Acaricié al cuervo en mi hombro mientras murmuraba para mí mismo en voz baja.
Después de estar unos segundos así, me volví en dirección al jefe de la aldea.
- Los pájaros hablan de una posible lluvia repentina pronto, jefe
- No estamos en temporada de lluvias
- Ahh lo sé, lo sé... Pero, ¿Acaso a usted le susurran las aves?
Sé que no me podían ver sonreír bajo mi máscara, pero eso no evitó que lo hiciera.
Era un poco satisfactorio ver al líder de la aldea tan cauteloso.
Metí una mano dentro de mi manto y extraje unos simples granos que había obtenido hace varios días. No había nada especial en ellos, pero eso no lo sabía él.
Extendí mi mano en dirección al líder, de inmediato uno de los guardias se acercó para amenazarme con su lanza pero fue rechazado de inmediato por el cuervo en mi hombro, él cuál aleteó mientras graznaba ruidosamente una sola palabra:
"Aléjate"
El tipo se asustó y no tardó nada en retroceder.
Qué fácil.
- Sé que la salud de su hija no ha estado bien
- ... Eso no es algo que deberías de saber
Es algo fácil de deducir. Su salud nunca está bien.
- Si esparce estos granos al medio día, en dirección al viento justo en el centro de la aldea, podrá evitar las lluvias que solo empeoraran la enfermedad de su hija
Unas lluvias que no van a ocurrir, por supuesto que se pueden evitar con cualquier tontería. Deberíamos estar teniendo los días más soleados y agradable de toda la temporada, difícilmente veremos un cambio brusco del clima o una señal de lluvia sin saberlo con antelación.
El líder dudó, pero finalmente extendió la mano en mi dirección.
De inmediato la retiré y negué con la cabeza.
- Las fuerzas de la naturaleza no son fáciles de evitar, jefe
- ¡Maldito...! Ah, ¿Qué quieres a cambio?
¿Qué quiero? Muchas cosas que ni tú ni nadie me puede dar.
¿Por qué te lo puedo cambiar que esté dentro de tus capacidades...? Bueno, eso es fácil.
- ... Quiero que mi hermano vuelva a la aldea
- Sabes que no puedo negociar eso
- Entonces espero que la lluvia no se mezcle con la sangre que escupirá su hija...
- ¡Bien, de acuerdo! Un día de estos te voy a...
Oh, que fácil. Claro, atacar a eso siempre funciona.
Lo sé muy bien.
El hombre suspiró, dijo que no iba a negociar el regreso de Chrome a la aldea por obvias razones, pero que podía arreglar una visita mientras él no hiciera hechicería.
Es más de lo que esperaba conseguir con unas semillas mágicas que no sirven, así que está bien para mí.
Le entregué los granos al líder, aunque para hacerlo tuve que dejarlos en una mesa e irme antes de que él los tomara.
Por supuesto, nadie me quiere tener cerca. Eso ya lo sé.
Mi salida del pueblo después de mis sesiones con el líder siempre eran igual. Todos se metían en sus casas, y los pocos que se quedaban afuera se mantenían considerablemente alejados.
Nadie quería tener nada que ver con el hijo maldito de la aldea. Nadie quería correr el riesgo de morir.
Pero qué importa.
No los necesito a ellos, ni a nadie.
Solo me necesito a mí y a mí hermano, mientras lo tenga... estaré bien.
- Que raro, no están esos dos
Ni Kinrou ni Ginrou estaban vigilando el acceso al puente principal cuando abandoné totalmente la aldea.
Es extraño, estaban ahí cuando yo llegué, incluso recuerdo que Ginrou casi se echó a correr al verme. Le doy miedo, es divertido.
Sea como sea, no es mi problema. Las únicas amenazas son los animales salvajes, y ni siquiera se acercan mucho por aquí. Y no es como si me importara lo que le pase a esa aldea.
Avancé tranquilamente entre los arbustos, siguiendo el camino que conocía de memoria hasta que rápidamente llegué a ese claro apenas oculto entre los árboles.
Y ahí estaba, la bodega que era lo más parecido a un hogar que tenía. Y que, por supuesto, lo compartía con mi hermano.
- Bueno, Azul, gracias por acompañarme hoy. Vuelve con los demás
Saqué un pequeño puñado más de granos de entre mi ropa, y después de que el cuervo en mi hombro lo hubiera comido todo, echó a volar.
