Sea lo que sea que Senku pretendiera hacer para defenderse del ataque que venía, debía ser algo bastante grande ya que tenía a varias personas ocupadas con los hornos.
Consideré muy seriamente retirar mi invitación e ir yo solo para no quitarle tiempo importante, pero me olvidé por completo de eso cuando él fue conmigo con esa sonrisa un tanto arrogante pero encantadora tan característica de él.
- Dejé a cargo a Chrome, creo que podrá con esto. ¿Nos vamos?
- Eh, seguro. Espero que tengas ganas de caminar
- No realmente, pero ya acepté
Senku sonrió, conteniendo su sufrimiento interno. Me burlé un poco de él mientras nos comenzábamos a alejar de la base del reino científico. Alcanzamos a avanzar bastante antes de que Senku comenzara a preguntar por nuestro destino.
- ¿A dónde vamos a ir? Dijiste que era algo importante
- Se podría decir que sí. Estuve pensando un poco en lo que dijiste a-anoche...
- ¿Qué cosa en específico?
El pequeño beso de anoche vino a mi memoria y sentí que la cara se me calentaba un poco. Intenté distraerme de ese pensamiento rápidamente y respondí a la pregunta de Senku.
- Tu idea de los compañeros, realmente no creo que te parezca demasiado interesante lo que hago con mis cuervos así que estaba pensando en que... tal vez...
- ¿Si?
Dejé de caminar cuando llegamos al borde del espeso bosque y el paisaje comenzó a variar un poco, con menos árboles y el suelo volviéndose cada vez más arenoso y rocoso.
Miré a Senku, él me regresó la mirada con atención.
- Hemos estado manejando esto a mi manera, pero tal vez no haga daño probar e intentarlo a tu modo... ¡Es solo para probar por hoy! No te lo vayas a creer demasiado
Senku se rió ligeramente mientras reanudabamos la marcha, ahora subiendo por una pendiente que, si no recordaba mal, debía llevar al lugar que buscaba. Es increíble cómo su risa puede ser molesta y curiosamente linda al mismo tiempo.
- Tengo curiosidad, ¿Cuál sería "mi manera" de manejar esto? ¿Y qué tiene que ver con este paseo?
- Según tu, los compañeros están para traer cosas nuevas al mundo del otro... Así que voy a mostrarte mi versión del mundo
- Interesante, ¿Será algo como ese lago escondido al que me llevaste?
- Algo así. La aldea está muy relacionada con el agua, así que es algo que yo también tengo presente
Continuamos subiendo por unas horas más (hubiéramos tardado mucho menos si Senku no tuviera piernas de cebollín), hasta que finalmente llegamos a lo alto de un risco rocoso con vista al mar.
Senku parecía estar a punto de un colapso por el último tramo de subida, que fue un poco pesado.
Dejé que él se sentara a descansar y, mientras tanto, comencé a sacarme la ropa.
- ¡¿Q-qué haces?!
- No querrás que tu ropa se moje, vamos
Senku obedeció de mala gana.
Ambos nos quedamos únicamente con la prenda de tela que cubría mi intimidad, mientras que el resto de las ropas las sujeté a una roca y la arrojé fuera del risco, en dirección a una playa que había justo debajo.
- ¡Oye, esa es mi ropa también!
El cebollín corrió al borde del risco y se asomó por él, mirando la playa en la que había aterrizado nuestra ropa.
Aparté la vista de inmediato, digamos que estas prendas de tela son un poco delatadoras ante movimientos muy bruscos.
- Tranquilo, iremos de inmediato por ellas
- No voy a ir así por el bosque, no de nuevo
¿De nuevo...? Ni siquiera voy a preguntar.
Senku se acercó, mirándome con molestia y preguntándome qué diablos íbamos a hacer ahora.
- Algo muy divertido, vamos
Tomé a Senku de la mano y lo llevé hasta la punta del risco, de cara al océano.
Para cuando llegamos al borde, él parecía entender perfectamente qué íbamos a hacer, pero no parecía tan emocionado por la idea.
- ¡No! ¡Olvidalo! ¡De ninguna forma voy a saltar desde aquí!
