Dedicado a todos aquellos que siguen aquí, a pesar de mi extrema tardanza.
Estuve pensando en que lo mejor sería mantener la narración en tercera persona en vez de alternar a la primera.
Además de eventualmente, corregir errores de ortografía CUANDO termine la historia.
Y si, sé que han pasado años; no, no estaba muerto.
Sino muy ocupado.
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En algún lugar.
Si la situación no era lo suficientemente extraña, ahora era irreal.
No pudo explicar porqué se sentía tan cansado, después de todo solo había usado el sharingan para poner a Gai bajo un ligero genjutsu; pero instantáneamente al hacerlo, se sintió somnoliento.
Por eso al cerrar los ojos, esperaba que nada extraño – más de lo usual – ocurriera.
Otra vez estaba equivocado.
Al poco tiempo de caer en letargo, se encontró en un lugar inesperado; completamente en blanco sin aparente límite en cualquier dirección, incluso arriba. Al mirar al suelo, contempló su reflejo. Uno que no esperaba volver a ver.
Un adulto con dos ojos rojos inusuales con la mitad de su torso de un color blanco antinatural así como con profundas cicatrices en el lado derecho de su rostro causadas hace mucho tiempo.
"Imposible" – Dijo Obito para proceder a mirar sus manos y notar la ausencia de células de Hashirama así como al tocar su rostro y notar una piel impoluta. – '¿Qué es esto?, ¿algún tipo de genjutsu?' – pensó antes de activar su sharingan intentando evitar cualquier intrusión a su mente; sin embargo sus esfuerzos fueron vanos, puesto que nada cambió.
'Esto definitivamente no es un genjutsu, al menos no uno ordinario' – se dijo así mismo antes de empezar a caminar por el aparente vacío sin rumbo en específico.
Mientras avanzaba se percató que su reflejo empezó a cambiar, al principio se veía como él se veía en sus últimos momentos de vida; con el cabello blanco. Pasó también por la apariencia de Tobi con la que se mantuvo de incognito durante mucho tiempo, hasta el punto donde Guruguru estivo unido a él cuando salió de la cueva. Lo que lo tomó por sorpresa, fue ver que llegado cierto punto: su reflejo desapareció.
No sabría decir si eso era algo bueno o algo malo.
Pensó en seguir avanzando hacia la nada, sin embargo; se paralizó al percibir que algo lo llamaba en otra dirección, algo poderoso.
Entonces lo vio.
La figura de un hombre por encima de otros; cuyo reflejo era inexistente en el suelo, sobre el cual flotaba sin mostrar un mínimo esfuerzo. Sus duras facciones y su mirada parecían juzgarlo más allá de lo visible, denotando su enorme poder al poseer esferas negras que se mantenían levitando debajo de él, junto a un bastón que Obito reconoció al instante. Incluso antes de mirarlo a los ojos; supo que este encuentro sería relevante hasta el fin de sus días.
Suponiendo que este no fuera el momento donde sus días acababan.
El Rikudo sennin lo observaba. No sabría decir si sus intenciones hacia él eran hostiles o si simplemente su presencia no le era grata al sabio, puesto que su semblante no cambió a pesar de establecer contacto visual. El Uchiha sabía muy bien que no había nada que pudiera hacer si la figura frente a él decidía eliminarlo de una vez por todas, después de todo; la diferencia de poder entre los dos era sumamente abismal y cualquier intento por defenderse sería completamente inútil, probablemente incluso el kamui, a comparación del primer y auténtico Rinnegan.
Sus dudas no hicieron más que aumentar al ver como los labios del sabio empezaron a moverse, sin embargo... – 'Parece que está hablando, pero no escucho ninguna voz' – inmediatamente volvió a activar el dojutsu de su clan para intentar leer cada movimiento facial, y con eso descubrir qué era lo que intentaba decirle.
"–e Inquietante tu presencia aquí me resulta; curiosidad y dudas respecto a tus propósitos tengo, alma errante. ¿Cómo terminaste aquí?"
El Uchiha no estaba seguro de haber leído bien sus labios; sus palabras eran claras, pero el orden era... confuso. Y eso de 'alma errante' debía tener un significado que no terminaba de comprender, además de no haber podido entender lo que decía desde el comienzo. Pudo notar que no siguió hablando, por lo cual decidió responder:
"Desconozco los motivos o causas que me trajeron hasta esta situación, de hecho creí que usted podría ser el que me diera respuestas, Rikudo... –Sama"
No respondió, en vez de eso decidió mover su bastón tocando el suelo lo cual generó una onda como si fuera agua; todo esto sin apartar su vista del joven ante él, mientras sus facciones se mantenían severas.
