Laila Scamander Y La Maldició...

By fanfics_and_fandom

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#6 《La segunda guerra mágica ha comenzado.》 Un verano lleno de pesadillas , insomnio, desnutrición y poco cu... More

Sinopsis + TRAILER
1: Desaparecida
2: Laila Scamander
3: Bienvenida!
4: Ahogando
5: Los Malfoy
6: Sortilegios Weasley
7: Desliz
8: Slughorn
9: El Elegido
10: Comenzar
11: Pociones de amor y suerte
12: Borrachera
13: Una horrible mañana
14: Pruebas de Quidditch
15: Dean Thomas
16: Katie Bell
17: Entrenamientos
18: Halloween
19: Lo que la fiesta se llevó.
20: Comentarista
21: Cumpleaños
22: Aceptar el dolor
23: Fiesta de Slughorn.
24: Navidad en Dorset
25: Una severa conversación
26: Lo que quiero
27: Novedad
28: Clase de aparicion
29: Idiota San Valentin
30: Peligrosa Amortentia
31: Envenenado
32: Me he quedado viuda!
33: Ellos no entienden
34: Elfos espías
35: Felix Felicis
36: Horrocrux
37: Sectumsempra
38: Serenidad
39: La Calma antes de La Tormenta
41: Dumbledore
42: Consuelo
43: Sepulcro
Laila Scamander y Las reliquias de la muerte

40: El Otro Elegido

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By fanfics_and_fandom

En este capitulo pienso en la cancion esa she knows and i know she knows...


El silencio era casi algo aterrador, note que estaba mucho mas pálido que de costumbre, estaba temblando de pies a cabeza, lo vi confundida al ver que no estaba diciendo nada.

—Draco ¿que sucede?— me abrasé a mi misma siendo que estaba con un vestido de mangas cortas y no me habia traído un suéter, lo único que tenía era la varita, trate de sonreír—. Me estas asustando.

—Quédate aquí no importa lo que escuches quédate aquí. Por favor— él me rogó, en su voz el tinte de la desesperación, abrí la boca, dando un paso hacia delante, no estaba entendiendo.

—¿A que te refieres?— pregunté confundida y un poco asustada. Él se veía como a punto de vomitar y esto me estaba causando escalofríos.

—No salgas de aquí, no importa lo que escuches — Draco vio a nuestros alrededores, sobre todo a las grandes ventanas, frenético—. Quédate aquí ¿de acuerdo?

—Draco ¿que esta pasando?— le pregunté, sin entender de lo que estaba hablando, pensé que me iba a hablar sobre él o su madre, pero no pedirme que me quedara encerrada en un aula de Transformaciones.

—Quédate aquí— él me dijo de nuevo, repitiéndolo casi como una oración—. No te verán.

—Draco ¿quienes?— pregunté con la voz temblorosa, no quería que las sospechas que estaba pensando se volvieran realidad. Pensé en Dumbledore y en Harry que habían dejado el colegio, Hogwarts quedando sin su mayor defensor.

—No abras la puerta— me insistió.

—¿Que esta pasando?

—¡Solo quédate aqui!— me gritó.

—¡DIMELO!— le grité de vuelta sintiendo que el corazón me latía cada vez mas fuerte y rápido.

—¡Fui elegido!—él exclamó, arremangándose y mostrando su antebrazo y la marca tenebrosa que tenía tatuada, la calavera y la serpiente que se movían un poco como si tuvieran vida propia, la marca de un mortifago. Un Mortifago.  Di un paso hacia atrás, completamente horrorizada, la visión se me nubló un poco por las lágrimas, viendo en completo shock la marca que relucía. Me puse una mano en la boca, sin saber que decir, un montón de pensamientos, de recuerdos, todas esas pistas que debí ver, lo ingenua que había sido este año, lo estúpida que fui. Eso era lo que yo soy, una estúpida  e ingenua niña que tal vez creía que habia demasiado bien en personas como él.

—Todo el año...me mentiste a la cara...me dijiste que era tu amiga...me hiciste consolarte...hiciste que te defendiera de a quien más amo, de mis amigos....— me puse las manos en la cabeza, esto se sentía como una verdadera pesadilla, las lágrimas picándome, un torbellino de emociones pasando encima de mi. Recordé las peleas con mi novio, como yo defendía ciegamente a la persona en frente mío a quien consideraba un buen amigo—. Harry tenía razón...

