"Capitulo 14: La llamada "
Al otro día solo me dedique a pasar el rato con Vinnie, quien ahora mismo se encontraba delante de mi explicando un plan que según él era sumamente elaborado para encontrar a quienes tenían a mis abuelos.
—Y por aquí, podríamos buscar las cámaras de las calles.—señaló una aplicación que se encontraba en su teléfono.
Verdaderamente me sentía tan cansada y triste, que no podía prestar tanta atención a lo que el rubio me decía. Mamá y papá venían en camino, en dos días estarían aquí y tendría que irme a la ciudad, otra vez y ni siquiera sabía como carajos iba a decirle aquello a Vinnie.
—¿Cariño, me estás escuchando?
Parpadeé varias veces para luego dirigir mi mirada hacia el chico quien ahora tomaba una de mis mejillas con sus manos.
—Si, lo hago.—mentí.
—Pues infórmaselo a tu rostro.
—Perdón, es que estoy muy confundida con todo esto.—tomé su mano para luego dejar un pequeño beso en ella.
—Se que es difícil, pero debes enfrentar esto. Pronto todo se resolverá, te lo prometo.
—Iré a casa, necesito un poco de aire.
Sabía que aquella idea no le agradaría para nada y que tampoco dejaría que vaya a casa de mis abuelos por miedo a que alguien esté esperando por mi.
—Sobre mi jodido cadáver, Megan.—Su voz sonó un poco más agresiva y podía notar como su mandíbula se endureció.
—Vinnie no es una pregunta, iré. —respondí con molestia.
Odiaba que ahora mismo tuviera que estar como una prisionera. Las personas que secuestraron a mis abuelos deberían de tener miedo, no yo.
—Megan.—pronunció mientras apretaba mi brazo cuando comenzaba a dirigirme hacia la puerta.
—Volveré, si veo algo raro te llamare al instante.
Luego de decir aquello, él chico soltó mi brazo mientras ahora me dirigía hacia la casa de mis abuelos. El camino hacia allí era corto y como Vinnie, sabía que no sólo en la noche corría peligro por la que me dedicaba a mirar a mi alrededor cada dos segundos.
Cuando por fin llegué a la casa, pude entrar sin más ya que la puerta no estaba con seguro. El olor típico de la casa llegó a mis fosas nasales inundando por completo y no podía evitar que varias lágrimas comiencen a caer por mis mejillas, sabía que todo esto estaba pasando por mi culpa. Si tan solo mis padres no me hubieran traído aquí, mis abuelos estarían sanos y salvos.
Sin embargo, luego de limpiar mis lágrimas trate de alejar mi mente de su recuerdo ya que había venido hasta aquí para buscar alguna pista y no iba a parar hasta encontrar alguna. Comencé a observar todo el lugar, y lamentablemente todo se encontraba como la última vez que estuve aquí, las cortinas estaban perfectas y los muebles seguían en sus respectivos lugares, nada parecía haber sido tumbado o usado la fuerza para entrar a la casa. Nada estaba roto y eso hacía que me frustrara.
Subí hasta mi cuarto, donde todo se encontraba perfectamente ordenado y sabía que esto había sido obra de la abuela. Me senté mi pequeña cama mientras miraba la gran pared rosa y sus cuadros, esperando algún tipo de respuesta que sabía que no iba a obtener pero de repente aquel recuerdo vino a mi mente.
“—Como lo notaste, en esta casa tenemos muchos cuadros en las paredes..
—Sí.—respondí algo dudosa.
—Bien, todos tienen un fin. Todos contienen un botón escondido.—explicó.
—¿Qué? ¿Para qué?—contesté con confusión.
—Todo es por seguridad, y como ya haz comenzado con tus entrenamientos es mi deber enseñarte todo para que puedas cuidarte.”
¡LOS CUADROS! ¡Los jodidos cuadros!
Salte de la emoción cuando me di cuenta de aquello y repentinamente me encontraba sacando mi teléfono y llamando a Vinnie para contarle la noticia. Después de algunos segundos, la voz del chico se hizo presente.
—¿Estas bien? ¿Ha pasado algo?—podía notar preocupación en su voz.
Sonreí.
—Si, estoy más que bien Vinnie. Ha pasado algo increíble.
La emoción no cabía en mi cuerpo, sabía que esos cuadros serían de gran ayuda y termina encontrando a mis abuelos.
—¿Entonces?¿que paso?
—Debes venir aquí, por teléfono es muy complicado de explicar. ¿Puedes venir?
—Claro, en un segundo estoy allí.
—Bien, te espero.
Luego de cortar la llamada, lo único que me quedaba era esperar a que Vinnie llegue. Iba a hacer todo esto con él, sabía que él también estaba muy interesado y preocupado por Mark y mi abuela.
