—¿Te dijo algo? —le insinué con cierta suspicacia, intenté luchar con el pánico, no quería imaginarme lo que Evan pudo haberle dicho en mi ausencia, me hacía sentir avergonzada.
Dave no parecía ir en esa dirección, lo cual me hizo sentir aliviada, pero no del todo, suspiró, eso quería decir que no sabía por dónde empezar, me veía directamente a los ojos, lo que en verdad aumentó mis sospechas, era algo más, algo privado.
—No, no es lo que piensas, es algo sobre él —me di cuenta que estaba midiendo sus palabras con sumo cuidado, eso hacía que la espera para mi fuera insoportable —Yo sé que lo que pasó, los dejó a los dos muy mal, no voy a entrometerme en eso, no debería, es solo que...Evan parece estar bastante mal, lo vi ausente, confundido, incluso muy cansado. Sebastian me contó que lo visitó hace unos días, dijo que apenas escuchaba lo que le decía, Evan actuaba como si no hubiera nadie ahí con él, algo así me pasó hace unos momentos.
Al principio no supe a que se refería con eso pero conforme fui poniendo en orden sus palabras, todo cobró sentido, la sensación de culpa fue instantánea que ni siquiera pude verlo a la cara. No le había prestado atención a Evan desde lo de Ivy, ni siquiera habíamos hablado de esto desde ese día, simplemente porque yo no quería, usaba la negación como un escudo pero no me di cuenta que esa protección excesiva para mi misma estaba dañando también a Evan.
—Yo...no lo sabía —la conmoción brotaba de mi voz, casi quebrándola —No pensé que Evan estuviera mal, sé que vas a pensar horrible de mí porque es imposible que no lo haya visto, debí haberlo ayudado o haber hablado con él, ¿Es demasiado tarde? ¿Qué puedo hacer?
—No es tarde, estás cosas suceden. La razón es válida.
—Debes pensar que lo he dejado pasar pero para mí ha sido todo un infierno —no quería proyectarme, quería encontrar una manera para ayudar a Evan pero fue inevitable revivir todas esas semanas, eran asfixiantes. —Me sigue resultando difícil, aunque vaya a terapia, ni siquiera le he dicho a mi familia de lo que pasó.
Su rostro estaba sereno pero impaciente, tal vez por querer tener alguna forma de ayudarme, lo leía en sus ojos.
—Lo siento, debe ser difícil, quizá no debí tocar el tema —se disculpó y bajó la mirada, supuse que se estaba echando la culpa por ponerme en esa situación.
—No es tu culpa —aclaré rápidamente, tomándolo del brazo antes de que se volviera para el otro extremo de la habitación.
Las razones para poder tener contacto con su cuerpo siempre eran fascinantes para mí, me gustaba tener una razón que fuera justificable, no dejé mucho mi contacto, no quería malinterpretar nada. Se volvió lentamente todavía con la seriedad plasmada en sus facciones.
—Estás tratando de ayudarme no solo a mí, también a Evan —le aclaré con la mirada bien puesta en sus ojos, otra razón perfecta para quedarme aferrada a ellos, estando segura de que toda su atención era para mí. —Te lo agradezco, por ahora lo que me vendría bien es un consejo, de verdad lo necesito y sé que tu puedes darme alguna idea, no quiero terminar arruinándolo.
—Quizá, deberías hablar con él, tal vez ofrecerle un poco de ayuda, o solo escucharlo, a veces solo necesitas eso, ser escuchado. Tampoco te sientas culpable, no es que no hayas estado interesada, simplemente cada quien sufre a su manera todo lo que pasó.
—No puse demasiada atención en Evan —repliqué con tono arrepentido, bajé la mirada al mismo tiempo que volví a sentir el remordimiento en mi cuerpo, resurgió como un nudo en el estómago que poco a poco me doblaba —Tal vez lo que necesita es algo diferente, no sé si el trabajo lo esté ayudando. Para él debe ser un infierno, ya ha tenido una perdida parecida a la de Ivy.
Dave se quedó callado pero vi de reojo que escucharme decir eso lo había dejado paralizado, de nuevo quiso decir algo pero lo mantuvo para si mismo, él no me preguntaba nada directamente si no era yo quien tenía intención de decirlo, esperaba que yo tuviera la iniciativa, en eso él era muy considerado, solo preguntaba si su curiosidad lo traicionaba.
