El Bosque De Las Almas Perdid...

By jareihell

3.6K 443 569

Hay un mundo que no conocemos del todo: el mundo de las almas. El mundo al que se dirigen aquellos desafortun... More

Prefacio
Capitulo 1: Dering Woods
Capitulo 2: ¿Lady Ezma?
Capitulo 3: Todo es real
Capitulo 4: ¡Corre!
Capitulo 5: Deja que tu alma se queme
Capitulo 6: Ella puede verlo...
Capitulo 7: El Cadáver Andante
Capitulo 8: ¡Él está muerto!
Capitulo 9: ¿Mentira o autenticidad?
Capitulo 10: Puerta de recuerdos
Capitulo 11: Hipocresía y Disimulo
Capitulo 12: Mansión Roja
Capitulo 13: El Primer Asesinato
Capitulo 14: El Olvido
Capitulo 15: ¡Me descubriste!
Capitulo 16: La Primer Muerte
Capítulo 17: El Funeral
Aviso
Capítulo 18: Ritual De Sangre
Capítulo 19: Sospechas
Capítulo 20: La Llave De La Verdad
Capitulo 22: Nadie Deja De Ser Sospechoso
Capítulo 23: El Libro De Las Almas
Capítulo 24: Ciudad De Demonios
Capitulo 25: Armas Demoníacas
Capítulo 26: El Día
Capítulo 27: La Última Alma
Epílogo
Extra #1

Capítulo 21: El Vendedor De Almas

30 8 10
By jareihell


Heaven corría a través del oscuro bosque esquivando las ramas secas de los árboles que parecían empeñarse en hacer más difícil su paso hacia la casa Hellbrand. Detrás de ella, corriendo a una velocidad inhumana se encontraba Erased, quien llevaba a Saia en su hombro como si de saco de papas se tratase.

Corre

Sálvala

Le repetían las voces una y otra vez, como si ellas supieran que algo malo iba a suceder. Los tres jóvenes salieron del corazón del bosque cuando el sol comenzaba a asomarse por entre las ramas de los árboles. Los tres se detuvieron cuando otro rayo iluminó el cielo y frente a ellos, colgando de un gran árbol se encontraba el cuerpo de Alicia.

Es tarde

—No…

—Alicia… —Saia se bajó de los hombros de Erased como pudo y salió corriendo para poder sostener los pies de la rubia—. ¡Erased! ¡Heaven! Ayúdenme, tal vez si la bajamos pueda…

Heaven tapó su boca con sus manos para no soltar un gemido seguido de un llanto que no pudo controlar. Erased negó para Saia y señaló el cuerpo de la rubia que yacía sin vida y con las venas moradas por todo su cuerpo.

—Saia, ella se ha ido.

Negó, aferrándose aún más al cuerpo de la joven rubia. Un sollozo escapó de sus labios cuando Erased subió al árbol y de un solo movimiento desató la cuerda que colgaba del cuello de la rubia. El cuerpo cayó sobre Saia, quien no paraba de llorar al ver a su amiga allí tendida.

—No, no, no… ¡Ella no puede estar muerta! —gritó, tratando de sentirle el pulso, pero fue en vano. Ella había fallecido—. ¿Cómo es eso posible, Erased? Se supone que, se supone…

Heaven se acercó aun con lágrimas en los ojos y abrazó a Saia, la rubia no opuso resistencia. Habían perdido a su amiga. Habían perdido a una pieza importante en su juego.

—Descubriremos quien lo hizo, Saia. Y cuando lo hagamos…

—¡No! —se separó abruptamente de la teñida—. Ya estoy harta de fingir que no sabemos nada. ¡Alicia acaba de morir por culpa de esos dos! ¡Ya deja de fingir por el amor de Dios!

Señaló hacia la entrada de la casa Hellbrand, donde se encontraban Trouble y Lady Ezma con un paraguas en mano y una manta blanca, apunto de salir. Ninguno de los dos lucía abrumados por la repentina muerte de Alicia.

Heaven tragó grueso cuando Saia la observó con ganas de asesinarla, entendía muy bien qué significaba esa mirada. Había iniciado su venganza. La venganza verdadera.

—Ahora que ya saben quiénes son los causantes de todas las muertes, no es necesario seguir fingiendo que no quiero sus cabezas como adorno en mi sala de estar —habló Lady Ezma, tirando con asco la manta blanca con la que iban a cubrir el cuerpo de Alicia.

Los tres jóvenes se irguieron en alerta, por si a la dama Oscura se le ocurría hacer algo contra ellos.

—Oh por favor —rio, tapando su boca con la palma de su mano—, no reaccionen así. Hoy no haré nada contra ustedes, hoy es un día en que tenemos que celebrar.

Sonrió, alzando sus manos hacia arriba con una felicidad tan palpable, que hasta a Trouble le asombró. Lady Ezma bajó su mirada hacia el castaño que tenía al lado, el cual no había dejado de ver a Heaven desde que salieron de su morada.

—¿Por qué celebraremos hoy, Ezma?

