Una perfecta confusión

By america65_

11.3M 1.2M 5.4M

«Conocerte fue descubrir un género musical diferente al que suelo escuchar, pero que al final me terminó gust... More

Sinopsis + Advertencias de contenido
01. Me declaro a mi crush (sale mal)
02. Hetero, pero no mucho
03. Somos novios, pero no homo
04. Hola Dios soy yo de nuevo
05. Girl crush
Para ti, algún día
06. El señor de las aves te bendiga
07. Edward Cullen no me claves los colmillos
08. Escribiría un libro sobre ti
09. Miren Amiano ataca de nuevo
10. Los novios se llaman por apodos melosos
10. Los novios se llaman por apodos melosos
Para ti, algún día
11. Viviría por ti
12. RIP Yo
13. Hola, suegrito
14. Sin cambios
15. El primero
Para ti, algún día
16. Mi primera cita (spoiler: mando a mi cita al hospital)
16. Mi primera cita (spoiler: mando a mi cita al hospital)
17. La excepción
18. Los muros se caen
19. Cobarde
20. Una confusión
Para ti, algún día
21. Mentiroso
22. Valientes
23. Merecerse
23. Merecerse
24. Finales e inicios
25. Una perfecta confusión
Para ti, algún día
Epílogo
Para ti, ahora
YA A LA VENTA EN LIBRERÍAS (reactualización)
Extra
Extra II
Extra III

13. Hola, suegrito

258K 29.5K 144K
By america65_

Dentro de todos los escenarios en los que imaginé que podría presentar a Heather con mi familia jamás imaginé este y mucho menos habría imaginado que mi hermanastra y ella podrían conocerse.

Y sí que imaginé demasiados escenarios, ni siquiera en los más locos pasó esto. Si pudieran ver y contar cada uno de los escenarios que imaginé creerán que estoy loco (o más de lo que ya lo estoy). Sonará ridículo, pero fantaseaba despierto con la idea de ser su novio y llevar la relación a algo serio, en plan, te presento a mi familia disfuncional, lo que hacen las parejas normales después de meses de relación. Hasta había imaginado la reacción de mis padres y las palabras que les diría. Eso nunca pasó, obviamente, pero todavía puede pasar, déjenme soñar.

Hubo varios cambios en el plan de mi vida amorosa, porque sí, tenía un plan y era el siguiente: confesarme a Heather, ser su novio, hacer que nuestra relación dure más de una semana, presentarle a mi familia, conocer a sus padres, graduarnos, casarnos, tener hijos, morir de viejitos y buscarla en el más allá.

No sé en qué momento eso se transformó a tal punto de volverse lo siguiente: confesarme, confundirme de casillero, declararme al homofóbico, ser novio del homofóbico, presentarle a mi familia al homofóbico, ¿terminar con él?, ser novio de Heather.

Vale, sí sé en qué momento mi idea inicial se transformó hasta llegar a donde estoy ahora. El cambio fue tan brusco de tal forma que ahora mi preocupación no es que dirá Heather al conocer a mi familia, sino qué dirá Edward y solo hay dos culpables de este graaan cambio: mi estupidez y lo amable que es Edward.

Claramente hay un par de cosas que no salieron bien y que distorsionaron mis planes, sin embargo, no importa que las cosas hayan cambiado, mi objetivo sigue siendo el mismo. Sé que Heather no es ningún objetivo, sin embargo no sé cómo llamar a nuestra inexistente pero futura relación.

El problema no es ese ahora y tampoco es lo que me importa en estos momentos, el problema es, ¿por qué Heather conoce a mi hermanastra? ¿Desde cuándo se conocen? ¿Y qué hacía en su habitación? Tengo muchas preguntas, podría hacer una lista de ellas y moriría antes de resolverlas. Estoy demasiado confundido, tanto que mi cerebro quedó en modo avión. Ni drogado habría imaginado que ambas se conocen. Es como si me dijeran que Edward conoce a mi madrastra. Algo imposible de creer.

Aunque viendo el lado bueno, podía sacarle provecho a la situación y podría intentar mejorar mi relación con Luna para que me ayude a conquistar a Heather, y del mismo modo podría usar a mi hermanastra como una excusa para acercarme a Heather.

Pensamiento emprendedor.

Cuando Heather me vio sus ojos se abrieron tanto que parecían dos enormes platos. Al igual que yo, ella tampoco se esperaba verme ahí. No sé si sepa que soy el hermanastro de Luna, pero por su expresión de asombro puedo decir que no. O al menos no creyó que iba a encontrarme en la casa de mi padre justo cuando ella estaba ahí. Porque sí hay un par de fotos mías en la sala de estar que gritaban hola, también soy integrante de esta familia, mírame, literalmente eran del tamaño de mis posters, es casi imposible no ver las fotos. Si ella se llevaba con Luna, ¿por qué nunca lo mencionó?

Hay muchas preguntas rondando por mi cabeza, pero ahora mismo solo puedo pensar en el meme de la escena del carro entre Cinco y Vanya de la serie The Umbrella Academy.

Ambos nos quedamos viendo, congelados, pero como el chico tímido y estúpido que soy, solo corrí en dirección a la habitación de mi papá, ignorando por completo su presencia. No fue algo muy inteligente de mi parte ni tampoco algo educado, pero, ¿qué se supone que tenía que hacer? ¿Saludarla? ¿Invitarla a comer? ¿Hablar sobre lo linda que es? ¿Declarar mi amor?

