Una parada en Colonia Basilia

By antoenletras

3.1K 392 60

Un desperfecto en su camión de carga lleva a Tadeo a pasar un fin de semana bastante peculiar. Nunca imaginó... More

Prólogo
1 - Bienvenidos a Colonia Basilia
2 - En medio de la ruta
3 - Un rincón lleno de vida
4 - Con más carisma que habitantes
5 - Una gran familia recibiendo visitas
6 - Con espíritu de turista recién llegado
7 - De rincones especiales
8 - Y una gran historia detrás
9 - Un lugar llamado hogar
10 - De conexiones inexplicables
11 - Y fuertes impulsos
12 - Un mundo por conocer
13 - Con pasados que son ruinas
14 - Y futuros que se encienden
15 - Un latido en común
16 - Un sentir desafiante
17 - Y confesiones que conectan
18 - Soltar el control
19 - Un antes y un después
20 - En el comienzo de un sueño
22 - De la mano del amor
23 - Y de las nuevas oportunidades
24 - Un nuevo presente y un futuro que asoma
25 - El frío del mañana
26 - El quiebre del presente
27 - Y el refugio del ayer
28 - Una promesa
29 - Y una despedida
30 - Una lógica que duele
31 - Una decisión que acecha
32 - Y lo inesperado de la vida
33 - Amando a destiempo
34 - Latiendo a lágrimas
35 - El después del adiós
36 - Los nuevos comienzos
37 - La magia de la vida
38 - Apostar al latido
39 - Un lugar, un hogar
40 - Colonia Basilia
Agradecimientos
Nota de autor
Epílogo

21 - Abriendo las puertas al futuro

56 8 0
By antoenletras

El día anterior resultó ser un encuentro directo con su pasado y sus decisiones. Volver a ver a Santiago después de dos años y ver que su vida seguía muy igual a aquel entonces, hizo que se replantee muchas cosas. ¿Qué estaba haciendo? ¿Estaba dejando pasar los años sin hacer nada por miedo?

Aquellas preguntas habían rondado en su cabeza todo el día y la habían presionado tanto, que finalmente había tomado la decisión.

Despertarse así, con un panorama diferente, sabiendo lo que venía por delante, además de miedo, la hacía sentir viva. Porque por primera vez, sentía que estaba tomando las riendas de su vida.

El correo de aceptación ya estaba enviado. Lo había programado la noche anterior para no tener siquiera la oportunidad de arrepentirse... Lo que no sabía era cuando se lo comunicaría a su familia y a sus amigos.

Esa tarde, después de una jornada de trabajo bastante tranquila, decidió ir al cementerio. Si había alguien que la entendería en el cúmulo de nervios, dudas y ansiedad que sentía, era Marta. Ella siempre había estado ahí para escucharla y aconsejarla. La había entendido como nadie y en esos momentos le hubiera encantado que estuviera ahí.

Compró unas flores a la familia que vivía a una cuadra, que siempre tenían a disposición para vender, y avanzó hacia la puerta de entrada. Hacía mucho que no iba. Le costaba hacerse a la idea de que Marta estaba allí y no en el comedor junto a Waldo. Esperaba que con el tiempo esa sensación disminuyera... Aunque lo veía complicado.

Llegó hasta el lugar donde estaba su placa. Había flores blancas, sus favoritas. Waldo solía ir seguido a cambiarlas por unas nuevas para que su rinconcito estuviera siempre radiante.

Con cuidado, añadió las pequeñas flores rosas que había comprado y se quedó observando su foto. Se la veía tan radiante.

—¿Qué me dirías si estuvieras acá? Que luche por mis sueños, ¿no? Entonces... ¿Por qué me asusta tanto? ¿Por qué siento que no lo lograré?

Suspiró.

—Si... Supongo que las cosas hay que hacerlas aún con miedo. Pero me asusta tanto no poder. Quisiera que me mandes un poco de fuerzas, estés donde estés. Será difícil abandonar el pueblo.

Abandonar el pueblo. Esas palabras la golpearon fuerte desde adentro. Sabía que no podría hacerlo. Que nunca podría irse por completo de allí. Volvería cada vez que pudiera, incluso se veía cumpliendo su sueño allí.

Capaz tenía que verlo de ese modo. Como una breve despedida para una permanencia más segura en el futuro. Deseaba lograrlo. En verdad deseaba regresar tiempo después con mucha experiencia y una base para poder poner su propio lugar en la isla.