—Eres mi amiga— él aclaro rápidamente —. Es por eso que quiero que....

—¡Me mentiste a la cara! ¡Me manipulaste! Todo este año solo eran lágrimas de serpiente...—yo negué, me sentía como la mayor estúpida ¿como no lo habia visto? ¿como yo no lo habia descubierto? Sentía que no podía respirar, quería despertarme de esta fea realidad como si fuera un sueño.

—Ellos vendrán aquí, no te pueden ver o te van a llevar. Te estoy cuidando— él dijo, aunque mas bien parecía decírselo así mismo, como asegurándose de que él estaba haciendo algo bueno.

—Katie casi muere por tu culpa. Ron casi muere por tu culpa— sisee asqueada de mi misma—. Y yo aun te defendí...te confié cosas de mi infancia, de mi familia, mis sueños....y tú aún así me mentías a la cara como si nada.

—Laila, te juro que...

—Nunca debí acercarme a ti. Draco...tu...—solloce, una parte de mi rezaba de que era mentira, esto es una mentira, esto es una mentira, esto ni podía estar pasando—. ...tú eres un cobarde. Yo...yo si te quería, Draco.

Él también estaba llorando sin embargo  como la víbora que era y aprovechándose de mi estado de vulnerabilidad, agarró el pomo de la puerta y salió. Inmediatamente me lanzé a la puerta pero la había cerrado.

—Draco ¡ábreme la puerta!—la toque con fuerza , golpeándola con la palma de mi mano, mi voz desgarrándose—. Abre la puerta! ¡ABREME LA PUERTA! ¡ABRE LA PUERTA!

Sin embargo el no respondió, sentí que puso su frente contra la madera antes de irse, yo toque mas desesperada, pensando en mis amigos, pensando en Dumbledore y en Harry, pensando en todos los alumnos de Hogwarts, en McGonagall, en Hagrid, en mi abuela Angelique y el resto del profesorado que conocía desde los 11 años. Mi hogar, el hogar de Harry, nuestro hogar....y Draco lo ofrecía en bandeja de plata, algo que también era su hogar.

—¡Te odio!—solloce, poniéndome una mano en el pecho, la garganta me ardía, mientras golpeaba mas fuerte la puerta—. ¡Te voy a matar! ¡Si alguien resulta herido te mataré! ¡Como pudiste!

Tome mi varita torpemente y traté el alhomora, pero no funcionó, traté de hacer un pequeño hechizo de explosión para la cerradura pero tampoco funciono.

—Anwyl, mi dragona, escúchame bien, este niño ha echo un hechizo impecable pero creo que puedes romperlo, ¿recuerdas los hechizos elementales ? Como lograste que las flores se marchitan y volvieran a florecer. Quiero que hagas lo mismo con la madera.

Yo trata de concentrarme, trate de calmarme pero mi respiración era irregular y todo me temblaba.

—Laila. Tus amigos están del otro lado de esta puerta— Morgana me insistió—. Concéntrate.

Agarre tanto aire como pude y lo exhale, puse mis manos en la madera, pensando en cómo era por dentro, en la energía que emanaba del fuerte roble que era y cuando tiempo debía estar en esta castillo. Hasta ahora. Pensé en cenizas, pensé en descomposición, pensé en las hojas de los arboles cuando se marchitan y caían.

Asi fue como logre pudrir una puerta de madera de más de cuatrocientos años. Quedo tan blanda que solo un hechizo básico con la varita basto para que la puerta se hiciera pedazos, toda la madera y astilla cayendo al suelo.

Quede sorprendida ante esto. Sin embargo no tenía tiempo que perder. Inmediatamente corrí hacía donde se escuchaban unos gritos y jadeos, subí unas escaleras y corrí por todo el corredor hasta doblar a la derecha, ahí pude ver que un sujeto se lanzo contra alguien, lo reconocí de a quien estaban atacando, era Harry, habia vuelto de su viaje con Dumbledore  encima. Tenia encima a Greyback, el hombre lobo asesino.

—Desmaius!—grité apuntándole al hombre que por la fuerza del hechizo salió disparado de Harry, le apunté de nuevo—. ¡Petrificus Totalus!

