Narrador
Era un nuevo día y Armando se encontraba con Mario hablando sobre una fiesta de modelos que habría esa misma noche.
-Pues vea, mi querido imbécil que ¡Betty me dió permiso!
Armando sonrío en grande poniéndose de pie acercándose a Mario dando un saltico.
-¡No! ¡Al bebé le dieron permisho de ir a la fiestaa!
-¡SII!
El mayor lo tomó de la cintura abrazándolo poniendo su cabeza en el hombro del azabache, esta acción tomó a Armando por sorpresa pero aún así aceptó gustoso, ese abrazo que para ambos se sintió cálido y sincero.
-Ay que maravilla ¿y cómo lo logró?
Mario preguntó separándose para verlo a los ojos, Armando hizo lo mismo viendo como las pupilas de su amigo se expandían y a su parecer haciéndolo ver más cautivador de lo que ya era.
-Pues para que vea que ella si confía en mi.
-Pues en el argot carcelario se denomina salida condicional por buena conducta.
El azabache rodó sus ojos con diversión para separarse lentamente y volver a su puesto de trabajo con el ánimo bien elevado solo para recordar que debía comunicarle una condición que tenía Betty para él.
-En fin, hoy nos vamos de fiesta, pero solo hasta las doce.
-Mi estimado ceniciento, a las doce usted vuelve a ser un ratón corriendo a su guarida, eso a la semana ¿Cuántas salidas nos garantizaría?
-Ay calderón.
Ambos hombres se quedaron un rato más en la oficina hablando en medio de chistes y burlas hasta que el menor fue a pedirle unos informes a Sandra solo para encontrarse que su mayor pesadilla estaba de vuelta.
-¿Te acuerdas de Michel?
-Sisi, Hola.
Armando sonrió de Manera forzada saludando por cordialidad tratando de no ser grosero.
Pero en medio de la plática al saber los planes de Michel de llevar a Betty a almorzar tuvo un sentimiento más bien de felicidad, sabía que ese tipo podría quitarle a Betty y realmente le gustaría que eso pasara sabiendo muy bien que la empresa no estaba en riesgo, así que se despidió diciendo que tenía trabajo para luego encontrarse con Mario a la entrada de su oficina.
-Oiga, Ese tipo que había por ahí ¿no es el príncipe francés divino?
-Ni se le ocurra Calderón, no me moleste con eso y-yo- ¡solo no me moleste!
Armando entró a su oficina algo molesto suspirando resignando cuando Mario salió por el marco de la puerta al mismo tiempo que vió a Gabriela en su oficina esperándolo.
-¿Por qué tanta conmoción por ese hombre?
- Calderón, él esta embobado por ese tipo ¡y digo todos en Ecomoda se emboban! y ese Franchute casi me quita a Betty, hace tres años.
Armando se dió cuenta que empezó hablando de Mario por lo que realmente estaba afectado por sus palabras y halagos hacia el extranjero pero no podía demostrarlo no tendría sentido para lo que todo el mundo sabe o más bien, no sabe.
-¿Y Qué es lo que más te preocupa? ¿Betty o Mario?jaja
El azabache se quedó callado por dos segundos viendo el suelo pensando en si ser sincero o no mientras Gabriela lo miraba con diversión.
-Y-yo voy a ser sincero contigo, y se que va a sonar muy canalla de mi parte pero, Mario, realmente me preocupa que Mario se vaya otra vez.
Gabriela en el fondo sabía que desde que esos dos se vieron había una conexión muy fuerte, como de algo más de amigos así con este pensamiento en mente y con curiosidad indagó con una pregunta que le podía brindar unas cuantas respuestas.
-Una pregunta ¿Qué pasaría si te separas de Betty?
-Creería yo, que no algo muy bueno. En fin, sigamos con esto.
Narra Armando
No quiero causarles más decepciones a mis padres, estaban tan felices de que alfin tuviera una vida perfecta que tengo miedo de decepcionarlos otra vez, eso es lo no muy bueno que temo.
