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la tetera emitía un sonido agudo, como si de una flauta se tratara. yoriichi la tomó con un trapo, sirviendo el agua caliente en una taza con dos sobrecitos de té.
desde que había regresado con sumiyoshi a su hogar las feromonas de tristeza y miedo perforaban en su nariz, provocando preocupación por el omega y furia hacia el alfa que le provocó aquellos sentimientos.
ahora se dirigía con la taza en manos hacia la habitación donde sumiyoshi se encontraba. por el olor, se percató que había cambiado de estadía. al llegar fue llevado a la habitación donde había pasado su celo, pero yoriichi se dio cuenta que ahora estaba en su habitación.
la situación le provocó un ligero sonrojo, pero no dudó en entrar, encontrando al omega en la cama con su hijo en brazos. parecía más calmado ahora que tanjirou respiraba tranquilamente, dormido en su pecho. sumiyoshi movía su mano de arriba a abajo en la espalda de su bebé. él parecía tener una expresión triste.
y eso lastimó a yoriichi.
—te traje té —habló suavemente, acercándose con lentitud hacia donde sumiyoshi estaba.
sumiyoshi no se exaltó ni se asustó. levantó su mirada hacia el alfa y extendió su mano libre para sostener la taza por el mango. el té tenía un olor armonioso, tan tranquilizador que, si no hubiera pasado por un momento tan aterrador, ahora mismo estaría sonriendo sin controlarlo.
pero aun sentía inquietud.
¿y si su ex marido estaba fuera? esperando a que saliera, listo para volver a hacer de su vida una catástrofe.
—sumiyoshi —habló bajito el alfa, posando su mano en el hombro del omega.
estaba pensando mucho.
—lo siento mucho —dijo con la voz rota, dejando la taza en la mesita de al lado. yoriichi no tenía ninguna culpa de esta situación.
las lágrimas caían de sus ojos, pero no emitía ni un sonido. sonará mal, pero con el tiempo aprendió a llorar sin hacer ruido, extraño para algunos que se daban cuenta.
pero a yoriichi le rompió el corazón.
ciertamente no conocía a sumiyoshi, no sabía por tolo lo que pasó ni lo mucho que le afectó.
y estaba dispuesto a pasar por ello con él, ayudándole y tratando de darle un mejor futuro.
—por favor —susurró, sentándose a su lado lentamente—. no te culpes por algo que no decidiste.
sumiyoshi seguía soltando lágrimas. pero tenía razón, no era su culpa haber tenido miedo, no poder soltar ni una palabra hasta que fue demasiado tarde.
—yoriichi-san —dijo más calmado, bajando su mirada al pequeño tanjirou que no parecía verse afectado por la situación—. ¿podrías... abrazarme?
¡boom boom!
sin ninguna duda yoriichi aceptaría. pero por la ocasión, controlaría sus emociones y le brindaría a sumiyoshi solo lo que él quisiera.
yoriichi abrió sus brazos, dejando que el joven padre se acercara a su paso, sosteniendo a tanjirou de forma que quedara entre los dos. tanjirou, al sentir el aroma a vainilla del alfa, se restregó contra él y sujetó su camisa blanca.
aquello tranquilizó a sumiyoshi. por su parte, sintió cómo un peso se le iba de encima al simplemente estar cerca del alfa.
no quería asumir algo por la adrenalina, pero su corazón y mente estaban tratando de decirle algo que no podía explicar.
sin querer pensar más, se dejó llevar por el aroma del alfa y las pequeñas caricias que hacía en su espalda. se sentía protegido.
querido.
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sumiyoshi se había quedado dormido.
la simple vista del joven omega soñando le sacaba una sonrisa tranquila. no quería ver ese rostro tan angelical llorando por culpa de alguien sin cerebro o sentido común.
ahora le preocupaba qué hacer. con sumiyoshi dormido en sus brazos no quería soltarlo, quería esperar a que despertara, ver su bonita carita abriendo sus ojos y mostrando el color tan cautivador.
oh, no. yoriichi no quería dejar nunca a sumiyoshi. su lobo le pedía, rogaba quedarse a su lado hasta sus últimos días.
y él, en cierta parte, quería cumplirlo.
—yoriichi-san —habló el omega, asustándolo un poco al estar en su mundo—. ¿estás feliz?
yoriichi se extrañó un poco.
—¿disculpa?
—hueles a felicidad —rió somnoliento. sus ojos estaban un poco hinchados por llorar, pero le hacía ver un poco gracioso al haber dormido también.
pero, ¿felicidad?
—¿cómo que... felicidad? —preguntó, sintiendo sus mejillas calientes.
—uhm, parece que en este momento estás contento, tu aroma usualmente es vainilla, pero ahora parece haber algo más. no sé cómo explicarlo, je, je —yoriichi juraba que la sonrisa del menos iba a ser su perdición.
aunque ahora que sumiyoshi había despertado, tenía que actuar.
—sumiyoshi, ¿qué harás ahora? —preguntó, viendo cómo el semblante del nombrado cambiar lentamente. su pequeña sonrisa cambió a una mueca triste.
no, eso no le gustaba.