"¿Qué es lo que buscas, o anhelas en este lugar?"
No contestó inmediatamente, después de todo esa era la pregunta que no se había hecho del todo. Después de todo, se había dicho a sí mismo que intentaría evitar las cosas malas que ocurrieron, pero como tal; no había pensado en algo más allá de eso.
Sin embargo, él supo que deseaba una sola cosa desde que llegó y con determinación y firmeza, respondió – "Redención."
Parecía que el sabio iba a decir algo más, pero de un momento a otro, sintió que su consciencia empezaba a flaquear; además la iluminación completamente blanca empezó a cegarlo hasta el punto donde fue incapaz de mantener los ojos abiertos.
En el momento en el cual volvió a abrirlos, se encontró a Rin mirándolo con preocupación.
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En ese mismo instante.
No pasó nada particularmente interesante después del combate de Obito, todos los demás parecían ignorar lo acontecido, eso o simplemente indagarían al respecto en otra ocasión.
Entre los combates dados, se dio el de Hayate vs Raido, Ebisu vs Genma e Ibiki vs Aoba, el de Shizune contra Kurenai dividió a los espectadores, después de todo fue un combate que quedaría decidido según quien lograse atacar exitosamente antes; siendo un aparente empate cuando el veneno afectó a Kurenai dejándola paralizada y Shizune se vio incapaz de salir de una ilusión, para el desagrado de la sanin de las babosas.
Rin se encontraba observando el combate entre Kakashi y Gai, el cual parecía mucho más animado de enfrentarse a este que a su compañero Uchiha. El cual dormía plácidamente contra la pared, ella podía notar como su respiración se mantuvo tranquila en todo momento; por lo cual supo que realmente estaba durmiendo.
Quería hacerle muchas preguntas.
Al ser su mejor amiga desde que ambos eran niños era muy consciente de su forma de ser, sabía que él intentaba esforzarse al máximo entrenando para superar a Kakashi, lo había visto múltiples veces ocultando sus lesiones causadas por sí mismo; así como ella lo regañaba diciéndole que no tenía por qué ocultar sus heridas, estaría ahí para ayudarlo y apoyarlo tal y como prometió que lo haría cuando este le contó de su sueño de ser hokage para buscar acabar con las guerras.
Pero ahora, por primera vez no sabía qué pensar de su compañero.
Sabía que no estaba bien, lo supo desde antes de la muerte de su abuela; pero la forma como ha estado actuando últimamente, las sonrisas, los ligeros rubores e incluso los breves momentos donde desafiaba a Kakashi o gritaba a los cuatro vientos que sería hokage. Todas esas expresiones en su rostro habían disminuido y todos esos momentos habían desaparecido con su actitud actual.
No era tan ingenua; podía ver como forzaba sus gestos, la sonrisa que solía hacer ahora era más forzada y ahora cada vez que trataba sus heridas este no reaccionaba como antes, solo le daba las gracias y casi no la miraba a los ojos. El Obito de antes no hacía tales cosas, porque en ese entonces podía ver en su rostro felicidad y alegría, probablemente ella lo causaba al tratarlo con amabilidad y calidez, pero ahora; era como si él estuviese intentando ocultar sus emociones.
'Como un Uchiha'.
Apartó su mente de esos pensamientos tan pesimistas, ella era consciente de que actualmente el clan de su compañero tenía problemas de seguridad; sobre todo por los dos sucesos que había afectado a la familia del pelinegro recientemente, desde el extraño chakra que apareció y desapareció muy cerca del clan y el asesinato de un miembro a manos de un shinobi no identificado. Cuyo miembro justamente era familiar de su amigo.
'No, probablemente está en duelo, tal vez entró en la fase de depresión' –Se alejó de la baranda que tenía vista a la arena para dirigirse a su compañero, y cuando se acercó más pudo darse cuenta de un ligero detalle – '¿Está moviendo los labios?' – Se quedó ligeramente pasmada, pudo notar como parecía estar diciendo algo – 'debe estar soñando, sé que no debería, pero quiero respuestas'.
Se acercó y lo más gentil que pudo empezó a sacudirlo para levantarlo, logrando ver como este abrió sus ojos confundido hasta clavar sus ojos en ella.
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"¿Rin?, ¿Qué pasa?" – Cuestionó el Uchiha que empezaba a levantarse.
"¿Estás bien?, parecía que hablabas con alguien" – dijo la castaña viéndolo analíticamente.
De forma muy sutil, el azabache se percató de que la conversación que estaban teniendo dejó de ser privada cuando 4 personas cercanas empezaron a concentrarse en escuchar.
E inmediatamente pensó en una excusa para futuras dudas.
"Oh, en realidad no hablaba con nadie, tenía un sueño muy raro" – dijo el joven rascándose la cabeza en señal de nerviosismo.
"¿Raro?, ¿en qué sentido" – cuestionó con inocencia la chica.
Él desvió un poco la mirada, recordando lo que vio y pensando en cómo mentir. – "Pues vi a algunos shinobis, no estoy seguro de a cual aldea estaban afiliados; no tenían una banda ninja que pudiera reconocer, y cada uno usaba técnicas muy extrañas."
Rin parecía sorprendida, pero al mismo tiempo confusa por sus palabras – "De esos sueños... ¿aprendiste esos extraños hilos de chakra y el Katon azul?" – Si antes algunos prestaban poca atención, ahora estaban más atentos.
No obstante, si Obito estaba nervioso, jamás lo demostró – "Pues de ellos aprendí esos hilos, pero no el Katon azul; eso no sé cómo lo hago, simplemente sucedió una vez y no he podido hacer Katon normal después de eso."
"Eso es sorprendente Obito; pero, ¿eso significa que has aprendido otras técnicas además de eso?" – Dijo mientras lo miraba fijamente a los ojos, siendo consciente de sus nuevas habilidades – 'No estoy realmente segura de cómo funciona el sharingan, pero no es posible que lo use mientras duerme, a no ser que definitivamente me esté mintiendo'.
'No confía en mí' – pensó Rin con tristeza.
El Uchiha logró notar un poco de tristeza en su voz, así como en su expresión; pero sabía que era mejor mentirle que decirle toda la verdad. – 'Lo siento Rin, Realmente lo siento...' – sabía que debía mentir en esta ocasión porque las personas que los estaban escuchando tenían el poder político suficiente como para hacer que un Yamanaka entrase a su cabeza a investigar si descubrían sus mentiras. – "No he podido realmente aprender muchas técnicas, después de todo aún no tengo el sharingan." – dijo intentando sonar relajado y lográndolo en gran medida.
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Estaba harto, quería respuestas y el hecho de que el joven no hiciera más que mentir; incluso a sus compañeros, su sensei-jonin y a él; su superior, lo irritaba de sobremanera. Por lo cual había decidido que este sería el fin del misterio – "Obito, mírame a los ojos" – La voz autoritaria de Fugaku interrumpió la conversación de los dos aspirantes a chunin, a su vez que otros espectadores del combate (que realmente no estaban centrados en la lucha) miraron al joven Uchiha.
No hubo escapatoria, en el momento en el cual el líder del clan estableció contacto visual con los ojos del menor; este último se vio inmerso en un genjutsu de un sharingan maduro, ahora estaba completamente a su merced.
"Basta de mentiras Obito, ahora me confesarás lo que quiero saber" – dijo el líder del clan mientras su voz resonaba en el espacio oscuro y vacío que ahora era su mente – "Si tienes tu sharingan, incluso el más básico, deberías ser capaz de resistirte; de lo contrario, descubriré qué es lo que tanto ocultas."
El joven Uchiha solo tenía dos opciones, resistirse a la intrusión o permitirla, y en cualquiera de los dos casos; el mayor resultaba ganando.
Solo bastaron unos segundos para que el líder del clan entendiera que el menor no activó el kekkei genkai característico del clan, por lo tanto no debía de poseerlo – "Supongo que me equivoqué; no importa, ahora yo veré la verdad."
El jonin procedió a hurgar en sus recuerdos; no pudo ver nada realmente importante, sólo algunos recuerdos de infancia, momentos desde la formación del equipo Minato y algunos cuantos de la academia ninja; rápidamente se percató de lo que realmente estaba sucediendo – 'Me está impidiendo acceder a sus recuerdos y ni siquiera usa un sharingan; está usando su propia voluntad para detenerme' – parecía que el menor estaba resistiéndose al control evitando el acceso a los rincones más profundos de su mente por eso fue incapaz de encontrar algo relevante.