Pensar en eso hizo que su corazón comenzara a aletear de ilusión. Fue inevitable que una sonrisa apareciera. Y entonces lo entendió. Si el solo hecho de pensarlo generaba tanto en su interior, merecía la pena luchar por hacerlo realidad. Se lo debía a ella misma. Tenía que dejar de postergarse y empezar a escucharse.

Se despidió de Marta prometiendo ir más seguido a visitarla, aunque la tenía siempre presente en su vida.

De camino a su casa, le envió un mensaje a Tadeo. Se habían saludado en la mañana al despertar y luego no habían intercambiado más palabras. Por alguna razón, sintió que debía ser el primero en saberlo.

"Es un hecho, iré a Valedai y seré cocinera profesional."

***

En su casa, su madre la esperaba con comida casera y jugo de naranja recién exprimido. Decidió compartir con ella el resto de la tarde entre charlas y risas.

Después de bañarse, vio que tenía un correo sin leer en su casilla de recibidos... Eran varios archivos referidos a la aceptación de la beca, los cuales imprimió para leer mejor.

Había un formulario que debía rellenar con sus datos, un documento con datos adicionales sobre los beneficios que obtendría, el plan de estudios y otro referido al dinero extra que le darían para el alojamiento. Como el instituto tenía sus habitaciones cubiertas, habían decidido otorgarle ese beneficio en efectivo. Debía rellenar la dirección donde se quedaría y otros datos referidos al dueño del lugar o a la inmobiliaria que le rentaría el apartamento. Por suerte, tenía un mes para enviar todo aquello.

Mas decidida y con el plan en marcha, supo que era momento de que su familia supiera de aquello. Durante la cena, llevó consigo el documento con los datos de la beca.

—Se que quizás debí haberles dicho esto antes —les dijo mientras movía la comida en su plato—. Pero sentía que era algo que tenía que decidir sola... Y ya está decidido así que...

—¿Aceptaste? —le preguntó Pato ilusionada.

—¿Aceptar qué? —inquirió su padre un poco perdido.

—Hace unas semanas me ha llegado un correo informándome que me aceptaron para una beca en el Instituto de Cocina y Pastelería de Valedai... Y pues, he decidido hacerlo. Iré a estudiar a Valedai.

La única que logró reaccionar rápido ante la noticia fue su hermana, quien se puso de pie y fue a abrazarla.

—Estoy orgullosa de ti, Oli. Sé que has tomado la decisión correcta.

Aquellas palabras la hicieron emocionar.

—Se irán ambas, entonces... —masculló su madre entre sonrisas, pero con un atisbo de tristeza.

—¿Cómo ambas? —preguntó Patricia sin regresar a su silla.

—Hemos estado hablando con tu madre y nos dimos cuenta que no podemos negarnos a que estudies eso que tanto amas hacer —le dijo su padre con un poco más de calma—. Así que... parece que ambas irán a Valedai.

La emoción de Patricia fue indescriptible. El llanto de alegría no tardó en llegar y acto seguido, se permitió abrazar a ambos. Olivia observaba aquella imagen con los ojos brillosos. Sabía lo importante era aquello para su hermana... Y ahora que ella también iba tras su sueño, podía entender lo que implicaba pausar algo que se deseaba tanto.

Una vez que pasó la emoción del momento y pudieron volver a sus lugares para continuar con la cena, Olivia les fue contando en qué consistía la beca.

—Y como me darán un dinero extra para el alojamiento, quizás ayude a lo que sería ese gasto de ambas.

Aquella noticia alivió un poco los planes. Lo único que restaba era encontrar un lugar donde podrían para ambas y que no quedara muy lejos de ninguno de los dos institutos.

Apenas terminaron de comer, Pato se retiró a su habitación para averiguar sobre la inscripción al instituto de periodismo. Sus padres salieron un rato al patio y Olivia se encargó de lavar todo.

Cuando llegó a su habitación, vio que tenía un mensaje de Tadeo.

"Aceptarás la beca?? De verdad? No sabes cuanto me alegra leer eso!"

Oli sonrió de manera automática.

"Ya está hecho, me llegaron los formularios de inscripción. Solo resta buscar alojamiento."

El siguiente mensaje no tardó en llegar.

"Puedo llamarte?"