Además pensándolo mejor si Betty se fuera con el francés de cierto modo no tendría sentido que Betty siga siendo la presidenta y me quedaría sin trabajo porque a lo mejor Daniel recupera la presidencia o algo por estilo.
Dejé esos pensamientos de lado y finalmente me enfoqué totalmente en lo que hablaba con Gabriela pero mientras íbamos finalizando la plática Mario entró a la oficina por lo que la Méxicano se excusó y salió del lugar.
-Am una cosa, a su mujer se la llevó el francés, digo ¿realmente le importa este matrimonio? porque le recuerdo que su mujer acaba de salir con un papacito de dos metros, rubio y oji azul.
¡Disque papacito! ¡Oigan a este!
-Sisi yo ya sé eso, ahora recuerde que ese hombre es heterosexual y lo de Betty pues ella me dejó salir obviamente yo no se lo voy a negar.
Me senté en el borde del escritorio alzando los hombros con el ceño fruncido por como habló de ese hombre.
-Primero que nada usted también era heterosexual antes de Marito Calderón así que nunca se sabe, eso sí una jugada maestra dejarla ir, mientras no nos dañe a nosotros nuestras salidas.
-Sisi, no moleste, además yo confío en Betty.
Tomé unos papeles pero Mario me los arrebató casi al instante con una sonrisa juguetona, es obvio que quería mi atención.
-Si bueno, solo me acordé de esta ex novia suya que lo amaba tanto que se casó con otro ¿recuerda que hicimos ese día que lo dejó?
Sonreí ladino viendo al suelo al recordar esa noche de pura lujuria.
-s-si, estábamos enceguecidos ¿no?
-fue maravilloso ¿no cree?
Mario se colocó en medio de mis pernas tomándome ligeramente de los muslos, yo sentí mis mejillas calientes así que en un intento de alejarlo solo lo tomé de los hombros hablándole serio.
-¿Piensa que mi mujer me va a traicionar?
-Eso espero.
Mario se acercó rápidamente para darme un pico en la mejilla sonriendo con sus ojitos cerrados logrando que me muriera de ternura, lo tomé de las manos mientras el seguía con los ojos cerrados con los labios ligeramente estirados.
-¿Ahora yo lo tengo qué besar a usted o qué?
Este solo asintió con la cabeza, así que sin pensarlo mucho le dí un pico muy cerca de comisura de sus labios, sintiendo el corazón acelerado y las manos sudorosas así que lo solté rápidamente poniéndome de pie, el abrió sus ojos con un leve sonrojo tocando el área donde posé mis labios unos minutos atrás.
-¿Contento?
-s-si.
Narra Mario
Mira, feliz se queda corto para lo que siento en este momento.
Mi felicidad me duró unos minutos porque al momento siguiente Armando llamó a Freddy para que siguiera a Betty al le noir.
-Tigre seamos francos ¿para qué mandó a vigilar a Betty?
-Necesito saber, si hay algo entre ellos dos, digo, a ver si ella pide el divorcio primero por el francés.
Lo miré algo sorprendido porque parecía estar hablando muy en serio pero no pude hablar ya que Freddy llegó avisando que ellos no estaban en el Lenoir y que acababan de llegar.
-Oiga ¿para dónde va?
-Voy a ver si Betty me va a decir la verdad.
Claramente Betty mintió lo que no me gustó fue la reacción de Armando, tan preocupado por esa mentira.
¡no lo entiendo! ¡¿al fin si quiere a ex-murcielaguin o no!?
Así que lo seguí viendo que estaban teniendo la conversación en todos el pasillo así que para disimular yo me acerqué con Hugo.
-Ay el papá de mis hijos.
Suspiró viendo al rubio, cosa que entendía completamente.
-Hugo, él es el papá de MIS hijos.