Estaba a punto de liberar la técnica cuando tuvo un breve vistazo de lo que intentaba evitar que viera.
Un niño muy joven, de aproximadamente 4 años encontrando una carta – '¿¡Lo sabe!?'
Muchos Uchihas, todos muertos en mitad de la noche dentro del territorio del clan. – '¿¡QUÉ!?'
El Kyubi, destruyendo la aldea y causando muerte a su paso. – '¿¡QUÉ ES ESTO!?'
Y por último, un anciano en una cueva con un SHARINGAN – '¡IMPOSIBLE!'
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Obito cayó de rodillas ante la vista de los presentes.
Rin estuvo a punto de socorrerlo hasta que vio como: con gran velocidad como el líder del clan Uchiha lo había tomado con fuerza hasta tenerlo contra la pared, provocando un estruendo que incluso llegó a distraer al resto de los espectadores y a los dos combatientes que rápidamente reanudaron su lucha.
Fugaku logró recomponer su postura lo suficiente como para no gritar a todo pulmón sus palabras – "¿Qué fue lo que vi?" – dijo manteniendo sus ojos rojos y un agarre férreo sobre el joven que era incapaz de tocar el suelo, el cual había desviado la mirada al suelo para evitar caer en otro genjutsu.
Estaba apretando más fuerte, hasta que una mano se puso en su hombro, apretándolo con la misma firmeza – "Fugaku" – dijo Minato dejando en claro a su amigo que incluso aunque Obito tuviera secretos y fuera un Uchiha, seguía siendo su estudiante al cual protegería, incluso de él.
"Lo que viste... " – Dijo Obito evitando el contacto visual – "Fue lo que te permití ver, lo que he estado soñando desde los últimos días."
Fugaku nunca apartó su mirada del joven; si fuera otra mentira, una pizca de duda o mentira en su rostro lo hubiera delatado, por eso supo que esa la verdad; a menos que haya practicado una forma de no mostrar sus emociones como un verdadero Uchiha, cosa que a sus ojos, él no era todavía.
Ligeramente insatisfecho con esa respuesta decidió que no le convenía ponerse en malos términos con Minato, el tercer hokage y dos de los tres sannin – Sobre todo porque logró escuchar a la Senju apretar los puños detrás de él – así que decidió soltar al menor, el cual cayó sin resistencia al suelo. Inmediatamente la kunoichi del equipo Minato se puso a la labor de examinar y atender las heridas de su compañero, pero antes de irse; Fugaku decidió expresar su desagrado con unas últimas palabras.
"Obito" – El susodicho siguió manteniendo la cabeza y la mirada baja, su compañera decidió ignorar la mirada rojiza que los examinaba con desaprobación – "Eres una profunda decepción."
Centró su mirada en Minato que lo miraba con una expresión fría – "Minato, ningún Yamanaka entrará en su cabeza; y si llega a pasar, volverá al clan y no saldrá de ahí, sabes por qué."
Y antes de que alguien pudiera decir algo más, Fugaku desapareció en un shunshin no jutsu (Jutsu de Cuerpo Parpadeante).
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Minato estaba tentado a perseguir a Fugaku, sin embargo, sabía que su estudiante lo necesitaba más que nunca.
Recordaba hace casi dos años atrás cuando había encontrado a Obito limpiándose las lágrimas después de que este había sido reubicado junto a su abuela a una zona apartada del clan. Este le había confesado que su familia, aquellos con los cuales compartía lazos sanguíneos, lo veían como un fracasado y una vergüenza total; recordó hablar contantemente con Fugaku al respecto, percatándose rápidamente que los Uchihas tenían serios problemas a la hora de aceptar a aquellos con una personalidad tan abierta como su estudiante.
Tal vez era por haber estado tanto tiempo con su maestro Jiraiya; y entender de él que en ocasiones hay que mostrar compasión a los que te rodean, incluso aunque sus perspectivas fuesen diferentes de las propias o directamente fueran tus enemigos. Debido a eso, jamás pudo aprobar la forma en la cual el clan trataba a su alumno.
Le hacía hervir la sangre, y a Kushina más.
De hecho, había sido gracias a ella y también por medio de Mikoto que Fugaku cedió levemente a dejar en paz a Obito, siempre y cuando no humillara más a los Uchiha. Pero lo que pasó hoy es diferente, gracias a lo que había en la carta, pudo hacer una deducción de la forma de actuar por parte del líder de clan y los motivos por los cuales él estaba particularmente molesto con su estudiante.
