Al día siguiente me levanto con un tremendo dolor de cabeza; el cuerpo me pesa mucho y no tengo ganas de salir de la cama. Hacía mucho que no me despertaba así, últimamente la energía y las ganas de un nuevo día me animaban a empezar la mañana con ganas. Miro a mi alrededor, todo sigue igual que el día anterior cosa que confirma que no había sido una pesadilla; intento hablar pero la garganta me quema, como si me acuchillaran las cuerdas vocales, llevo la yema de mis dedos a la piel de mi cuello y recuerdo las manos de ௹ↇ⨝Ω apretando con fuerza. Dejo caer mi brazo y suspiro
-Buenos días- la cabeza de Nicole asoma por la puerta -Señorita, el desayuno está servido ¿Quiere que la ayude a vestirse?- niego con la cabeza y salgo a duras penas de la cama pero un fuerte mareo me hace sentarme de nuevo. Al final me acerco lentamente y arrastrando los pies al armario; no busco demasiado, cojo un vestido de color blanco roto y un fajín granate; después de vestirme me miro al espejo y me asusto de mi reflejo, el peinado que Nicole me hizo ayer, tan delicado y perfecto ahora es un horrible nido de pájaros y tengo unas ojeras horribles; mi piel que hace un tiempo había empezado a tener cierto color tostado ahora se ve amarillenta
-¿Necesita algo?- Nicole me habla des de el otro lado del biombo
-No, ya estoy- deshago rápido lo que quedaba de peinado y me dejo el pelo suelto. Salgo con una expresión siniestra y ella se asusta un poco
-Señorita, no creo que el señor ௹ↇ⨝Ω quiera verla así...- señala mi cuello y me mejilla que todavía está algo roja por las bofetadas de ayer -Venga, yo lo arreglo
-Pues que no lo hubiera hecho- me encojo de hombros pero por su cara no parece que vaya a aceptar un no por respuesta así que ni siquiera me esfuerzo por decir nada más. Tomo asiento en el sillón del tocador y ella empieza a maquillarme con destreza hasta que finalmente no queda ni rastro de la noche de ayer; ni siquiera son perceptibles mis enormes ojeras. Me ha atado un lazo rojo en la muñeca delicadamente para que no se vea la marca de uñas que me dejó ௹ↇ⨝Ω y me ha sonreído satisfecha -Ahora sí, ya puede bajar- me acompaña hasta el comedor, ayer no me fijé prácticamente en nada pero hoy que estoy algo más fresca intento recordar cada esquina de los pasillos para trazar bien mi plan de escape. Una vez llegamos a la gran sala, paro mi mirada en cada detalle; una mesa enorme rodeada de sillas; ventanales que cubren la pared del techo al suelo tapados por cortinas del mismo material que las d en mi habitación; distintas puertas que no sé dónde llevan y algunas macetas en las esquinas con plantas de colores extravagantes
-Buenos días preciosa ¿Cómo has dormido?- no le contesto porqué no quiero conversar con él, el simple hecho de escuchar su voz me provoca un horrible dolor de cabeza -Veo que no muy bien... bueno, espero que después de comer estés más habladora porque vamos a anunciar tu llegada y junto a ello, nuestra boda
-¿Qué?- él se sienta en la misma silla que ayer con una sonrisa maliciosa
-Así que no te ha comido la lengua el gato... me alegro- señala mi sitio, el que tomé ayer en la cena -Siéntate y lo hablamos con calma- hago lo que dice pero no por obedecer si no porqué mantenerme en pie me cuesta un gran esfuerzo ahora mismo
-¿Un te?- recuerdo que ayer empecé a estar cada vez peor con cada taza que ella me servía así que lo más probable es que no solo haya te en esa tetera... niego con la cabeza y sonrío
-No gracias, un café mejor
-Pero...- ella intenta insistir y la mirada de ௹ↇ⨝Ω confirma mis sospechas