—Hace poco más de año una de sus parejas casuales quedó embarazada de él, ella abortó sin decírselo a Evan, se enteró mucho después que iba a ser padre y cuando comenzó a procesarlo ella le dijo que decidió terminar con ese embarazo y en cierta manera estuvo bien —vi las millones de preguntas en la expresión confundida de Dave, apenas y sonreí pero sin cero entusiasmo. —Evan y su ex pareja tenían adicciones, Evan ya estaba rehabilitado, su vida ya era mucho mejor pero ella era todavía un desastre, creo que ese bebé hubiera sido muy infeliz.
—No sabía por cuanto había pasado Evan, —respondió mientras su rostro se llenaba de inocencia, me dedicó una sonrisa amable y comprensible —Eso explica lo mucho que debe estar luchando y por lo que pasa ahora, es un hombre que al parecer se guardaba muchas cosas, no creí que fuese así, parece ser un hombre muy comunicativo.
—Lo es o lo era —me corregí con cierta melancolía, el tiempo había hecho de nosotros algo irreconocible. —Tal vez fui yo o el tiempo que honestamente nos cambió con lo que pasó, aquí nadie tiene la culpa, solo quiero ayudarlo y buscar una solución para el problema.
La desesperación se hizo presente de forma evidente, fui hacia el rincón y dejé la escoba que estaba usando para limpiar, tomé el teléfono y con frustración miré la pantalla del móvil, preguntándome si llamar a Evan era la mejor idea, me debatía con mis propias decisiones y eran más difíciles de aclarar con Dave mirándome, sus ojos clavados en mi espalda me impedían pensar más allá.
—¿Quieres ir a casa? —me preguntó con la expresión un poco disgustada.
Me quedé viendo el móvil un buen rato, cerré los ojos y suspiré para mi misma, queriendo encontrar con todas mis fuerzas la decisión correcta, la que debía ser, no la que yo deseara porque lo que yo deseaba ahora se podía salir de mis manos. Sentí que de poco a poco se acercaba hacia a mí, tal vez para comprobar que estaba bien pero antes de que se pudiera acercar lo suficiente, me giré hacia él, su rostro estaba en calma pero su mirada reflejaban muchas preguntas.
—Estoy bien, no te preocupes —tragué saliva a cómo pude y me recompuse, volví a tomar la escoba para seguir limpiando pero sus ojos estaban sobre mí, esperando a que dijera la verdad, porque Dave era así, era intuitivo. —¿Hay algo que quieras decirme?
Inmediatamente su semblante cambió, parpadeó un poco, sorprendido, la quietud de su cuerpo seguía siendo sospechoso para mí, yo también podía ser intuitiva algunas veces y mi instinto me lo decía ahora de forma segura de que algo ocultaba.
—No, ¿Por qué lo dices?
Hice una pequeña mueca.
—Porque lo siento y tengo la necesidad de preguntártelo, es todo.
Arqué la ceja para tratar de presionarlo a hablar pero sonrió, tal vez persuadiéndolo de esa manera podía ceder y decirme la verdad.
—No tengo nada que decir. —parecía muy seguro pero mi instinto no se detenía.
—Eso quiere decir que eres buen mentiroso.
—De hecho no soy buen mentiroso. Se me da terrible mentir, la que no quiere decir la verdad eres tú.
Me quedé boquiabierta y con los ojos ligeramente dilatados, estaba escéptica, ¿Qué quería decir con eso? ¿Con que razón? Yo no estaba mintiendo.
—No sé a lo que te refieres.
—Hace un momento —me explicó, mientras recogía las cajas del piso, empezó a hacer una pila alta con sus brazos, después se acercó a la mesa dónde yo estaba recargada y dejó ahí las cajas, quedándose a mi lado para intimidarme —Cuando te pregunté si querías irte a casa pero no dijiste nada.
—Te respondí que estaba bien.
—¿Y era eso lo que de verdad querías decir?
Me contuve la respiración, maldición, maldición, definitivamente había dado en el clavo, me sentí descubierta, expuesta, sus ojos me tenían prisionera, huir de ellos solo sería una manera de seguir escondiéndome y no quería eso; de alguna manera ser sincera con él era algo que me nacía, que me gustaba, no tenía miedo de escuchar lo que tenía que decirme, tampoco esperaba que me juzgara, era noble.
—No, la verdad no era lo que quería decir —carraspee para aclarar mi voz nerviosa, se quebró un poco pero después resurgió con mucha más normalidad y seguridad —Lo que quería decir es que no quería irme a casa, quería quedarme aquí, quiero más bien quedarme aquí, ¿Crees que soy una persona egoísta?
