Aquí vamos con el primer extra de esta historia. Esta vez será Ada quién nos narre desde su punto de vista lo que sucedió aquel primer día.
Desde ya, te regalo un pañuelo psicológico para que limpies todas esas lágrimas que no vas a poder evitar que salgan.
No olviden comentar o lloro.
Ada
Solo buscaba un año sin problemas. Solo quería pasar desapercibida. Solo quería vivir mis últimos años en el colegio como una sombra más. Solo quería eso...
Pero el destino tuvo que ponerme en el camino a la hermosa chica de cabello oscuro que miraba desolada el paisaje a través de un ventanal.
Me detuve antes de cruzar el umbral de la entrada del colegio para detallarla mejor. Es indudablemente preciosa, y no veo ni un solo defecto en ella; excepto por el inmenso vacío que transmiten sus oscuros ojos. ¿Cómo alguien puede verse tan colorida y dolorosamente gris al mismo tiempo?
Creo que puedo decir que quedé flechada de su melancolía disfrazada de algodón de azúcar.
Comienzo a caminar, sabiendo que en cuanto entre en su rango visual, ella podrá notarme. No obstante, parece que el destino solo actúa cuando le conviene.
—Lo siento. —me disculpo, luego de que tropiezo con un chico que venía en la dirección contraria.
—No pasa nada. —responde sin ánimos, y noto que tiene la cabeza baja y las mejillas rojas, antes de que intente escapar.
—Hey. —lo tomo del brazo y me acerco más a él —¿Qué te ha pasado?
No responde y continúa mirando hacia el suelo mientras que sus manos se mantienen en constantes temblores. Bajo la cabeza, distingo el maquillaje corrido en sus ojos, pequeñas heridas abiertas en su rostro que tardarán en cicatrizar y múltiples moretones cubiertos por lágrimas.
Esto grita "bullying" de aquí al infinito.
—Toma. —me quito la sudadera y se la paso para que se cubra. Sé que necesita que nadie vea su estado para mantenerse en su zona de confort.
—No puedo aceptarla... —murmura en un sollozo insostenible.
—Pues si no la aceptas, la voy a tirar a la basura. —declaro, logrando que me mire un segundo. Necesito convencerlo— Me encanta esta sudadera. O sea, ¿ves el símbolo que hay en ella? Es de una banda de pop coreana. BTS, ¿la conoces? Bueno, si no la conoces, deberías. De hecho, yo podría darte un intensivo en estos días. ¿Me das tu número de teléfono? No es que esté ligando contigo. Yo soy asexual, y no me gustan ni las vaginas ni los pe...
—Gracias. —me interrumpe, agarrando la sudadera para que haga silencio y yo celebro mentalmente que mi táctica haya funcionado.
Cuando se termina de colocar la sudadera, entrelazo mi brazo con el suyo y lo llevo conmigo dentro del colegio. Esto no se puede quedar así.
—¡¿Qué haces?! —exclama, intentando zafarse.
—Mi favorito es Jung Kook. —comienzo a hablar mientras intento dar con el camino correcto— De la banda surcoreana de la que te hablé.
—Mira. Yo no...
—O sea, ¿no has visto cómo baila? —veo la señal que me indica dónde está el lugar que busco, y prosigo hacia allí sin soltarlo— Literalmente podría ser la reencarnación de Michael Jackson. Parece un ratoncito, pero aun así es mi favorito.
Leo el cartel que pone "Dirección" y abro la puerta dónde se encuentra, sin pedir permiso.
—Vengo a denunciar algo. —declaro, cambiando el tono alegre por uno neutro.
El chico intenta largarse, pero no lo dejo. Las horas en el gimnasio con mi vecino, valieron la pena.
—A este chico le están acosando sus compañeros. —anuncio cuando las dos personas dentro de la habitación, fijan su vista en mí.
—Usted es la estudiante recién trasferida, ¿cierto? —no respondo, y solo frunzo el ceño. ¿Acaso no me escuchó?— Me llamo Beatriz, y soy la directora del centro. El profesor Mario la acompañará hasta el aula que le corresponde— demanda, señalando al hombre sentado en la silla junto a la mesa.
—Anjá. —hablo— ¿Qué van a hacer con los chicos que le intimidan? No sé quiénes son, porque recién llego. Pero solo hay que verle la cara para saber que son unos hijos de puta.
—Señorita, compórtese. —me regaña, la directora.
—Lo siento, ¿sí? —puntualizo— Solo ayúdenlo.
La mujer pone mala cara, y guía la vista hasta el chico a mi lado.
