The Next Step: Omega Evolution

By JuanmaSarmiento

3.1K 209 37

Nueva York, 2014. Durante décadas se ha intentado buscar un nuevo camino en la ciencia que permita avanzar en... More

PRIMERA PARTE
Capítulo 1: Lochlann
Capítulo 2: Skyler
Capítulo 4: Skyler
Capítulo 5: Memphis
Capítulo 6: Skyler
Capítulo 7: Lochlann
Capítulo 8: Skyler
SEGUNDA PARTE
Capítulo 9: Lochlann
Capítulo 10: Alexis
Capítulo 11: Skyler

Capítulo 3: Lochlann

203 21 5
By JuanmaSarmiento

Colgué el teléfono y me lo separé de la oreja, mirándolo como si de repente fuera a morderme. La llamada no había resultado ser tranquilizante, precisamente, y sentía el corazón a mil por hora. ¿Quién demonios era Skyler? ¿Y quién me había llamado? Podía tratarse de una broma telefónica de esas que salen en la radio, pero aquél hombre conocía mi nombre: no podía ser una coincidencia.

Pensé en huir, pero no tenía adónde ir; además, todas mis cosas se encontraban precisamente en el campus, y era allí donde el desconocido me había citado. Sin dinero y sin nadie conocido, poco iba a durar por ahí fuera. La única opción que me quedaba era ir a la Universidad y averiguar quién demonios era Skyler.

Cuando llegué, frené en seco tras la carrera desde mi lugar de trabajo, a unas manzanas de distancia. Doblado en dos, con las manos en las rodillas, miré en derredor tratando de localizar a alguien que pareciera sospechoso o que estuviera esperando a alguien.
“No pensaba que te darías tanta prisa”, resonó una voz en mi cabeza.

Me incorporé, como activado por un resorte, dando media vuelta para encontrarme frente a un chico vestido con cazadora de cuero que fumaba un cigarro. ¿Habrá sido él quien ha dicho eso
- Pues claro que he sido yo, ¿o acaso ves a alguien más por aquí?-preguntó con un tono divertido en la voz, abriendo los brazos para abarcar la zona en la que estábamos.
- Esp...espera un segundo. ¿Tú eres Skyler? Pensaba que era un nombre de chica-comenté con cierta reticencia.
- En mi defensa, diré que ese nombre es unisex- me echó un rápido vistazo, esbozando una sonrisa- ¿Y tú no tienes el pelo muy negro para ser irlandés?
- Irlandés negro-dije como toda respuesta- Oye, mira, esta charla está muy bien, muy productiva, pero ¿me puedes explicar a qué venía esa llamada telefónica? Parecía una amenaza de muerte más que una visita amistosa.

El chico caminó hasta un banco situado a un lado del camino principal que llevaba al centro del campus, sentándose con soltura y subiendo una pierna encima de la otra, dando una calada larga a su cigarro sin quitarme la vista de encima.
Se creó un incómodo silencio entre nosotros, y lo interpreté como una muda invitación a que tomara asiento junto a él; así lo hice.
- Bien, Lochlann, nos pusimos en contacto contigo porque nos llamó la atención tu expediente académico-comenzó en el mismo instante en que me senté-. Una nota impecable en Selectividad y teniendo a Universidades de renombre peleándose por tenerte entre sus filas. Impresionante- aplaudió lentamente, pero con entusiasmo.
- No lo entiendo. ¿Qué tiene que ver eso en todo esto? ¿Te envían de otra Universidad para convencerme de que pida el traslado o algo? Porque no estoy interesad...
- Nada de eso-me interrumpió Skyler-. Yo también soy universitario, aunque estoy en la de Nueva York. Verás, colaboro con una gran empresa que está a la última en cuanto a investigación y desarrollo, además de dar apoyo médico militar. Es esta organización la que me otorgó una beca de estudios gracias a mis notas y, bueno, a mis habilidades. Y es la misma organización que quiere ofrecerte la misma oportunidad a ti.
- ¿Y esa empresa es...?-pregunté. Me estaba poniendo nervioso tanto misterio. 
- La Compañía Ethos.

