Imagino que se deben estar preguntando que paso, como dos personas que estaban tan enamoradas podrían terminar así. Destruidas y con el corazón en pedazos. El final de esta historia empezó hace cinco años, de hecho han pasado 5 años desde la última vez que Serkan y yo nos vimos, es increíble que mi último recuerdo de él sea su cara de enojo y esos ojos llenos de ira.
Para poder entender como nuestros caminos se separaron y nos llevaron por rumbos distintos, es necesario retroceder cinco años y comenzar esta historia por el suceso que desencadeno todo, recordar ese día, sus palabras, su mirada, su voz y sus lágrimas, solo rompen mi corazón en mil pedazos. Si alguien me pregunta quien tuvo la culpa, yo diría que los dos, nunca supimos cómo enfrentar las grandes tempestades y he aquí el resultado de nuestras malas decisiones.
Hace cinco años…
Estábamos a la orilla del mar en nuestra caravana, el encendía el fuego mientras yo preparaba te, teníamos planeado ver las estrellas, mientras el agua hervía, no pude evitar fijarme en los papeles que estaban en la mesa, los tome y los repase rápidamente, de pronto un sobre me llamo la atención, era de la clínica, si más lo abrí, si ya lo sé, soy muy curiosa, pero que tan malo podría ser lo que hubiera adentro.
Al sacar las hojas un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, se notaba a simple vista que eran exámenes, sin comprender de que se trataba, salí del camper con ellos en la mano, mientras Serkan estaba ahí contemplando el cielo.
- Serkan, ¿Qué es esto?
Cuando se dio la vuelta y me miro, al ver los documentos en mis manos, sus ojos se llenaron de miedo. Yo seguía ahí sin poder entender que pasaba, lo único que tenía claro es que algo malo pasaba.
Después de algunos minutos que parecieron una eternidad, Serkan se acercó a mí, tomo los papeles y me dio la mano guiándome adentro del camper, nos sentamos y sin aviso alguno sus primeras palabras fueron:
- No quiero dejarte sola
- De que hablas Serkan, por favor dime que pasa.
No te quedes callado, por favor.
El solo me miraba en silencio, un silencio eterno, su rostro solo mostraba tensión. Y yo cada vez me ponía más nerviosa, no necesitaba ser un genio para darme cuenta que algo en sus exámenes no estaba bien, algo muy grabe estaba sucediendo y él no se atrevía a decírmelo, el solo hecho de pensar que el podría… no, no es posible, no podría ser posible, me niego a pensar en esa posibilidad, las palabras empezaron a brotar de mi:
- Por favor Serkan no lo hagas de nuevo, no me puedes hacer esto otra vez, no me vas a volver a dejar.
Dime algo Serkan, por favor, habla ¡Ya!
Mi tono de voz cada vez era más alto, su silencio me molestaba y me preocupaba a partes iguales.
- No sé cómo decirte esto, mmm...
Ehhh, yo...
- Serkan por favor solo dilo
- Te acuerdas del día que me desmaye en el aeropuerto
- Sí, que con eso
- Bueno, en el hospital me hicieron algunos exámenes y pues...
- ¿Qué?
- Eda, mi amor, no sé cómo puedo decirte esto…
- Solo dilo por Dios, estoy perdiendo la paciencia Serkan
- No quiero dejarte Eda, no otra vez
- De que hablas, por favor explícame que está pasando, dime por favor que estas bien, que nada malo nos va pasar, por favor…
- Uno de los exámenes no salió bien
- Tan malo es
Cada vez que recuerdo su mirada sobre mí, de lo único que me dan ganas es de llorar, con solo ver sus ojos podía sentir todo su miedo y pena
- me detectaron un ... un tumor
Después de eso, lo único que se escuchaba eran nuestros sollozos, mientras nos mirábamos con un miedo inmenso, no recuerdo cuanto tiempo estuvimos así, hasta que él se acercó a mí para tomar mi mano y abrazarme por fin.
Yo hubiera vivido en ese abrazo para siempre, si fuera posible, si el me lo hubiera permitido yo me habría quedado con él, sin importar nada.
