Maya♡
En estos momentos me encuentro desde la comodidad de mi auto, estoy siguiendo a Connor, hoy voy a descubrir con quien es que se está revolcando, estoy cansada de tener que aguantarme que no llegue a dormir a la casa, yo dejé de verme con Mason por él, porque le di una oportunidad, pero él la desaprovechó.
Desde una distancia prudente aparqué frente a un motel, me quedé dentro del auto para no levantar sospechas, pude observar que él salió de su auto, delante de su auto había otro más, de ese auto se bajó una mujer con buenos atributos, es bonita, pero no puedo creer que haya cambiado oro por cobre.
Esperé a que ellos entraran al motel, bajé de mi auto, me acerqué a la entrada del motel, al entrar había un joven en el área de recepción, le regalé una sonrisa sin mostrar los dientes, de mi bolso saqué una gran suma de dinero, la puse sobre el mostrador.
—¿Cuál es la habitación del señor Connor?— pregunté mirándolo a los ojos.
—Lo siento princesa, no puedo darte esa información es confidencial.— me guiñó un ojo.
—Ves todo este dinero.— señalé el dinero que estaba frente a él.— puede ser tuyo, si quieres te doy más, solo necesito entrar a la habitación del señor, no será por mucho tiempo.
Él dudó por unos segundos si darme la información o no, varios segundos de pensarlo me dijo en que piso y el número de la habitación. Subí por el ascensor, me sentía nerviosa, no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar, salí del ascensor, la habitación quedaba justo al frente del ascensor, tomé las llaves que el joven de la recepción me había entregado y cuidadosamente comencé a abrir la puerta.
Al entrar vi la habitación hecha un caos, la ropa de ambos estaba tirada por el piso, tomé una bolsa plástica que tenía en mi bolso, eché la ropa de ambos en ella, escuchaba los gemidos de ambos, los dos se estaban dando una ducha, no quise escuchar más decidí irme.
Le di las llaves al chico de recepción, salí del motel, subí a mi auto, en menos de 10 minutos estaba en la casa, desde que llegué arreglé la ropa de los dos, la puse sobre el mueble para que cuando él entrara a la casa la viera, me fui a mi habitación, tomé dos maletas y eché toda su ropa en la maleta, la puse en la sala de estar, me senté con un vaso de whisky a esperarlo.
Al escuchar la puerta abrirse tomé una postura serena, mi mirada era fría, lo primero que él vio fue la ropa tendida en el mueble.
— Las cosas no son como piensas.— quitó la ropa rápidamente de donde estaba.
—En esas maletas está toda tu ropa.— me levanté para irme a mi habitación.— no te quiero más aquí.
—Maya, déjame explicarte las cosas.
— Me quité el anillo de compromiso, se lo lancé.— por mí vete a la mierda.
Subí a mi habitación y lo dejé ahí parado. Me acosté en la cama a esperar que el sueño se apoderara de mí.