- ¿Por qué no? Es divertido, y ni siquiera está tan alto
- ¿Ya lo hiciste antes? No, una mejor pregunta, ¿Por qué diablos lo hiciste?
Le conté a Senku que una vez que acompañé a Chrome a buscar rocas me caí del risco por accidente, pero que después del susto inicial fue bastante emocionante y divertido.
- ... No puedo creer que de verdad comparta marca con un idiota
- Te prometo que será genial. Iré primero para que mires como hacerlo, ¿Si?
Miré a Senku con emoción, esperando una respuesta. Él evitó mi mirada bastante tiempo antes de quejarse en voz alta y acceder.
Me acerqué al borde, sintiendo la piedra fría sobre la base fría de mis pies.
Voltee a ver a Senku brevemente, él dejó de mirar el mar con nerviosismo y me regresó la mirada.
Le sonreí antes de saltar.
Sentí una sacudida en el estómago, la caída duró varios segundos por lo que pude sentir el viento pasando velozmente a mi alrededor antes de que mis pies y rápidamente todo mi cuerpo se sumergieran limpiamente en el agua.
Me hundí bastante, pero apenas me recuperé del breve aturdimiento patalee hacia la superficie y salí a tomar aire, boqueando y apartándome el cabello empapado del rostro.
Comprobé rápidamente que aún conservara el collar de Linda alrededor del cuello, antes de mirar hacia la cima del risco con una sonrisa y hacerle señas a Senku.
- ¡Ven! ¡El mar está tranquilo! ¡Te estaré esperando aquí!
Por un momento, dejé de ver a Senku asomándose por el borde.
Pasaron varios segundos en los que consideré seriamente la posibilidad de que se hubiera ido, sintiéndome algo triste al imaginar eso.
Sin embargo, repentinamente Senku apareció de nuevo, corriendo en dirección al borde y saltando con ese pequeño impulso hasta comenzar a caer en dirección al agua.
Nadé un poco hasta alejarme del sitio en que él iba a caer, escuché cómo soltó un par de maldiciones hasta un segundo antes de que se hundiera en el agua.
Cerré los ojos para evitar que el agua que salpicó me cayera en ellos, pero apenas los abrí me acerqué nadando alegremente.
Senku no tardó en salir a la superficie, con todo el cabello empapado tapándole la cara, lanzando manotasos al agua mientras tosía.
- ¡Pensé que iba a morir, no jodas! ¡Pude haber...! ¡Si no hacia bien la caída me pude haber roto algo! Y tú, maldito bastardo, tú solo saltas así como así...
No pude evitar reírme mientras llegaba a su lado, cuando finalmente estuve con él hice que se apoyara en mis hombros para mantenerse a flote mientras se tranquilizaba.
- Si piensas tanto no puedes divertirte, cebollín idiota
Le aparté el cabello mojado del rostro con una mano, sin pensarlo demasiado, pero al toparme con su mirada me quedé repentinamente hipnotizado.
Siempre me sorprende que sus ojos puedan ser de un rojo tan intenso...
Me tomé un instante para observar el resto de su rostro.
Su piel lucía suave y encantadora con gotas de agua escurriendo por ella, y sus labios...
- Eh, ________...
- ¡N-nada! ¿Qué sucede?
Alejé mi mano y miré la expresión de Senku, lucía curiosamente humillado con las mejillas rojas a tope mientras evitaba mi mirada.
- ¿Podemos ir ya por nuestra ropa? Creo que... m-mi... mi ropa se... ¡Mi ropa interior se fue, maldita sea!
¿Se fue...? Oh, tal vez por las olas y la caída. A mí se me aflojó un poco con la caída pero estoy bastante seguro de que aún la tengo... Un momento, ¿Entonces ahora mismo Senku está...?
- ¡Ahh! Eh, s-si, claro. ¿Puedes nadar solo o quieres ayuda?
- Me las arreglaré solo
Dejé que Senku se alejara de mí, aunque él no comenzó a nadar hasta que yo lo hice.
Supongo que tiene algo de sentido que no quiera ir delante de mí, pero me preocupa que se quede atrás.