Chrome se alegrará cuando se entere de lo que conseguí, seguro que se pondría mucho más feliz si encontrara una cura a la enfermedad de la chica del jefe... pero es algo en lo que yo no puedo ayudar.
Estoy maldito, y mis únicas virtudes son inútiles si no las uso para engañar a la aldea.
Me trataron de hechicero junto a Chrome, pero entre los dos... Él es el único que en verdad hace algo de magia real.
- ¡Bien! ¡Vamos allá!
Apenas había puesto mis manos sobre el primer escalón para trepar al elevado almacén, cuando la puerta de este se abrió repentinamente y Chrome salió gritando, extrañamente motivado.
Pensé que había obtenido alguna clase de piedra nueva, así que sonreí por debajo del cráneo que usaba de máscara, divertido por su reacción de emoción infantil.
- Vaya Chrome, pensé que no estarías en... casa...
Había otra persona. Alguien que no debería de estar ahí.
Era un chico que aparentaba nuestra edad, de ojos rojos y cabello pálido con puntas verdes, peinado hacia arriba a excepción de dos mechaes que caían sobre su rostro.
Su vestimenta era curiosa, y en su rostro tenía dos marcas que cruzaban por sus ojos, pero no parecían cicatrices. O al menos no de ningún tipo que haya visto antes.
- Ah, ¡________, regresaste! ¡No creerás todo lo que pasó!
Chrome empezó a parlotear ansiosamente un montón de cosas que no escuché.
Estaba más concentrado en mirar al desconocido, que ahora también me miraba a mí.
Más que el rechazo natural que me provocaban todas las personas que no fueran Chrome, había otra cosa en él. Algo que me hacía sentir raro el pecho, y que provocaba una sensación rara en mi estómago.
No me gustaba nada, pero al mismo tiempo me causaba una fuerte curiosidad que me pedía a gritos acercarme a ese extraño.
Así que lo que hice fue retroceder de un salto hacia atrás, y tomar mi pequeño pero afilado puñal de piedra, aprovechando que mi manto de piel ocultaba prácticamente todos los movimientos de mis manos.
- Chrome, ¿Quién es ese que está contigo?
- ¡Tranquilo! Él es Senku, y es un hechicero, ¡Como yo! Bueno, no es brujería lo que yo hago, ¡Es ciencia! Y al parecer ya existía antes, ¡Tienes que escucharlo! Resulta que antes una civilización super avanzada... luz verde... las estatuas...
De nuevo dejé de escuchar a Chrome, tan solo captando palabras sueltas de lo que me decía.
¿Qué le dijo este tipo? No me agrada.
¿Ciencia? Claramente es algo que se inventó, ¿Cómo le cree tan fácilmente?
- ... Ah, pero no los he presentado. Mi culpa, ehh... hechicero Senku, él es ________, ¡También hace brujería! Aunque una diferente a la mía, yo trabajo con las cosas que recolecto, ¡_______ hace cosas diferentes pero malotas!
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Acostumbrense a ver la palabra "malota" por parte de Chrome, ya que según la traducción que estoy usando es una palabra que él usa mucho (no sé si la cambien en otras traducciones).
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- ¿De verdad? Interesante, la ciencia siempre se abre paso entre la humanidad sin importar que, ¿Tú qué haces, "________"? Siendo sinceros, si tienes más pinta de hechicero que Chrome, ¡Solo te falta un cetro!
Escuchar mi nombre de sus labios me provocó un desconocido y no muy agradable escalofrío.
- ... Chrome, no le des mi nombre a cebollines parlantes que recién conoces. Regresa eso a dónde lo encontraste, tengo algo que contarte
- ¿"Cebollín parlante"...?
Sentí satisfacción al ver que el cebollín pareció molestarse mínimamente con mi comentario. Chrome también se percató de eso así que de inmediato se arrodilló a su lado pidiendole que no fuera a lanzar un hechizo sobre mí con su ciencia.
- No te lanzaré un hechizo, pero quizá te haga tragar jabón para que aprendas modales. Entre todos los que conocí hoy tu pareces el más cavernícola
- Sea lo que sea ese "jabón", si tan solo te intentas acercar más te voy a hacer que te lo metas por...
- ¡Bueno, bueno! ¡Creo que estamos un poco tensos, a _______ no le gustan mucho las personas! Tal vez puedan conocerse más tarde, después de que me cuentes más acerca de esa medicina milagrosa
Chrome se acercó a mí para empujarme, pero yo me negué firmemente a moverme, mientras me mantenía mirando fijamente a ese desconocido que me provocaba una sensación tan rara.
