Es curiosa la manera de jugar de la vida, a veces puede parecernos lenta, aburrida y sosa; pero de repente en cualquier instante las cosas se nos vienen abajo, y nos abruman, tanto que llegamos a culparnos por quejarnos de la buena y tranquila vida de antes, porque estamos predestinados a querer y extrañar aquello que ya no tenemos, amar esas cosas o personas incluso más que cuando estuvieron presentes. Continuamente se desprecian detalles mínimos simplemente por ser costumbre, algún beso, abrazo, un "te quiero" de una persona especial, no se nos hacen importantes hasta que las perdemos, por eso siempre hay que valorar cada pequeño acto, para que en dado caso de que ese ser amado parta, no hayan tantos remordimientos y por el contrario tener un sentimiento de satisfacción al haberlo dado todo de uno mismo.
Sin embargo, en el caso de Yahwi... era más difícil, pues los momentos de felicidad no habían sido muchos y deseaba con todas sus fuerzas vivir muchas cosas más al lado del rubio. El chico al recibir la noticia de que se llevarían a Caín, entró en un colapso mental, no podía creer que aquello que había llegado a atesorar tanto, tendría que partir de un momento para otro, además temía no poder despedirse, los ojos de Caín aún no habían vuelto a mostrar sus rayos de luz y esperanza que tanto le transmitían. Cierra sus puños con fuerza y avanza hasta el padre de su amado viéndole con frialdad a pesar de que en el fondo estaba retorciéndose del dolor, pega un suspiro en un intento por tranquilizarse y le dice:
-Escuche señor... mi nombre es Yahwi y soy... un amigo muy importante para su hijo, le pido por favor que no tome decisiones a la ligera, este es un buen hospital y estoy seguro de que él saldrá de esta, ¿Por qué no espera unos cuantos días? Así despertará y podrá decidir si irse o no. Si el problema es con el dinero yo puedo cubrir todo lo que necesiten, estadías, boletos...
Lo dice con la esperanza de que el señor fuera comprensivo, este solo se rasca la nuca negando con la cabeza y ahí le responde con más calma que con la que había llegado:
-Mira jovencito, yo solo quiero lo mejor para mis hijos, Caín siempre ha sido muy cariñoso y enérgico pero esta vez se me salió de las manos, dijo que venía a Corea porque según él, debía conocer y ayudar a su amo, le expresamos nuestras dudas e inconformidad ante tal locura pero una noche salió con lo poco que tenía sin darnos más explicaciones...
El hermano de Caín asiente confirmando sus palabras y mira de reojo a Jooin, creía haber escuchado acerca de ambos. El padre sigue hablando y esta vez frunce el ceño al ver a Jooin:
-Lo único que consiguió al vivir aquí fue lanzarse en media carretera para salvar a un niño descuidado y ebrio, y si tú eras ese maestro que tanto mencionaba, ya lo hizo todo por ti, así que podremos regresar con mi hijo a nuestro país a que reciba un tratamiento psicológico adecuado. Si lograron entablar una amistad con él, no pasó mucho tiempo así que no creo que se hayan encariñado mucho. Así que si me disculpan, debo irme a terminar el papeleo, y tú, cuida que esos dos no intenten hacer nada en contra de tu hermano.
Dice señalando a su hijo mayor y se retira del cuarto seguido de la enfermera, molesto por haber dado unas explicaciones innecesarias según él.
Narra Yahwi:
Regreso a la silla del acompañante sentándome al lado de Caín, tenía la mirada perdida en sus sábanas, creía que podía hacer algo con mi dinero por él, pues durante toda mi vida eso fue la solución a la mayoría de mis problemas. Al parecer ellos no sabían de nuestra relación, y me daba miedo de que se les haya ocultado por alguna razón, así que argumentos emocionales tampoco bastarían para impedir que se lo llevaran. Levanto la mirada hacia el hermano del chico perro para decirle:
-Al menos puedo... ¿Mantenerme en contacto con ustedes? Quiero seguir al tanto del estado de Caín, ¿Algún correo o número de celular?
Él, primero se asegura de que no haya nadie en la puerta y se acerca a mí entregándome un pequeño papel con aparentemente su información personal, luego toma la mano de su hermano y la pone sobre la mía.
-No le digas a papá que les di eso, seguramente quiere que corten todo tipo de lazos, pero Caín me mantuvo informado de lo que sucedía entre ambos, parece que los dos son muy importantes para él, en especial tú, Yahwi, si lo amas de verdad espero que no te rindas después de una semana, aunque si no ibas en serio, mejor ni te molestes en preguntar por él.
