La endemoniada Liz

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- ¿Con quién hablabas? -Pregunto Liz entrando a mi habitación, suspire y me puse una almohada en la cabeza.

- Esto es el colmo prima -Comenzó a reírse -Ahora enseñas tu cuerpo por cámara.

- No enseñe nada -Bufe

- Tienes par de botones de la camisa quitado -Se rio y luego se sentó en la cama, me quite la almohada de la cabeza para ver lo que ella estaba diciendo, era cierto. Mierda.

- Lo que me faltaba -Dije parándome de la cama.

- ¿Vamos a salir?

- No

- ¿Por qué no? -Dijo ella acercándose a mí por la espalda. -Hoy tenemos que festejar que te dieron un día libre en ese aburrido trabajo.

- No, no estoy feliz de que me hayan dado un día libre y no es un aburrido trabajo, amo mi trabajo -Dije alejándome un poco de ella -Por ese trabajo es que ahora estoy metida en algo feo -Dije en susurro.

- Quiero ir de compras -Yo la mire y ella no apartaba su vista de mi ¿Era en serio?

- Tu sabes dónde están las tiendas de por aquí -Le dije con una sonrisa.

- No será lo mismo sin ti

- Sera mejor -Camine hacia mi closet para sacar la ropa que me iba a poner. Unos jeans largos, una camisa de cuadros negros, amaba esa camisa, me quedaba un ancho, la puse encima de la cama y me fui al baño.

Después de varios minutos salí del baño, realmente estaba mal, mi cabello estaba horrible. A mucha lucha, luche para que se quedaran en una sujetada coleta, cuando busque la ropa que había sacado ya no estaba, en cambio en la cama estaba unos jeans cortos y una blusa rosada. Liz.

- ¡Liz búscame mi ropa! -Grite, ella no daba pinta de estar por aquí, comencé a buscar mi ropa por mí misma ¿Dónde demonio lo había escondido? Me puse mi ropa interior y salí en busca de mi endemoniada prima, pero en cambio me lleve una sorpresita. -Christian -Dije mirándolo horrorizada.

- Que... Quería... Disculparme por mi... mal comportamiento y por lo que había hecho, lo siento mucho Rosalinda -Dijo tartamudeando, yo solo me quedaba mirándolo como si estuviera esperando algo, pero no sé qué era.

- Me drogaste -Fruncí el ceño -Vete de mi casa -Dije con tanta calma que hasta yo misma estaba muy sorprendida de mí. -¿Quién te dejo entrar? -Le pregunte, mataba a Liz hoy.

- Cuando vine estaba abierta -Dijo ¿Dónde estaba Liz? La iba a matar de toda forma. -Perdóname -Dijo acercándose a mí y yo puse la mano al frente para que no diera un paso más.

- Si no quieres que llame a la policía es mejor que te vayas -Lo fulmine con la mirada -No te quiero ver más.

- No me iré hasta que hablemos -Dijo negando con la cabeza y yo me reí a carcajada.

- ¿Y qué crees que estábamos haciendo? ¿Ladrando? -Ironice

- Rosalinda... -Escuche la voz de Liz la cual se apagó cuando vio a Christian y luego me miro y abrió la boca -No sabía que estaban ocupado -Dijo en voz baja.

- ¿De qué mierda estás hablando? -Dije rodando los ojos, ella no dijo nada pero me señalo y luego maldije mil veces al recordar lo que llevaba puesto ¿Esto podía ser peor? Maldije de nuevo por haber dicho eso.

PERRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora