándoles a todos, la luz de la luna reflejaba en el pequeños brillos - Así es, este es uno de los amuletos, hecho por los seis sabios, se le ha otorgado a cada líder de Hilk generación tras generación con un único fin, proteger a su pueblo -Lo cambio de mano- Ahora somos parte de los Dey y por ello lo mejor será que lo tenga su líder, nuestro líder- Extendió su mano para que Thomas lo tomara.
Todos estaban asombrados algunos murmullos corrían entre el público, mientras unos hablan del hecho de que jamás habían visto un amuleto en persona y de cómo se llegó a pensar que solo eran un mito para que los habitantes se sintieran respaldados ante cualquier calamidad otros pensaban que el dárselo al líder de los Dey era una decisión apresurada y poco responsable.
Thomas dudaba no quería cuestionar a Brett, pero…, se acercó a él y en voz baja le dijo:
-No recuerdas lo que dice la ley, el amuleto solo se entrega a un niño que tenga quince años. -Se empezaba a sentir incómodo.
-Lo sé, pero mi gente ya no tiene jóvenes ni ejército. – Respondió Brett- No digas más, acéptalo como un acto de agradecimiento por recibirnos.
Thomas miro el amuleto pensó que no era correcto miro al público eran una mezcla de cientos de emociones, volvió la vista a Brett le dio una sonrisa forzada, puso su mano encima del reloj hubo un silencio y Brett dijo:
-Yo Brett líder de los Hilk elijó a Thomas para que sea el próximo sucesor del amuleto.
Después de decir las últimas palabras el reloj empezó a brillar cada vez más y de repente el objeto dejo de ser solido tenía la apariencia de oro derretido que de un momento a otro comenzó a deslizarse por la mano de Thomas el brillo no cesaba todos miraban pasmados, lo que veían sus ojos era indescriptible el líquido subió por el brazo de Thomas hasta su cuello y allí se detuvo junto con la luz brillante que después se tornó de un color anaranjado cada vez más grande hasta cubrir todo el cuerpo de Thomas.
La luz desapareció de golpe dejando una cadena en el cuello de Thomas.
-Hare mi mejor esfuerzo para estar a la altura de este cargo. - Dijo Thomas
-Mañana en la madrugada le haremos una despedida a los que ya no están con nosotros, por ahora descansen. -Añadió Brett dirigiéndose al público.
Todos se fueron a sus casas, Ema y Airin se encontraban en el cuarto que les había asignado Clara, Airin dormía cómodamente mientras Ema daba vueltas sin lograr conciliar el sueño miro al techo y pensó en como estaría su familia, los extrañaba, sintió como una lágrima caía por su mejilla se la limpio con la mano. Se levantó de la cama y miro por la ventana todo era oscuridad lo que más miedo le daba a su hermanito, respiro hondo para apartar esa presión que sentía creciente en su pecho. Salió de la habitación bajo las escaleras y se dirigió a la cocina en busca de un vaso de agua, de regreso a su cuarto camino por el pasillo de las habitaciones del primer piso mientras bebía pequeños sorbos de agua, todas las puertas estaban cerradas giro en dirección a las escaleras pero algo la hizo detenerse una misteriosa luz blanca que se filtraba por el marco de la puerta de una de las habitaciones, miro a los dos lados del pasillo, vacío, se posó frente a la habitación pensó que era imaginación suya parpadeo dos veces pero la luz persistía, se acercó y tomo la manija no tenía seguro abrió la puerta lentamente dentro habían cajas apiladas en enormes torres, a excepción de una caja que yacía a los pies de una torre abierta de par en par era la causante de reflejar aquella luz intensa, se acercó para ver el contenido tapándose los ojos un poco para que la luz no la segara por completo.