—Laila— Harry agrandó los ojos, viéndome sorprendido, a la vez que se paraba del suelo e iba hacia mi, me abrazó con fuerza y yo hice lo mismo, no me habia dado cuenta lo mucho que lo necesitaba hasta que me abrazó, ¿como lo miraría ahora a los ojos sabiendo la verdad?

—Malfoy, él...

—Lo se—asentí—. Harry, yo...

—Agáchate!— me hizo tirarme al suelo con él a la vez que un rayo de luz verde salía disparado hacia nosotros, Harry inmediatamente petrifico al mortifago, nos tomamos la mano para no perdernos en el caos  en el que nos estábamos adentrado. Pisamos algo blando y resbaladizo, casi perdí el equilibrio y agrande los ojos a mas no poder al distinguir dos cuerpos tendidos boca abajo en medio de un charco de sangre, pero no habia tiempo al ver a una de mis mas grandes amigas pelear por su vida, era Ginny, que peleaba con un mortífago chepudo, que le lanzaba un maleficio tras otro y la muchacha los esquivaba como podía. El mortífago no paraba de reír, como si estuviera disfrutando enormemente con la pelea:

—¡Crucio! ¡Crucio! ¡No podrás bailar eternamente, monada!

—¡Impedimenta! —bramó Harry.

Su embrujo golpeó al hombre en el pecho y este soltó un chillido similar al de un cerdo, se elevó del suelo y fue a dar contra la pared opuesta, donde resbaló y cayó detrás de Ron, la profesora McGonagall, mi abuela Angelique y m tio Remus, que peleaban cada uno con un mortífago. Un poco más allá, mi prima Tonks combatía con un corpulento mago rubio que lanzaba maldiciones a diestro y siniestro, haciendo que los rayos de luz rebotaran en las paredes, resquebrajaran la piedra y destrozaran las ventanas. 

—¿DONDE DEMONIOS HAS ESTADO Scamander? —gritó Ginny.

Harry me soltó la mano y se fue corriendo por todo el caos que estaba sucediendo, y entendí porque estaba tan desesperado en salir, quería ir en busca de los mortifagos, de seguro en busca de Draco. Inmediatamente comencé a luchar contra un mortifago, solo podía usar hechizos con la varita, para los hechizos de Morgana tenía que hablar, decir oraciones de conjuro, aquí solo tenía apenas menos de un segundo para defenderme y atacar.

—¡Toma ésa! —gritó la profesora McGonagall, sin embargo una mortifaga de cabello rubio la iba a atacar por detrás pero fui corriendo para cubrirle la espalda, recordé ese hechizo que Harry le habia lanzado a Malfoy, el movimiento de su mano, y estaba tan enojada que fui lo suficiente hipócrita para usarlo.

—¡Sectumsempra!— grité antes que le hicieran daño a mi profesora favorita, las heridas se le abrieron en el pecho como a Malfoy en el baño, empezó a escupir sangre y cayó de espaldas. Uno de sus compañeros mortifagos la tomo en brazos como pudo y salió con ella.  Fay apareció a mi lado, cubriéndome a mi la espalda, luchando contra otro mortifago, aparecían por todos lados, sin embargo busque con la mirada a la mujer que estaba buscando, a esa mortifaga con la que compartía sangre. La que había asesinado a mi padre. Apunte a uno de los mortifagos que quería escapar, hechizándolo haciendo aparecer una cuerda desde la punta de mi varita que se ato a sus pies, lo hice arrastrarse hasta llegar hasta mi, lo desarme de inmediato y le puse la varita en el cuello.

—¿Donde esta Lestrange?—le exigí, con un movimiento de mi varita haciendo que la cuerda ahora lo ahorcara en el cuello—. ¿Lefay esta con ustedes?

El mortifago me escupió a los pies y yo en respuesta le apreté aun mas la cuerda, la cabeza se le estaba poniendo azul y parecía que los ojos se le iban a salir de sus orbitas.

—Yujuu.....—una voz conocida me hizo rápidamente darme la vuelta, pero no fui lo suficientemente veloz—. ¡Crucio!

El maleficio de tortura me dio de lleno y me hizo caer de espaldas, chillando de dolor, sintiendo dentro de mi cabeza como vidrios rotoso o ese desagradable sonido de pasar las uñas por el pizarrón solo que amplificado por diez, a la vez que sentía mis huesos romperse y reacomodarse.