«Omaigash, qué coincidencia encontrarte en la casa de mi padre, no sabía que conocías a mi familia, bueno, me hiciste un favor, facilitaste la fase donde tengo que presentártelos. Ahora que ya conoces a mi familia, ¿quieres ser mi novia? No importa que hayamos hecho las cosas al revés, el orden de los factores no altera el producto, ¿que vas a meterme una orden de restricción porque he sonado como un psicópata? Oh».

Si le decía eso ella iba a huir y nunca más me volvería a hablar. Y si fuera Heather haría lo mismo. Cuando no uso el cerebro soy todo un rarito, de esos que ves por las calles y aceleras el paso por si acaso.

De regreso a mi habitación, la puerta de Luna ya estaba cerrada. Heather ya se había ido y miles de preguntas y teorías locas vinieron a mi diminuta cabeza seguido de la vergüenza por haber huido y no haberla saludado. Justo ahora estoy intentando mantener todas las ideas de mi cabeza bajo orden a la par que enciendo el celular, porque, para sorpresa de nadie, lo de Heather no es el único problema que tengo. Bendito sea el día en el que no tenga ningún problema, si continúo así me saldrán piedras en los riñones de tanto estrés.

Edward y el mensaje que dejé en visto también están entre mis prioridades y entre las cosas que están atormentándome. Conozco lo suficiente a Edward para saber que debe estar preguntándose por qué lo dejé en visto, si dijo algo malo o algo que me incomodara. Solo espero que no piense de más en el «visto» que dejé antes de que mi celular se apagara. Es por eso que dejé lo de Heather para más tarde, sé que estoy pensando en eso mientras me centro en esperar que mi celular cargue al menos diez por ciento, pero decidí que no le sacaría la sopa a mi hermanastra ni tampoco le mandaría mensajes a Heather hasta después de hablar con Edward. Ordenar lo más importante a lo de menor importancia y centrarme en una cosa a la vez, eso es lo que estoy haciendo.

Una vez que observo que ha llegado a diez por ciento de batería, lo suficiente para poder responderle, lo enciendo y golpeo mi pie contra el suelo repetidas veces porque, aunque no ha pasado ni un minuto desde que lo encendí, siento que está pasando una eternidad. Mi celular es de los que se toma el tiempo para encender, de los que deja una imagen congelada hasta que decide que es hora de encender al cien por ciento y lo peor es, que cuando necesito que encienda rápido, tarda más.

Mi celular: uy mijito, ¿que te urge usarme? Qué crees mi ciela, pues por mis huevos voy a tardar más, nadie me dice cuánto tardar. Te jodes. Vuelva pronto, besitos en el potito.

Gruño al imaginar a un objeto inanimado hablarme y como si mis pensamientos de «voy a tirarte a la basura maldito celular de mierda» fueran una amenaza que le hizo temblar hasta la batería, se enciende. Apenas veo mi foto de la pantalla de bloqueo, coloco el pin y voy directamente hacia WhatsApp y hacia el chat de Edward para así responderle. Para mi fortuna, su última conexión fue cuando envió esos mensajes, así que no se dio cuenta que le clavé el visto. Eso es bueno. Y yo entrando en pánico por nada. De verdad necesito dejar de darle tantas vueltas a todo lo que me sucede. 


Elmejorjaegerista

Puedes enviarme todas las playlist que quieras, escucharé todo ;D

Perdón por no haber respondido antes, mi celular murió y lo puse a cagar

Cargar**

YYY tenemos que hablar


Las palomitas azules no tardan en aparecer, parece como si él hubiera estado esperando que le respondiera, no me sorprende del todo, Edward es así. Es un pequeño detalle que me resulta lindo de su parte, no todo el mundo tiene interés en responderte al instante y me incluyo. Me pregunto si es así con todos sus amigos, porque si es así, guau, necesito ser como él. No soy capaz de responder muy rápido o de seguir el ritmo de la conversación.

La mayoría de las veces no respondo, mando stickers raros y en el peor de los casos, dejo en visto a las personas.

Arqueo una de mis cejas al ver que Edward se ha desconectado y que me ha clavado un «visto» muy feo. Olviden lo de «es un pequeño detalle que me parece lindo de su parte», ya no me parece lindo, ¿quién dijo que Edward es lindo? Porque yo no, de hecho creo que es de los tipos más normales que he visto en mi vida, es decir, sí tiene un cabello inusual, ojos lindos, sonrisa bonita y una altura que te cagas, pero es mega normal, no es nada fuera de este mundo, puff, veo a personas como él todo el tiempo, nada nuevo, equis.

Okey, no me gusta responderle a las personas, pero detesto que no me respondan a mí. Solo yo puedo no enviar mensajes, ¿oíste Eduardo Catalino segundo?

Suelto un bufido y comienzo a escribirle un mensaje cargado de drama y reclamos por no haberse dignado a responderme, sin embargo, justo cuando iba a enviar el mensaje, mi celular vibra y en la pantalla aparece la notificación de "unirse a la videollamada".

Videollamada.

No llamada, ni nota de voz, videollamada.

VIDEOLLAMADA.

CON V DE VIDEO Y L DE LLAMADA.