No era un asunto para tomar a la ligera.
Sin embargo eso no importaba actualmente.
Se posicionó al lado del joven que mantenía la mirada baja, notó inmediatamente como apretaba los puños hasta el punto de lastimarse a sí mismo y el sentimiento de impotencia, ira y odio que mostraba su postura. – "Obito, ¿estás bien?"
El susodicho abrió levemente los ojos, viendo como Rin estaba haciendo lo posible por aliviar el dolor físico al ser sometido, mirándolo con preocupación y pesar. Rápidamente decidió que no quería seguir viendo a su compañera mirarlo así, terminando por mirar a su maestro que lo miraba igual.
"Estoy bien sensei, solo necesito un poco de aire fresco" – dijo al ponerse de pie y sacudir un poco su ropa, tampoco permitió que nadie objetara al usar el mismo método de Fugaku para evadir la conversación; escapando con un shunshin en dirección opuesta a el líder del clan.
Hubo un silencio incómodo entre los involucrados, que fue roto casi después de 4 segundos.
"Vaya, otra vez los Uchihas siendo problemáticos." – dijo el sabio sapo pasando su mano sobre su larga cabellera. – "Por ese mismo motivo nunca he tenido un alumno Uchiha, siempre manteniendo sus secretos y ocultando sus emociones. Es difícil saber si son realmente confiables, aunque admito que tu chico es un poco más agradable, Minato; al menos tiene buen gusto en libros." – dijo al recoger al libro que le había dado al Uchiha con anterioridad, dado que se había caído cuando fue bruscamente atacado por el líder del clan – "Dile que se lo regalo, tal vez eso lo anime." – procedió a dárselo a Minato.
"Deberías ir tras él" – dijo la sannin de las babosas por primera vez desde el altercado que acabó de suceder – "Mi tío abuelo siempre me dijo que si un Uchiha tomaba un mal camino, hacer que volviera a encaminarse era prácticamente imposible; si no te apresuras... " – dejó intencionalmente las consecuencias sin decir; después de todo, prácticamente todos aquellos que supieran de historia sabían que pasó con el primer Uchiha que tomó un camino diferente al desertar de la aldea, y lo poderoso que llegó a ser.
Minato entendió inmediatamente a lo que quería llegar la Senju, por lo cual sabía que esto era algo urgente y necesario, pero que al mismo tiempo requería de una ayuda más personal – "Entiendo" – dirigió su mirada a Rin la cual miraba a su maestro sabiendo lo que estaba por decir – "Acompáñame, Rin." – Y sin ninguna objeción, maestro y estudiante se dirigieron a ver al miembro faltante de su equipo.
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Obito estaba sentado afuera de la torre, intentaba relajarse después de lo ocurrido pero tenía problemas para hacerlo – 'Bastardo' – No podía evitarlo, estaba enojado y molesto, no solo se atrevió a ponerlo en un genjutsu para descubrir sus secretos; sino que logró ver algo de lo que ocultaba – '¿Qué fue lo que vio?' – estuvo tentado a activar su sharingan para romper la ilusión, pero hacerlo sólo lo haría el centro de atención del clan y su objetivo actual era mantenerse alejado de ellos. Además pudo resistirse a la intrusión de la misma manera que se resistió a ser consumido por el Juubi – 'No debió ver mucho, pero el simple hecho de que él sepa algo es un riesgo que no debo permitir.'
Pero por otro lado, aún rememoraba las duras palabras del Uchiha mayor y aunque intentase ocultar sus sentimientos; se percató de algo importante – 'Parece que aún no tengo control total de mis emociones' – se dio cuenta cuando empezó a sentir un dolor en el pecho que intentó ignorar así como cuando su visión comenzó a ponerse borrosa – 'Un shinobi no llora' – las palabras de Kakashi resonaban en su mente y aunque ahora era consciente de los motivos por los cuales su compañero pensaba de esa forma, sabía que daba igual cuanto intentase negar lo que sentía; después de todo era un Uchiha, ser un sentimental pero fingir no serlo es parte de su naturaleza.
No pudo evitar quitarse los lentes y forzarse a sí mismo a impedir derramar lágrimas frotando sus ojos, tan concentrado estaba en detenerse que se sobresaltó de sobremanera cuando se percató de que alguien se acercó hasta abrazarlo por la espalda. Inmediatamente reconoció su chakra, así como el que se estaba acercando. – "¿Rin?, ¿Minato-sensei?" – dijo el azabache logrando mantener su voz sin quebrarse.
