Esto debe ser una maldita broma.
Mi marca no debería tener un complemento, ¡Yo no debería tener un compañero!
Y ahora este cebollín idiota vuelve de entre las estatuas de un mundo antiguo y resulta que él es... que él es mí... ¡De ningún maldito modo!
- _______, ¿Te sientes bien?
La voz de Chrome me sacó de mis pensamientos un momento.
Tuve que callarme la boca y asentir mientras ambos continuábamos con nuestra tarea.
Según Chrome, ni él ni Kohaku entendieron mucho lo que pasaba por la vista que ellos tenían y el sonido del agua, pero no les termino de creer eso.
Aunque sea puedo rescatar algo bueno de esta maldita situación, y es que Kohaku dejó de quejarse acerca de mi supuesta "maldición".
- ¡Senku! ¡¿Cómo dijiste que se llamaba esta arena negra?!
Chrome levantó su piedra de magnetita con una sonrisa, ya había conseguido que mucha más de esa misteriosa arena se pegará al sumergir la roca en el río.
- ¡Hierro! Es lo que necesitamos para comenzar en la era de hierra, y para conseguir esa medicina por supuesto
- ¡Qué malote!
Mi amigo se veía emocionado por ese descubrimiento.
A mí no me parecía nada demasiado genial, quiero decir, es arena negra y todo eso pero no le veo gran uso además de que se pega en estas rocas raras.
Sea como sea, seguimos buscando bajo las indicaciones de Senku. Terminamos moviéndonos mucho de nuestra posición original, incluso bajando por la cascada a nuestra manera.
Senku usando su ropa de una manera mágica para caer despacio, Chrome cayendo con un tronco, Kohaku saltando ágilmente entre las resbaladizas rocas y yo dejándome caer en el agua sin morir.
- La pantera y la leona son bastante duros, ¿Toda la gente de su aldea es así?
- Hay algunos gorilas con fuerza sobrehumana, pero ______ es de los mejores nadadores y Kohaku es la única gorila ágil
- ¡Callense ustedes dos, no soy un gorila!
Miré a los tres discutir mientras nadaba hundido hasta los hombros, mientras movía la piedra bajo la superficie, buscando esa dichosa arena negra.
Chrome y Senku se estaban "recuperando" de su caída por la cascada mientras que Kohaku y yo seguíamos en la búsqueda.
Aquellos dos siguieron molestando a Kohaku por un rato más hasta que ella casi amenazó con dejar bastante mal al cebollín y a Chrome sí no se ponían a trabajar también.
Si bien agradecía tener ayuda, me dejó de agradar la idea cuando vi que el cebollín fue directo a buscar cerca de mi zona.
- El río es muy grande para buscar, no tienes por qué acercarte tanto
- ¿De qué hablas?
El cebollín me miró con aparente confusión mientras se urgaba una oreja, pero un brillo juguetón en sus ojos me hizo darme cuenta de que él sabía a qué me refería, y lo estaba haciendo a propósito.
Lo miré por unos segundos, molesto.
Él me sonrió y me terminó de fastidiar.
Ambos caímos en el río, mojándonos de nuevo cuando me le eché encima y lo inmovilicé recostándolo a medias sobre el lecho del río.
- Deja de hacer eso
- ¿Qué cosa?
- No te equivoques, no somos algo solo porque unas marcas en nuestra piel lo digan
El cebollín parecía divertido con la situación, lo que me hacía molestarme más.
Me encantaría sumergirlo en el río hasta que se le borrara esa maldita sonrisa del rostro, pero las manos me temblaban solo de pensar eso. No podría hacerlo aunque lo intentara con todas mis fuerzas.
- ¿Crees que a mí me agrada la idea de tenerte a ti como compañero? Solo veo el sentido práctico de las cosas
- ¿Ahora de qué hablas?
Sin darme cuenta, aflojé el agarré que mantenía en los antebrazos de Senku.
El chico se incorporó hasta sentarse más adecuadamente y se explicó mientras se acomodaba el cabello, el cual se le había vuelto a hacer hacia abajo por el agua.
- Es simple. Un cerebro enamorado no piensa correctamente y es muy poco práctico para mis planes
- Pero tú no estás enamorado de mí
- Cierto, pero no tardaré en estarlo
Miré fijamente al cebollín antes de azotar el agua en su dirección y mojarlo.
¿En serio me está avisando que se va a enamorar de mí?
Por favor díganme qué hay un error y este idiota no es mi compañero real.