Auxilio no estoy preparado para esto. Todavía tengo que ver cómo me veo en el espejo porque dudo que me vea bien, estoy fodongo y seguro con cara de querer morir, vale, esa cara la tengo siempre, pero hoy debo estar peor. Volteo hacia todos lados para buscar mi mochila y tomar otra playera y cambiarme, sin embargo toda mi ropa está tirada en el suelo luego de haber hecho un desastre al buscar mi cargador. Dios, no me va a dar tiempo de cambiarme por algo más decente. Edward va a verme en fachas, qué horror.

No debería estar así de alterado porque ya me vio en pijama, pero en ese momento me preocupaban más sus heridas que mi aspecto, ahora la situación es distinta.

Voy hacia el gran espejo frente al tocador y peino mi cabello. Por inercia, tomo el perfume que hay sobre el mueble y sin ver de quién es, me echo un poco encima. El aroma a vainilla no tarda en cubrirme y luego me detengo en seco. ¿Por qué me eché perfume si no va a olerme? Qué pendejo soy.

La notificación sigue apareciendo en mi pantalla y paso saliva por mi garganta. No puedo con lo ridículo que estoy siendo ahora solo por una videollamada, pero, ¿en serio tenía que hacerme una videollamada? Con lo mucho que me cuesta hablarle sin que la voz me tiemble, ¿cómo demonios haré para hablarle mientras lo veo?

Los nervios me recorren por todo el cuerpo y sin darme tiempo siquiera de cambiarme o arreglarme más, acepto la videollamada.

Él es lo primero que aparece en mi pantalla. Parece que está sentado porque veo el respaldo de su cama. Tiene el cabello despeinado, gotas de agua cayendo por su frente, justo como el día que fue a mi casa después de ser golpeado, con la única diferencia de que esta vez lo veo a través de una pantalla y oh, sorpresa, tiene el torso desnudo y una toalla alrededor de los hombros. No soy Sherlock, pero supongo que acaba de salir del baño. Trago duro. ¿Quién le marca a alguien apenas sale del baño?

—Hola.

Saluda animado con una sonrisa ladina, no obstante no le devuelvo el saludo porque no soy capaz de formular alguna oración porque estoy viendo su cuerpo con detenimiento. Sabía que él es atractivo, pero no que lo era demasiado. Con ropa se ve bien, pero sin ella... Espera, ¿qué?

Trato que mis ojos dejen de enfocarse en esa parte, pero su abdomen marcado me abofetea en mi estómago plano sin forma. Alzo la mirada, encontrándome con sus clavículas, lo que es todavía peor porque me resulta muy atractivo que sean tan notorias. Siento mi boca seca y el corazón comienza a palpitarme como si hubiera corrido un maratón.

Balbuceo intentando decir algo decente. «Vale, no mires su cuerpo, mira la pared de su habitación, qué lindo blanco, se ve... blanco».

—Mi papá quiere conocerte.

Le suelto con rapidez al no saber qué decir, ni siquiera lo he saludo de tan nervioso que estoy. Lo que le he dicho ha sonado demasiado extraño y directo, pero teniéndolo de esa forma es imposible poder pensar en alguna respuesta coherente o alguna respuesta que no gire en torno a lo guapo que es. Desde antes estaba nervioso por la videollamada y encontrármelo de este modo solo ha complicado la situación.

Veo cómo junta las cejas con confusión y cómo borra su sonrisa lentamente, no puedo culparlo por esa reacción, cualquiera se cagaría con las palabras «mi papá quiere conocerte» y aún más cuando tienes un papá como el mío, él lo sabe a la perfección porque escuchó la pelea entre él y mi mamá.

Mientras él termina de digerir mis palabras, yo hago un esfuerzo sobrehumano por mantener mis ojos en su rostro y no en otra parte de su cuerpo, en específico su abdomen, o brazos, o cuello o... Joder. «Piensa en la pared blanca de color blanco con tonos blancos y pintura blanca, vamos que sí puedes, piensa en el color blanco, como el cabello de Edward... Puta madre».

Eduardo Catalino déjame en paz.

—¿Tu papá? —pregunta en una mezcla de incredulidad y sorpresa. Asiento despacio—. Eso es inesperado y muy rápido —murmura y tras eso, sonríe de nuevo—. ¿Estamos en la fase de la relación donde nos presentamos con los padres del otro? Qué intenso eres.

El «qué intenso eres» lo ha dicho de un modo tan coqueto que no ayuda para nada a calmar mis nervios. Aunque quiero reír por su broma o intento de coquetería, no lo hago. Estoy demasiado concentrado en verlo a la cara que parece que he programado a mi cuerpo para que solo esté atento a su rostro e ignore lo demás.

—Solo quiere saber quién es el chico que estaba debajo de mí —explico sin hacer algún gesto, como un robot. Uno que está en modo automático y que sabe que si baja la mirada entrará en modo de autodestrucción.

Edward se ríe nervioso por lo que acabo de decirle y maldigo al analizar mis palabras. Decir eso sin contexto suena muy cochino y es demasiado temprano para estar de hot.

—Me refiero al malentendido, ya sabes —intento arreglar lo que dije. Suspiro y al ver lo brillante que se ven sus ojos, decido cortar su ilusión, él no puede venir a casa de Alek, soy un estúpido por haberle soltado que mi papá quiere conocerlo—. No tienes que venir si no quieres, de todos modos será algo incómodo. No por ti, por él, seguro te preguntará hasta tu tipo de sangre y hará comentarios fuera de lugar.