El instante en el que rompimos el abrazo. Vino a mi mente, el día que él dijo que iría a la obra porque tenía una reunión, su expresión al llegar, esa manera extraña en como me veía, además de todas las locuras que habíamos hecho en estos últimos días, el hecho de estar en un camper hoy ... Me separe de el y le dije
- No pensabas decírmelo, verdad. Serkan, ¿pensabas o no decírmelo?
- Si, claro que si
- Y porque no me lo dijiste antes. ¿Cuándo te enteraste?
- Hace un par de días, qué más da cuando, Eso ya no importa
- Claro que importa, se supone que estamos juntos, que nos enfrentaríamos a todo juntos o no
- Si, pero no es fácil, no es tan fácil como parece Eda
Serkan se puso de pie, mientras yo quedaba ahí sentada
- Porque siempre haces lo mismo, Porque cada vez que hay un problema huyes y me dejas afuera
- No estoy huyendo, si te lo iba a decir, obvio que te lo iba a decir, solo que no encontré el momento adecuado.
Crees que es fácil, crees que no me siento mal, crees que es fácil decirle a la persona que amas, a la persona con la que tienes una vida planeada, que te vas a morir… que una vez más la vas a dejar sola, que otra vez te vas a ir, que no sabes cuánto tiempo ... Cuanto tiempo
Mientras decía esto último sus ojos se llenaron de lágrimas, no pudo terminarla frase, cuando de repente cayo de rodillas al piso, en ese instante me acerque a él, abrazados, lloramos hasta q salieron los primeros rayos de sol, nos fuimos a la cama juntos un rato y abrazados nos descontamos del mundo para descansar un poco (como si eso fuera posible) e intentar dormir un poco, después de esa horrible noche.
Pasado el mediodía, el celular de Serkan sonó y nos despertó, trayéndonos de nuevo a la realidad, a esta horrible realidad, sin mayor importancia Serkan apago el celular. Me dio un beso en la frente, se levantó y se fue a bañar.
Al salir el, yo ya había preparado el desayuno. Sin más nos sentamos a comer, aunque ninguno de los dos tenía hambre, tomamos algunos bocados, evitando así que el otro se preocupara más. Al acabar el desayuno, decidimos regresar a la ciudad, no tenía sentido quedarnos allí más tiempo, no con los últimos acontecimientos. Durante los siguientes tres días, no hablábamos mas de lo estrictamente necesario, casi todo era silencio entre nosotros, medias sonrisas, miradas llenas de pena y a punto de romper a llorar.
A la hora de irnos a dormir cada uno en una esquina, no había contacto entre nosotros, al menos no consiente, fueron días duros, pero también creo que eran necesarios, bueno al menos para mí, en ese silencio y distancia que habíamos tomado sin planearlo, solo me convencía más que no iba a dejar solo al amor de mi vida, iba a estar con él todo el tiempo que nos quedara juntos. Está de más decir que durante estos días nos desconectamos de todos y de todo, pues todos suponían que seguíamos a la orilla del mar en el camper.
Pasados los días de asimilación de la noticia, tanto Serkan como yo éramos conscientes que debíamos hablar con clama. Pero primero debíamos ir a la empresa, pues su genial idea de poner a Erdem a cargo de la empresa ya nos estaba pasando factura y los problemas no tardaron en aparecer.
Serkan me grito desde la sala, de nuestro apartamento:
- Mi amor, vamos. No quiero llegar tarde
- Ya voy
Al bajar las escaleras, sentí el fuego en su mirada, ese fuego que lo consumía todo.
"Woooo, cada día es más hermosa."
- ¿Qué pasa, por qué me ves así?
- Así como
- Así como me estás viendo
- ya te he dicho que estas hermosa, que eres muy hermosa
En ese instante, era como si los últimos días hubieran sido solo un mal sueño.
Me tomo de la mano y me acerco a el de un tirón, su mirada pasaba de mis ojos a mis labios, hasta que al fin me beso, al principio fue un beso dulce y tierno, pero al sentir el sabor de sus labios y su calidez no me pude resistir y fui yo la que tomo el control e intensifico ese beso. Sus manos acariciaban mi rostro, mientras yo lo acerba a mas a mí.
Ese beso fue un alivio para los dos, significaba que a pesar de todo estábamos juntos.