Heaven abrió sus ojos de par en par, no por el asombro si no por el descaro de su amigo en seguirle el juego tan macabro a la Dama Oscura.

—Porque ya solo nos falta un alma para traer de vuelta a los nuestros, querido.

Un sonido seco retumbó al lado izquierdo de la mayor, esta bajó su mirada lentamente hasta su hombro, donde un cuchillo negro le rajaba la piel. Ezma abrió sus ojos en sobremanera al ver como Heaven sacaba el cuchillo y volvía a enterrárselo una y otra vez con rabia.

Trouble reaccionó dos segundos después, pero fue retenido por Erased y Saia, quienes impidieron que él detuviera a la teñida.

—Muere, muere, muere… ¡Muere, maldita! —gritaba la teñida cada que clavaba el puñal en el hombro de Lady Ezma. Sin embargo, ella no movía ni siquiera un dedo en su contra—. ¡Muérete de una vez!

El brazo de Lady Ezma se llenó de sangre al igual que la mano de la teñida, más ella no moría. No lo iba a hacer y Heaven lo sabía.

Lady Ezma posó su mirada sobre Heaven y luego sobre el puñal que tenía en su hombro, sus labios comenzaron a curvarse hacia arriba y una risita ronca salió de la mayor. Su risita pasó a convertirse en una carcajada inmensa que asustó a los pocos pájaros que usaban a los arboles del bosque como hogar.

—No moriré por más que lo desees —sacó el puñal de su hombro en un solo movimiento y lo lanzó al suelo—, porque yo ya estoy muerta. Y pronto solo faltaras tú.

****

Heaven, Saia y Erased regresaban de la ciudad a altas horas de la noche luego de haber llevado el cuerpo de Alicia a una morgue conocida por el rubio. Allí no preguntaron tantas cosas porque sabían bien de qué había muerto la rubia —no fue precisamente el rayo ni la soga lo que la mató—, y porque Erased había pagado un monto para que no se preguntase nada.

Hicieron el velorio luego de los arreglos del cuerpo, nadie aparte de ellos tres y extrañamente Elijah, llegaron. Alicia no tenía familia, amigos y mucho menos marido. Los había perdido en un accidente de avión años atrás, mismo año en el que descubrió que su mejor amigo, el señor Richard, los había asesinado.

Él estaba obsesionado con ella a maneras inimaginables, y como ella nunca le prestó la atención que él anhelaba, mató a sus familiares. Richard creyó que haciendo eso ella buscaría refugio en él y se enamoraría perdidamente, gran error.

—¿Entonces ella hizo un pacto con el señor Oscuro para poder vengarse de él? —indagó la teñida, viendo desde el asiento trasero del auto de la madre de los rubios a sus dos amigos.

—Así es. El pacto consistía en que el señor Oscuro le daría la oportunidad de poder vengarse de Richard y cuando lo matara, su alma fuese directo a la Dama Oscura para que ella cumpliera sus planes —contó el rubio.

—Pero él no vio venir que esa vieja lo traicionaría y le ofrecería un pacto a Richard asegurándole que Alicia estaría enamorada de él por el resto de su vida—siguió Saia, sonando su nariz con un pañuelo rojo—. Y así ella obtendría sus almas para traer de vuelta a su esposo.

Heaven frunció el ceño.

—¿Entonces él vendió sus almas solo para poder vivir juntos lo que les quedaba de vida?

Saia negó y la observó por sobre su hombro.

—Él vendió sus almas para poder estar con ella incluso después de la muerte.

La teñida abrió sus ojos de par en par y tapó su boca para ahogar un gritito. Erased soltó algo parecido a una risa, pero no dijo más. Nadie dijo más.    

En todo el recorrido hacia Dering Woods nadie dijo nada, menos sobre la extraña aparición de Elijah en el velorio y tampoco por el hecho de que los seguía hacia su destino. Dos horas más tarde llegaron a Dering Woods, se detuvieron frente a la casa Hellbrand y vieron como Trouble sacaba unas maletas con la ayuda del señor Naiel. Elijah aún estaba tras ellos.

—Un segundo… conozco esas maletas —susurró Heaven a la vez que bajaba del auto cual loca—. ¡Son mis cosas!

Ambos varones se detuvieron cuando una molesta Heaven les arrebató sus cosas con fuerza.

—Solo estábamos ayudándote a desalojar…

La frase del castaño quedó al aire cuando la mano de la teñida impactó contra su rostro. El señor Naiel abrió grandemente sus ojos y tras ellos dos rubios se carcajeaban sonoramente.

—Ayudándome mis ovarios —bramó y tomó sus pertenencias para depositarlas en el auto de los hermanos Azbell. Cuando subió todo incluso las pertenencias de Alicia, expresó: —. Deberías de aprender que cuando alguien te da la mano, Trouble, se merece un poco de tu agradecimiento. No deberías de morderle la mano a quien te dio de comer.

Trouble soltó una risa ronca, para nada divertida.

—No siempre se tiene que estar en deuda con las personas, Heaven. Hace mucho que saldé mis deudas con tu familia.

