Comenzábamos por lo básico, uno de los dos alfabetos japoneses, hiragana y katakana, alfabetos fonéticos donde cada letra representaba una silaba.
ー la diferencia entre uno y otro es que, el katakana solamente se usa para palabras extranjeras mientras que el hiragana es el mas usado en el día a día pues es el que complementa ーexplicó Paolaー en total son 202, 101 de cada uno
ー creo que me va a costar aprenderme tanto
Dije con pesadez, pues es verdad que hasta ese momento, ignoraba por completo la complejidad de aquel idioma. Continuo explicándome sobre el hiragana y katakana, sobre como se diferenciaban uno del otro y que su escritura era similar pero distinta, pues el katakana constaba de trazos mas rectos mientras que el hiragana, sus trazos eran mas curvos y redondos.
ー los kanji pueden esperar, por ahora no vamos a indagar en ellos
ー y kanji, ¿cuántos con? ーcuestione
ー ¿en total?
Asentí.
ー al rededor de 50,000
Me quede atónita al escuchar tal numero. Me puse de pie totalmente anonadada sin poder creerlo desalentándome por completo.
ー ¡es imposible que pueda aprenderme todo eso! ーme apresure a decir con alteración
ー no es necesario que lo aprendas todo, solamente lo básico
ー ¿cuánto es lo mas básico? ーle pregunte
ー 2,000 ーme respondió
Regrese a mi asiento, llevándome ambas manos a la cabeza estresada, planteándome si en verdad iba a hacerlo y lograr aprendérmelos por completo. Era una tarea imposible. Me replanteaba si debía renunciar..
ー creí que querías comunicarte con Popee
Dijo Paola para llamar mi atención, cosa que logro, pues le mire recapacitando mi decisión.
ー supongo que no lo quieres lo suficiente como para aprender su idioma ーcontinuo
Comence a recordar la verdadera razón por la que lo hacía, pues aquel chico ya había comenzado a estudiar español por mi. Mi tía tan solo me miraba presuntuosa, pues sabía perfectamente sus intenciones.
ー detesto cuando haces eso ーle dije
La alarma de mi celular comenzó a sonar interrumpiéndonos. Era momento de retirarme.
Una pequeña charla mas tarde; Paola termino por cumplir otro de sus cometidos, que fue llevarme aquella libreta donde estudiaba japones para pedirle al rubio me ayudara con la caligrafía.
De todas formas, y a pesar de llevarme el cuaderno, no garantizaba pudiese utilizarlo, pues hoy finalmente seria el día en el que el chico volvería a caminar, con ayuda de las muletas claro esta, nada me aseguraba tuviésemos en tiempo de practicar caligrafía juntos aun a pesar de desearlo dentro mío.
La albina ya no me esperaba en la entrada, pues para eso me había confiado la llave, por lo que me adentre al sitio, saludando a todos en el camino, hasta llegar a su residencia, para ir directo hacía el chico.
ー hey
ー hi
Nos saludamos con gozo, notando en el otro el cuaderno que llevábamos en manos.
ー ¿y ese cuaderno? ーme pregunto curioso
Simplemente le mostré la portada que tenia escrito "japones" en su escritura, esto cortesía de Paola.
ー aprenderé japones ーle dije con entusiasmo
Pude ver sus hermosos ojos azules brillas cual zafiros, me sonrió dichoso y yo le regrese el gesto. No sabía explicar lo que aquel chico me hacía sentir con tan solo mirarme a los ojos o regalarme una sonrisa, el divagar al perderme en su mirada o el latir tan acelerado de mi corazón al besarle.
Regrese a la realidad cuando recordé aquello importante que sucedería el día de hoy, agite mi cabeza para desviar aquellas sensaciones y concentrarme en el objetivo.
ー ¿listo para usar las muletas? ーle pregunte con emoción
ー hai ーdijo asintiendo con la cabeza totalmente decidido
Así, le ayude con las muletas, sirviéndole de apoyo para que pudiera sostenerse. Ponerse en pie fue sencillo, lo complicado venía a continuación:
Retrocedí unos cuantos pasos, estirando ambos brazos para indicarle se acercara a mi. El primer paso fue difícil, pues al mover las muletas, estas se separaron demasiado entre si, al igual que una de ellas, quedo bastante mas atrás, por lo que al intentar dar un paso, este casi cae al suelo, sin embargo, logre sujetarlo a tiempo.
ー te tengo ーle dije dándole apoyo
ー sorry ーme respondió apenado
Negue con la cabeza.
ー inténtalo de nuevo
Así con un poco de trabajo, logro llegar a mi, donde le recibí con un abrazo para felicitarle.
Probaríamos las muletas en la habitación, cuando ya se haya acostumbrado a ellas, probaríamos con el resto de la casa, despues andar por el circo y finalmente, poder salir a las calles.
Me aleje de el muchos mas pasos hacía la derecha, pues practicaría dar la vuelta con las muletas. Con un poco de trabajo logro girarse hasta quedar de frente a mi; nuevamente estire ambos brazos indicándole esperaba por el.
Todo iba bien, había logrado llegar hasta mi, tan solo le faltaba un paso mas. Le sonreí contenta, el hizo lo mismo, mas, se confió de mas, dejando de mirar las muletas para levantar la vista en mi búsqueda.
Mala idea.
Al no prestarle atención a las muletas, no calculo su posición como en aquella primera ocasión y nuestra sonrisa se esfumo, pues al dar el paso, este perdió el equilibrio a causa de su equivocación.
Solto las muletas y estas cayeron al suelo. Le sujete con ambas manos de la cintura y el me sujeto de los hombros en un intento de apoyarse y no caer, mas, logre tropezar con las muletas. Iba a caer.
Para nuestra suerte, nos encontrábamos muy cerca de la pared, por lo que tan solo un paso hacía atrás basto para chocar con esta misma, sin embargo, fui yo quien recibió el mayor impacto al chocar contra la pared.
No iba a mentir, había dolido y se había escuchado bastante estruendoso.
ー T/N, daijōbu? ーse apresuro a preguntar alterado
Tan solo atine a asentir con la cabeza pues si sabía que temblaría mi voz si hablaba y esto le preocuparía aun mas, por lo que tan solo resistí un poco a que disminuyera el dolor.
ー gumenasai, gumenasai, it's my fault ーse culpo asi mismo
Negue reeditas veces con la cabeza.
ー fue un accidente, no es tu culpa
El chico tan solo me miro aun preocupado y con el ceño fruncido, le mostré una sonrisa para expresarle que me encontraba bien. Popee me abrazo, rodeando mi cuello con sus brazos y dijo:
ー i'm really sorry ーsusurro en mi oído
ー estoy bien, tranquilo
Le regrese el abraso, rodeándolo por la cintura para darle consuelo.
El accidente se había visto y escuchado mas aparatoso de lo que había sido, pues a pesar de haber dolido, no había sido nada grave, pues a lo mucho tan solo aparecería un moretón en aquella zona del impacto.
A pesar de la situación, el abrazo me lleno de vida, pues al tenerle tan cerca mío hacía que apreciara con mas intensidad aquel aroma a chocolate que el chico desprendía y podía sentir a un costado de mi rostro su sedoso cabello rubio y alborotado, no queria separarme de el, pero debía hacerlo.
Unos momentos despues, ya se encontraba mas tranquilo, por lo que le ayude a levantar las muletas para volver a intentarlo.
Las próximas veces fue mas cuidadoso con las muletas y luego de un buen rato, logro acostumbrarse.
Tenia razón, ese día no usamos las libretas.