"¿Cuántas veces tengo que decirte que no tienes que ocultar tus heridas de mí?" – Dijo la castaña mientras mantenía el abrazo sobre su compañero.
El Uchiha no dijo nada, dejó que su compañera lo reconfortara, y se percató de que su maestro se había sentado a su lado mientras mantenía la mirada fija hacia el bosque. Pensó que se mantendrían en silencio por un rato, sin embargo tal cosa no duró mucho cuando el rubio rompió el silencio. – "Obito, ignora las palabras de Fugaku" – el joven sintió como una mano se posó en su cabeza, intentando aliviarlo – "Está molesto por los sucesos ocurridos últimamente; supongo que decidió desquitarse contigo." – dijo empezando a acariciar su cabello de manera afectiva.
El de lentes sabía que era mentira, y por una vez se permitiría ser sincero con su sensei y su compañera. – "Eso no es cierto, sensei" – dijo causando que el rubio se detuviera y que la fémina del equipo lo mirase mientras seguía abrazándolo – "Él descubrió que yo sé algo que no debería."
Minato y Rin abrieron los ojos ante la información recibida; y en sus pensamientos se generaron dudas de diferente tipo. La castaña interrumpió el abrazo para sentarse al otro lado de su compañero; tomando su mano con firmeza y a la vez calidez, ella fue la primera en manifestar sus inquietudes. – "Obito, por favor dinos que es lo que sucede."
El susodicho mantuvo su mirada al frente sin mirar a su maestro ni a su mejor amiga, dejando que el silencio los envolviera; parecía que no iba a decir nada.
"...Fue cuando tenía 4 años..." – Ninguno de los dos creyó que él respondería; sin embargo por fin habían conseguido una respuesta y esperaban obtener al menos un poco de claridad en el asunto. – "recuerdo encontrar una caja, guardada en las pertenencias de mis padres" – Ambos oyentes inmediatamente pusieron sus manos en los hombros del joven, después de todo, sabían que él no recordaba a sus familiares más cercanos. – "Dentro había una carta" – Minato internamente se tensó al escuchar eso – "No recuerdo muy bien todo lo que decía, pero sé que era muy importante; sobre todo porque cuando mi abuela se dio cuenta de lo que había encontrado, me la arrebató y me hizo jurar no decir nada."
El mayor sintió su garganta seca, y por un momento dudó si hacer la pregunta que lo carcomía – "¿Recuerdas qué es lo que decía?" – el menor mantuvo silencio y negó con su cabeza, pero aún así era imposible saber hasta qué punto eso era verdad o si estaba cumpliendo su juramento.
Minato supo que su alumno no seguiría hablando de ese tema, por lo tanto aprovecharía para indagar en otro asunto de igual importancia.
"¿Hay algo más que quieras decirme?" – Esta vez el joven dirigió su mirada a su maestro que reflejaba calidez, y por un momento este vio la duda en su rostro, como si se debatiera hasta qué punto debería seguir hablando.
"He tenido... sueños extraños" – Respondió el Uchiha, esta vez apretó ligeramente la mano de Rin, la cual escuchaba atentamente la conversación.
"¿Por ejemplo...?" – Preguntó el rubio con una expresión ligeramente neutra.
"..."
"..."
"..."
"El kyubi ataca la aldea"
El rostro de Rin pasó de miedo a mostrar una evidente confusión y preocupación, lo cual es razonable; ella desconoce lo que son los bijus.
Por otro lado, la expresión en el rostro de Minato era de horror, su postura se tensó de sobremanera y sus facciones faciales se endurecieron abruptamente.
"Obito, no juegues con eso" – La voz del jonin denotaba autoridad y frialdad, era una orden dirigida a un subordinado, tan inesperado fue el cambio en la actitud de su maestro que ambos aspirantes a chunin no pudieron evitar tensarse al escuchar ese tono de voz.
"No estoy bromeando Minato-sensei, eso fue lo que vi y... se sintió muy real" – Lo recordaba perfectamente, el momento cuando invocó al biju más poderoso dentro de la aldea, la destrucción que causó a su paso, todos los que murieron enfrentándose a la enorme criatura; pero sobre todo recordaba las palabras que le había dicho a su maestro – 'Yo dominaré el mundo... y hay muchas maneras de conseguirlo' – jamás pensó que se arrepentiría tanto de tan pocas palabras.