En el fondo había una esfera lisa y brillante la tomo para verla más de cerca era suave y parecía elástica sentía curiosidad de saber por qué brillaba estaba por examinarla cuando todo a su alrededor se oscureció intento soltar la esfera pero no podía sus manos estaban pegadas a ella trato de no entrar en pánico y guardar la calma, miro hacia todas partes en eso lo entendió el cuarto no estaba a oscuras la esfera seguía brillando pero sus ojos… un segundo después su visión había vuelto veía el brillo de la esfera borrosa cuando esta salto de sus manos hacia arriba como fuego artificial estallo al llegar al techo cayeron pequeñas gotas como lluvia Ema miraba a su alrededor de repente sintió que el líquido le entraba por los ojos intento limpiarse pero fue en vano destellos de todos los colores tapaban su visión pensó si estaría drogada, era eso una sustancia alucinógena se tambaleaba de un lado al otro cuando su espalda encontró la pared se deslizo hasta llegar al piso cerro fuerte los ojos y se dijo a si misma -Al abrir los ojos estaré bien- los abrió y para su sorpresa estaba afuera del colegio parecía un día normal los chicos caminaban hacia la entrada con sus bolsos al hombro un par paso a su lado corriendo. No entendía cómo había llegado hasta allí traía la camisa y el pantalón ancho y viejo que Clara le había dado como pijama corrió hasta un árbol y trato de esconderse al parecer nadie la veía deslizo su espalda por el tronco quedando sentada en el pasto intentaba pensar esto no es real fue a la conclusión que llego.
Hizo una vista panorámica buscaba algo inusual cuando a lo lejos lo encontró, en los anclajes para bicicletas estaba ella, tenía el uniforme aseguraba su bicicleta con el candado de combinación, en eso se parqueo una honda de color gris y por la puerta del conductor salió la profesora de historia y del otro lado el profesor de ecología ahí fue cuando entendió era el día del castigo pero y ¿porque? en ese instante escucho un ruido como si alguien estuviera inflando un globo se volvió en esa dirección, el sonido se hacía cada vez más fuerte y repetitivo se tapó los oídos y cerró los ojos sintió un ligero mareo que le dio la sensación de estar cayendo en un pozo y al abrir nuevamente los ojos apareció en la habitación con la esfera en las manos, la soltó de golpe y esta cayo en la caja Ema retrocedió se tocó la cara estaba caliente.
Todo se había sentido muy real, salió de allí, cerró la puerta y corrió de puntitas hasta el piso de arriba.
Al día siguiente todos en la casa estaban desayunando algunos en el comedor, en las escaleras, de pie y afuera en el porche, Clara hacía las veces de mesera y cocinera al mismo tiempo.
Airin y Ema estaban sentadas juntas en un rincón de la cocina Airin noto que Ema no había tocado su comida y tenía la cabeza en otro mundo.
-Se que no somos amigas …- Dijo Airin cogiendo un pedazo de pan de su plato - ¿Pero te sientes bien? – Su tono era irónico no quería mostrar mucho interés.
-Ha … ¿Qué? ¿Me estás hablando? – Respondió Ema distraída
-Sabes que mejor no me cuentes ya perdí el interés. - Contesto Airin fastidiada
-Tienes razón te voy a contar.
-Oye, pero dije que no, no escuchas.
* * *
Axel se encontraba en su casa sentado en el comedor desayunando.
-Ja! lo puedes creer por falta de un amuleto ahora tiene dos, el que a echo nada simplemente dar órdenes tontas y es obvio que se lo va a dar a ese niño flacucho y esgalamido, pero esto no se queda así, NO, voy a demostrarle que está muy equivocado. -El tono de Axel era de indignación, golpeo la mesa con el puño.
-Oye, estoy tratando de leer este libro -Afra tenía el libro encima de la mesa el cual salto cuando el puño de Axel impacto, levanto la vista y le lanzo una mirada fulminante a su hermano -Además recuerda que estás hablando de tu tío. -Dijo Afra volviendo a la lectura
Axel volvió a golpear la mesa más fuerte, Afra se puso de pie de un brinco y gritando le dijo a Axel que se fuera él la miro aterrorizado se levantó y salió por la puerta principal.
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Hola queridos lectores, por fin les traigo este nuevo capítulo ✨ si quieres saber más acerca de esta hermosa historia sígueme en Instagram, allí estaré subiendo contenido exclusivo, espero que la estén pasando bien, se me cuidan
(･–･) \(･◡･)/, y nos vemos hasta el siguiente capítulo bye.
Posdata: son los mejores (◍•ᴗ•◍)❤