Se quedó mirándome, con una enigmática sonrisa torcida pintada en el rostro, como dándome tiempo a averiguar de qué narices estaba hablando. Nunca había oído hablar de ninguna Compañía Ethos ni de que en la Universidad dieran becas de ese tipo.
- Oye, mira -empecé-, llevo aquí menos de dos semanas, así que perdona que no esté muy al día sobre lo que pasa en la ciudad.
- Por supuesto -coincidió con una sonrisa, aunque su expresión bien parecía que estuviera a punto de comenzar la explicación en una clase de niños pequeños-. Verás, Ethos comenzó como una farmacéutica gubernamental. Conforme fue expandiéndose y ganando importancia, acabó de lleno en la investigación de armas biológicas para apoyar la defensa del país.

Apagó el cigarro en el costado del banco y lo lanzó a sus pies, cambiando de postura en el asiento para mirarme de frente en una posición más relajada, con una camaradería tal que pareciera que me conociera de toda la vida.
- Fue gracias a la investigación de estas armas, que no eran más que sueros al fin y al cabo, con lo que comenzaron a centrar sus esfuerzos en la investigación de los Omega, es decir, nosotros-se señaló a sí mismo y a mí con el dedo alternativamente.
- Espera, ¿qué? ¿Omegas?-arrugué el ceño en una mueca de incomprensión- ¿Eso no es la letra del abecedario griego? ¿Qué tiene que ver eso conmigo?
Skyler suspiró, como si contara mentalmente hacia atrás para no partirme la cara por mi incultura.
- Así es, Lochlann, también es la letra del abecedario griego-respondió con el tono de voz que se emplea para hablar a un niño pequeño-. El término “Omega” se acuñó hace años para definir a una especie humana que no es exactamente igual a los humanos, sino que va más allá. Al significar “lo último, el final”, en este aspecto hace alusión a “la última evolución en la raza humana”. Los Omegas son aquellos que están más evolucionados y pueden realizar cosas como mover cosas con la mente, manipular a placer la energía que nos rodea, “o hacer uso de la telepatía, por ejemplo”.

Esto último lo dijo sin mover los labios, y fue cuando me di cuenta que en realidad lo había escuchado dentro de mi cabeza.
Yo también he podido hacer eso desde hace casi un año...” pensé, consciente de que estaba proyectándolo en la mente del chico. “¿Significa eso que soy un...?”
Omega, exacto. Como yo”, terminó la frase por mí, asintiendo con la cabeza.
- Y es por ello que Ethos me ha mandado para ponerme en contacto contigo-prosiguió en voz alta, notándose en su voz que se encontraba más emocionado que antes-. Con nuestra ayuda, la compañía será capaz de comprender mejor lo que nos hace tan especiales e importantes y podrá desarrollar fórmulas que ayudarán a humanos y Omegas en un futuro no muy lejano. ¿No lo entiendes? Somos el futuro, Lochlann. Y el tuyo puede ser brillante, si dejas que te ayudemos.
     » Para empezar, no tendrás que preocuparte por sacar las máximas notas para mantener la beca de estudios que te permite seguir en Columbia: Ethos ayuda a sus jóvenes promesas no sólo financiando sus estudios académicos sino proporcionándoles un puesto en sus laboratorios. Imagínatelo-exclamó, colocando una mano en mi hombro y, por un momento, pude ver lo que me contaba-: trabajarías para una de las empresas más importantes del Estado, contándote entre las filas de los científicos mejores valorados, y encima pudiendo desarrollar tus habilidades mucho más de lo que jamás hubieras imaginado. ¿No es una gran oferta?

Me vi a mí mismo vistiendo una bata blanca en una habitación acristalada de aspecto aséptico, con maquinaria de investigación puntera y trabajando junto a otros científicos, algunos jóvenes como yo, quienes incluso usaban sus habilidades de forma natural y abierta. Habilidades dispares y más allá de la simple lectura de mentes.
Y, además, me veía feliz y relajado, sin la constante amenaza de perder la beca en cualquier descuido, pudiéndomelo tomar todo con más calma. Hacer lo que me gusta de verdad.
- Lo cierto es que suena tentador, Skyler -murmuré, aún distraído por las visiones de lo que podría llegar a ser mi futuro-. Pero es tanto sobre lo que tengo que pensar, que preferiría que me dierais un par de días para decidirme -le miré a los ojos en busca de una confirmación.
- Por supuesto, Loki -fruncí el ceño ante el apodo improvisado-. Volveré a verte dentro de dos días. ¿Sabes? Espero que aceptes: me gustaría tenerte de compañero de laboratorio. Los dos telépatas, trabajando codo con codo -se rio, poniéndose en pie y ofreciendo su mano como despedida- Hasta entonces.
- Hasta luego...-estreché su mano, aún sin mucha convicción, la cabeza embotada de tanta información por asimilar.
Con una amplia sonrisa por su parte, Skyler se marchó dando media vuelta y alejándose por la calle con las manos metidas en su cazadora hasta que le perdí de vista en la avenida, camuflado entre la masa de transeúntes.