No apartó sus ojos de los míos.
—¿Por qué creería eso?
—Por no ir a ayudar a Evan y quedarme aquí —susurré con cautela y cierta pena. Bajé la cabeza, ganando la cobardía, podía pensar lo que quisiera de mí, tal vez si estaba siendo injusta.
Y entonces, me sorprendió que atusara un mechón grande de mi cabello, el que me cubría la mayoría del rostro, lo puso detrás de mi oreja, aquel acto me hizo levantar la cabeza y esta vez fue como si una fuerza sobrenatural, extraña y poderosa me hiciera quedarme allí atrapada en sus ojos, deseando con unas ganas descomunales que no huyeran de mí, porque lo quería y lo deseaba.
No sé si él habrá leído aquel pensamiento pero percibí que sus ganas por no escapar de mi mirada era mutuo, no hubo resistencia como en otras ocasiones, solo dejamos de la manera tan sencilla, tan banal, que todo diera paso a lo que debía ser.
—Entonces, supongo que yo también soy una persona egoísta. —admitió en voz baja, lo suficiente para que solo yo escuchara, como si quisiera evitar que todas aquellas paredes lo escucharan confesar.
—¿Por qué?
—Porque yo tampoco quería que te fueras a casa, porque quería tenerte aquí conmigo.
Se fue acercando, veía a corta distancia como sus labios se iban acercando a los míos, me temblaba el labio inferior de tan solo tener que esperar a que pudiera besarme, a sentir finalmente aquellos labios que se veían suaves, cálidos, poder tocarlos, acariciar su rostro, sentir su aliento dentro de mi boca ; fue entonces cuando supe que había estado jugando conmigo misma todo este tiempo.
Me engañé todo este tiempo, algo en mí lo supo desde antes pero me negué a verlo, por supuesto que yo estaba enamorada de Dave más de lo que pude haber aceptado alguna vez, no quería mantenerme alejada y así fue. Sus labios ya estaban a centímetros de los míos, la adrenalina fluía como droga en mis venas, se me aceleró el corazón al sentir sus labios presionando los míos no con una suavidad tierna ni amable, sus labios se quedaron quietos al principio haciendo bastante presión, pensé que se alejaría, que tal vez se había arrepentido, pero me equivoque, todo este tiempo él también había luchado contra esa verdad y ahora solo se rendía.
Al principio fue como lo había esperado, lento, a un ritmo cuidadoso, sus labios eran dulces, cálidos, podía jurar que cuando posó su mano en mi mejilla, las rodillas me temblaron y habría pedido que me sostuviera pero el nivel en el que su besó fue cambiando, me regresó fuerza absoluta. El deseo empapaba sus labios, pude beberlo y sentirme con un extáis que hizo explosión dentro de mí, no pude controlarme, me desconocí, no fui fiel a quien yo era pero eso dejó de importarme, esto provenía desde muy dentro de mí, era parte de lo que yo quería y eso era todo lo que necesité para continuar, el único deseo que podía gritar ahora era cuanto había querido aquel beso, de la manera en que nuestros labios se cerraban, de la falta de aliento, de su mano ardiendo sobre mi mejilla y de la súplica interna para que no se detuviera, de mi cuerpo pidiendo por el suyo, incluso entre las piernas sentí una presión familiar, si ninguno de los dos se detenía, podía jurar que llegaría hasta el final.
Su beso era gentil pero ardiente, nunca en mi vida experimente una clase de beso como este, ni siquiera con Evan, me alegré tanto de que esto fuera nuevo, que fuera la primera vez, lo único que rondaba en mi cabeza era la locura, las ganas de apretarme más a su cuerpo, de su mano viajando por mi nuca, descendiendo hasta el hueco de mi cintura, de su tacto que paralizaba a mi cuerpo y después lo sacudía en una corriente eléctrica frenética.
Aquella misma corriente eléctrica se apagó cuando el sonido de mi teléfono sobre la mesa hizo que este zumbara de manera estruendosa, pero ni eso había hecho que nos alejáramos uno del otro. El palpitar de mi corazón era lo único que yo podía percibir, zumbándome los oídos, la presión de la sangre era lo único que envolvía todo mi cuerpo, además de los labios de Dave sobre los míos y el agarre que todavía estaba sobre mi espalda.
Y el teléfono volvió a sonar, creí que me dejaría pero en lugar de eso fue más insistente, sus labios eran más feroces.