Arrugo la nariz, convenciéndolo para que rechace la invitación. Sé que mi papá lo está intentando, pero eso no garantiza que no vaya a decir nada estúpido como lo hizo hace rato. Pensándolo mejor, no debí decirle a Edward que mi papá quiere conocerlo, pude haberle inventado una excusa a Alek, como que tiene problemas estomacales o que está fuera de la ciudad, no sé, cualquier otra cosa para que Edward no viniera. No quiero que mi papá lo haga sentir mal con sus comentarios.

—He recibido comentarios fuera de lugar desde siempre, ¿crees que me dolerá algo que diga tu papá? —inquiere alzando una de sus cejas, haciéndose el «nada puede herirme», hasta que parece recordar algo porque enseria su rostro—. Bueno, en general no me importa lo que los demás digan, pero Dios, es tu papá, sí me importa un poco, ¿te imaginas caerle mal a tu suegro? Uh, qué incómodo.

Finge que un escalofrío pasa por su cuerpo y por esa acción mi mirada bajó otra vez por su abdomen. Mantengo mis ojos ahí hasta que recuerdo que él está viendo y me obligo a mí mismo a apartar la mirada hacia la pared, ni siquiera a su rostro porque él debió haber notado que estaba de curioso y no quiero ver la expresión que debe tener. En mi defensa, solo quiero saber cuál es su rutina de ejercicio. Sí, eso. Solo eso.

Mi rostro arde.

En este momento hay un gran dilema entre mi cuerpo, cada parte está peleándose porque la mitad de mí quiere ver y la otra quiere meter sus ojos en un frasco para después enterrarlo en la tierra.

Mis ojos en este momento están como: agradecido con el de arriba, excelente servicio, diez de diez.

Y mi cerebro está como: llamen a la miraculos, llamen a catnuarr.

—No lo sé, jamás me ha pasado —respondo a su pregunta intentando disimular que estaba viendo su cuerpo y acto seguido, añado:— ¿Crees que si conozco a tus papás les caeré bien?

Él no dice nada, ni un carraspeo o algo que me diga que sigue en la videollamada. Solo se mantiene callado, lo que me obliga a ver su rostro para verificar si me ha escuchado o si hay problemas con mi internet, o bueno, el internet de Alek, aunque dudo que sea la segunda opción porque tiene dinero de sobra para contratar buen internet. Al verlo, Edward tiene los ojos puestos sobre algún punto de su habitación y pasados unos segundos regresa la mirada hacia mí.

—Creo que es mejor no averiguarlo, nunca. —Resopla mientras que pasa su mano por los mechones de cabello que colgaban sobre su frente—. Pero el verdadero problema es, ¿le caerás bien a mi perrito? —Frunce los labios y pone dos de sus dedos en su barbilla, fingiendo pensar—. Huele las vibras de las personas, si no deja que te acerques a él es porque le has caído mal y en automático me caes mal a mí.

Blanqueo los ojos por siquiera pensar que podría caerle mal a su perrito. Los animales me aman, Jean Y Oliver son un claro ejemplo de eso.

—Me va a amar —le aseguro con egocentrismo—, los animales lo hacen. Para Juan soy su todo, él debe rezarme cada noche, ahora mismo debe estar llorando porque me extraña.

Miento sin descaro para quedar bien. Puedo escuchar la voz que le creé a Juan diciéndome con desdén «perdona, ¿tú quién eres? ¿Un fan? Habla con mi mánager para que te regale una foto mía autografiada».

Edward se ríe entre dientes y veo que su hoyuelo aparece. Qué lindo es, basta.

—Tendrás que venir a mi casa a conocerlo.

Le regreso la sonrisa y vuelvo a asentir con mi cabeza con mucho entusiasmo. Es la primera vez que me invita a su casa para conocer a su perrito, sé que no es algo de lo que deba emocionarme, pero con alguien tan misterioso como Edward y del que crees que jamás conocerás nada de él, es un enorme avance. Estaba comenzando a creer que es un ser inventado por mi imaginación porque no sabía nada de su vida, o si tenía vida siquiera.

Los ojos verdes de Edward están sobre mí, como imanes; él está viéndome de una forma tan intensa que parece que quiere atravesar el celular, su mirada es profunda de tal forma que, por un instante, me olvido que estamos en una videollamada. Se siente como lo tuviera frente a mí. Aprieto el celular y, para romper lo que sea que estamos teniendo, volteo hacia otro lado.

Jamás voy a poder mantenerla la mirada. Me pongo muy nervioso y sus ojos son demasiado intimidantes que no soy capaz de seguirle el ritmo, es como si me comiera vivo sin darme chance de reaccionar o contraatacar al menos. Me pregunto si ha tenido muchas parejas con las cuales duró bastante tiempo y por eso tiene demasiada experiencia. En general, quiero saber más de él y de su vida antes de los rumores, quisiera recordarlo por mí mismo, pero parece que todo recuerdo de él antes de declararme fue borrado.

Y hablando de recuerdos borrados, había olvidado un pequeño detalle.