—no lo sé —susurró, levantándose y observando a tanjirou. el pequeño parecía tan cómodo en la cama del alfa, estirando sus manitas y piernitas como si ese espacio fuera de su pertenencia.
—puedes quedarte aquí si gustas —dijo sin pensar. aunque tampoco es como si una idea así le disgustara.
sumiyoshi lo volteó a ver, sorprendido por la oferta del alfa.
quería declinar inmediatamente. pero, ¿cómo sabía que fuera no estaba alguien preparado para lastimarlo?
—no quisiera ser una molesta, yoriichi-san —comenzó, sintiendo cómo en su estómago se instalaba el sentimiento de dolor y miedo nuevamente.
él no quería seguir estando solo, no quería darle una mala imagen a tanjirou.
yoriichi posó su mano en el hombro de sumiyoshi, mirándolo con preocupación.
—no quiero que te pase nada malo —le dijo seguro.
el lobo de sumiyoshi quería volver a estar en los brazos del alfa. y, honestamente, él mismo también lo quería.
sin contenerse más, ahogó su repentino llanto y se abalanzó a los brazos del alfa. él lo sostuvo con firmeza y cuidado, con tanto cariño que soltó feromonas para calmar al omega.
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—¿tienes tus llaves? —le preguntó en la puerta. sumiyoshi estaba a su lado con tanjirou en brazos.
—no, las dejé allá —dijo desanimado. yoriichi pensó un momento, abriendo la puerta y volteando a ver a sumiyoshi.
—no tardaré, quédate aquí —y partió cerrando la puerta detrás de él. sumiyoshi no pudo evitar preocuparse.
yoriichi le había ofrecido quedarse con él por el tiempo que quisiera, así que debía traer algunas cosas. cosas simples, ropa, llaves y teléfono sería fundamental, claramente. también las cosas de tanjirou, a quien tenía como prioridad.
al alfa le apenaba un poco la idea de tomar la ropa de sumiyoshi. obviamente él le dijo que no había ningún problema, pero aún así me le daba pena.
con precaucion, yoriichi llegó hasta el departamento. la puerta parecía estar cerrada, pero con cautela giró el picaporte. estaba abierto, lo cual en parte le relajó y lo alertó.
no quería pensar mal, pero estaba la probabilidad que el ex marido de sumiyoshi siguiera ahí. abrió la puerta totalmente, encendiendo la luz para ver el entorno. todo estaba ordenado, y con cada paso que daba sentía más tranquilidad al no sentir un olor desconocido.
en un paso, sintió pisar algo. cuando vio de cerca se dio cuenta de que eran las llaves de sumiyoshi. las tomó y guardó en su bolsillo, caminando hacia la habitación donde estaban las cosas personales de sumiyoshi.
no quería distraerse mucho, menos pensando que el omega estaba en su hogar solo.
sin más, tomó la bolsa de tela que había tomado de su casa y guardó ropa sin ver con detalle. la acomodó y pasó al área donde estaba lo que tanjirou usaba. le pareció muy tierno el pequeño tamañito de la ropa del bebé, cubría gran parte de su mano.
una vez tomó lo necesario regresó a su hogar después de cerrar con llave su departamento. pensó comentarle al encargado sobre la situación, pero no quería actuar sin la opinión de sumiyoshi.
una vez llegó, tocó la puerta antes de abrir. en la sala estaba sumiyoshi, aún con tanjirou en brazos. se levantó al verlo y sonrió grande cuando el alfa alzó la bolsa como si dijera “traje esto para ti”.
y sí, éso le trataba transmitir yoriichi, pero no por engreído o presumido, sino para hacerle saber que le iba a ayudar en todo lo posible.
—¿no tuviste ningún problema? —le preguntó, acercándose a él para verificar algún daño, pero el alfa simplemente negó. sumiyoshi suspiró aliviado—. oh, qué alegría. muchas gracias por todo lo que estás haciendo, yoriichi-san. no sé cómo agradecértelo.
—no, no —sacudió su mano libre, brindándole una sonrisa tranquila—. esto no es nada, sumiyoshi. en verdad quiero protegerte a ti y a tanjirou en lo que pueda.
sumiyoshi sintió su rostro calentarse, volteando con una sonrisa para que yoriichi no le viera.
—¡yoriichi-san, no diga cosas tan atrevidas!
tanjirou reía al ver la interacción entre los mayores, levantando sus manitas hacia el alfa que sonreía tímidamente.
—¡pa!
los llamados terminaron cuando yoriichi dejó la bolsa en el suelo con cuidado y tomó a tanjirou.
le gustaba la idea de vivir (aunque fuera por un corto tiempo) junto a sumiyoshi y tanjirou.
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hellooo 💞 cómo están ? <3
www me emociona mucho estar cerca de las escenas que quise escribir desde que pensaba en el prólogo. pero me pone muy feliz ver que este es mi primer fic en llegar a los 10 capítulos sin un lapso de tiempo enorme !! 💕💕💕
además les quiero agradecer por todo el apoyo, ya llegamos a las 1.22k leídas 🥺🥺🥺❤️ muchas gracias !!!
espero tengan un bonito inicio de semana, byebye !!! ☺️💘