La respuesta de Olivia fue marcar su número y llamarlo. Deseaba mucho hablar con él.

—Estoy orgulloso de ti —le dijo él apenas atendió el teléfono, con un entusiasmo notable.

A Oli se le hizo difícil evitar la sonrisa.

—Solo iré a Valedai...

—Enfrentarás un miedo. Eso es mucho.

—Después de años.

Entonces Tadeo rió.

—¿Puedes dejar de subestimarte?

Oli lo acompañó en la risa.

—Ahora debo encontrar alojamiento para mí y para mi hermana... Ella también irá —le contó mientras se recostaba en la cama—. Si sabes de algo, ¿me avisas?

Del otro lado de la línea se hizo un silencio. Ella despegó el celular de su oído y miró la pantalla para comprobar que no se hubiera cortado la comunicación.

—¿Me oyes?

—Si, sí. Te oigo —dijo rápido el chico—. Pasa que me he quedado pensando...

—¿En qué?

—¿Dónde es que queda el instituto?

Olivia buscó las hojas que estaban sobre su mesita de luz y le leyó la dirección.

—Entonces queda cerca.

—¿Cerca de qué?

—De la casa que me ha dado mi abuela.

—Ahh. Puede ser. La verdad no me ubico mucho.

—Estaba pensando... Si quieres te la puedo alquilar a ti. ¿Cuánto es que te dan por alojamiento?

Olivia le dijo el monto.

—Es muy poco para una casa tan grande.

—Para nada. Además, a mí me ha caído la casa del cielo prácticamente —rio él—. Si tu aceptas, hacemos el contrato y problema resuelto. ¿Qué dices?

Ella no podía entender como Tadeo podía tomar decisiones así de un momento a otro. Tampoco entendía cómo podía confiar en ella al punto de alquilarle la casa a un monto bastante inferior al que podría hacerlo en verdad.

—No sé, Tadeo...

—¡Qué no me digas así! —le recriminó—. Te he dicho que me digas Teo. Pareces mi abuela cuando se enoja.

Oli rio y se corrigió.

—Bueno, Teo. No me parece justo que aceptes ese valor.

—Pero me ahorras la búsqueda de inquilinos y de tratar con inmobiliarias. De verdad. Además, prefiero que seas tú la que viva ahí antes que un desconocido. ¿Qué dices?

Definitivamente, tenía un poder de persuasión bastante preocupante y admirable a la vez.

Le dijo que lo pensaría, que lo hablaría con su hermana y con sus padres antes de tomar la decisión.

—¿Pero tú quieres?

—¿En qué cambia eso?

—No sé, solo quiero saber si te gustaría vivir ahí.

Oli sonrió.

—Si, me gustaría.

—Bien, ya es suficiente para mí.

—No te he dicho que si aún.

—Lo sé. Lo sé. Esperaré la confirmación final.

—¿Y qué hay de ti? ¿Por dónde andas?

Tadeo le contó que estaba haciendo un viaje mucho más largo a otra zona del país. Tenía varios viajes en aquel trayecto así que estaría muchos días fuera.

—Creo que pasará un tiempo antes de que pueda regresar a Colonia Basilia.

Aquella frase hizo que surgiera un dolor fuerte y extraño en el pecho de Olivia. Parecía como un agujero, un vacío, una especie de frío y oscuridad repentina. Porque en verdad había deseado que le dijera que en unos días pasaría por allá a saludarla.

—¿Qué sería un tiempo? —se animó a preguntar.

Escuchó un suspiro de decepción del otro lado.

—Creo que un mes —la desilusión se notaba en su voz.

—Es mucho.

—Si, lo sé. Me han ido confirmando viajes a medida que avanzaba.

Olivia sintió ganas de llorar. De pronto, le pareció mala idea haberse dejado llevar. No porque se arrepintiera de lo que habían vivido juntos, sino porque después de haber probado el sabor de sus labios y la magia que significaba estar entre sus brazos, le era muy difícil no desearlos constantemente. Hacía tanto que no se sentía de aquel modo. ¿De verdad dolía tanto extrañar? Porque no lo recordaba de aquel modo tan... asfixiante.

—Oli...

—¿Sí?

—¿Me perdonas?

—¿Por qué?

—Por no poder ir pronto.

Y a pesar del dolor, sonrió.

—Te estaré esperando.

—No hace falta que lo hagas.