Minato parecía estar intranquilo, lo estuvo observando fijamente durante varios segundos; hasta que al final se limitó a desviar su mirada al bosque, mientras tomaba uno de sus característicos kunai, – "¿Sabes lo que es un biju, Obito?"
El mencionado hizo un esfuerzo sobrehumano para no mostrar la más mínima pizca de nerviosismo al verlo armado con un kunai – "Una... ¿criatura muy grande hecha de chakra?"
"Si, y ¿sabes como se derrota a una de esas criaturas?" – dijo ahora colgando su arma delante de sus alumnos.
"¿Con un kunai?" – respondió esta vez la kunoichi intentando no sonar escéptica.
"No," – dijo negando con la cabeza suavemente – "Aunque es posible matarlos, eventualmente vuelven a aparecer; no se sabe exactamente como lo hacen. Pero lo que sí se sabe es que es posible sellarlos, de forma similar a como se sella un kunai en un pergamino."
"Fuinjutsu" – respondió esta vez el Uchiha recibiendo una afirmación de parte de su maestro.
"El problema es..." – parecía que iba a decir algo importante, de manera que ambos alumnos notaron la seriedad de la situación – "La única forma de contener a estas criaturas es dentro de un recipiente vivo; una persona"
Rin estaba sorprendida e incluso alarmada ante la información que acababa de recibir – 'Tener un monstruo con mucho chakra debe ser una enorme carga, no quiero ni imaginar cómo se deben sentir las personas que tienen que hacerlo'.
Por su parte, Obito fingió sorpresa ante las palabras mencionadas, puesto que él evidentemente ya sabía todo eso. – "Sensei, perdone pero, ¿a que quiere llegar con esta conversación?" – dijo un poco impaciente.
"A eso voy, verás Obito estoy interesado en escuchar más acerca de esos sueños que tienes y recuerdo que habías dicho que querías aprender fuinjutsu; así que esta es mi propuesta" – Al decir eso último, guardó su kunai; para posteriormente sacar de un bolsillo el libro que Jiraiya le había regalado al joven, abriéndolo al final para ponerle un sello en la última hoja que estaba en blanco, mostrándoles a sus esudiantes el sello y ofreciéndolo al pelinegro, el cual lo miraba con suma atención al conocer de antemano lo que podía hacer con dicha marca. – "Te enseñaré todo lo que sé respecto a jutsus de sellado y a cambio me dirás todo lo que suceda en esos sueños, ¿te parece bien?"
Los rostros de ambos estudiantes mostraban una enorme sorpresa; que rápidamente cambió a una expresión de alegría por parte de la fémina.
En cambio el joven pelinegro inmediatamente interpretó la situación – '¿Revelar información relacionada con los sucesos que nadie debería saber a cambio de aprender técnicas de sellado?' – sonaba como una mala idea, sin embargo, el Uchiha era extremadamente consciente de lo importante que podía llegar a ser un sello en el lugar y el momento adecuado. Además de que la posibilidad de ser instruido en el complejo arte del fuinjutsu por el futuro cuarto hokage, y posiblemente por Kushina Uzumaki era una oferta que a la larga podría ser incluso más beneficiosa que guardar silencio. Era justo lo que quería, justo lo que necesitaba; debido a eso sintió un atisbo de felicidad y fue incapaz de controlar sus emociones nuevamente.
Debido a eso, se dibujó una amplia sonrisa en su rostro; la cual tomó de imprevisto a su compañera y a su maestro por la emoción que mostró, así como el sutil brillo en los ojos de su estudiante más alegre cuando enfocó su vista en el rubio.
"Por supuesto que sí Minato-sensei, estoy seguro de que aprenderé y dominaré todas las técnicas que usted me enseñe, superaré a Kakashi y me aseguraré de proteger a la aldea sin importar que pase" – Sus palabras denotaban seguridad y firmeza, estaba decidido; tanto así que sorprendió ambos espectadores, los cuales no pudieron evitar sonreír al notar que Obito estaba volviendo a ser el chico alegre que siempre había sido; permitiendo que dicha felicidad se contagiara a otros, dejándoles un bonito recuerdo a los presentes.
–––––––––––––––––––––––––––––––
En las afueras del territorio del clan Uchiha
5 minutos después.
Fugaku había llegado a su destino.