—Discúlpame, discúlpame...—de manera repentina se alejó, sus ojos estaban hambrientos, llenos de vigor, el celeste de sus ojos parecía más claro, respiraba con dificultad, casi con desesperación, parte de su rostro estaba rojo, sus labios hinchados y a pesar de eso, me sonrió, fue en disculpa pero me hizo sonreír también, me dieron ganas de sostener su rostro entre mis manos y quedarme viendo aquella imagen suya por siempre, era adorable pero sensual.
—No te disculpes, yo también accedí.
—Creo que las cosas se salieron de control, no era mi intención, de verdad —ahora se había puesto serio, su sonrisa desapareció tal y como llegó, de la nada. —No suelo ser así ni hacer ese tipo de cosas. Somos amigos, tú estás con Evan y debí respetar eso.
De repente me sentí decepcionada, ¿Estaba hablando en serio? ¿Ahora se estaba engañando de nuevo? Que acaso simplemente no podía aceptar la verdad, así como yo lo hice. Huir no iba a ayudarle de nada.
—¿Ahora será solo una clase de accidente? —pregunté con ligero sarcasmo, levanté una ceja, frunciendo el ceño —Dímelo de frente entonces, ¿Qué fue lo que te impulsó a besarme? Sabes que te gusto y tu también me gustas, ¿Cuál es el maldito problema?
—Estás con Evan, él te necesita, necesita de ayuda y lo sabes.
—¿Quieres que me vaya, es eso? —ahora mi voz que era de hierro, se empezó a quebrar en mil pedazos —¿Y que hay de mí? ¿No cuenta lo que siento? Empecemos por ti, ¿Qué te detiene?
Desvió sus ojos de los míos, descubrí que entonces no era solo porque yo estuviera con Evan, era tal vez otra cosa, ¿Todavía estaba pensando en su ex novia? ¿Tal vez culpa porque ella falleció en su lugar? Quizá me equivoque y no lo había superado.
—Me gustas, Amber, eso es cierto, pero ahora tengo la cabeza hecha un lío, si me das tiempo estoy seguro de que podré responder esa pregunta.
—¿Es ella? —me atreví a preguntar, era saberlo ahora o nunca. —Aún...la amas.
—Estoy superándolo desde hace algunos años, a decir verdad es algo que me dolió mucho, sigo con esa herida —respondió sin seguir viéndome a la cara —Pero comparado a ese tiempo, ahora estoy mucho mejor, lo que quiere decir que lo que siento por ti es nuevo para mí, no creí que sentirme así otra vez me resultaría tan abrumador.
Me había dejado confundida también, no supe que decir, no iba a empeorar su estado, entendí lo difícil que debía ser esta proceso para él y lo mejor era que lo dejara en paz, solo hasta que las cosas pudieran ser mejor para él, lo entendía y no iba a herirlo solo por mi terquedad.
Asentí una vez, vi el desastre en el estudio y pensé que su arreglo podría esperar.
—¿Podrías llevarme a casa? —le pregunté en tono bajito.
Subió la mirada y asintió también, se podía ver detrás de sus ojos apacibles una clase de sufrimiento silencioso, aquel frenesí de hace un momento se había desintegrado, el efecto de nuestro beso ni siquiera había durado lo suficiente en su semblante como me hubiera gustado, lo que me hizo sentir mal e impotente, ¿Sería suficiente lo que sentía por mí para darse una oportunidad conmigo? Desee con todas mis entrañas que así fuera, porque un rechazo sería una desdicha para mí, ya había descubierto lo mucho que lo quería conmigo.
Espero que disfruten de los siguientes capítulos que estaré subiendo a partir de hoy y mañana :)
Sé que he estado por meses ausente, mi vida dio un giro de 180 grados desde que prácticamente inicio el año y yo creo que esta historia ya no está en mis proyectos, me han pasado muchas cosas que lo más seguro es que prefiera enfocarme en todo lo que viví y sacar provecho de eso en una nueva novela, me ayudaría muchisimo a desahogarme y a entender muchas más cosas, y por supuesto, a compartirla con ustedes.
No sé cuando haré esa nueva novela pero espero hacerlo antes de entrar a la universidad, me queda un mes completo.
Gracias a toda la gente que ha estado esperando capítulos de esta novela, muchas gracias!!! De corazón, ustedes son como mis amigas, mis confidentes, mi familia.
Nos seguimos leyendo <3 Besitos.