Aún algo descolocado por el encuentro y por la tentativa propuesta, me vi de repente solo en mitad del campus, el sol poniéndose entre los rascacielos, anunciando el anochecer y, pronto, la hora de cenar. Di media vuelta, encaminándome hacia la residencia de estudiantes con una sensación extraña en el estómago.
Quizás excitación, o puede que miedo ante la perspectiva de un cambio en mi vida de tal magnitud, uno que ha ocurrido tan pronto después de haber sufrido otro en mi vida como fue mudarme a la otra punta del mundo. O quizás solo se tratase de hambre.

El rugido de una moto me sacó de golpe de mis pensamientos y, para cuando quise darme cuenta, tenía casi encima de mí a la susodicha moto.
Montados en ella había un hombre adulto y el conductor loco que casi me atropella, quien resultó ser una chica cuando por fin se quitó el casco. Demasiado impresionado por el susto, me quedé ahí plantado mirando a la conductora con la boca abierta, blanco como el papel.
Aunque, en mi defensa, no la dejé en buen lugar en mi mente.
- ¿Se puede saber qué haces ahí parado como un pasmarote? ¿No te dijimos que quedaríamos en el campus? ¿Qué hacías yéndote? -replicó, enfadada, la desconocida, respaldada por la mirada de seriedad del copiloto. 
- ¿Perdona? ¿De qué me estás hablando? No sé quién eres, yo ya he quedado con quien tenía que quedar...-respondí, intentando no sonar demasiado amedrentado.
- Tiene gracia, porque fue Roger quien te llamó -señaló con un ademán rápido de la mano al hombre sentado en el asiento trasero- y fue quien te dijo que yo -poniendo énfasis en el “yo” dándose un golpecito en el pecho con el dedo índice- iba a encontrarme contigo.
- Espera, espera -alcé las manos para evitar que siguiera hablando, o arrancarme la cabeza, a juzgar por su expresión- ¿Tú eres Skyler? Pero...eres una chica
- Muy observador, Lochlann. ¿Te ha dado la pista mi pelo? ¿Mi voz? ¿O quizás fueron mis tetas?-comentó en tono mordaz.
- No quise decir eso. Me refiero a que...no hace ni cinco minutos que acabo de hablar con Skyler, y no tenía tetas...quiero decir -carraspeé, algo colorado-, que era un tío.

La chica, quien supuestamente se llamaba “Skyler”, compartió una larga mirada con el hombre, y sus caras reflejaban visiblemente que estaban preocupados.
- Verás, Lochlann -empezó el hombre-, mi nombre es Roger Blackbird, y ésta de aquí es mi sobrina, Skyler. En el pasado fui el novio de tu tía, Saoirse. Bueno, estábamos prometidos y a punto de casarnos, de hecho. Quizás no me recuerdes, eras muy pequeño. Fui yo quien te llamó avisándote de que estabas en peligro, pero creo que no hemos sido lo suficientemente rápidos: Ethos ya te ha encontrado.
- Eh, de eso fue de lo que me habló el otro chico, el “otro Skyler”. Me dijo que buscaban a chicos prometedores como yo para trabajar con ellos, y que me pagarían los estudios.
- Así es, en eso no te mintió. Ethos es conocida por ser una gran ayuda para jóvenes con talento, proporcionándoles un futuro estable y con el que poder contribuir a la sociedad con sus conocimientos y mano de obra. Es de su relación con los Omegas donde la cosa cambia.
- Me fijé en que Skyler parecía sentirse algo incómoda en este punto de la conversación, pero lo que me estaba contando Roger en estos momentos requería más mi atención.
- ¿Y en qué sentido cambia? A quien conocí, podía también hacer las cosas que yo hago. Era un... Omega, ¿no? Parecía bastante cómodo trabajando para ellos.