Había llegado rápidamente al complejo Uchiha, pero al atravesar a las puertas empezó a caminar con relativa calma, pasó saludando a los guardias que realizaban reverencias al verlo; mientras que los civiles del clan lo saludaban mostrando respeto y admiración por sus logros, decisiones y autoridad, los cuales le habían permitido llegar a la posición que ostentaba actualmente.
Sin embargo en este momento no estaba realmente seguro de cómo debería proceder.
Tal vez estaba siendo paranoico: después de todo solo había usado un simple genjutsu para entrar en la mente de un niño de 11 años, uno que guardaba secretos importantes conocidos y desconocidos incluso para él y el hokage actual. Dicho niño había demostrado ser incapaz de cumplir con los estándares del clan; era ruidoso, torpe, indiscreto, y no parecía tener el más mínimo talento en las artes ninja y a pesar de estar rozando el rango de chunin: no poseía un sharingan.
En conclusión, era una deshonra para el clan y todo lo que eso representa.
No obstante, los tiempos en los cuales se encuentran son inciertos; y le fue imposible no alterarse al visualizar esos "sueños" de Obito, sobretodo al pensar inmediatamente en su esposa y su único hijo, y la mínima posibilidad de que algo les pudiera llegar a pasar.
Hacia que su sangre hirviera de ira.
Además, era consciente de una realidad; las tensiones fronterizas habían llegado recientemente a un punto límite cuando iwagakure había encontrado a shinobis de kumo en su territorio. Nada aseguraba que algo similar pudiera ocurrir en konoha, pero con los últimos sucesos; toda la aldea estaba alerta y a la vez inquieta.
Desde un chakra masivo que aparece y desaparece en territorio del clan, hasta una anciana Uchiha asesinada por un shinobi sin aparente afiliación y ahora otro individuo no identificado ataca en pleno examen chunin a el nieto de dicha anciana; parecía que el destino estaba haciendo que el clan y sus integrantes se vieran envueltos en un mar de dudas, e inseguridad que no los ponían en buenos términos con el resto de la aldea.
Finalmente, después de caminar hasta apartarse de la zona principal del clan; había llegado al santuario Nakano, el lugar donde esperaba encontrar respuestas o por lo menos pensar en una ante esta situación. Entró al templo e inmediatamente se dirigió al escondite oculto bajo el suelo sin molestarse en volverlo a cerrar, puesto que era muy improbable que alguien fuera de las personas autorizadas a entrar a dicho lugar revelase su ubicación, menos aún su contenido. Mientras caminaba aparentando tranquilidad, los pasillos oscuros del pasadizo subterráneo alumbrados únicamente con antorchas mostraban el camino que todo Uchiha con un sharingan maduro debía recorrer. La tradición es antigua, posiblemente a comienzos de la infame era de guerra de clanes; o incluso anterior cuando el clan Uchiha la encontró.
Al fondo del recinto se hallaba la reliquia más importante del clan Uchiha; la tabla de piedra. Escrita por el mismísimo Rikudo Sennin, sólo podía ser descifrada para aquellos que heredaron el sharingan, e incluso; dicho dojutsu es insuficiente para leer todo el mensaje escrito.
Fugaku se acercó lentamente a la piedra, concentrando chakra en sus ojos para leer cuanto podía – 'El camino hacia la salvación del clan requiere de los mayores sacrificios; solo entonces será posible obtener el poder necesario para doblegar a las bestias' – El resto era ilegible.
El Uchiha se mantuvo estático, pensando cuáles podían ser los sacrificios requeridos, sin embargo aún se debatía respecto a si era lo correcto obedecer a su sentido común o dejarse influenciar por las imágenes vistas en la mente de Obito. Y tan pronto como pensó en eso, recordó otro detalle – 'Ese anciano...' – Fugaku jamás lo había visto, pero fue capaz de identificar sus rasgos faciales; los cuales se le hicieron conocidos al instante – 'Uchiha Madara... ¿Será posible?' – miró una vez más la tabla de piedra, y con nueva determinación le dio la espalda; después de todo...
Sabía que debía investigar algo en otro lugar.
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Como he dicho antes, no me he retirado; simplemente me es complejo ajustarme de manera en la cual me sea posible avanzar sin descuidarme en otros asuntos.
y con respecto a algunas conversaciones que tenía, las respondo cuando puedo o cuando me acuerdo; que ese es otro asunto, tengo muy mala memoria. (Tanto así que incluso se me olvidó la contraseña de Wattpad... )
gracias por el apoyo y la paciencia, buenas noches.