Al abrir los ojos me encuentro atada de pies y manos en un suelo de piedra, miro a mi alrededor tratando de averiguar donde estoy, pero cuanto más observo más confusa quedo.
El sol comienza a ocultarse por el horizonte en la especie de cueva en la que estoy, pues su entrada es enorme y esta rodeado por el mar.
A un lado esta ese magnifico paisaje y al otro una pared de piedra con un enorme cráneo de animal colgado.
No veo a nadie a mi alrededor, intento deshacerme de las cadenas que me aprisionan, pero obviamente no lo consigo.
Intento buscar algo con lo que poder liberarme, pero es imposible, no hay nada más que piedras y mar.
Suspiro y apoyo la cabeza en la pared de piedra.
No quiero darme por vencida, pero ¿Qué puedo hacer? Mis poderes son inútiles si sigo atada, no puedo hacer los movimientos necesarios.
Y como si alguien hubiese escuchado mis suplicas frente a mi aparece la chica que iba con Douxie cuando fueron al instituto por lo de la batalla de bandas.
Su cabello se balancea con gracia cuando camina hacia mi y su collar tintinea cuando se agacha y se sienta sobre sus talones.
La luz del sol se refleja en ella como un espejismo y algo me dice que no esta del todo aquí.
- Hola, seguramente me recuerdes, yo y mi compañero fuimos al instituto de Arcadia para entregar unos panfletos de la batalla de bandas. – me sonríe –
Su voz es dulce como la miel y me siento intimidada por su belleza y el poder que irradia.
Asiento sin poder articular respuesta.
- Bien, ¿Por qué no te liberas? Tienes el poder para hacerlo. – me dice –
- Tengo las manos atadas.
- ¿Y? eres un ser de magia, por lo tanto, tienes magia, el poder de Morgana ahora también es tuyo. – se levanta – no te hacen falta las manos para expresar tu poder.
Una gran sonrisa surca su bonito rostro y una enormes alas de luz brotan de su espalda.
Abro los ojos como platos y se me acelera el corazón del asombro.
- Puedes hacerlo, el poder corre por tus venas, tómalo y ¡somételo! – grita con una gran sonrisa –
Su voz retumba en los más profundo de mi ser, como una llamada, como un grito de guerra y no noto como el poder vibra dentro de mí.
Noto como fluye por mis venas cada vez más rápido a cada segundo que pasa y a cada esfuerzo que hago por hacerla salir, entonces un destello de luz rojo sale de mi rompiendo las cadenas.
Me levanto con el poder vibrando en mi piel y la mira con una sonrisa.
- Gracias, ¿Cómo sabias que podía hacer esto? ¿Cómo sabias que estaba aquí?
Se acerca de nuevo a mi con paso elegante y me coloca un mechón de pelo tras la oreja, no puedo sentir su tacto ni calor corporal.
- La oscuridad es un poder que pocos poseen, solo se puede transmitir durante generaciones o mediante rituales oscuros, como te pasó a ti. ¿Y por qué estoy aquí? Bueno, placer propio, si ves a Morgana dile que pajarito le manda saludos.
Una sombra de ira y satisfacción surcan sus ojos y me estremezco, era como mirar de frente a la propia muerte envuelta en un bonito y angelical cuerpo.
- Ahora vuelve con tus amigos, tienes el poder necesario. – me dice antes de desvanecerse –
Recobro la compostura sin saber muy bien los motivos de su intromisión, pero se lo agradezco.
Creo un portal frente a mí en el suelo visualizando a Jim, mi anclaje emocional. Entonces Gunmar aparecen y Morgana parece poder verme de alguna forma, el viento se levanta embravecido y yo sonrío victoriosa.
- Pajarito te manda recuerdos. – le digo a Morgana antes de sacarle el dedo a ambos –
Salto al portal y desaparezco frente a ellos.
Al atravesarlo me encuentro de frente con mis amigos y noto como el poder de la tumba de Merlín bloquea de nuevo mi magia, pero no me importa, la he tenido el tiempo suficiente para volver con ellos.
- ¡________! – gritan todos a la vez –
Se lanzan a mis brazos y me aprietan contra ellos en un abrazo grupal que disfruto, cuando se separan Jim me da un corto beso.
- Pensé que te había perdido. – me dice con un hilo de voz – ¿Cómo has logrado volver?
- He tenido ayuda, ¿recuerdas a la chica que iba con Douxie? – asiente – Pues resulta que es una hechicera y me a ayudado a despertar mis poderes.
- Increíble, bueno, me alegro de que estés aquí.
- Yo también, ¿Qué iba a hacer yo sin uno de mis mejores amigos? – dice Toby –
- Todos nos alegramos bella ________, pero hay cosas que requieren nuestra atención cuanto antes. – dice Blinky mirando detrás de mí –
Aaaght me da palmaditas en la cabeza antes de girarme y ver el cuerpo de Merlín sobre una tumba de piedra con un fino velo de telarañas encima.
Jim acerca la piedra de su amuleto, provocando que pequeñas bolas de luz vuelen hasta el cuerpo de Merlín provocando su despertar.
Y creo que todos nos sorprendemos al escuchar a Merlín diciendo que se imaginaba a Jim más alto, es lo primero que dice al despertar, casi no aguanto la risa por lo absurdo que me parece.
- ¡Eres Merlín! ¡el de verdad! – grita Toby –
- ¿Y tú que tipo de troll eres? – le pregunta –
- No soy un troll, soy un Toby. – le responde –
- ¿Y esta encantadora criatura?
- Blinkous Galadrigal. – salta entusiasmado –
- Tú no, tú. – me señala –
- Soy _______ señor. – le sonrío un tanto tímida –
- Es un placer querida. – me devuelve la sonrisa –
- Así que a ella la llama querida. – suelta Toby –
- No te pongas celoso querido. – le digo con una sonrisa burlona –
Después de las presentaciones y de ver como se estiraba, le informamos de que Gunmar tiene su báculo, no es que reaccione muy bien, pero termina usando su magia para mostrarnos un espejismo del pasado.
Nos muestra el momento exacto en el que se libró la batalla en el puente de Kilaje con Daya la libertadora asestando el golpe final que les daría la victoria.
Escuchamos los ruidos de la batalla, pero esta esta congelada, después de todo es solo un espejismo.
Ver a Vendel y a Draal es un golpe duro para todos, pero no podemos detenernos y seguimos a Merlín.
Este nos informa que, durante la batalla de los trolls, él y Morgana se batían en duelo, que esa había sido la verdadera batalla. Era tan antigua como él y pretendía traer consigo la noche eterna.
Por culpa de Gunmar estamos condenados a librar otra guerra, Morgana esta a punto de ser liberada.
Tras salir del recuerdo la cueva comienza a derrumbarse a traer condigo agua, el rio se había desviado y ahora caía sobre nosotros.
La única solución era arreglar el amuleto, junto con una horquilla que llevabas en el pelo, no solías usar, pero si ocultabas una en tu cabello por si alguna vez debías forzar una cerradura y ahora te había venido mejor que nunca.
La cueva se quiebra y grandes bocanadas de agua comienzan a inundarla, Jim vuelve a colocarse la armadura y con ayuda de su espada flameante desvía los chorros de agua creando un boquete en la pared de piedra, lo había conseguido.