PERRO

By Sweet_Girl42

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¿Que tanto harías por mantener tu trabajo soñado? More

El Mas Buscado...
Un nuevo día
El Juego comienza
La Charla
La elegida
Todo por el trabajo
No trabajo para reina
Un gran comienzo
Rodrigo Parker
A la más zorra
Baja autoestima
¿Quién es Emily?
¿Una vida normal?
En la boca del lobo
Buscando mi muerte
Jugando con fuego
¿Celosa?
¡Ni se te ocurra tocarlo!
Sonrisa extraña
Exhibición de arte
Peluchito
La camisa de él
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Problemas (Parte I)
¿Mi vida o mi trabajo?
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Noticia de portada
Liz & Leo
¡Sus magníficos ojos!
Sus dos armas
Es inevitable
Noche de chicas
Cacahuete
Una simple zorra
Perro sin sentimiento
Mi desición
Emily Duncan
La casa secreta

Opción 1 y 2

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By Sweet_Girl42

—              ¿En qué lo puedo ayudar? –Dije mordiéndome  los labios y tragando con dificultad. Sostenía la puerta para que ellos no pudieran entrar.

—              ¿Señorita Cruise? –Dijo uno de los policía, enseñándome la placa que lo identificaba, mire hacia atrás para ver si el Perro escucho cuando el policía menciono mi nombre, ahora si es verdad que estoy en problema.

—              Si, soy yo –Dije en voz baja para que solo ellos me escucharan.

—              Queremos hablar con usted unos minutos –Dijo él, mirando a su compañero, al menos solo eran dos, pero eso era suficiente para ponerme los pelos de puntas, yo asentí y le abrí la puerta para que pasaran.

—              ¿Se puede saber que quieren? –Dije con mucha dificultad, esperando que no lo notaran.

—              Señorita, no se preocupe –Dijo uno tomando asiento en uno de los sofás de la sala.

—              No lo invite a sentarse –Dije intentando tomar el control de mí y rezando mentalmente de que no estuviera metida en algo malo.

—              Tampoco nos invitó a tomar algo –Dijo él otro oficial mirando las fotos de mi sala. Ahora que vengo a notar que su manera de vestir no era común como lo demás policía, no llevaban uniforme azules sino negros, lo cual creo que era más grave el asunto.

—              No tengo rosquilla ni voy hacer café –Dije de mala manera y moviendo un poco mi pies, creo que ya mi cuerpo comenzó a reaccionar con los nervios.

—              Al parecer no le agrada  que estemos aquí –Dijo el que estaba mirando las fotos de la sala, tenía un apesto temible, era moreno, alto y llevaba una gafas, y claro no se podía quitar la cara de perro que llevaba, el que estaba sentado en el sofá era más sencillo, pero a la vez era como si él fuera más peligroso que el moreno.

—              ¿A quién le gustaría que viniera unos policías a su casa sin a verlos llamados? –Dije haciendo que se escuchara más obvio.

—              No vinimos para provocarle problema –Me garantizo el hombre que estaba sentando en mi sofá.

—              Que ustedes estén aquí es un problema –Le asegure.

—              No demos más vuelta al asunto –Dijo el moreno sentándose al lado de su compañero -¿Conoces a este hombre? –Dijo mostrándome una foto y yo me quede pasmada cuando vi al Perro en ella, me suponía que algo relacionado con él era todo esto. No le respondí ¿Qué se suponía que tenía que decir? Si decía que sí, me estaba condenando con el Perro y si decía que no, me meterían a la cárcel por cómplice. Gran mierda y todo esto por mantener mi trabajo. –Claro que lo conoces –Prosiguió y yo agrande los ojos –Pero antes de que se alarme queremos decirle que no la meteremos a la cárcel.

—              ¿Ah no? –Dije sin entender.

—              ¿Está sola señorita? –Dijo el oficial número uno, mirando a ambos lados.

—              Eh… Eh… No –Dije asustada.

—              ¿Está hablándonos mentira?-Dijo él moreno parándose del sofá.

—              No –Dije negando con la cabeza.

—              ¿Por qué esta tan nerviosa? –Pregunto

—              ¿Quién no lo estaría en mi situación?

—              Queremos su ayuda –Dijo el oficial número uno.

—              No creo que soy de mucha ayuda –Le informe

—              Claro que si, por comenzar que usted conoce al Perro –Dijo el oficial número uno, moviendo sus gafas.

—              Pero no estoy metida en sus asuntos –Dije rápidamente asustada.

—              Pero la policía no le importara eso –Dijo el moreno –Solo con andar con él eres su cómplices… Al menos que quiera colaborar con nosotros.

—              ¿Cómo en qué? –Pregunte tragando con dificultad.

—              Como usted dijo anteriormente en sus asuntos –Dijo el oficial número uno con una sonrisa.