-Un café he dicho- ella asiente y toma una jarra donde hay la bebida para servirme una taza -Gracias Nicole ¿Por qué no te sientas con nosotros a tomar... un te?- ella niega con la cabeza y da un paso hacia atrás
-No me atrevería señorita, no estaría bien
-Exacto, yo no compartiré mesa con algo como ella- ௹ↇ⨝Ω me mira serio, enfadado más bien
-¿Algo?- hablar no es que sea lo que más deseo ahora mismo pero todo sea por molestar a este imbécil
-Ya te dije ayer que todo lo de esta casa son mis cosas, y eso la incluye. Pero hay objetos que tienen más valor que otros; por ejemplo tu serás una de mis más preciadas piezas de lujo, en cambio ella es una simple baratija que me encontré en la calle- la cara de Nicole refleja el dolor que le provocan esas palabras en el corazón; no entiendo por qué le afecta tanto lo que acaba de decir alguien como él pero ella está al borde del llanto
-Eres un hijo de puta- le suelto eso por no escupirle en la cara aunque lo estoy deseando
-Creo que me confundes con otro preciosa...- me mira satisfecho, sus ojos tienen un extraño brillo, sabe perfectamente de quién debe hablar para ponerme nerviosa y no creo que vaya a perder la más mínima oportunidad para sacarlo a la luz -Deberías dejar de pensar en ese hombre ¿Sabes? No creo que te apetezca una muerte más a tus espaldas
-No sé de quién me hablas...- él se levanta de la silla y viene con pasos decididos hasta mi. Acaricia mi pelo y deja un asqueroso beso en mi frente
-Pequeña, ya te dije que no puedes mentirme
-No te estoy mintiendo
-No soy idiota Mara, si digo su nombre tu cuerpo se tensa y aparece ese asqueroso brillo en tus ojos que dejan claro para quién está reservado tu amor- acerca su cara a la mía -¿O no?- yo niego con la cabeza y él sonríe -¿A caso me equivoco?- yo trago saliva a duras penas porque tengo la garganta tan cerrada que casi no pasa ni el aire; él coloca una mano en mi pierna, demasiado cerca de mi zona íntima y desearía darle un puñetazo pero soy consciente de mi poca energía y fuerza ahora mismo es equivalente a la de un pequeño bebe, con suficiente trabajo he logrado antes mantenerme en pie -Vamos a comprobar... ¿Qué pasa si hablo de... el Capitán Levi?- intento no reaccionar pero es imposible controlar las respuestas reflejas del cuerpo -Aquí lo tenemos- agarra mi cara con su mano libre y me mira profundamente para después apartarme con brusquedad y suspira -En realidad eso nos va a ser útil luego. Cuando hables sobre lo muy feliz que estás de haber vuelto y cuan arrepentida te sientes por tus acciones. Pero sobretodo de lo exageradamente enamorada que estás de mi; quiero ese brillo- señala a mis ojos especificando a lo que se refiere
-Jamás diría algo así
-Tu vida no es la que está en juego Mara... podría recitarte la lista pero n o me he tomado el tiempo de aprenderme los nombres de tantos sucios perdedores
-No hay muerte que pueda afectarme ya...
-Bueno, algunos si que te los puedo decir, los tres primeros al menos... Connie Springer, Sasha Blouse, Jean Kirschtein- coloca su mano en mi hombro y alza una ceja -He acertado ¿Cierto?- respiro tan calmada como puedo pero se nota que estoy algo alterada, no creía que fuera a tener una lista con todos mis compañeros pero este hombre lo sabe todo... y no sé ni cómo; agacho la cabeza intentando pensar en algo que me haga salir de esta situación
-Está bien, lo que tu digas- sonrío, acabo de tener una gran idea y el plan ha empezado a hilarse en mi cabeza
-Así me gusta, obediente- él vuelve a su sitio y terminamos de desayunar en total silencio solamente interrumpido por el sonido de los cubiertos al chocar con los platos.
