Arturo se fue de la constructora.
Daniel regreso a la oficina de Regina.
Regina: ¿ya se fue?
Daniel: sí.
Arturo iba de regreso a su coche cuando vio que entraban Ariel y Alejandro.
Ariel: hay que dejar todo listo hoy por que mañana con la boda de tu hermana no tendremos mucho tiempo, gracias hijo por venir a echarnos una mano.
Alejandro: aunque no sé mucho de esto, estoy dispuesto a ayudar en lo que se pueda.
Ariel: gracias hijo.
Arturo: ¿mañana? ¿Su boda es mañana?- se preguntó mentalmente-
Arturo se subió de inmediato a su auto.
Arturo: Regina no puede casarse con ese imbécil- dio un puñetazo de una mano a la otra-
Arturo condujo al hotel e hizo un par de llamadas a unas iglesias que frecuentaba la familia Rivera para preguntar si allí seria la boda, pero recibió de todas una respuesta negativa.
Alan estaba fuera del país, en un congreso muy importante en Miami, por lo que desconocía que la boda Regina estaba a un solo unas cuantas horas.
Regina y Daniel terminaron sus labores en la constructora, eran más de las 6 de la tarde cuando por fin pudieron ir a la casa de sus padres, donde había mucho movimiento, mesas, sillas, flores para la fiesta.
La organizadora de la boda daba ordenes sobre cómo debía quedar todo.
Regina: ¿Cómo va todo?
Organizadora de bodas: muy bien, allá van a estar las mesas de los invitados, la de ustedes dos, allá la mesa de los postres y el café, y allá la pista de baile, ¿quieres cambiar algo de lugar?
Regina: todo está muy bien, ¿Qué piensas mi amor?
Daniel: estoy de acuerdo.
Organizadora de bodas: bien entonces seguiré con mi trabajo no quiero que me agarre la noche sin dejar esto listo, permiso.
Daniel: propio.
Daniel y Regina vieron todo a su alrededor.
Daniel: en tan solo horas serás mi esposa.
Regina: no hay nada que me haga más feliz.
Se dieron un beso y caminaron de la mano alrededor del jardín observando los últimos detalles.
Al caer la noche se fueron al departamento de ella.
La casa de los Rivera seguía en mucho movimiento, Arturo llevaba un par de horas intentado recibir una respuesta en el teléfono de aquella residencia, pero no había tenido suerte.
Daniel se despidió de su prometida e hija.
Miranda: ¿ya te vas?
Daniel: si princesa tengo que arreglar mi maleta para la luna de miel.
Miranda: ¿me prometes que al próximo viaje me llevan con ustedes?
Regina y Daniel se vieron y asintieron al mismo tiempo.
Daniel: bueno, es hora, nos vemos mañana, no olviden que las amo mas que a nada en este mundo.
Daniel le dio un beso y fuerte abrazo a su hija, la pequeña corrió a su habitación.
Regina: ¿de mí no te vas a despedir?
Daniel: este será nuestro ultimo beso como novios, por supuesto que si.
Daniel tomó a Regina y la beso apasionadamente, rodeando su cintura a la vez que ella lo agarraba del cuello.
Arturo recibió una respuesta.
"Arturo: disculpe, soy amigo de Regina, perdí mi invitación para la boda y no recuerdo cual es la iglesia, ¿puede usted darme esa información?
Sirvienta: si señor es en la parroquia "San Bautista" a las 12 del medio día.
Arturo colgó.
Sirvienta: ¿bueno? ¿Bueno?"
Arturo: lo tengo.
Arturo sonrió.
Tocaron a la puerta de su habitación.
Arturo abrió.
Arturo: ¿Qué haces aquí?
Lucia: tuve que mover cielo, mar y tierra para dar con tu paradero.
Arturo: si me fui fue para que no me encontraras.
Lucia: ¿me quieres explicar que significa esto?
Dijo mientras sacaba un documento de su bolsa.