—Otra cosa —menciono de la nada. Pellizco mi pierna con la mano que no estoy usando para que la vergüenza que siento al intentar contarle lo que le dije a mi papá, desaparezca—. Creo que la cagué un poquito y le dije que sí somos novios.

Ya está, lo dije. Ahora voy a meter mi cabeza en cualquier lado para que no me vea, con permiso.

No es que me avergüence decir que he mentido y que he dicho que nuestra relación es real, me avergüenza que no sepa el contexto en el que se dieron las cosas y que crea que me estoy aprovechando de nuestro falso noviazgo para otras cosas. Técnicamente fue así, pero por una buena causa, verle la cara de omaigash mi hijo tiene novio solo para contradecirlo fue de las mejores sensaciones en el mundo.

—¿Somos novios? —suelta en un tono divertido y contengo las ganas que tengo de rodar los ojos. Olvidaba que podía ser un engreído coqueto cuando se lo propone.

La máscara de chico amable y dulce solo es eso, una máscara para ocultar que en realidad es alguien que ama molestar a los demás con bromas.

—Mañana lo seremos por un rato —afirmo, sin darle oportunidad de negarse. Algo que me contradecía porque no quería que viniera por Alek, sin embargo él dijo que estaba bien—, y luego volvemos a la rutina de siempre, novios falsos.

—Con el «falsos» suena poco romántico.

Ahora sí no pude evitar rodar los ojos ni tampoco la sonrisa que crece en mi rostro. Iba a bromear con él, pero en mi pantalla aparece la notificación de «batería baja, cinco por ciento». Agh, odio que esta cosa se descargue muy rápido.

—¿Vienes entonces? —pregunto con prisa porque mi celular podía apagarse en cualquier momento de nuevo.

—Sí, iré —acepta y cuando estoy a punto de asentir y despedirme, me interrumpe—. Si me lo pides tú.

Ah, mamoncito.

Vamos a aclarar un par de cosas. Edward es el chico dulce y amable, el que conocí en un principio. Eduardo el que no deja de aparecer en mis pensamientos y Eduardo Catalino el chico divertido, coqueto, engreído y descarado, el que estoy conociendo poco a poco.

Aprieto los labios.

—Ven mañana.

—No —rechaza mi invitación y me lanza una mirada con altanería—, ponle emoción, como si de verdad quisieras que vaya.

—Ven, por favor —suplico con una falsa voz chillona y junto las palmas de mis manos de tal forma que parece que estoy rezándole o algo así. Esto es muy ridículo, ahora entiendo lo que sintió mi mamá cuando le armé un drama.

Edward parece pensarlo. Rasca su cuello y posteriormente bosteza, haciendo hincapié a que mi propuesta le pareció aburrida. Ay, te odio Eduardo Catalino.

—Suena a que te han obligado, no, no voy.

«Tú me has obligado» reprocho en mis adentros.

Tomo una bocanada de aire mientras me preparo para la vergüenza que pasaré en unos minutos. Siempre termino haciendo lo que él quiere, comienzo a creer que soy alguien que cae muy fácil y muy rápido ante sus juegos.

—Edward, mi querido Edward —pronuncio su nombre de forma seca—. Si no vienes terminamos, ¿escuchaste?

Lo amenazo con lo mismo de siempre y él echa su cabeza hacia atrás, soltando una gran carcajada.

—Escuché, mon soleil —dice aun riendo y el corazón se me desboca al oír el apodo. Soy débil, lo siento. Edward se tranquiliza y cuando lo consigue, lo veo alzar la palma de su mano mientras que le echa una mirada, como si estuviera leyendo—. Tengo cosas que hacer, agenda una cita si quieres verme, soy un chico ocupado.

«Serás un chico muerto si me sigues jodiendo, Catalino», amenazo en mi interior, y aunque pensé en decírselo en voz alta, no lo hago. Al contrario de eso, decido que lo mejor será seguirle el juego. Así terminamos rápido antes de que mi celular llegue a cero por ciento.

—Por favor no salgas con que eres un mafioso o algo así —bromeo con lo que pensé de él a lo que Edward pone una falsa y exagerada expresión de sorpresa, en plan, ¿cómo lo supiste?

—Mírale el lado bueno, puedes decir "mi novio es un mafioso".

Juega con eso. Me rio en bajito. Suena como esas novelas de Facebook de hace años, los típicos One Direction y t/n +18, mi sexy mafioso. Encontré los memes cuando revisaba los perfiles de Twitter de las chicas que aman a Harry Styles para conocer el artista favorito de Edward.

—Y me puedes mantener y ya no tendré que estudiar, tienes razón —hago un movimiento de cabeza, afirmando que tiene un lado bueno—. Retiro lo que dije, espero que seas un mafioso. No es que sea interesado, estaría contigo aún si no tuvieras nada —me río de mi propia broma. Edward deja de sonreír, sin captar que es una broma y dejo de reír para aclararme— Ya sabes, por el acuerdo de tres semanas.

Él asiente no muy convencido. Abre la boca para decir algo más, pero las palabras se quedan dentro cuando en su casa se escucha un gran estruendo. ¿Qué fue eso? ¿Se rompió algo? Ambos nos vemos con confusión.

—Tengo que irme —se despide, levantándose de su cama—. Pásame tu dirección por WhatsApp. Nos vemos mañana, mon soleil.