Algo dentro de la pelivioleta se removió, no supo si era dolor, tristeza o rabia. Pero lo que sí supo, fue que las palabras del castaño la hirieron muy en lo profundo de su corazón.

—Mi familia ayudó a la tuya cuando más lo necesitaron…

—Claro, lo hicieron y lo reconozco —bramó, sacudiendo sus manos con asco y una pequeña sonrisa en sus labios—. Ahora es mi turno de devolverles el favor, o a alguien específicamente.

—¿Qué hiciste…?

El teléfono celular de la teñida comenzó a vibrar en cuanto soltó la pregunta, Trouble rio y la animó a contestar. No lo hizo.

—Deberías de responder, podría ser importante.

Remarcó esas últimas palabras tan fuerte, que algo más en ella se removió. El miedo.

Su celular volvió a sonar, no era buena señal. Sobre todo, cuando iba a ser las dos de la mañana. Lo tomó con algo de temor y vio el nombre en la pantalla: Naia. Su corazón se disparó.

—Vamos, contesta. Contesta…

Contestó.

—¿Naia?

Heaven… —se escuchó la voz de su hermana menor a lo lejos, casi como un susurro—. Ayúdame

—¿Qué sucede, Naia? ¿Dónde estás?

Se alejó de Trouble y comenzó a subirse de vuelta a la camioneta de los hermanos Azbell. Ellos la siguieron.

En la residencia… —gimoteó con la respiración acelerada—. Alguien entró aquí, creo que están matando a todos

Sollozó casi ahogando su llanto. Heaven palideció. Le ordenó a la madre de Saia que emprendiera la marcha a la ciudad.

—E-escúchame, Naia. ¿E-estás escondida? ¿Quién más está contigo?

La teñida sostuvo su garganta con pánico, su cuerpo entero temblaba y su cabeza comenzó a girar.

Los han matado

Si… pero estoy sola —se escuchó como se movía de lugar—. Estaba en mi habitación cuando un ruido irrumpió en la madrugada… yo, vi a una figura negra caminando en el pasillo que daba a las habitaciones de abajo.

Han muerto

—No… ¡Acelere, por favor! —bramó en un grito ahogado.

La madre de los rubios asintió y subió aún más la velocidad.

Él los mató

Mátalo

Heaven… c-creo que fue mi culpa… —se escuchó al otro lado de la línea, ella agudizó el oído—. Yo… les puse un somnífero en la cena, para… para

—¿¡Para qué, Naia!? ¿¡Qué fue lo que hiciste!?

Otro ruido en la línea se escuchó.

Quería coserles la boca… —gimoteó aún más, fue tan bajo, pero ella logró escucharlo—. Creo que Dios me está castigando… voy a morir. No quiero morir así… no quiero

Heaven negó varias veces conteniendo el llanto, mientras que en su cabeza la palabra morir se repetía una y otra vez.

Él los mató

—No vas a morir, ¿entiendes? No lo harás, ya voy en camino…

Si… —un disparo seguido del grito asustado de Naia se escuchó a través de la línea—. ¡Está aquí! ¡Viene por mí, viene por mi…!

Naia comenzó a gritar desconsoladamente y la línea comenzó a perder la señal. Todo en la llamada sonaba como estática y ruidos de fondos indistinguibles. Otro disparo y el grito intensificado de Naia pidiendo auxilio resonaron a través del celular.

—¡Naia!

—¡No! ¡Por favor, no! —pareció que el celular se le había caído de las manos y lanzado hacia algún lugar. Pasos pesados se escucharon de fondo—. ¡Ayuda! ¡Heaven, sálvame!

—¡¡Naia!! —gritó a todo pulmón, con la respiración acelerada—. ¡No, por favor!

Su fin a llegado

La madre de Saia aceleró más el auto cuando escuchó la desesperación de la joven Naia. En el fondo de la llamada aún se escuchaban los gritos de auxilio de la joven y la risa de alguien más. Sonaba como el mismísimo diablo.

—¡Déjeme! ¡Se lo ruego! —la desesperada voz de la pelinegra se detuvo luego de que algo seco interfiriera en la llamada. Alguien más contestó el celular—. Le diré al jefe que ya les devolvió el favor.

Y colgó. 


Continue Reading

You'll Also Like

128K 17.4K 28
Primera novela de la trilogía: "Amores inigualables" Cartas no enviadas, a personas que no existen. Hermosa portada hecha por @WhenWillBeHappy . #292...
9M 1.2M 37
[COMPLETADA] Libro II en la Trilogía Almas Perdidas. ¡Almas Perdidas: El nuevo mundo, está disponible en librerías! Puedes comprarlo accediendo al li...
8.5K 676 7
Mikaela Ramírez se esforzaba en no desmoronarse y perderse a sí misma, ante la inesperada muerte de su novio. Hasta que un día, acepta someterse a u...
4.3K 917 29
Cuando preguntas quién eres, ¿qué es lo que te responden? ¿Qué tanto sabe la gente sobre tu pasado? Nadie en la familia Morbus sabe cómo llegó Idaly...