- Deja de decir tonterías o te golpearé
- Hablo en serio. En el mundo antiguo las marcas de compañeros eran un misterio bastante grande, pero se descubrió que al momento de percatarse de la presencia de su compañero, la persona en cuestión experimentaría síntomas de enamoramiento en una medida más rápida y repentina de lo habitual, junto con síntomas de abstinencia y...
Volví a golpear el agua, y el cabello del cebollín cayó sobre su rostro.
El chico escupió agua y se apartó el cabello húmedo del rostro, forzando una sonrisa con bastante esfuerzo.
Es divertido molestarlo.
- En resumen y de manera sencilla: estar lejos de ti me va a provocar el equivalente a la abstinencia repentina de una droga, y el estar cerca de tí me va a hacer enamorarme
- ¿Droga...?
- No es necesario que entiendas eso. Básicamente estaré desconcentrado, somnoliento, ansioso y con otros síntomas molestos e inconvenientes más, por no decir que entre más profunda sea nuestra conexión se sentirá peor
- ¿Y a mí que me importa que eso te vaya a pasar a ti?
Senku tomó aire de una manera muy prolongada y profunda, antes de suspirar y juntar sus manos mientras me dirigía una mirada desesperada.
- Escucha, idiota. En mi mundo antiguo, se descubrió algo popularmente conocido como "enredo cuántico". Claramente no podrías comprender su totalidad, así que te lo pondré fácil: tenemos dos partículas
Senku tomó un par de esas pequeñas "rocas suaves" que parecían formarse con la arena cerca de la orilla del río, y las colocó sobre una gran y firme piedra de río.
- No te explicaré que son las partículas, dejemos eso para otra clase. Estas dos partículas están conectadas
Ahora el cebollín llenó su dedo de barro y dibujó una línea que unía ambas rocas suaves.
- ¿Se supone que esas cosas somos nosotros?
- ¡Exacto, estás entendiendo! Ahora bien, estas partículas, osea nosotros, están conectadas a tal nivel que sin importar la distancia...
A continuación, el cebollín alejó ambas rocas suaves, llevándolas a extremos opuestos de la piedra.
- ...lo que le pase a una inminentemente afectará a la otra
Y procedió a aplastar una de las suaves rocas, que se deshizo en arena bajo el peso de su mano. No es como si fueran difíciles de romper de todos modos.
El chico me sonrió antes de proceder a aplastar a la otra.
- En nuestro caso, nos puede afectar incluso el estar separados por mucho tiempo. Eso es un enredo cuántico, y es algo muy similar a lo que tenemos ahora. ¿Entiendes por qué tengo que aceptar esto y por qué estoy intentando ser agradable contigo aunque no me guste nada esta idea?
El cebollín me sostuvo por los hombros y me miró, continuaba sonriendo, pero su mirada era más seria que antes.
Creo que ahora entiendo más a qué se refiere... Y sé que no miente, porque ya he visto con mis propios ojos lo horrible que puede llegar a ser esa maldita conexión.
- ¿Estás siendo agradable? Vaya sorpresa
Senku dejó de disimular su sonrisa y bufó.
Parece que en verdad le agrada tan poco la idea como a mí, eso me ayuda.
Apoyé una mano en el pecho de Senku y lo alejé, su rostro comenzaba a hacerse borroso para mí.
- Entonces, ¿Tengo que elegir entre terminar por enamorarme de ti o dejarnos morir a ambos?
- Es un poco extremista pero sí, básicamente
Me pregunto si me matará más rápido este enlace o una caída de un barranco.
El cebollín pareció entender claramente cuál prefería yo ya que puso mala cara.
- ¡Debes estar bromeando! ¡¿Prefieres morir?!
- ¡Sí! ¡No voy a darte mi vida, y es lo que me estás pidiendo!
No voy a aceptar esta estúpida conexión o lo que sea. Mi vida es solo mía, y yo voy a decidir cómo vivirla y cómo terminarla.
No quiero que dependa de nadie más, no quiero que nadie más la tenga.
- Escucha, gato idiota. Yo no pienso morir porque tú tengas alguna clase trauma con el amor, no me interesa saber nada de eso ni solucionarlo. No quiero tu vida, y no quiero tu "amor" o lo que sea, solo quiere que me dejes vivir. Igual que tú, así que tengo una propuesta para esto
No quería seguir escuchando a este idiota, pero terminé cediendo.
El cebollín dijo que podíamos mantenernos al mínimo de contacto, tan solo buscándonos mutuamente cuando fuera demasiado necesario.
Así, según él, podríamos evitar el enamoramiento y también podríamos evitar las consecuencias de una separación prolongada.