—              Lo único que tiene que buscar algo que culpe al Perro, para poder meterlo preso –Dijo el moreno como si eso fuera una tarea sencilla, desde que me metí en eso de buscar pista del Perro no he tenido suerte, ahora tenía que ayudar a estas personas, aunque me convenía tener respaldo de alguien, por si las cosas se ponen feas. Pero lo malo de todo esto, que presiento que el Perro está escuchando toda esta conversación.

—              ¿Y si me niego? –Pregunte

—              Le recomendaría que se alejara de él, revisamos sus expediente y al parecer es una persona que no tiene antecedente criminales y usted nunca ha causado problema con las normal –Dijo suspirando.

—              La dejaremos para que piense en la propuesta que le hemos hecho –Dijo el moreno mirando hacia el pasillo que dirigía a mi habitación –También le pagaremos por su colaboración.

—              Lo pensare –Dije apresurándome hacia la puerta para abrirla.

—              Le daremos dos días para que lo piense, recuerde esperamos su discreción con esto –Dijo el oficial número uno y después se fueron y yo cerré la puerta.

Creo que mi pulso volvió a su estado normal, me recosté en la puerta  y cai al suelo sentada, me lleve mis dos manos hacia mi cabello ¿Dónde me estaba metiendo?

—              ¿Qué harás Rose? –Pregunto esa voz que me erizaba la piel, levante mi vista para verlo recostado en una pared frente a mí, la única ropa que llevaba era sus pantalones, tenía el pelo mojado, al parecer se había dado una ducha.

—              ¿Qué cree? –Pregunte mirando hacia el suelo, escuche los pasos que daba para acercarse más a mí.

—              No lo sé… Por eso te pregunto –Dijo agachándose en frente de mí, pero no deje de mirar al suelo.

—              Tendré que coger una de las opciones que me dieron –Dije con una voz apagada.

—              ¿Cuál escoge? –Dijo en un susurro.

—              La segunda –Dije con firmeza.

—              ¿Cuál era esa?

—              Alejarme de ti –Lo mire, esperando que se molestara o que hiciera algo, pero en cambio frunció el ceño.

—              No quiero que hagas eso –Dijo negando la cabeza despacio.

—              Y yo no quiero que me metan en la cárcel –Dije señalando la puerta por donde los oficiales habían salido –Y tampoco quiero que me maten –Dije mirando atentamente, para que supiera que estaba hablando de él.

Él se quedó callado mirándome, como si estuviera intentando de comprenderme o algo así, se llevó una mano a su barbilla y comenzó a sobarla, al parecer estaba pensando algo.

—              Coge la opción uno –Dijo con una sonrisa.

—              ¿Estás loco? –Dije frunciendo el ceño -¿No escuchaste bien de lo que hablaron?

—              Si –Dijo con una sonrisa más amplia –Tiene que vigilarme y aprovechar cualquier oportunidad que te dé para buscar algo que me culpe –Dijo como si eso fuera lo más simple.

—              ¿Y cuándo lo consiga? –Dije levantando la ceja.

—              ¿Quién dijo que lo consiguieras? –Dijo riéndose, pero esto no tenía ninguna gracia, al menos para mí.

—              ¿Y cómo sabes que no lo conseguiré?

—              Porque no te dejare –Dijo dándome un leve beso en la boca.

—              No me agrada esta idea, no sé si pueda –Dije mirando hacia otro lado.

—              ¡Déjate de eso! –Elevo su voz y se paró para alejarse un poco de mi -¡Eso lo ha hecho muy bien! –Abrí los ojos grande ¿A caso sabía algo?

—              ¿Qué quieres decir? –Dije confusa

—              Que siempre has estado conmigo sin ningún problema –Dijo bajando su tono de voz –No quiero que te alejes de mi –Dijo dándome la mano para que me pudiera parar del suelo.

—              ¿Por qué no quieres alejarte de mí? –Dije dándole mi mano para que me parara y cuando ya estaba arriba, el Perro me acerco cerca de él y me beso y yo como siempre le correspondí el beso, sus besos tenían algo que me hacía olvida todo lo que estaba a mi alrededor.

—              Porque eres mía –Dijo volviendo a besarme y yo me aferre más hacia él.

—              ¿Volvemos a la cama? –Le prepuse con un sonrisa y él sonrió también. Me beso en la frente y después me cargo para llevarme hacia mi habitación.

—              Creo que mañana tendrás que ir donde el oficial –Dijo el Perro sin parar de besarme.

—              Uju –Dije sin darle mucha importancia a lo que estaba diciendo, lo único que me preocupaba en ese momento era que el Perro alejara su boca de la mía.

—              Y le dirás que lo vas ayudar a meterme preso –Dijo con una sonrisa y volvió otra vez a besarme y yo cada vez me sentía más débil cuando me besaba.

Creo que esto no está yendo por buen camino, no creo que jamás me atrevería a entregarlo a la policía y creo que esto es el mayor problema de todo.

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Corto, pero seguimos vivos!! :D

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