—¡LAILA!— un hombre gritó, creo que era mi tio Remus, mi varita estaba a unos centímetros de mi, la agarré pero Bellatrix lanzo otro Crucio! haciendo que mi cuerpo convulsionara de dolor y soltara la varita.

—No te podemos matar por el señor Tenebroso, lo que tienes dentro tuyo nos sirve, tu serviras...si, si...si, Lefay ya esta viejo, mi señor piensa que necesitamos jóvenes a nuestro ejercito.

—Tú....y tu estúpido sobrino se pueden ir al diablo— jadeé tratando de recuperarme pero recibí otro Crucio haciéndome aullar.

—¿Que dijiste?—ella me preguntó inocentemente.

— Dije...—jadeando antes de pronunciar rápidamente—. Icuis bisan raditani huhnan!

A Bellatrix se le cayó la varita a la vez que se empezó a sostener la garganta en busca de respirar, casi rascándosela, tomándola por sorpresa, me arrodille, tomando mi varita rápidamente y me pare por completo. Sentí el dolor de hace un año, la pena de ver a mi papá pasar por ese velo, la rabia asesina que me dejo la risa de mi loca tía, todo el dolor que habia sentido este año, por la maldición de Morgana y por tratar de superar la perdida de mi padre. Apunte a Bellatrix, concentré lo mejor que pude a la vez toda esa rabia, tristeza, duelo y enojo, para pronunciar las siguientes palabras;

—Avada Ke-

No pude terminar de pronunciar el conjuro, sentí algo muy pesado aplastarme el pecho y no sentí la fuerza para seguir alzando la varita que se me deslizo por los dedos, tosí un enorme charco de sangre y luego lentamente, sintiéndome muy mareada y fría, vi en mi pecho que se estaba formando una mancha roja que solo se expandía y expandía....caí de rodillas, raspándomelas en el suelo.

—¡IDIOTA!—Bellatrix recuperó la respiración, viendo al mortifago que me habia lanzado el hechizo—. ¡No ves que es la cargadora de Morgana! ¡Si muere perderemos el arma que nuestro señor nos encomendó, imbécil!

Caí completamente al suelo, quedando de espaldas boca arriba, inmediatamente Morgana apareció a mi lado, abrazándome, escuche como los Mortifagos se retiraban, lanzando unos últimos hechizos, pero yo solo podía ver la cara de M frente a mi, que me empezó a mecer.

—¡Laila! ¡Es Laila!—los gritos los disitnguí como los de McGonagall o era Angelique?

—Laila...mi Laila...—Morgana sollozó, acariciándome la cara espantada.

—¿Quien demonios es ella?—Ginny alzo su varita pero mi tio Remus la hizo que la bajara, viéndome sorprendido, parecía que los ojos se le iban a salir de la cara, puso los brazos en alto para que nadie diera otro paso.

—Es Morgana.

Agrande los ojos al escuchar eso.

—¿Te pueden ver?— murmuré sorprendida, sin embargo estaba muy asustada, demasiado asustada porque no estaba sintiendo dolor, no estaba sintiendo nada, como si me estuviera quedando dormida—. Morgana...no quiero morir, no quiero morir.

—Shh...sh...no lo haras....no lo harás—ella estaba llorando, jamás la había visto llorar así mientras me acunaba en sus brazos, me acercó a ella, susurrándome en el oído—. Eres....lo  mejor que me ha pasado en 500 años, Laila, te di mi esencia y mi energía para que pudieras nacer, y te la daré hasta el final de mis días, hasta que mi alma no pueda seguir.

De repente no vi nada, como si estuviera ciega, pero si podía oír voces y todavía sentía las manos de Morgana en mi pecho. Luego escuche un desgarrador grito, de dolor puro y el sonido de todas las ventanas a nuestro alrededor explotando. Abrí los ojos, Morgana seguí a mi lado, las ventanas hechas pedazos, los vidrios pulverizados cayendo como nieve a mi alrededor. Me abrí un botón del vestido. La herida sanada completamente.

—¿Laila?—preguntó mi tio Remus con duda.

Vi a mi alrededor, ya no habían mas mortifagos, con la voz un poco rasposa pregunté lo primero que se me vino a la mente.

—¿Donde esta Harry? 

Amo demasiado el titulo de este capitulo sjjsaja, quedan unos dos o tres capitulos y como saben cuando se publique el final, el mismo dia se publica el siguiente libro 

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