Laila Scamander Y La Maldición de Morgana

5: Los Malfoy

Mañana llega mi nuevo telefono para asi poder actualizar mas y seguir activa en ig!  Ademas busque soft gifs de Draco e internet no me decepciona :)

El Callejón Diagon había cambiado. Las ventanas que antes tenían una vistosa exhibición de libros de hechizos, ingredientes de pociones, y calderos fueron tapadas a la vista, ocultos detrás de los grandes carteles del Ministerio de Magia que habían sido pegados encima de ellas. La mayor parte de estos sombríos carteles púrpuras llevaban las versiones de avisos de seguridad de los folletos que el Ministerio había enviado a lo largo del verano, pero otros de mayor calibre tenían las fotografías moviéndose en blanco y negro de Mortífagos conocidos que estaban en libertad. Bellatrix Lestrange se mofaba en el frente del boticario más cercano. Algunas ventanas fueron cegadas con tablas, incluyendo aquellas de la heladería de Florean Fortescue. Por otra parte, un número de desvencijados puestos habían aparecido a lo largo de la calle. El más cercano, que había sido erigido fuera de Flourish y Blotts, bajo un toldo rayado, manchado, tenía un aviso de cartulina pegado adelante:

AMULETOS : Efectivos Contra Hombres lobo, Dementores, e Inferis 

Un pequeño mago de aspecto cansado hacía sonar sus brazos cubiertos de amuletos de plata ante la fila de transeúntes 

—¿Uno para su pequeña muchacha, señora?—dijo a la señora Weasley cuando pasamos, mirando de soslayo a Ginny—. ¿Para que proteja su lindo cuello?-- 

—Si yo estuviera de turno ... —dijo el Sr. Weasley, fulminando con una mirada de ira al vendedor de amuletos. Un poster que me llamó la atención estaba bien lejos, así que me aleje un poco del grupo y fui hasta la otra muralla para fijarme bien en el poster colgado. Era uno de esos de desparecido, desde que había empezado el verano habían varios en el Profeta, muchas desapariciones...muchas muertes, este tenía la foto de una mujer de unos 34 o 33 años.

Era Odette Fawley, una de los miembros de la Orden del Feniz. Sus padres y sus hermanas la buscaban y ofrecían una cuantiosa recompensa, nadie la había visto desde hace un mes y medio, no se había presentado en su trabajo en San Mungo como sanadora y ninguno de sus compañeros la habia visto. También describían su apariencia fisica, su cabello rubio siempre en un rodete, los ojos verdes, cuanto medía, tenía una distintiva cicatriz en la palma de su mano, además de un anillo de plata de casada, debía ser de su antiguo matrimonio, recordé como ella me había dicho que se había casado pero había enviudado muy pronto.

Hice una mueca, siempre la había encontrado muy misteriosa a esa mujer, me daba un poco de pena  cuando recordé lo joven que se veía. Apenas 34 años y que había enviudado tan pronto sin poder tener hijos con la persona a quien amaba. 

—Era una chica muy extraña—Morgana apareció a mi lado—. Bastante misteriosa según recordaba tu madre.

—Mama tambien pensaba que no eras una perra traicionera pero míranos aquí.