Pasé a describir lo que podía recordar de aquél impostor: además de su vestimenta, que parecía sacada de una película de los años 50 con esas pintas de rockero desgastado, tenía el pelo de color castaño oscuro, ojos de color café, nariz ancha y labios gruesos, cara redondeada y un pequeño lunar bajo el labio inferior. Me sorprendió que pudiera recordar tantos detalles de aquel desconocido en la breve conversación que habíamos tenido.
- Según tu descripción, podría tratarse de uno de los pocos Omegas que forman parte del círculo privilegiado de Sebastian Lancaster, el líder y fundador de la Compañía Ethos; quizás Damon, aunque si dices que era estudiante también, podría tratarse de Memphis-comentó, rascándose la barbilla mientras hacía suposiciones.
        »Para Sebastian, los Omegas son poco más que ratas de laboratorio. Su obsesión por crear un suero con genes Omega ha llegado a tal punto que le ha vuelto una persona peligrosa debido a su posición en la sociedad y el poder del que dispone gracias a ello.
- ¿Ése era el peligro al que decías que estaba expuesto? -pregunté, tragando saliva. Era increíble cuánto podía cambiar la vida de alguien en el intervalo de unas pocas horas.
Roger asintió lentamente, manteniendo mi mirada.
- Es por eso que es de vital importancia evitar a toda costa que Ethos se haga contigo. No sabemos lo que podrían hacerte tras las paredes de su empresa ni lo que eso podría significar para todos nosotros.
        »Por ahora, nuestra máxima prioridad es mantenerte a salvo y ayudar a que te entrenes. Tu tía habló conmigo cuando viajabas a Nueva York, Me contó lo de su hermana, tu madre, y que sospechaba que hubieras pasado por el Cambio. Ya sabes, cuando despertaron tus poderes. Como ella conocía mi condición, sabía algo del tema y me pidió que te echara un ojo. Pero no imaginamos que las cosas se torcerían de esta manera.
- ¿Tú también eres un Omega? –había pasado de no tener ni pajolera idea de qué era un Omega, a encontrarme con uno hasta debajo de las piedras.
- Así es, pero ya llegaremos a eso.
- Bueno, basta ya de tanto hablar -nos interrumpió Skyler, la verdadera-. Supongo que habrás sido lo suficientemente listo como para no aceptar a la primera de cambio la oferta de ese tío que decía llamarse como yo, ¿cierto?
Negué con la cabeza.

Había algo en ella, en su forma de hablar, tan segura de sí misma y a la vez tan pasota, que me sentía intimidado a su lado. Que condujera una moto enorme y que pudiera pasarme por encima también contaba.
- Bien, todo en orden, pues. Me pondré en contacto contigo mañana para empezar con el entrenamiento básico. Apuesto a que no tienes ni idea aún de lo que eres, lo que eso implica, y de lo que podrías llegar a ser capaz de hacer -prosiguió Skyler. Mi cara de estupefacción pareció contentarle-. Intenta que no te maten, Loch- dijo a modo de despedida mientras se colocaba el casco. A pesar de su aspecto de macarra, juraría que adiviné cierto tono de preocupación en su voz cuando se despidió de mí y, acelerando ruidosamente, dando media vuelta con la moto y alejándose a toda pastilla, tras recibir una última mirada de preocupación por parte de Roger.

Por segunda vez en una misma tarde, acababa de quedarme solo con dos palmos de narices, y más confuso que nunca. 

Continue Reading

You'll Also Like

47.3K 1.5K 37
Mi vida es una auténtica mierda. O eso pensaba, eso pensaba antes de conocer a ese chico.... En cuanto lo ví... Afirmé que mi vida era una mierda.Per...
26.6K 5.3K 42
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...
1.1M 97K 45
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...
252K 14.1K 68
En inglés: Friendzone. En español: Zona de amigos. En mi idioma: Mi mejor amigo me mira como a su hermanita y jamás de los jamases me verá como alg...