Tuve que voltear cada tanto para comprobar que estuviera bien con el ritmo.
La orilla siempre se ve más cerca de lo que está, así que tardamos un poco en finalmente alcanzarla.
- ¡No se te vaya a ocurrir mirar!
- ¡Como si quisiera hacer algo así!
Me giré de espaldas a la playa y dejé que Senku se adelantara.
Esperé por varios minutos hasta que él finalmente me dijo que podía voltear, le limité a girar en el agua y mirarlo.
Se había colocado su pantalón y me miraba con notable molestia, aunque aún tenía las mejillas rojas a tope.
- Creo que hubiera preferido mucha más ir a ver a tus cuervos
- ¿De verdad? ¿No fue ni un poco divertido?
- ¡Por supuesto que no, idiota!
Me hundí un poco más en el agua, esperaba que se divirtiera un poco más...
- ... Bueno, tal vez solo un poco emocionante al final. Pero la siguiente vez pregúntame antes de llevarme a hacer algo así
"La siguiente vez...". Entonces habrá una siguiente vez.
Sonreí y asentí.
- Aunque es más divertido si es de sorpresa
- Si tú lo dices...
- Además, no hubiéramos podido ir a ver a mis cuervos de todas formas
Le expliqué a Senku que se ponían un poco sensibles en esta época, sobretodo Azul y Tormenta.
- Ellos son los únicos que intentan criar huevos, así que se ponen mucho más especiales gracias a eso
- Hmm, qué curioso
Miré a Senku con curiosidad, dejando de perseguir un pez que había llamado mi atención.
Él se acercó a la orilla y se sentó ahí, mirándome con una sonrisa.
- Pareces odiar el tema de los compañeros, pero te gustan los cuervos. Ellos hacen pareja de por vida, ¿Sabes? Como si tuvieran su propia manera de encontrar a su compañero
- No sabía eso... ¡Y no odio el tema! Es solo que da... miedo, un poco
Me alejé en el mar, disfrutando el calor adicional que las últimas horas del sol de la tarde le daban al agua.
Mantuvimos un silencio prolongado por un buen rato, que finalmente interrumpí cuando ya no aguanté más la vergüenza de que Senku estuviera solo ahí sentado, mirándome nadar o flotar en el agua.
- ¿Hay más animales que hagan eso de los compañeros?
- Hay bastantes, pero si quieres un ejemplo... Oh, en mi tiempo era muy popular la manera de encontrar pareja de los pingüinos
- ¿Qué es un pingüino?
Me acerqué a la orilla, sentándome al pie de la playa para tomarme un descanso de nadar.
Senku me siguió con la mirada mientras me describía al animal.
- Es como un pájaro grande, gordo y que se para sobre sus patas traseras. Su lomo es negro pero su vientre es blanco, y su plumaje es tan corto que no pueden volar, e incluso parece más pelaje que plumas, supongo que te parecerían un poco tiernos
- ¿Hay pingüinos aquí?
- Viven en climas demasiado fríos, así que no
- Pero podrían venir en invierno, ¿No?
A Senku de le escapó una pequeña risa y negó con la cabeza.
Me sentí avergonzado de haber hecho una pregunta claramente estúpida así que intenté distraer la atención al tema principal.
- E-entonces, ¿Qué decía que hacían para conseguir pareja o eso?
- Bueno, explicándolo básicamente el pingüino macho busca una piedra linda, y se la lleva a la hembra que le gusta. Si ella la acepta, se harán pareja
- Una piedra...
Lo pensé un poco, antes de sonreír y lanzarme de nuevo al agua.
Bucee un poco por el fondo antes de encontrar una piedra lisa y pequeña, la tomé y salí de nuevo a la superficie.
Senku me miró con confusión unos instantes, antes de hacerse rápidamente a un lado cuando le arrojé la roca.
No pude evitar reírme al ver su reacción.
- ¿Algo así?
- Ja ja, qué gracioso panterita. Ellos no lo hacen con la intención de matar a su pareja
Su voz sonaba molesta, pero aún así se le escapó una sonrisa mientras hablaba.
