Capítulo dedicado a: KimBelnMin0, yoquintero72, y Min_Hye-soo
El rubio peliplateado se había enamorado, no desde el primer momento, eso es para telenovelas y fanfics, en su caso las cosas habían ido con lentitud, como caracolito.
Era una persona algo callada, no porque no supiera socializar sino porque él tenía que analizar a la persona y saber que sería de confianza después de un largo tiempo, siendo hijo de una familia adinerada no podía darse el lujo de confiar en cualquiera, le daba miedo que le fallaran o que le mintieran.
YoonGi también fue arisco con él cuando se conocieron, no hablaban mucho, solo para pedir prestadas algunas cosas o como cortesía dando saludos.
Sunoo sabía pocas cosas sobre el peliazul por aquellas épocas; tenía unos cuantos amigos que le llamaban ciertos días pero aún no tenía amigos en New York, tenía su propio club de fans que admiraban su trabajo y también apreciaba los regalos que le habían dado antes de llegar al lugar en el que ahora estudiaba.
Parecía un sujeto normal, tenía talento pero no veía algo más interesante.
Hasta aquella vez en la que se levantó en la madrugada por culpa de unos ruidos molestos, lo primero que sus ojos captaron fueron a su compañero de cuarto alejado de una almohada, como si ese objeto le hiciera daño.
¿Cómo una almohada puede hacerte tanto daño?
Las almohadas son suavecitas, son para abrazar, acostarse, para jugar e incluso para golpear cuando se está frustrado.
El peliazul parecía reacio a acercarse pero sus dedos a veces querían alcanzar el objeto, como si la necesitara pero no la quisiera cerca.
Cuando su vista se enfocó mejor pudo observar que él estaba llorando, estaba tan vulnerable, tan solitario.
No lo abrazó, YoonGi no quería, incomodarlo no era su objetivo, en cambio tomó el suave objeto y lo metió a su propia maleta cerrándola frente al peliazul.
Fue la primera vez que mantuvieron una conversación larga, había escuchado pacientemente todo lo que el peliazul tenía para contarle, su dolor, su miedo, sus sueños, sus esperanzas...
Consideró a YoonGi como su primer mejor amigo durante el año que transcurrió, ambos fueron testigos de los cambios para bien que obtuvieron con la experiencia en el lugar, una clara muestra era que ya no eran tan introvertidos y podían socializar con normalidad porque ahora se tenían el uno al otro. Sí, podían haber personas falsas por ahí pero si tenías por lo menos a una persona que mostraba su ser real frente a tí lo demás carecía de importancia, ¡Al diablo analizar a las personas!.
Sunoo ayudaba a YoonGi con sus tareas de composición, con su pronunciación del inglés y algunas traducciones para que el pálido pudiera comprender mejor, también como vocalista de las canciones que componía mientras que YoonGi ayudaba a Sunoo con su vocalización y a su vez lo cuidaba como un hermano.
Para cuando comenzó el segundo año Sunoo se sentía raro. No raro como en su primer día, no raro como cuando estaba enfermo, no.
---Los chicos quieren salir hoy, daremos un concierto público o algo así--- el peliazul se sentó al borde de la cama del pelinegro.
---¿Crees que puedas tocar en público?---Sunoo era consciente del problema de YoonGi, ya lo había presenciado antes y estaban trabajando en arreglarlo.
---Sí estás ahí conmigo... ¿Tienes fiebre?
---¿Eh?--- se tocó el rostro y la frente, estaba ardiendo.
---Déjame comprobar--- ambas frentes chocaron, la respiración del pelinegro comenzó a distorsionarse ---Está muy caliente, podemos ir a la enfermería o...
---No te preocupes hyung, tengo mis propias pastillas--- respondió alejándose rápidamente, caminando hacia su buró buscando el medicamento.
---No quiero que agarres un resfriado, mejor quédate aquí y te llevaré otro día.
---Pero hyung, ¿Qué harás con tu ansiedad social?
---Me pondré una máscara o algo que me cubra. Volveré con comida ¿Algo que se te antoje?
---Odio estar siempre a dieta, trae el pollo frito más grasoso que encuentres, ¡Con una graaaaaaaan montaña de papitas fritas!
El peliazul sonrió saliendo de la habitación, le gustaba cumplir los caprichos de su buen amigo.
Esa noche Sunoo no pudo dejar de pensar en lo bonitos que se veían los labios de su amigo, habían comido el mencionado pollo frito y los delgados labios de YoonGi estaban aceitosos y brillaban mucho, se veía gracioso pero lindo.
Lindo...
Aquella almohada había sido devuelta pero ya no significaba nada.
Sunoo dormía en un futón en el suelo de la habitación de YoonGi, el pálido dormía en su cama tranquilamente.
Sunoo sonreía con tristeza cubriéndose el rostro.
No quería arruinar su amistad confesando sus sentimientos, él quería estar con YoonGi como siempre, no podría tolerar un rechazo.
Trataba con indirectas pero o era muy obvio o YoonGi despistado, quizás otro método ayudaría.
Trató inútilmente de quedarse dormido pero sintió otro cuerpo cerca del suyo, era YoonGi adormilado buscando un lugar más calientito a su lado.
Los pálidos brazos se acomodaron alrededor de su abdomen y el pobre rubio peliplateado se desmayó sin que nadie se diera cuenta.
Cuando sus ojos captaron la luz del nuevo día unos ojitos gatunos miraban los suyos acariciando sus cabellos.
El día lunes regresó y todo parecía haber vuelto a la normalidad, YoonGi dió galletitas a todos los que habían ayudado para sacarlo de aquél problema, agradeció a los cielos por tener tantos buenos amigos.
Pero no vió a JiMin por ninguna parte.
Cuando preguntó por él a EunWoo y MoonBin estos contestaron que desconocían la razón de su inasistencia y que irían a su casa después de clases.
YoonGi estaba preocupado, quizás el más bajito había agarrado un resfriado o simplemente le dió mucha flojera venir al instituto.
Sea como fuere él también iría en su búsqueda para disculparse por todo lo que había pasado.
Por como lo había tratado aquella noche...
Los recuerdos seguían frescos, si le hubiera hecho caso a JiMin se habría ahorrado todos aquellos problemas.
Se sentía como una completa molestia.
Cuando sonó la campana que anunciaba la salida él caminó arrastrando sus pies hasta un montón de gente hacía bullicio y se reunían alrededor de dos personas en la entrada principal bloqueándole el paso.
¿Qué otra celebridad podría venir a su instituto?
Ya demasiado tenían con aquellas raras circunstancias.
¿Sería Kang Daniel?
A él también tenía que enviarle galletitas y una nota de disculpas.
La multitud se abrió para darle paso.
Muy extraño.
Para cuando vió a dónde lo llevaba abrió tanto los ojos que temió dejar de ser coreano, quien estaba frente a él no era nada más ni nada menos que Hitman Bang y a su lado JiMin.
---Muy buenas tardes, joven Min--- el sujeto se quitó las gafas con tanto swag que podría haber jurado escuchar música Hiphop de fondo ---BigHit te necesita.
Ando resfriada :v y comer mandarina a lo desgraciado me provocó acidez XD
Moraleja: No abusen del consumo de mandarinas :v
Feliz día ARMY \•∆•/
Se acerca el final de este fanfic.
🐧💜🐧
Bye •~•
JIRCKM_