Tras pasar algunos minutos, el sonido del timbre interrumpió mis pensamientos. Corrí escaleras abajo llegando rápidamente a la puerta de inicio, cuando abrí la misma un bello rostro preocupado me recibió mientras yo sin más tomaba su brazo y lo empujaba hacia dentro de la casa.
—Encontré algo que puede ayudarnos.—dije con emoción.
Vinnie seguía sin entender, solo se me quedaba viendo sin decir ni una sola palabra.
—Los cuadros de casa Vinnie, los cuadros tienen la respuesta.
—Espera, qué.—exclamó algo confundido.
—Así como lo oyes Vin, los cuadros van a ayudarnos.
—No entiendo, ¿son mágicos o qué?—preguntó mientras yo solo tomaba de su brazo y lo llevaba conmigo hacia la cocina.
—Algo así, el abuelo cuando me solía entrenar dijo que era muy importante que sepa de ellos. Cada cuadro hace algo, Vin.—Expliqué con ansias.
Vinnie frunció su ceño y desvío la mirada hacia los cuadros que se encontraban en la sala. Seguramente ahora estaría contando todos los que había allí como lo había hecho yo la primera vez que el abuelo me contó sobre ellos.
—Hay trece.—respondí.
—Espera, espera, ¿me dices que estos cuadros hacen cosas?—asentí —¿Qué tipo de cosas?.
Ahora sonaba muy interesado en saber sobre ellos.
—Pues, como puedes ver todos los cuadros de este lugar contienen dibujos abstractos con diferentes colores.—comencé a explicar mientras caminaba nerviosa por el lugar.
—Uhum.
—Cada sala tiene un color designado en el cual estará el botón invisible de los cuadros que activará cada uno de ellos—continúe.—. Aquí es el rojo, si observas con determinación veras que en todos los cuadros está presente un pequeño trozo de ese color, mientras que los demás colores solo aparecen en algunos cuadros.
—¿Qué es lo que hacen?—preguntó con interés.
—Pues, el abuelo no me mostró mucho sobre esto así que solo se lo que este cuadro de aquí—señalé el cuadro que se encontraba a mi lado.—puede hacer.
>>Pero también se que es uno de los cuadros más importantes y el que nos ayudará. Mientras que con los demás cuadros no tengo una mínima idea de lo que puedan hacer.
—Megan, hay miles de cuadros en esta casa.—dijo mientras se recostaba contra la mesa que se encontraba en la cocina.
—¿Te crees que no lo se? Literalmente hay cuadros hasta en mi habitación y nunca tuve el coraje de tocar alguno para saber que es lo que hacen.
—¿Sabes todos los colores que activan cada sala?—preguntó.
—Algunos, como mi cuarto y la sala de inicio pero podríamos descubrir los demás si nos tomamos el tiempo para mirar cada cuadro y detectar que color es el que se repite en todos.
Vinnie se cruzó de brazos y lucia algo pensativo.
—No tenemos tiempo para eso, pero si tenemos tiempo para probar cada cuadro que sabes el color.
—Podrían ser peligrosos.—respondí.
—Si, podrían pero necesitamos saber que es lo que hacen los demás cuadros y si pueden ser de ayuda.
Dude un poco, sabía que tenia el permiso del abuelo porque fue él mismo quien me ha dicho que los cuadros eran para protegerme pero todavía seguía pensando en que podrían ser peligrosos, nosotros no sabíamos lo que hacía cada uno de ellos.
—Vin…—dije mientras llevaba mi vista hacia el suelo.
Podía sentir sus pasos y como se acercaba hacia mi, repentinamente se encontraba delante de mi y tomaba con una de sus manos mi mejilla.
—Mírame.—ordenó mientras levantaba con suavidad mi rostro.
—Estoy preocupada.—susurré.
—Lo sé, se que esto es una mierda pero estoy aquí para ti porque cuando tu mundo comience a derrumbarse siempre estaré para ti, cariño.
—Te quiero.—solté.
Ni siquiera sabía que estaba pasando y porque de repente el clima había cambiado y estábamos sentimentales.
—Te quiero tanto.—dije nuevamente mientras ahora me encontraba abrazándolo con fuerzas.
Nunca había querido tanto a alguien, él era el primero, el primer chico con el que salía, y le quería, sonaba tanto habían pasado solo meses pero tampoco entendía como es que podía querer tanto a alguien que conocí hace tan poco.
—Debemos comenzar.—soltó de repente mientras nos separábamos.
—Bien.—respondí algo rara después de que se haya portado como si nada después de aquel momento emocional.
Comencé a caminar nuevamente hacia el cuadro mientras el chico me seguía. Toqué aquel botón como mi abuelo me había indicado la primera vez, y toda la luz se fue repentinamente.
