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-Bueno, ahora ya enserio ¿qué quieres? si gusta le puedo hacer una de mis famosas pastas instantáneas acompañado de un Merlot.

Esto lo hizo reír mientras asentía, así que tomé un par de ollas y las pastas para empezar a preparar todo.

-Calderón, recuerde que ya no tomo.

-A si cierto que ahora ya lo tienen restringido hasta de respirar, entonces ¿desearía acompañar su plato con un juguito de caja?

Después de molestar a Armando un rato más serví la comida y nos sentamos en el comedor así que empezamos a comer como si nada hasta que sentí unas ligeras nauseas así que dejé el plato casi a medio comer llevándolo a la cocina cuando volví de un momento a otro puso el vaso con fuerza en la mesa viéndome fijamente.

Narrador

-¿Qué pasa?

Preguntó el castaño confundido, ya ni sabía que era lo que le había molestado al contrario.

-¿Qué pasa? Calderón, no comió casi nada y tampoco ha hablado y le recuerdo que usted lo prometió..

-Si ya se, lo que pasa es que de cierta forma nada anda bien conmigo y ya.

-Eso no me dice nada, Calderón.

Armando habló seriamente solo que para el mayor realmente no era para nada fácil lo que le iba decir.

-Sisi ya sé, solo déjeme hablar, siéntese.

Mario se sentó en la cama tomando una almohada en sus brazos viendo al suelo mientras el menor se sentaba a su lado.

-Al salir del país...al principio las cosas fueron fiesta, mujeres y diversión, pues es que estaba en Brasil ¿no? bueno, al cabo de unos meses ya me había gastado toda mi plata en un mal negocio y alcohol, así que tuve el brillante plan de antes de quedar en la ruina me fuí a Argentina en busca de trabajo, y pues ese momento no tenía una buena condición física, pesaba como 100 kilos llegando a los ciento díez y obviamente, las nenas me rechazaban más veces de las que me gustaría, y claramente yo no me sentía bien, más encima empecé a trabajar de mesero por harto tiempo, como tres, cuatro meses, si yo sé...solo no se ría.

El castaño dirigió su mirada al rostro de su amigo relajándose porque no había ni una pizca de burla en su semblante así que prosiguió con su monólogo.

-Yy bueno al quinto mes ya por fin me contrataron en una agencia de publicidad y yo sentía que todo estaba mejorando, alfin tenía un buen trabajo pero pues...un día me desmayé así, sin razón y en la enfermería me preguntaron que cuando fue la ultima vez que había comido, y yo respondí que "pues creo que ante ayer", y el enfermero me dijo que....estaba pesando 45 kilos, y que era casi un milagro que siguiera de pie entonces me remitieron a un hospital donde me dijeron que tenía un desorden alimenticio y te lo juro Armando, yo...aun me sentía gordo, aunque mis costillas se vieran, yo necesitaba estar mas delgado, simplemente no me gustaba mi cuerpo y bueno para mi mala suerte los del hospital llamaron a mi papá, que es como mi único pariente que tenía registrado y no se imagina la vaciada que me pegó cada vez que me visitaba o como peleaba con mi madre, los gritos, esa expresión de desaprobación, e-esa forma de ser tan agresiva y abusiva, a largo plazo todo me causó ataques de pánico, por eso es que estoy medio"sensible"

Mario se tomó un par de segundos para procesar todo lo que acababa de contar y es que viéndolo en retrosprectiva era aún más trágico de lo que se sintió en el momento.

-Pero bueno, prefiero mil veces sus gritos aunque a veces si sean muy feos...en fin, solo no quiero lidiar más con esa terrible sensación así que le agradecería que cuando grites avises un poco antes para que pueda irme o algo así jeje,...el punto de la historia, estuve internado en un hospital psiquiátrico, por unos meses por depresión y anorexia, y pues salí exactamente hace un par de semanas  por eso aun estoy algo bajo de peso pero ahí voy ¿ves?

Mi querido imbécil.Where stories live. Discover now