—Quiero hacerlo —se animó a decirle—. En verdad, quiero hacerlo.

Hablaron unos minutos más hasta que el reloj los alertó sobre la realidad. Se habían perdido en un mar de planes a futuro y palabras que intentaban ser abrazos a la distancia. Y de pronto, la realidad los ahogó.

Se despidieron prometiendo hablarse al día siguiente y Tadeo se dispuso a descansar.

Pero le fue imposible conciliar el sueño. En su mente comenzaban a surgir planes junto a Olivia que no parecían tener freno. Saber que estaría viviendo en Valedai convertía a aquella ciudad en un rinconcito diferente... Pensar que dos de las personas mas importantes de su vida estarían allí hacía que comenzara a tener esperanzas en lo referido a un hogar.

A la mañana siguiente, antes de continuar con el viaje, llamó a su abuela Griselda para contarle las novedades.

—Buenos días, cariño. ¿Por dónde andas? ¿Estás durmiendo bien?

Tadeo rio ante las preguntas. No había forma de iniciar las charlas sin responder a un cuestionario sobre su estado de salud física y emocional.

—¿Y tu abuela? ¿Qué andabas haciendo?

—Estoy sentada en el balcón, tejiendo unos adornos para la fiesta de inicio del verano que será este fin de semana. ¿Te he contado verdad? Y también comiendo unos caramelos Yuguy de los que me has traído, están muy ricos por cierto. Son mis favoritos.

Antes de despedirse, Tadeo le avisó que estaría un mes fuera de la ciudad, pero que apenas podía pasaría a saludarla.

—¿Un mes? Es mucho tiempo, cariño. Espero que luego te lo compensen con días libres.

—Si, Olivia me ha dicho lo mismo. Y lo sé, es mucho tiempo, pero es una oportunidad que no podía desaprovechar.

—¿Cómo está la jovencita? ¿Vendrá a visitarme algún otro día?

—Me ha dicho que irá a estudiar a Valedai, así que puedes invitarla cuando quieras.

—¡Qué linda noticia! ¡Qué bueno! Dile que me pone muy feliz oír eso.

A Tadeo le hizo mucha ilusión escuchar a su abuela feliz por Olivia. Al parecer, ella también había notado lo buena persona que era la chica. Definitivamente, sus primeras impresiones no se equivocaban.

Sería un mes largo, eso estaba claro. Pero saber que tenía a dos personas esperando por él, lo hacía sentirse más motivado. Y saber que en poco tiempo podría pasar más tiempo junto a Olivia, lo ilusionaba aún más.

Sabía que haberse arriesgado a sentir después de tanto tiempo y con su vida tan inestable, sería un desafío. Pero también sabía que cuando se trataba de sentir, nunca había podido hacer otra cosa que dejarse llevar. No sabía cómo ponerle freno a la situación y con Olivia, era algo casi imposible de pensar.

Hacía mucho que no coincidía con una chica que le despertara tanta admiración y amor por la vida, tanta ternura y ganas de intentar. Se sentiría un idiota y un cobarde si se obligaba a ponerle freno a sus latidos. Porque ya estaban allí, ya era un hecho. Su corazón había comenzado a latir en su nombre.

Por primera vez en mucho tiempo, sentía que las cosas empezaban a encaminarse.

O eso creía.


***

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? Espero que les esté gustando... Se vienen momentos importantes.

Quiero agradecer a todos los que están leyendo, votando y comentando. Me emociona mucho verlos detrás de la pantalla ♥

Continue Reading

You'll Also Like

Karchez x t/n By clarsss

General Fiction

54.6K 1.7K 41
T/n, una streamer muy famosa, conoce a karchez, otro streamer que acaba de empezar en este mundillo y a la vez muy fan de t/n, nadie sabe lo que caus...
319K 14.7K 42
Abby es la chica que sale a todos lados con su mejor amigo, Alex. Lo que ellos no sabian, era que toda su amistad de ocho años ibá a acabar por qué...
280K 14.4K 51
- Estoy harto de que siempre tenga que irme, porque tú quieras invitar a tus estúpidas amigas a casa. - No es mi culpa que seas un antisocial. Y mis...
71.1K 2.9K 38
Esta historia es el típico cliché. La chica buena e inteligente que se enamora del chico malo y sin sentimientos. Pero, ¿me creerías si te dijera que...