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Narrador

Armando sintió un frío recorrer su espalda quedándose estático, cosa que hizo reír a Mario, tomando también una de sus mejillas.

-¿Por qué es tan lindo ha? Tranquilo, solo estoy jugando, la sección "para el presente" está a salvo en su computador y un disquet.

Al azabache le volvió el alma al cuerpo sonriendo apenado así que solo se acercó dándole un corto beso a Mario.

-Gracias, solo tengo una pregunta ¿quién te tomó esas fotos? porque seguro le quiero romper la cara de la envidia.

-Pues, el esposo de una mujer con la que salí una vez y realmente le dió muy igual, fue para la época cuando empezó lo del embargo de la empresa, esa época que estabas muy ocupado enamorado al monstrete.

-Así que tenía esa preciosura ahí desde ese momento y hasta ahora la veo, no, es el colmo y es más el colmo que ese hombre haya visto eso en vivo y directo.

Mario simplemente río sonrojado separando un poco a Armando para sentarse en el sofá.

-Bueno y ¿qué va a hacer esta noche?

Preguntó el azabache recargandose sobre su escritorio.

-Pues hoy por fin volví a mi antiguo apartamento así que no mucho, solo organizar unas cosas y ya.

-Bueno así me gusta, juicioso directo para su casa.

Armando habló con voz grave y una ceja levantada acorralando a Mario en el sofa poniendo sus manos a cada lado de sus hombros mientras pasaba su nariz por su cuello y mandíbula dejando unos cuantos besos y para el castaño esa manera de celarlo y actitud dominante sin dudas le parecía lo más sensual que sus ojos habían visto y aunque permitía unos besos se le hacía muy arriesgado esa cercanía en ese lugar así que solo dijo lo primero que se le vino a la mente para alejar a su novio.

-Aunque podría invitar a Sandra hacer algo.

-¿Sandra?

Dijo erguiendose y señalando la puerta mientras con el señor fruncido mientras Mario asentía burlón.

-esta chistosito hoy ¿no?

-Pues mire, en el caso hipotético, hoy la ví muy bien la verdad, no estaría mal.

-Como diría su exnovia la peliteñida, usted es un dessgraciadoo

-Jaja ¡Ay tan divino!

-Enserio, sería lo que le diría y luego lo mato.

Lo que ambos hombres no sabían es que Sandra escuchó la parte de su plática en que Mario la elogiaba así que con la esperanza de ser correspondida cuando Armando se fué entró a la oficina donde aún estaba el hombre que buscaba.

-Buenas noches doctor, ¿necesita ayuda en algo?

La mujer se alzó la falda tratando de ser disimulada, pero Mario Calderón simplemente era muy detallista así que los cinco minutos que estuvo ahí tratando de no ceder a sus impulsos ya que Sandra la estaba "ayudando" con un trabajo, ya cuando terminó se levantó rápidamente.

-Espere doctor.

Sandra lo acorraló contra la puerta antes que fuera a irse.
Mario no resistió y la tomó de las caderas besándola pero ella le daba un beso algo brusco, el mayor simplemente con esa acción se guío por su parte racional tratando de separase de la mujer que estaba como loca tratando de quitarle sus prendas.

Así que como pudo la empujó y salió corriendo de la oficina, a la mañana siguiente esta le confesó sus "sentimientos" y claramente con una sonrisa sarcástica Mario la hizo quedar en llanto, al castaño realmente no le pudo importar menos ya que consideraba que, uno: una mujer y menos ella no lo complacería como lo merece, dos: él le prometió a Armando que no estaría con nadie más, y tres: sabe que esa mujer simplemente está desesperada por tener sexo, sus sentimientos son más falsos que el amor de Armando por Betty.  

Mi querido imbécil.Where stories live. Discover now