Nos vimos obligados a interrumpir el beso para poder respirar. Y justo cuando yo estaba a punto de volver a besarlo mi celular sonó. Era Leyla, la reunión que teníamos se había adelantado media hora, debíamos solucionar algunos problemas con la licitación en la que estábamos trabajando y algunos asuntos más.
Al llegar a la oficina empezamos a trabajar inmediatamente, estuve todo el día evitando a las chicas, aun no estaba lista para hablar de lo que estaba sucediendo, además todavía no sabía cómo íbamos a manejar esto, a ciencia cierta, aun no sabía que tan grave era el asunto, que quería hacer Serkan y ahora lo más importante era él.
Después de un día de mucho trabajo, de varias reuniones y más, nos fuimos a casa. Llegamos y pedimos algo de comer, mientras yo me daba una ducha y el adelantaba algo de trabajo, llego la comida.
En la comida hablamos de varias cosas, intentando que nuestra conversación fuera amena, pero la tensión era palpable, pues teníamos un asunto muy importante que hablar.
- Y entonces…
- Entonces que, pregunto Serkan
- Es hora que hablemos de lo sucedido
El solo respiro profundamente y cerro lo ojos, al cerrar los ojos tomé su rostro entre mis manos, le di un besito en la mejilla y le dije
- Amor, no te preocupes vamos a salir de esto juntos
- Te amo tanto
- Yo también
- No quiero dejarte
- No me vas a dejar, no hables así
- Según el doctor, estoy en una fase en la que no podemos hacer nada
Escucharlo decir eso, hizo que mi corazón se rompiera en pedazos
- Estas seguro, no hay nada que podamos hacer, pidamos una segunda opinión
- Tengo tanto miedo, amor. No quiero que me pase lo mismo que a mi hermano
- No hables así, vamos a pedir una segunda opinión.
- Y si el resultado es el mismo, no quiero escuchar que me voy a morir y que todas las promesas que te hice no las voy a poder cumplir
- Que vamos hacer, Serkan
- No lo sé amor, créeme que por primera vez no lo sé, no tengo un plan esto está fuera de mi control
Después de lo que él dijo, solo quería abrazarlo fuertemente y quedarme allí.
Lo tome de la mano y nos fuimos a la cama. Dormimos toda la noche en brazos del otro. Los días siguientes fueron un poco más tranquilos, habíamos pedido cita con uno de los mejores especialistas, no queríamos alarmar a nadie más hasta no tener nada confirmado.
Después de hacerle varios exámenes, llego el día de hablar con el doctor. Los dos estamos muy nerviosos, no queríamos oír nada malo. Entramos al consultorio tomados de la mano, no sentamos. El doctor empezó a hablarnos de los resultados de los exámenes.
- A pesar de que usted es un hombre joven y fuerte, estamos en una fase crítica, no hay mucho que podamos hacer.
- Entonces me voy a morir
- Lamentablemente, es uno de los desenlaces posibles, pero antes de eso podríamos intentar y probar reducir el tamaño del tumor, si llegamos a un resultado positivo, podríamos intentar hacer una cirugía.
- Cuál es la probabilidad de que tenga un buen resultado
- No le mentiré, pero el porcentaje de éxito en la fase en la que usted se encuentra no es muy alto.
Piénselo y si decide empezar con el tratamiento, lo empezamos de inmediato
Al salir del consultorio, ninguno de los dos dijo nada, así continuamos hasta llegar a nuestra casa, no comimos nada, pero el si se sirvió un trago.
- No deberías beber, le dije
- Un trago no me hará nada, bueno mejor dicho no me creo que un trago empeore las cosas
- No hables así, por favor
- Relájate mi amor, solo quiero un par de tragos, necesito relajarme un poco
- Ok, está bien. Entonces sírveme uno a mí también
Luego de varios tragos, empezamos a bailar, como solo nosotros sabíamos hacerlo. Entre miradas profundas, sus caricias y el roce de su piel con la mía, el deseo se encendió, de un beso dulce pasamos a uno mas apasionado y de la sala a nuestra habitación, dejando caer nuestra ropa en el trayecto.