No me da tiempo de responderle porque colgó antes de que pudiera formar alguna palabra siquiera. Tengo un mal presentimiento en el pecho y un mal sabor en la boca. ¿Él estará bien? Quiero creer que solo se ha roto algo de su casa por accidente y que solo estoy siendo un maniático al respecto. Edward está bien, no tengo absolutamente nada de qué preocuparme.

Conecto mi celular al cargador y mi celular vibra. Creí que era porque lo había conectado, pero cuando veo la pantalla y veo las notificaciones de mensajes de WhatsApp me fijo que es Edward de nuevo.


Edward:)

Espero que te guste<3

https://open.spotify.com/user/4kk7sw500hz4inwhciaev8di2/playlist/6JbvGO2gaCMlF31mc3Bihc?si=C7qdL60eT3uAVQnB5ITh0Q


Sonrío como bobo sin darme cuenta y no dudo en presionar el enlace para escuchar las canciones que ha puesto. Apenas escucho la primera canción, mi corazón se encoge. Él es muy lindo.

Esa noche dormí escuchando la playlist y con una enorme sonrisa en mi rostro.

(...)

A la mañana siguiente desperté con mucha energía, Edward vendrá hoy así que debo estar preparado para cuando venga. Apenas puse un pie fuera de cama, ayudé a papá a hacer el desayuno y ayudé a limpiar su casa. En otra ocasión no lo habría hecho, me la hubiera pasado encerrado si soy sincero, pero si quiero que todo salga como lo tengo planeado entonces debo hacerlo yo mismo. Me quejé de mi mamá cuando me puso a limpiar cada rincón de la casa, pero ahora soy exactamente eso. Demonios, de todas las cosas que pudo heredarme, me heredó su obsesión con tener todo limpio y más cuando vienen visitas. Esta ni siquiera es mi casa, pero quiero que todo esté en orden cuando llegue.

Creo que mi actitud sorprendió a todos en casa, porque papá no dejaba de echarme miradas desde su sillón y Kim solo me miraba con una gran sonrisa, ella habla tan alto que pude escucharla decir «lo que hace el amor».

No Kim, no es amor, es tener sentido de limpieza y querer que tus invitados se sientan cómodos.

Doy una mordida rápida al sándwich que no terminé en el desayuno y continúo limpiando el mueble. No sé qué tienen las familias con nunca limpiar sus muebles, pero al igual que el de mi casa parece que nadie ha pasado un trapo por aquí desde hace siglos. Estas generaciones de hoy en día, no tienen la mínima responsabilidad por limpiar sus casas.

Ay, acabo de sonar como mamá. Qué horror. Ya estoy viejito.

Sigo limpiando con fuerza porque, aunque paso el trapo un sinfín de veces, las manchas siguen intactas. Si mi mamá estuviera aquí diría que le pusiera Coca-Cola encima o algo así. Por desgracia, ellos apenas y tienen cloro. ¿Son millonarios, pero no tienen dinero para comprar algún otro detergente o un refresco dañino? Decepcionado estoy de esta familia que no sabe lo básico de limpieza. Aguanto las ganas que tengo de quejarme. En mi casa lo haría sin problemas, pero aquí siento que me verían mal pese a que soy yo el que les está haciendo el favor.

Y gratis.

—Tu novio es guapo.

Doy un respingo al oír la voz de mi hermanastra detrás de mí. Giro mi cuerpo para verla y la encuentro en la mesa, con su celular en la mano y comiendo lo que quedó en el desayuno. Es casi la una de la tarde, pero ella apenas acaba de salir de su habitación. No la juzgo porque en vacaciones soy así.

La veo ceñudo. ¿Qué dijo de Edward?

—¿Cómo sabes quién es mi novio? —le pregunto con una notable confusión. No me sorprende que sepa que "tengo novio", después de todo debió haberlo escuchado ayer o Alek debió habérselo dicho desde antes, lo que si me extraña es que ella sepa quién es mi novio.

Luna no quita sus ojos de su celular.

—Vi tus historias destacadas en Instagram y encontré que lo etiquetaste en una de ellas, lo seguí —responde con simpleza, sin darme demasiada atención. No digo nada más porque no sé qué decirle, ya sé que está guapo—. Muy guapo para ti.

Agrega y me rio sin gracia. Ya, sabía que no iba a dar un halago así porque sí. Siempre está buscando la manera de sacarme de mis casillas. Me pregunto si sus padres le dan tan poca atención como querer llamar la de los demás o si solo es su mal genio, porque literalmente solo respiro y ella ya está atacándome, aunque también creo que es el hecho de que por mí sus papás decidieron mudarse de ciudad, no lo sé, solo quiero que deje de joderme por hoy, no puedo limpiar si ella está molestándome con su sola presencia.

—Quién.

—Tu novi...

—Te preguntó.

Bufa y sonrío triunfante. Es de las respuestas más trilladas, pero que más satisfacción dan cuando las dices. Ella se levanta de su silla y regresa a su habitación sin decirme nada no sin antes mandarme una de sus miradas asesinas. Si las miradas pudieran matar yo estaría tres metros bajo tierra. Qué genial.

Luego de eso sigo limpiando el mueble hasta que veo que ya no puedo hacer nada más por el pobre. Continúo con la cocina y cuando todo está impecable, sonrío en grande. Mi mamá estaría orgullosa de mí. Y también me regañaría por limpiar la casa de otras personas y no la nuestra.