Me aferro a la mano de Caín viendo a su hermano con seriedad, asiento ante sus palabras moviendo mi cabeza y noto que Jooin parecía estar triste también, era lógico pensar que extrañaría al chico perro, pero esta era la prueba a la que el destino nos estaba sometiendo, y planeaba demostrarle que todos esos días llenos de amor no serían en vano.
A la mañana del día siguiente, se llevaron a Caín tal y como lo había acordado su padre, tuvo un buen vuelo y un doctor en casa lo estuvo atendiendo hasta que despertó después de dos días más. Para suerte de Yahwi, estaba siendo informado de su proceso de mejora mediante el amable hermano de su amado. Caín recordaba todo, incluso tuvo una leve discusión con su padre acerca del por qué le habían regresado sabiendo que era feliz en Corea, por este problema, se le prohibió usar cualquier tipo de red social que pudiera recordarle a sus amigos del país asiático, todo con la creencia de que era lo mejor para su salud mental, pues alguien que huía del país con la excusa de querer conocer a una persona a quien ni siquiera conocía su nombre no era muy normal, más bien nada normal a ojos del viejo.
Pasaron y pasaron los días, Yahwi comenzó a asistir nuevamente a la universidad y Caín estuvo recuperando viejos hábitos que tenía en su casa, pero a pesar del tiempo, ninguno podía salir de la cabeza del otro. Sin embargo, a medida de los días que iban terminando, Yahwi iba perdiendo contacto con el chico que lo estaba ayudando, y aún sin poder hablar con Caín por la vigilancia estricta de su padre, terminaron perdiendo el contacto por completo, pues ya no le respondía ni las preguntas acerca de si el rubio había comido bien.
Aquí fue donde la inseguridad empezó a atacar.
Por parte de Yahwi, a mitad de las clases o quedadas con otros amigos distintos a los de antes, se preguntaba si había sido importante en la vida de Caín, porque no parecía estar buscándolo ni hacer un mínimo esfuerzo por escaparse, buscar una computadora y contactarse conmigo, y si eso era tan difícil, tampoco veía bien las cosas por el lado de su hermano, ya que si se notara interés de parte del chico perro por verme, su hermanote se habría puesto en contacto conmigo... ¿No? O tal vez quizás... ¿Había vuelto a ver a alguien especial de su país? Ya había sido reemplazado una vez y temía que hubiera una segunda...
Desde la perspectiva de Caín, todo estaba conspirando en contra, estar alejado de esos bellos ojos rasgados le hacían darse cuenta de lo mucho que le quería, y nada superaba esa impotencia de no poder saber por lo menos si su amado gato estaba bien. Según su padre, Yahwi no se había preocupado por nada cuando lo llevaron de vuelta, pero algo en su interior le decía que confiara, porque sabía que Yahwi no era de derramar sentimientos porque sí, y que si en algún momento me dio muestras de afecto, eran genuinas y sinceras. Tenía viva la esperanza de que su padre fuera más dócil y le regresara el celular para llamarlo y escuchar su voz nuevamente.
En medio de la tormenta emocional en la que Yahwi se encontraba, llega Jooin a acompañarlo a su mesa con su almuerzo.
-Sunbae... ¿Podemos hablar?
-¿Qué es lo que quieres, Jooin?-. Responde enterrando el tenedor en un par de espárragos.
-No sé si sea el indicado para hablar de esto contigo, pero en lo que te llegué a conocer, sé que sueles desconfiar mucho de las personas, así que vengo a pedirte por favor que confíes en Caín, no sé qué es lo que esté pasando en este instante, aún así él no es una mala persona, debe estar sucediendo algo que le impida ponerse en contacto, su cariño es sincero, y quiero que tengas fuerzas para no dejarte llevar por los malos pensamientos...-. Suena el timbre para el regreso a clases y Jooin se levanta sonriéndole al de cabello azabache, al parecer había hecho algo bueno, pues los ojos de Yahwi mostraron una pizca de ilusión, esas palabras fueron el empujón que necesitaba, pues aunque no supiera la ubicación exacta de su hogar, iría a buscarlo en persona como alguna vez él vino en busca de su maestro.
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Holaaa, aquí un capítulo más estando muy agradecida con mis queridas/os lectoras/es, jamás pensé que alcanzaría tantas personas, muchísimas gracias también por cada voto y comentario, me encanta y divierte ver qué van pensando en determinadas situaciones <3 ¡Las/os quiero!