Arturo: es la demanda de divorcio.
Lucia: lo sé.
Arturo: si lo sabes ¿para que me preguntas?
Lucia: no te hagas el chistosito, si crees que voy a firmarlo estas muy equivocado.
Arturo: tendrás que hacerlo, aunque no quieras, yo no estoy dispuesto a seguir a tu lado.
Lucia: pues no voy a firmar nada.
Lucia rompió el documento.
Arturo: si no quieres por las buenas, está bien, lo haremos por las malas.
Lucia: ¿lo estás haciendo por Regina verdad?
Arturo: si, por que la amo.
Lucia: ella se va a casar, no quiere nada de ti.
Arturo: las bodas pueden frustrarse en el último momento, voy a hacer lo que sea para recuperarla.
Lucia: no vas a conseguir nada, de eso me voy a encargar yo.
Arturo: ¿Qué nueva infama vas a inventarte?
Lucia: ya lo veras.
Lucia se fue azotando la puerta.
Arturo: no puedo creer que haya estado tan ciego todos estos años, aguantándome a esta desquiciada.
Miranda dormía profundamente, mientras Regina terminaba su maleta.
Esperanza entro a la habitación.
Esperanza: ¿ya tienes todo listo mi niña?
Regina: ya casi nana, debo repasar todo, no quiero que falte nada.
Esperanza: no te preocupes, si algo se te queda lo compras.
Regina: es verdad nana, ay, es que estoy tan nerviosa.
Esperanza: si me lo dices ni cuenta me doy, me encanta verte tan feliz, ¿sabes?
Regina: y como no estarlo, mañana uniré mi vida a la del hombre que tanto amo.
Daniel también estaba haciendo su maleta.
Alicia: ¿necesitas ayuda?
Daniel: no mamá, todo está en orden, gracias.
Alicia: estoy tan feliz por ti, por fin vas a hacer realidad lo que has estado esperando por meses.
Daniel: si mama, mañana a esta hora Regina será mi esposa.
Alicia: por tu hija no te preocupes, todos estaremos a su cuidado.
Daniel: lo sé, no puede quedar en mejores manos, solo espero que pueda confiarle a Regina muy pronto ese secreto que guardo tan adentro.
Alicia: ya llegará el momento, ahora solo piensa en que mañana será el día más feliz de tu vida.
Regina tenía su teléfono en sus manos, veía algunas fotografías suyas junto a Daniel.
Regina: hasta mañana mi amor, mañana seré completamente tuya.
Besò su teléfono y cerro sus ojos con una enorme sonrisa.
Al día siguiente, Regina despertó muy feliz, tocaron a su puerta.
Esperanza: mi niña, te traigo el desayuno, en cualquier momento vienen para arreglarte.
Regina: gracias Nana ¿y Miranda?
Esperanza: se metió a bañar, entre tu mama y yo nos vamos a encargar de arreglarla.
Regina: gracias nana, gracias por estar siempre para mí.
Esperanza: te quiero como la hija que nunca tuve, tu dicha es la mía, mejor me voy a preparar el desayuno de la criatura antes de echarme a llorar como magdalena.
Regina: claro.
Daniel tomaba una ducha muy sonriente, al fin había llegado el día.
Por su parte Los padres de Regina llegaron en compañía de sus hermanos al departamento dispuestos a ayudar en lo que se necesitara, también ya había llegado el peinador y maquillador para arreglar a la novia.
Lorenza y Esperanza se encargaban de vestir y peinar a Miranda, Sofia se ponía de acuerdo con Gabriel para llegar juntos a la iglesia, mientras Ariel y Alejandro platicaban en la sala.
Regina: ¿estas segura de que Daniel ya está listo?
Sofia: si, Gabriel esta con él y su mamá, está terminando de vestirse.
Arturo: hoy voy a demostrarte cuanto te amo Regina, estoy seguro que vas a volver conmigo.- dijo mientras sacaba de su bolsillo un cigarro y lo encendia -