Observé a Senku tranquilamente, mientras él se volvía a acercar a la orilla del mar. Nadé lentamente hacia él y me hundí un momento en el agua, quitándome el collar de Linda antes de salir a la superficie de nuevo.
- Ven acá
- Si claro, ¿Qué vas a hacer?
- Solo acercate, idiota
- Si es un cangrejo o algo así juro que...
Senku se agachó en mi dirección, y dejó de hablar cuando pasé el collar por su cabeza, dejando que el fragmento de piedra se apoyara sobre su pecho.
Él sostuvo la piedra entre sus manos con un notable desconcierto, me alejé un poco más de nuevo.
- Nana le dió esa piedra a Linda, así que yo... quiero dártela a ti. ¿La aceptas?
Me hundí en el agua, escondiendo mi expresión lo más que pude.
El cebollín me miró atentamente por unos instantes, antes de sonreír con un poco de vergüenza y guardar el collar bajo su ropa.
- Ya que insistes... Al menos este no me lo arrojaste
Solté una pequeña risita que me hizo arrepentirme al instante cuando un poco de agua salada entró por mi nariz.
Senku no contuvo para nada sus burlas y risas mientras yo medio me moría por la horrible sensación de ardor y moquera que estaba sufriendo.
Terminé saliendo del agua después de eso, aunque aún sentía muy mal la nariz.
- Ah... duele
- Por supuesto, tonto, es agua salada. Me sorprende que hayas podido sacar una roca del fondo
- Tenía un poco de práctica pero esto es mucho peor
Me quejé otro poco, hasta que finalmente me logré tranquilizar lo suficiente.
Estuvimos un rato en un silencio tranquilo y relajante, simplemente observando al sol esconderse sobre el mar.
- Creo que no estuvo tan mal probar algo diferente hoy
- Supongo que no
- Aunque, hay un problema
Me pregunto si saldrá de nuevo con algo relacionado con la caída del risco.
- ¿Qué sucede?
- Bueno, la idea de los compañeros es que nos mostremos cosas nuevas mutuamente... Y yo aún no te he mostrado nada hoy
- Pero tú siempre estás enseñándonos cosas, en todo caso soy yo a quien le falta aportar
- Digamos que ya tengo algo de miedo de lo que puedas querer mostrarme
Sonreí al ver la cara que puso Senku al decir eso.
Le pregunté qué pensaba mostrarme si ya era tan tarde, a lo que él respondió señalando a la puesta del sol.
- Si tenemos suerte, podremos ver algo bueno en cualquier momento. Tú solo espera, y observa
Miré el atardecer, no me parecía diferente a las puestas de sol que había visto desde la aldea o entre los árboles.
Al menos eso pensé hasta que el sol comenzó a terminar de desaparecer tras el borde del mar.
Fue entonces cuando hubo algo nuevo, un resplandor verde que nunca antes había visto.
Me quedé completamente perdido en el intenso y brillante color, fueron apenas unos instantes pero aún así me quedé mirando en esa dirección varios segundos más, con el hermoso brillo verde aún presente en mi mente.
- Increíble...
- Bastante genial, ¿No?
- Sí... es tan...
Me costó apartar la vista de ahí, aún cuando ya no había nada ahí.
Sin embargo, cuando miré a Senku me volví a quedar perdido en otro tipo de brillo.
- ... hermoso
- Si, es muy... hermoso, de alguna forma
Los ojos de Senku se encontraron con los míos, ambos nos acercamos de una manera tan leve que no me hubiera dado cuenta del movimiento hasta que me percaté de lo cerca que estábamos ahora.
- Pensé que dijiste que nada de besos
Senku sonrió con arrogancia, me sentí avergonzado de que me echara mis propias palabras en cara.
- Eso... cierto, pero... acordamos que el contacto necesario, ¿No es verdad?
- ¿Y cuál es el necesario?
- Bueno...
Apoyé mi mano suavemente en el pecho desnudo de Senku, él se estremeció un poco pero me dejó empujarlo sobre la arena. Me fui encima de él sin pensarlo mucho, apoyando mis manos a los lados de su rostro.
Senku mantuvo su sonrisa, aunque se notaba nervioso.
- ¿Podemos averiguarlo, no?