Kim decide pedir algo de comida china por teléfono porque ni ella ni papá tenían ganas de cocinar y aprovecho que no tengo que ayudarles con la comida para meterme a bañar. Sí, bañarme, así como oyeron, y que nadie diga nada al respecto que no vuelvo a bañarme nunca, es una amenaza.

Pongo la playlist que me ha hecho Edward y antes de entrar a la ducha veo si ha respondido mi último mensaje. Muy a mi pesar, no tengo ningún mensaje de él, solo algunos de mis amigos que obviamente ignoro porque no tengo tiempo de explicarles lo que pasó. En uno de los grupos de WhatsApp que tenemos he dicho que Edward conocerá a mi papá y todos me atacaron de preguntas seguido de distintas reacciones, Karla deseándome suerte, Mary dejándome el visto, Oliver bromeando, y en el chat privado Jean no deja de preguntarme cómo terminé en esta situación.

Ni siquiera le he explicado que mi papá nos encontró en una posición nada... común. Sé a la perfección que si se lo menciono no dejará de reírse y de armar suposiciones erróneas en su cabeza. Ya tengo suficiente con haberle dicho que quiero besar a Edward, no podría decirle que estaba en el regazo de este último sin sentir más vergüenza de la que ya siento por mí.

Al terminar de bañarme, me cambio con el único outfit que traje y aunque quiero matarme por mi pésima elección en ropa, no puedo hacer nada. No creí que Edward iba a venir a la casa de mi papá así que no pensé en traer mejor ropa. O en traer mi ropa. Ya saben, negra y floja. Traje la ropa que creí iba a verse más aesthetic y elegante. Según yo un pantalón arena y un jersey verde con la típica palabra "Brooklyn" escrita en él era muy vintage. Lo es, para alguien al que le gusta y le queda este estilo. No para alguien que es más emo que otra cosa.

Me peino y termino de arreglarme, me doy unos cuantos vistazos y para no acabar con mi autoestima, decido que ya no miraré mi aspecto. No es que no tenga mucha confianza en mí, solo que esta clase de ropa me hace sentir un poco incómodo, es la clase de ropa que viste Edward, no yo y ahora sé a la perfección porque estas prendas estaban en el fondo de mi closet.

Salgo para ver si hay algo más qué pueda hacer para que la casa se vea más linda y limpia y también porque mi nerviosismo me exige estar ocupado para no pensar en lo que sucederá cuando Edward venga. Dormí bien gracias a las canciones que escogió mi novio falso para mí, pero al despertar no puedo negar que el Andy que piensa las cosas de más se apoderó de mí. Imaginé muchos escenarios, desde Edward y mi papá siendo amigos (lo que dudo que suceda) hasta mi papá corriendo a Edward de la casa (lo que creo que pasará). El miedo no deja de perseguirme, pero soy capaz de apaciguarlo mientras hago algo.

De cualquier manera, tengo mi mochila lista y el celular a la mano para marcar a mamá. Espero no llegar a eso. Quiero confiar en que mi papá no será un hijo de puta y que será un señor agradable con el que se puede bromear sin problemas. A estas alturas, todo puede pasar y eso es lo que me preocupa, que pase todo lo malo.

Respiro hondo. Estoy exagerando de nuevo. Si pienso de forma negativa solo lograré atraer las malas vibras o ese tipo de cosas que leí en internet.

Me sobresalto al escuchar el timbre de la puerta principal. Todo mi cuerpo se pone tenso y los nervios comienzan a invadirme. ¿Vino tan rápido? ¿Cómo lo saludaré? ¿Cómo lo presentaré con mi papá? ¿Digo que es mi novio o solo digo su nombre? ¿Y si mi papá lo odia apenas lo ve?

Estoy a punto de entrar en un colapso emocional hasta que mi madrastra pone su mano sobre mi hombro para tranquilizarme. No sé en qué momento ha llegado a mi lado, estoy tan preocupado e inmerso en mis pensamientos que ni siquiera me fijé si estaba cerca de mí. Ella me sonríe.

—Es la comida que ordené, tranquilo —me avisa y siento que puedo volver a respirar. Dios, voy a morir si sigo preocupándome de este modo. Inhalo hondo y cuando contengo suficiente aire en mi pecho, exhalo.

Creo que una de las cosas que más odio de mí es ser tan paranoico. Me gustaría no pensar tanto en las cosas, solo vivir, pero a mi cuerpo le gusta complicarme las cosas. No le basta con el colapso mental y emocional, también le gusta el colapso físico. Es masoquista. Si alguien sabe de alguna pastilla que ayude a no ser tan nervioso pase el nombre, gracias.

Kim va hacia la puerta para recibir la comida china y cuando creo que ya tengo todo bajo control, en mi mente pasa el siguiente pensamiento: ¿y si no le gusta la comida China a Edward y se siente presionado por la mirada de mi papá y porque no quiere ser maleducado así que la come, pero resulta que es alérgico y muere?

En estos momentos odio ser yo.

Mi madrastra regresa con grandes charolas de comida por lo que no dudo en acercarme a ella para ayudarla. Ambos llevamos la comida a la mesa con mucho cuidado para no tirar nada. No sé qué haría si todo se cae, me muero porque Edward no tarda en venir y no sé dónde conseguir más comida a esta hora. ¿Y si...? Basta Andy, deja de autosabotearte por un maldito segundo.

Trueno mis dedos intentando calmarme. Busco algo en lo qué entretenerme de mientras, pero lo único que encuentro es la mesa, como no sé en qué más pensar pongo mi atención en ella. La mesa ya está acomodada de tal forma que ya hay vasos y platos encima de ella. Supongo que Kim lo puso cuando estaba bañándome. Solo frunzo mi ceño al ver que solo hay cuatro platos y cuatro vasos. Somos cinco, ¿quién no va a comer con nosotros?

—Respira —Kim dice. Tengo que pestañear para saber si me está hablando a mí. Al ver que tiene sus ojos en mí afirmo que sí me está hablando. Creo que mi expresión de culo abierto me delata por completo—. Solo viene a conocer a tu papá, no a pedirte matrimonio —bromea y finjo unas risitas para no hacerla sentir mal—. Recuerdo que las primeras semanas que salí con tu padre era un manojo de nervios, me daba pena hasta existir, ahora que llevamos muchos años casados hasta me echo gases... —se calla al escuchar lo que ha dicho—... mucha información, lo siento Alfalfa.

Todo nervio se esfuma unos segundos porque me echo a reír cuando me llama por otro nombre. No me da risa que se confunda, me da risa que cada uno de los nombres por los que me llama es peor que el anterior. Si existiera una competencia de los nombres más ingeniosos sobre la tierra ella lo ganaría.

—Andy, Kim —la corrijo sin sonar presuntuoso—. Mi nombre es Andy.

—¿Y qué dije? —Abre sus ojos en grande, apenada.

—Alfalfa.

A la pobre casi se le cae la cara de la vergüenza.

—¿Ves a lo que me refiero con manojo de nervios? —intenta corregir lo que ha dicho—. Tantos años cuidándote y viéndote y sigo confundiendo tu nombre, pero ten claro algo, sí te quiero —sonríe e imito su acción. Sé que si habláramos más nos llevaríamos mejor, pero pese a nuestras pocas interacciones a lo largo de los años, también la quiero—. A ti y a Mariel. Podré dudar de tu nombre, pero no del cariño que les tengo. Eso sonó muy poético —masculla y quiero reírme, pero el timbre vuelve a sonar y me quedo paralizado. Ella vuelve a sonreír—. ¡Ve a abrirle a tu noviecitoooo!

Canturrea más emocionada que yo y solo me quedo inmóvil en mi lugar. Okey, no es la primera vez que Edward conoce a mi familia, ya conoció a mi mamá, no debe ser muy diferente de conocer a mi papá. Solo debo relajarme y tener fe de que todo saldrá bien y así será. ¿Qué es lo peor que podría suceder?

Camino como robot hacia la puerta principal, sin embargo, mi papá se cruza en mi camino, impidiendo que sea yo el que reciba a Edward. Todos mis músculos se tensan bajo mi ropa, sabía que no todo iba a salir bien, mi instinto me lo decía. Desde el momento en el que las palabras "papá" y "Edward" estaban juntas en una oración debí suponer que algo malo vendría. Él abre y del otro lado de la puerta encontramos a un Edward con un pantalón negro de vestir, una playera blanca de cuello largo y otro de sus típicos sacos. En una de sus manos trae un pastel y en la otra trae dos bolsas blancas, las de regalo. Al parecer trajo obsequios.

Edward sonríe en cuanto ve a mi papá.

—Hola, suegrito.

Y aquí es donde quiero mudarme de continente.

Mi papá se queda estupefacto, con los ojos abiertos de par en par y una expresión de horror en su rostro. Dios mío. No estoy listo para lo que se viene.

***
HOLA CORAZONES PRECIOSOS, CÓMO ESTAMOS? ESPERO QUE BIEN, YO CON GANAS DE MATAR A ALGÚN PERSONAJE, PERO EQUIS

JAJAJAJAJA ESBROMAOQUIENSABE

Como verán, he dividido el capítulo en dos partes porque yo no sé de dónde salen tantas palabras JAJAJAJA en fin, aquí entre nosotros, la parte 2 me gusta más, no diré por qué je, je

La playlist que hizo Edward la pueden encontrar en mi biografía (de aquí de Watttpad) ahí les dejé el link de ambas listas ❤️❤️❤️

Preguntaaa, entre Jean, Edward y Andy, ¿a quién matarían, a quién besaría y con quién se casarían? 💛🖤

El que mate a Edward ojo 🔪🔪🔪 JAJAJA

Nos vemos pronto, les mando besitos 🖤🖤🖤🖤💛💛💛

Continue Reading

You'll Also Like

1.2M 134K 41
¡No soy un acosador! Bueno... eso depende de cómo lo veas. El reinado de Near como un acosador profesional y un atractivo chico en el instituto más r...
27.9K 5.1K 15
Flores, hay de todos los colores y tamaños. Unas sirven para algo y otras para otra cosa. Unas sirven para sacarte una sonrisa. Otras para confundirt...
236K 27.1K 31
Biel Orionov es un adolescente sin propósitos ni sueños. No conoce el significado de la amistad, su familia nunca le ha demostrado afecto y, por much...
1.4K 211 7
Viktor tiene mucho que aprender antes de saber decir adiós: valerse por sí mismo, perdonar, apreciar lo que tiene, notar cuán especial es por dentro...