Los chicos habían salido agotados por estar practicando su nueva canción, pero ya eran las 8 de la noche, ya era hora de irse a descansar para que mañana llegaran de nuevo a ensayar.
Todos subieron a la camioneta, Hobi, Jiminie, Yoongi atrás, kookie de conductor, Jin de copiloto el cual estaba más concentrado viendo su teléfono buscando alguna comida a domicilio y poder cenar juntos en casa, Nam y Tae en los asientos de enmedio.
El camino fue tranquilo, todos escuchando solo el pasar de los carros y viendo las luces de los establecimientos que aún estaban abiertos.
Llegando a casa, todos bajaron ya demasiado cansados, se tumbaron en el sillón y encendieron la televisión dispuestos a ver qué pasaba en los canales, mientras Tae decidió ir a su cuarto, se sentía con una punzada en su pechito, se recostó en la cama y vio su reloj: las nueve de la noche
Después de unos cinco minutos decidió ir a su mesita de noche y abrir un pequeño cajón rosita pastel decorado con unas estrellitas, donde había un lindo chupete amarillo junto con su cadenita para sujetarlo de su ropa, Tae se colocó la cadena del chupete, metió éste a su boquita y tomó su peluche de conejo, cerró sus ojitos y se comenzó a sentir más pequeñito, ahora, ya no estaba el joven Tae que todos conocemos, simplemente estaba un pequeño bebé recostado en su cama succionando su chupete, algo muy relajante para el bebé y es que el pequeño Tae dentro de su little space solo tenía meses, nunca avanzaba de ahí.
Tae había descubierto ese gusto el día que vio un bebé en el centro comercial, siendo cuidado por su madre, al verlo le dio un poco de celos ¿Porque? Bueno él tampoco lo sabe pero le hubiera gustado estar siendo cuidado así como ese dulce bebé. Dentro de las próximas semanas él pedía ir al centro comercial para ir a comprar una que otra cosa como chupetes, juguetes para bebés, biberones e incluso pañales.
Ahora el pequeño Tae succionaba su chupete, y miraba con ojitos curiosos su cuarto, aunque había algo que al joven Tae se le había olvidado, él usaba pañales dentro de su espacio, ya que al ser muy pequeñito solía tener accidentes, pasaron alrededor de cinco minutos y el bebé se había orinado, ahora su cama y su ropa estaban empapadas, el bebé se sintió incómodo y comenzó a sollozar, al recordar que nadie vendría a cuidarlo su mente decidió regresar a su edad real, sollozando se quitó su chupete y se bajó de la cama, se detuvo a mirar todo el desastre, Tae comenzó a quitar las cobijas de su cama y fue con ellas al cuarto de lavado, al estar ya lavándolas fue a ducharse, si los chicos preguntaban les diría que era un baño porque había sudado mucho en la práctica, cosa que no era cierta pero al menos era la mejor excusa que tenía.
Entró al baño, se quitó su ropa y se adentró a la bañera, sollozando y limpiando su cuerpecito mientras pensaba hacia su adentros ¿Porque soy tan raro? ¿Y si los chicos me descubren? Quisiera tener alguien que cuidara de mi ¿Me aceptarían?
Luego de 20 minutos, salió de la ducha se puso la pijama, guardó sus cosas en el cajón y bajó con los chicos, cenaron todos sin notar los ojitos rojos de Tae después del llanto, al terminar todos se fueron a dormir a sus habitaciones, el pequeño Tae lloró alrededor de 10 minutos, después de eso se quedó profundamente dormido con sus ojitos hinchados y lagrimitas corriendo por su carita.