Cerré la puerta detrás de mi con un golpe mientras escuchaba sus pisotones caminar hacía mi.
- ¡Déjame en paz!
Él abrió la puerta.
- ¿¡Cómo!? ¿Cómo puedo dejarte en paz después de lo que me acabas de decir? ¿¡Cómo!?
- ¡Fue un error! -grite de vuelta.
- ¡Le besaste!
- ¡Fue un error! ¡Joder!
Me agarré la cabeza mientras notaba los sofocos.
- ¡Lo siento!
Él me miró horrorizado y furioso.
- ¿¡Y ya está!? ¿Eso es todo lo que vas a decir? ¡Me engañaste!
- ¡Lo se! -grité- ¡No se que más decir! Lo siento.
- ¡Me fuiste infiel!
- ¡Deja de gritarme!
- ¡Tengo miedo! -respondió el de vuelta.
- Tengo miedo de lo que esto significa, de que lo hayas hecho, ¡de que no me tuvieras respeto y te besaras con otro!
- Lo siento -grité llorando.
- No me quieres... no de la misma forma que yo a ti -murmuró roto.
- No te atrevas a decir eso.
Él me miró completamente.
- No, porque si me quisieras una mínima parte de lo que yo te quiero, jamás, JAMÁS le habrías besado. ¿Cómo pudiste? ¿¡CÓMO!?
- No lo se -respondí sollozando- no lo se...
- ¡Corten!
Cris y yo nos miramos tensos por unos segundos mientras la respiración de ambos bajaba. Nos habíamos metido por completo en los personajes y era con una buena razón. Estábamos grabando una película si, pero al final del día esto también fue lo que rompió nuestra relación.
Mi asistente vino y fue lo que hizo que el contacto visual tan tenso entre Cris y yo se rompiera.
Mi asistente se aclaro la garganta y le miré.
- Buena escena, el director ha dado tiempo para ir a comer ahora.
- Claro -murmuré mientras veía por el rabillo del ojo como Cris se marchaba a trompicones.
- ¿Estás bien? -dijo mi asistente cuando estuvimos solos.
- Si -murmuré- desde que me contrataron supe que esta película iba a abrir heridas.
- ¿Aún le quieres?
- Aun y siempre -murmuré.