—¿Qué carajos pasó?—preguntó Vinnie.
—Uhm, es normal luego de esto podremos acceder a cámaras.—respondí con indiferencia.
Sin embargo, algo había cambiado no fue como aquella vez que el abuelo tocó el botón ahora una gran pantalla apareció en la pared iluminando algo de la casa.
—Por favor, identifíquese.—una voz robótica expresó.
—Qué carajos.
—¿Qué pasa?—preguntó Vinnie.
—La vez que el abuelo tocó ese botón no le pidió su identificación, y ahora conmigo si lo hace.
—Escribe tu nombre Meg, tal vez tu abuelo preparo todo para que puedas ingresar a ellos también.
Haciendo caso al rubio, me dirigí hacia la pantalla y comencé a escribir mi nombre. Todavía seguía sorprendiéndome el hecho de que este tocando una pared proyectando una pantalla y que esto funcione.
Cuando por fin terminé de escribir la pantalla se apago nuevamente y ahora una gran cámara y luz salió de la pared. La pantalla decidió prenderse nuevamente y ahora podía verme en ella.
—Señorita Jones, sea bienvenida al equipo de SIAO, me llamo Devon y soy su asistente. Espero que tenga una gran experiencia con nuestros cuadros y con el sistema.—dijo nuevamente la voz robótica.
—Wow.—exclamó Vinnie a mi lado.
—¿Qué es lo que necesita?—preguntó esa voz.
Por otro lado, me encontraba nuevamente en silencio. Una jodida máquina me hablaba, y parecía que el abuelo se había encargado de realizar algunos cambios en ella.
—Activar el cuadro que he tocado.—respondí.
—Recibido. Cuadro cámaras iniciándose.
Nuevamente las luces comenzaron a apagarse para luego prenderse grandes luces rojas y ahora si todo era como la última vez. La pantalla comenzó a llenarse de las imágenes que proyectaban las cámaras, y seguían acercándose a las personas y dando sus datos.
—Esto es genial, podemos encontrar a tus abuelos más rápido de lo que esperamos.
—Devon, puedes mostrarme el rostro de las personas que han estado en Wesley esta última semana y que no sean habitantes de aquí.—pedí a la maquina mientras miraba atentamente la pantalla.
La maquina comenzó a mostrar variedad de rostros entre ellos el de Reidar.
—Reidar es famoso.—bromeó Vinnie.
—Son veinticinco personas.—le dije al rubio.
—Son bastantes, ¿hay más datos de ellos?.
—Solo su nombre y cuando llegaron.
—Eso puede servir, solo parece que esta noche no dormiremos.—me miró con seriedad.
—Eso es lo que parece.—respondí.
—Devon, apagarse.—ordenó Vinnie y eso hizo reírme porque la maquina seguía más que encendida.
—¿Para qué quieres apagarla?—pregunté divertida.
—Debemos seguir averiguando los demás cuadros.
—Cierto, lo había olvidado por completo. Devon, apagarse.—ordené.
La luz volvió a apagarse y parece que ahora todo comenzaba a volver a la normalidad.
—Debo decir que estoy muy impresionado.—confesó el chico.
—También lo estoy, esa maquina hizo cosas que no sabia que podía hacer.
—Bien, pod…—antes de que el chico pudiera seguir hablando, el sonido del teléfono de la casa comenzó a sonar.
Me dirigí hacia la sala en la que se encontraba el mismo, sabía que mis padres también llamaban a este teléfono para comunicarse conmigo si no los atendía en mi móvil. Cuando respondí, espere con ansias la voz de mi madre pero, sin embargo, eso no fue lo que me recibió.
—Si quieres vivos a tus abuelos, debes entregarte pequeña rata.—exclamó una voz ronca, sabía que podía tratarse de un hombre.
—¿Quién eres? Deja en paz a mis abuelos, no los toques.—grité con furia mientras veía como Vinnie corría hacia mi.
—Tus padres saben muy bien quién soy—respondió.—. El pasado nunca se puede dejar atrás su hay venganza de por medio.
—¡DEJA EN PAZ A MI FAMILIA!—grité y oí como el hombre comenzaba a reírse del otro lado de la línea.
—Megan, dame eso.
Vinnie me quitó el teléfono de las manos mientras yo solo me dedicaba a sentarme en el piso tomando con mis manos mi cabeza y seguidamente alcanzaba a oír algunas de las cosas que Vinnie le decía a aquel hombre.
—Déjala en paz…Ya tuviste suficiente…. Ni se te ocurra hijo de puta… Estoy m…
—¡Abran la jodida puerta!—alguien dijo mientras nos hacía salir de nuestros pensamientos por completo.
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Gracias por leer.💕
¿Qué les parece hasta ahora la novela?