- ¿Lo entiendes? Es la mejor solución que tenemos para este problema
- Supongo que tiene un poco de sentido
- Por supuesto que lo tiene, entonces, ¿Tenemos un trato?
Senku extendió su mano hacia mí, lo estaba pensando un poco cuando de repente recordé algo.
- Aceptaré, pero solo si me sigues contando historias de tu mundo
Pensé que este idiota se burlaría o alfo así, pero simplemente evitó mirarme mientras aceptaba esa condición.
Tomé su mano y sellamos de alguna forma ese raro acuerdo que habíamos formado.
- De acuerdo, ahora volvamos a... ¿Una sandía?
- ¿Sandía...?
Seguí la dirección de la mirada de Senku, una sandía estaba flotando sobre el río en nuestra dirección, pero al acercarse a nuestra ubicación se detuvo de golpe.
Comprendí qué sucedía un instante antes de que la persona que estaba usando la calaba como máscara se pusiera de pie, revelando su presencia.
He visto a esa niña un par de veces cuando he ido a la aldea recientemente. No recuerdo su nombre, pero siempre lleva esa sandía en la cabeza.
La pequeña posó sus ojos (o los huecos en la cáscara de la sandía que los simulaban) en mí, y de inmediato pegó un pequeño brinco y retrocedió, salpicando de agua.
Supongo que incluso los más pequeños creen en mi maldición. Qué fastidio.
- ¡Suika! ¿Qué estás haciendo aquí?
Kohaku se adelantó rápidamente en dirección a la niña, ella se aproximó a la chica y movió rápidamente los labios, susurrándole algo.
Kohaku acarició la parte superior de su casco de sandía y se giró en mi dirección.
- Está bien. La maldición de _________ no nos hará daño
- Ya te dije que no es una maldición... ¿Mmh? ¿Qué llevas ahí niña?
Al cebollín pareció llamarle la atención un objeto que la pequeña traía entre manos, la niña lo levantó en alto y se lo mostró.
Era una roca de magnetita muy cargada de ese "hierro" que estábamos buscando.
- Yo... Suika también quiere ayudar. Como siempre llevo esto, nunca he sido de utilidad para nadie, probablemente cuando crezca seguirá siendo lo mismo... Así que si alguien necesita ayuda, ¡Suika lo hará!
- Bien, suficiente charla
Al cebollín no pareció importarle en lo más mínimo la explicación de la pequeña, y más bien parecía impulsado por la idea de tener más manos trabajando.
Aunque he de decir que se tomó el tiempo para darle una respuesta amable y noble a la pequeña, por lo que por un momento llegué a pensar que en verdad podía tener buenas intenciones detrás.
- Uhm, señor cuervo...
La niña se me acercó con mucha precaución, manteniendo la distancia.
Suspiré y me hice el largo cabello a un lado mientras me agachaba más a su nivel.
- Me llamo ________, lo dijo Kohaku
- ¡L-lo siento, ________! Usted no me matará si me acerco, ¿Verdad?
Me pregunto si tendré cara de asesino, o si tan solo serán los rumores de mi maldición.
- Por supuesto que no lo haré
Esperaba diferentes reacciones, pero lo que si no me había imaginado fue que la niña se me acercara repentinamente y le abrazara torpemente.
Fue algo tan repentino y nuevo a su manera que ni siquiera supe reaccionar, simplemente me quedé quieto.
- ¡Lo sabía! Usted se veía muy triste cuando iba a la aldea, nunca pensé que pudiera matar a nadie... Además, no da miedo sin su máscara, como todos dicen
¿No le dan miedo mis marcas? No entiendo, ¿Qué se supone que debo hacer?
Instintivamente busqué ayuda detrás de mí, Kohaku y Chrome se encogieron de hombros. Senku, que estaba algo más atrás, llamó mi atención con un ligero movimiento de sus brazos.
Sin pensarlo mucho lo imité, y de inmediato recordé esa sensación.
La peculiar calidez que solo te podría dar el abrazo de alguien más, era justo así.
Casi lo había olvidado.
- Bueno, "Suika", dijiste que ibas a reunir un montón de arena de hierro, ¿No es así?
- ¡Sí, por supuesto que lo haré! Venga conmigo, _______
La chica se separó inmediatamente ante el recordatorio del cebollín, pero al instante tomó mi mano y me jaló suavemente, animándome a seguirla a través del río.
Miré con duda a mis espaldas, pero una ligera sonrisa de Chrome y una pequeña seña por parte de Senku fue lo que necesite para dejar que mis pies se movieran y seguir a la niña.