- Más te vale que te alejes de Chrome, no dejaré que lo engañes con lo que sea estés diciéndole
- Yo nunca mentiría con la ciencia, pero si no me crees... puedo darte una prueba rápida
El tipo me miró atentamente de arriba a abajo, haciéndome sentir inquieto. No me largué únicamente porque no me quería dejar intimidar por un cebollín flacucho y delirante como este.
- Las partes blancas de tu cabello, ese cráneo que usas de máscara lo deja ver fácilmente. Dudo que tengan los materiales necesarios para decorar y teñir el pelo a ese nivel, es de nacimiento, ¿Verdad?
Eso no prueba nada, es fácil de deducir.
Solo está alardeando usando cosas obvias, yo hago lo mismo.
No prueba nada.
El cebollín se aproximó un par de pasos, tuve el impulso de retroceder pero me mantuve firme por puro orgullo. Es más alto que yo, pero solo un poco.
Seguramente yo soy más fuerte.
- Entonces, dime, ¿Qué tantas manchas pálidas tienes en tu piel?
Chrome intercambió un mirada incrédula y preocupada entre nosotros dos.
Eso tampoco prueba nada, se podría llegar deducir que mi pelo y piel están relacionados... ¿Cierto?
- Y veamos, son más abundantes en... tú rostro, ¿Cierto? Probablemente también tienen en los codos, y si nos vamos más abajo... a la altura del vientre y de tus...
Su voz se calló de golpe cuando mi arma pasó volando a su lado, clavándose firmemente contra el tronco de un árbol situado detrás de él.
Sentí como mi brazo, aún extendido en la misma posición en que arrojé el puñal, temblaba. Podía sentir el sudor en mi mano por debajo del guante, y yo nunca sudo.
Fallé. Ni siquiera lo rocé, y yo no quería fallar. Pero aún así yo... fallé, y de alguna forma sé que fue a propósito.
¿Será que este tipo...?
- Oh, ¿Estoy en lo correcto? Vamos a comprobarlo, ¿Quieres?
Me quería mover. Quería correr y largarme lejos de ahí, hasta mi lugar seguro.
Pero en su lugar, me quedé completamente quieto, aún cuando ese maldito tipo se aproximó a mí, haciendo que su rostro se volviera borroso y me hiciera sentir aún más la necesidad de salir corriendo de ahí.
Con una de sus manos me hizo bajar el brazo, ante el tacto de su piel con la mía sentí que la piel se me erizaba.
Su otra mano se aproximó a mí rostro, debía moverme, pero estaba paralizado.
Tengo que moverme, tengo que irme de aquí. Alejarme de este maldito tipo...
- Senku, ¡Espera, no hagas...!
- ¡Te tengo...! ¿Ah?...
La advertencia de Chrome llegó tarde, y cerré los ojos con fuerza.
Sentí como el tipo me despojaba de mi máscara, y sentí la calidez de la luz del sol en mi piel.
Los mechones pálidos de mi cabello se movieron a mi cara, ya sin nada que se los impidiera.
Mantuve los ojos firmemente cerrados, esperando que la humillación terminará y que este molesto tipo se alejara igual que el resto, con miedo a contagiarse o a morir.
Sin embargo, lo que hizo me tomó tan de sorpresa que antes de que me diera cuenta ya había abierto los ojos.
Me hubiera encontrado directo con su mirada si su rostro no se hubiera vuelto irreconocible para mí.
Sus dedos.
Dos de sus dedos se apoyaron directamente en mí mejilla afectada por la maldición, sin miedo o el más mínimo rechazo o precaución.
Y pronunció una sencilla palabra que me hizo sentir aún más raro que antes.
- ... increíble
Mi corazón se sintió raro, llegué a mi límite y al fin me pude mover de nuevo.
Alejé su mano de un golpe, y después lo hice caer al suelo con una patada baja en sus piernas.
Atrapé mi máscara al vuelo y me la volví a colocar rápidamente.
- ¡Aléjate de mí! ¡No me vuelvas a tocar!
- ¡______, espera!
Ignoré la voz de Chrome y me alejé corriendo, sintiendo que mi corazón latía más rápido que nunca, y sin poder borrarme de la mente la imágen de sus intensos ojos rojos clavados directamente en los míos.
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Holap, este es un capítulo de prueba antes de comenzar oficialmente con la historia. Dependiendo del recibiento que tenga lo dejaré y continuaré con esto a este ritmo, o lo intentaré de otra forma.
Espero que lo disfruten