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Después del desayuno Nicole me ha preparado para la "entrevista", me ha obligado a vestirme con un vestido violeta y me ha recogido el pelo adornándolo con unas pinzas que tenían mariposas; después me ha llevado al salón y allí hemos recibido al hombre que venía a anotar todas y cada una de las palabras que nosotros dijéramos; jamás había visto a alguien escribir tanto y tan rápido... Al finalizar el hombre se ha despedido muy contento y nos ha dicho que estaba deseando que llegara el día de nuestra boda; yo le he pedido un ejemplar del diario que repartirán mañana en el que se encontrará nuestra noticia y me ha asegurado que no había ningún problema y que el primero que salga va a ser mío le he sonreído; hemos comido y me he recluido en mi habitación a pensar en mi plan. La primera parte ya esta hecha; fingir felicidad y amor al hablar sobre mi vuelta y mi boda diciendo palabras que nadie que me conozca se creería <<Necesitaba tenerle a mi lado...>> vamos, nadie se creería que estoy hablando de ௹ↇ⨝Ω; es obvio que en mi cabeza no sonaba su nombre... <<Tengo tanta suerte de tenerle>> en mi vida diría yo algo así, y menos de ese monstruo asqueroso; lo único que he dicho de verdad es que todo el mundo está invitado; espero que Levi entienda el mensaje; él me conoce, sabe que yo no soy capaz de hablar así en serio y sabe que odio a este hombre más que a nadie en el mundo; con eso y el resto del plan creo que podrá apañárselas perfectamente para venir a buscarme.
Llaman a la puerta y yo la abro encontrándome detrás de ella a Nicole
-Señorita, ha llegado el ejemplar que había pedido; se lo he traído- ella me ofrece el diario y yo leo con atención la noticia; me parece abominable lo que hay aquí escrito pero no comento nada sobre eso
-¿Hay algún pintor en esta casa, Nicole?- ella asiente y yo sonrío, todo va perfectamente de momento...
-¿Quiere que le lleve con él?
-Si por favor, vamos- juntas llegamos a una sala llena de cuadros que huele a pintura; tanto que marea, nos quedamos un momento en la puerta -¿Estoy bien peinada?
-Perfceta- la joven mira mi pelo una y otra vez y levanta los pulgares
-¿El maquillaje?- ella agarra mi cara para mirar al detalle
-Maravilloso
-Muy bien, gracias- Nicole se marcha y me deja sola con un hombre que está escondido entre lienzos -Buenas tardes ¿Podría hacerme un pequeño retrato?- él se da cuenta de mi presencia y pega un bote en su silla
-Oh, usted es la nueva señora de la casa; la futura mujer del Señor...
-Si, supongo, esa soy yo... y desearía un pequeño retrato, por favor
-Claro, lo que necesite ¿Para cuando lo quiere?
-Para hoy- me siento en una silla y le miro sonriente
-Pero...- me pongo seria para dejar claro que no tiene opción y él no sigue hablando -Bien, como usted diga ¿Alguna petición?
-Hágalo lo más realista posible, no quiero que transforme nada de mi expresión- le doy el diario y señalo un hueco que hay al lado de mi noticia -Y debe hacerlo aquí
-Eso es muy poco espacio...
-Ya le he dicho que era pequeño- me encojo de hombros y él asiente -¿Puede hacerlo?
-Se lo aseguro
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-Señorita ¿Está segura de esta mirada?- después de horas aquí sentada el culo ya se me está quedando cuadrado y la cara me duele de sonreír pero no me quejo, soy yo quién ha exigido que fuera para hoy mismo. El hombre mira fijamente su obra y me lo enseña; en este se ve claramente mi sonrisa falsa pero no ha dibujado todavía mis ojos
-Si, por favor, le está quedando perfecto y quiero que quede retratada toda mi esencia, mi mirada incluida- él asiente visiblemente preocupado y no añade nada más antes de ponerse nuevamente a pintar. Pasado un buen rato me entrega otra vez el diario, esta vez el dibujo está completo y mis ojos llenos de odio se leen a la perfección
-Increíble, muchísimas gracias, es maravilloso; hace usted muy bien su trabajo...
-Con una musa como usted es difícil hacer una mala obra señora- él sonríe y yo le devuelvo el gesto -Tenga cuidado, está fresco, deje que se seque hasta mañana como mínimo
-De acuerdo, nuevamente, muchas gracias; nos vemos- me voy del lugar y vuelvo a mi habitación; segunda parte completada. Por si mis palabras vacías e incoherentes no le parce suficiente, espero que este retrato tan preciso le deje claro que efectivamente no estoy aquí por gusto. Dejo los papeles con cuidado encima del escritorio y cojo papel y una pluma para empezar a escribir; hago un burdo garabato demasiado abstracto y tras una flecha especifico el nombre del lugar en que me prepararán para el casamiento y en grande escribo <<Exclusivo para el Capitán Levi>>. Mi plan está casi completo, tan solo queda que mañana por la mañana Nicole le entregue esto al comandante Erwin que diría que sigue en la ciudad, o al menos eso espero, y que este se lo lleve a Levi.