Le respondí rodando los ojos divertido mientras me regalaba una mirada negando siguiéndome el juego.
A ver, si no es Armando ¡por lo menos este hermoso francés!
-Hugo, el es Michel Duane.
El hombre solo me veía con una sonrisa amable así que lo seguí adulando a ver si por lo menos me daba su teléfono, hasta que sentí la mirada recriminadora de Armando al verlo de reojo, suspirando me despedí del caballero de ojos azules, acercándome a Armando.
-Vamos a nuestro despecho ¡digo! a nuestro despacho.
En la oficina me acorraló contra la puerta cerrándola con fuerza.
-¡¿Deje de decir estupideces si?! ¡¿por qué le habló así al franchute?!
-Y-ya, cálmese s-solo estoy jugando, además él por lo menos no me grita y es amable...y-y no me asusta.
Armando relajó el semblante de su cara tomando una bocanada de aire antes de hablar pero sin dejar su postura.
-¿Por qué de repente está tan miedoso?
-yo no estoy miedoso, solo estoy sensible.
-¿Sensible?
Me miró con una ceja levantada bajando sus brazos y alejándose lentamente.
-S-si quiere le explico, pero luego.
-Más le vale y mejor que sea hoy, Am...¿y si se dio cuenta Betty me mintió?
Solté todo el aire que tenía contenido asintiendo lentamente por el repentino cambio de tema.
-Pues si, solo no le vaya a reclamar porque bye bye, Natalia Paris Bye Bye, carolina castro hasta bye bye Marito Calderón.
Dije haciendo alusión a las hermosas mujeres que irían a la dichosa fiesta.
-Ay si yo sé, solo que ya no quiero ir a la fiesta
-¿Pero qué le pasa?? ¿por qué?
¡Armando no me hagas esto! Más te vale tener una buena razón.
Me quedé viéndolo con el ceño fruncido hasta que al fin habló.
-Porque tenemos que hablar, solos, sin modelos por ahí, o un ambiente alocado, solo una cena ¿okay? eso si nada de cosas obscenas Calderón, ¿entendió?
Eso me sorprendió y obviamente no le iba a alegar, porque si, acepto que estaba preparado y ansioso por ver a tantas mujeres hermosas y pasarla bueno, pero claramente era mucho mejor pasar tiempo solo con él.
Armando terminó de trabajar y yo le propuse ir al hotel donde me estaba quedando temporalmente, cosa que aceptó así que al salir de la empresa lo detuve antes que se subiera a su carro.
-¿En serio prefiere esto a ir a la fiesta? Es que lo ví tan emocionado de salir por primera vez en tanto tiempo jaja que realmente creo que mis problemas no son tan importantes.
-A ver Mario, usted es mi amigo, me atrevería a decir que también es la persona que más me conoce y y-yo le tengo un gran...cariño y no lo había visto hace algunos años y si le pasó algo para que esté "sensible" pues claro que quiero saberlo y si puedo ayudar en algo con gusto lo intentaré, obvio no me vaya a pedir algo como subir a Monserrate de rodillas jaja porque simplemente no lo haré.
-jaja bueno, menos mal.
Estoy ¿conmovido? si
¿feliz? mucho
¿enamorado de este hombre? totalmente.
El trayecto al hotel no fue tan largo así que cuando llegamos fuimos directo a mi habitación y lo primero que hize fue acercarme a mi cama para estar más cómodo.
-Calderón, vamos a HABLAR.
Me seguí quitando el saco y la corbata junto a los zapatos mientras el me miraba seguramente pensando en que yo estaba pensando en quien sabe que cosas sucias.
-Sisi, no sea tan mal pensado, que esta suite está para hablar en privado, tener una bonita vista de la ciudad y comer, ¿se le antoja algo? y antes que me diga, le comento que yo estoy en el menú.
En ese momento me fulminó con la mirada sin decir palabra aunque su rostro solo demostraba la frase de "Es enserio?"
-ya, solo decía.