—¿Te ha molestado alguno de tus compañeros? —le pregunta, y ladea la cabeza poniendo una sonrisa para nada sincera. El chico intenta hablar, pero ella no lo deja— Si es así, solo tienes que decirme sus nombres. Los suspenderemos unas semanas, y luego regresarán al colegio cuando cumplan con el castigo.
¿Soy yo o eso sonó como una amenaza?
—Yo... —titubea— No pasa nada. Solo me caí por las escaleras.
¿Qué?
—Eso imaginaba.
El chico se suelta de mi agarre y se va corriendo, tomándome por sorpresa ya que aún no terminaba de procesar lo que acababa de pasar.
—¿No van a hacer nada? — exclamo con estupefacción, recorriendo con la vista a las dos personas en la habitación.
Ambos se quedan en silencio.
No puedo creer que no se den cuenta de lo que están haciendo. Ese niño necesita ayuda, no que le den la espalda como si no importara. Me molesta que no hagan nada contra las personas que claramente abusan de él por ser diferente a lo que quieren que sea.
Por cosas como estas, miles de personas se suicidan en el mundo. El bullying solo nos atrasa como seres humanos.
No me detengo a pensar lo que estoy haciendo, hasta que me veo corriendo escaleras arriba con un altavoz que agarré antes y mucha ira contenida. Alguien necesita dar la cara.
—¡Cavernícolas de mierda! —exclamo, luego de subirme en un muro— ¡Salgan de una puta vez, o me lanzo!
El pasillo se llena de personas en menos de un minuto y yo lo único que quiero es explotar.
—¡Me gustan las mujeres! —grito con orgullo, a pesar de no saber si lo que digo es cierto. Nunca me ha gustado nadie como para estar segura— ¡A ver si ahora van a tener los cojones de golpearme por ser diferente a lo que la sociedad quiere que sea!
Debo admitir que actúo por impulso. No mido las consecuencias de mis actos, pero es algo que siempre me ha pasado.
Odio calcular los pros y los contras de cada cosa que vaya a hacer, es algo que no está en mí. Si quiero hacer algo, lo hago y punto. Si pienso demasiado en el: ¿qué pasará?; pues al final terminaré sin hacer nada, y con una molesta incomodidad en el pecho.
Por eso, haga lo que haga, nunca me arrepiento; porque en ese momento, era lo que mi corazón me decía que hiciera.
Como era de esperarse, me llevo un gran regaño en mi primer día de clases. La directora me castiga con limpiar la biblioteca y sacudir las estanterías, así me tome todo en el día en ello.
—Mario, llévala a cumplir su sanción y asegúrate que no se desvíe para hacer ningún acto de rebeldía. —ordena la directora, luego de terminar de sermonearme.
Resoplo por lo bajo y dejo que el profesor me guíe a través de los pasillos.
La encargada en la biblioteca me deja un trapeador y una pelusa, llevándome hacia la sección por la que debo comenzar. Me coloco los auriculares y le doy play al nuevo disco de Olivia Rodrigo. Limpiar sin música es una tortura que no me puedo permitir, por eso cuando la canción Brutal llega a su clímax, utilizo el trapeador como micrófono y hago un show para mí misma.
Me detengo al ver un libro en el suelo y nadie a su alrededor. La palabra Cúrame, sobresale en la portada.
Bufo con cierta ironía.
Es la palabra más absurda que he visto en mi vida. Como si con decirle a alguien "cúrame", se resolvieran todos tus problemas mágicamente. Nadie tiene más poder sobre la vida que uno mismo. No puedes ir por el mundo esperando que otra persona sane tus heridas porque nadie tiene esa clase de poder.
La palabra adecuada sería Ayúdame.
Ayúdame a sanar.
Ayúdame a tener fuerzas.
Ayúdame a no rendirme.
Ayúdame a vivir.
No me cures, ayúdame. Y te prometo que siempre estaré a tu lado para evitar que caigas.
🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁
¡Holiss!
Este primer extra fue poco intenso ja. Solo quería que vieran un poco el punto de vista de Ada cuando conoció a Eva.
No me lloren, ¿sí?
Mejor díganme que otros extras les gustaría.
Por ahora, el otro que tengo escrito es el +18. Pero aún no sé cuándo lo subiré.
Tengo muchos más en mente, pero no he tenido tiempo para escribirlos.
Pregunta Random: ¿Marvel o DC? Admito que antes yo era TeamDC, pero hace poco comencé a ver las pelis de Marvel y pues... no sé jajaja
Os amo. Muass.