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Narra Nicole
-Buenos días señorita- digo al entrar a la habitación de la niña insulsa que tan obsesionado tiene a ௹ↇ⨝Ω
-Nicole, querida, te estaba esperando- ella se levanta de la cama con una sonrisa y yo, cumpliendo con mi trabajo le sonrío de vuelta
-Que inesperado ¿A caso necesita algo?- ella revuelve su cabello todo enmarañado que le hace parecer una loca y asiente
-Si, la verdad, quería pedirte un favor
-Oh, claro, lo que necesite- sobretodo si es que la empuje de arriba a bajo del tejado...
-¿Sabes quién es el Comandante Erwin de la Legión de Reconocimiento?- yo asiento, todo el mundo sabe quién es ese hombre pero eso no me lleva a qué debe querer esta harpía -Perfecto, me encantaría que pudieras llevarle esto a su despacho o si se lo pudieras dar a alguien de la Legión que se lo pueda entregar...- ella me da el diario que yo le traje ayer y una nota plegada
-Claro pero... ¿Por qué quieres dárselo a él?- ella sonríe intentando parecer inocente; parece que los efectos del te que la mantenían como un libro abierto y sin fuerzas ya no le causan ningún efecto
-Oh bueno, yo... ese hombre se hizo como un padre para mi en mi tiempo en la Legión y me gustaría que viniera a mi boda- yo asiento y no digo nada; no voy a llevarle la contraria pero sé perfectamente que me está mintiendo, yo me paso el día haciéndolo así que reconozco las mentiras a años luz... -Muchísimas gracias Nicole; no necesito nada más; ahora me vestiré para ir a desayunar, puedes irte tranquila
-De acuerdo, como desee- salgo de la habitación y abro la nota que me ha entregado <<Exclusivo para el Capitán Levi>> vaya, vaya... así que el comandante Erwin es tan solo un puente entre ella y el Soldado más fuerte de la humanidad... sonrío feliz de poder ayudarla a lanzarse a una muerte segura; ahora que sé que le ha enviado un mensaje a este hombre para que la vaya a buscar puedo apañarmelas para que ninguno de los dos salga de esta; de manera que mi Señor se pondría contento por la muerte de el Capitán Levi pero estaría triste por la pérdida de Mara y yo sería quién iría a consolarle... es perfecto. Sin saberlo esta chica me ha preparado el plan perfecto y así no voy a tener que pensar yo en algo para deshacerme de ella.
Llevo los papeles a mi habitación y los dejo allí para cuando tenga que salir poder cogerlos y luego voy al comedor donde ௹ↇ⨝Ω está esperando; me quedo un rato observándole, está tan guapo con ese traje... pero me encantaría poder quitárselo
-Tu ¿Qué miras?- su forma de hablarme a veces me duele un poco pero no pasa nada porqué es él y entiendo que tiene muchas cosas en la cabeza
-Nada señor; tan solo contemplaba su belleza...- él se acerca a mi, su maravillosa aroma inunda mis fosas nasales y eso me hace sonreír porqué me trae recuerdos de antes de la llegada de Mara
-Mira cría estúpida; que yo te usara para desfogarme antes de que llegara mi amada no te da derecho a devorarme con la mirada ahora; la única que puede hacerlo es Mara ¿Entendido?- yo asiento algo enfadada pero en parte no me afecta demasiado, sé que a partir de mañana esa chica no se entrometerá de nuevo en nuestra relación así que no me importa
-Buenos días- Mara se sienta en la misma silla de ayer muy sonriente
-Vaya, te veo contenta ¿Al fin has aceptado que soy lo mejor que podría haberte ocurrido?-௹ↇ⨝Ω se acerca a ella y la chica responde con una carcajada
-Para nada, pero presiento que va a ser un buen día- ella me mira y yo le sonrío confirmandole que haré lo que me ha pedido, por si tiene alguna duda. Yo también creo que va a ser un buen día, porqué va a ser el último de esta metomentodo...