Esa noche solo existíamos nosotros, sentía que si estábamos juntos podríamos superarlo todo y al fin podríamos ser felices (cuan equivocada estaba). Esa noche no solo nos entregamos a la pasión y al deseo que despertaba el uno en el otro, sino que nuestras almas se fundieron en una sola, sus besos, sus caricias, su cuerpo sobre el mío, todas esas sensaciones que solo el podía hacerme sentir, sus palabras de amor al oído, su voz, por Dios su voz era lo más sexi, oírlo pronunciar mi nombre y decirme cuanto me amaba, me elevaba al cielo directamente. Estar con el, hacer el amor con el, era la mejor de las cosas que había hecho en mi vida.
A la mañana siguiente, me desperté en sus brazos y me quede mirándolo por largo tiempo, me fije que un mechón de cabello caía sobre su rostro, se veía tan guapo y más después de una noche de buen sexo, con una mano le retire el cabello de la cara, el se movió, abrió sus ojos y con un beso me dio los buenos días. Era domingo por lo que teníamos tiempo, no teníamos planes y más desde que me entere de su tumor, inconscientemente nos habíamos alejados de todos, para así evitar preguntas incómodas, aun no habíamos decidido si decírselo o no a nuestras familias y amigos, lo que más me preocupaba era la reacción de la Sra Aydan, enfrentarse una vez más a la posible perdida de un hijo seguro la devastaría.
Pasamos el día juntos, cocinando, comiendo, jugando cartas, viendo películas, leyendo para el otro, era nuestra propia burbuja de felicidad, como si nada malo nos fuera a pasar. Al final del día en una conversación muy seria, decidimos tomar el tratamiento y aferrarnos a la esperanza de que todo iba a salir bien, si estábamos juntos podríamos superar esto también (que ingenuos, demasiado ingenuos para afrontar lo que se nos venia encima) por el momento no le diríamos a nadie lo que estaba sucediendo, seria nuestro secreto.
Serkan inicio el tratamiento lo más pronto posible, su tratamiento era muy riguroso, una fase inicial de medicamentos, deporte y alimentación especial, además de bajos niveles de estrés y evitar sobre esfuerzos innecesarios. Si todo se desarrollaba de manera positiva, lo siguiente seria sesiones de quimioterapia para poder llegar a la cirugía. Pero esto solo el tiempo lo diría.
Las primeras dos semanas del tratamiento fueron bastante duras, los medicamentos eran demasiado fuertes, cada mañana se levantaba con naucias, perdía fácilmente el apetito, le daba mucho sueño, su humor era tan variante que en un instante perdía la paciencia con cosas pequeñas e insignificantes. Por todo ello tuve que junto a Leyla ajustar su agenda de trabajo, encargarme yo de algunas cosas para así evitar que se sobrecargara de trabajo. Intentábamos aparentar que todo estaba bien ante todos.
- Mi amor, Serkan ¿Dónde estas? Serkan ¿Estas bien? ¿Dónde estas?
- Aquí, en el baño
Golpee la puerta antes de entrar, estaba ahí, sentado en el piso, pálido y con ojeras, no se veía nada bien.
- ¿Qué paso? ¿Estas bien? Estas pálido
- No, no estoy bien, no me siento bien.
Cuando se levanto para vomitar. Me acerque a el acariciando su espalda, Esperando que terminara.
- Esto es horrible
- Lo se mi amor, lo se, pero es por tu bienestar
- De verdad crees que esto va funcionar
- Claro que si, claro que va funcionar. Lo vamos hacer juntos
Lo ayude a levantarse, le lave la cara, lo seque, podía sentir como estaba temblando
- Creo que lo mejor es no ir hoy al trabajo
- Pero no puedo, tengo una reunión con los nuevos inversionistas
- Si quieres yo me hago cargo o reagendemos la cita
- Mejor reagendemos
- Ok, llamare a Leyla para que reagende y le pediré a Engin que se haga cargo de ir a la construcción hoy
- Tengo tanto sueño
- Vamos, acuéstate y descansa
- Pero solo si tu te acuestas conmigo
- Vale, pero primero hago un par de llamadas
Salí de la habitación para llamar. Minutos despues, para cuando regrese, el ya se había quedado dormido. Verlo así me dolía demasiado, como un hombre tan fuerte se veía así indefenso y débil, sentía tanto miedo, es como si en el momento menos pensado fuera a desaparecer. Me acosté a su lado, lo abrace hasta quedarme dormida junto a el.