Sous le ciel de Paris

By NatsumiNiikura

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Marinette y Luka disfrutan de una relación fuerte y sana, Kitty Section continúa adelante imparable y la rela... More

01.- Despertar
02.- Padre e hijo
03.- La joven compositora
04.- Un helado amargo
05.- Morir
06.- Sueño
07.- Malas noticias
08.- El balcón
09.- Comienzos
10.- Praga
11.- La vida sin Luka
12.- Nocturno
13.- Bunnyx
14.- Frío
16.- Agreste
17.- El factor Chat Noir
18.- Akuma
19.- Abismo
20.- Consecuencias
21.- Pedazos
22.- París
23.- Reloj de arena
24.- Lento
25.- Conspiración
26.- Las decisiones que hay que tomar
27.- Un traje de serpiente
28.- Kwamis
29.- Un plan mayor

15.- Debut

28 2 15
By NatsumiNiikura

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1365.

15.- Debut

Marinette se rió con sinceridad por primera vez en semanas, a Tikki le calentó el corazón oírla, estaba tan preocupada por ella que incluso lo había estado hablando con Plagg y Sass, aprovechando el teléfono para emergencias entre héroes, en una sala de chat entre ellos que se aseguraban de borrar cada vez que acababan. Sass compartía su preocupación, él estaba igual en lo que se refería a su portador, mientras que Plagg les decía que exageraban y que todo acabaría volviendo a su lugar tarde o temprano, y la verdad es que Tikki deseaba que así fuera.

Cargada de curiosidad se sentó sobre su hombro para poder ver qué era lo que veía en la pantalla de su móvil y que le había devuelto la risa. Se encontró con un nutrido grupo de jóvenes ataviados con elegantes ropas negras, algunas con brillos y otras mate, alguno con un instrumento entre las manos, supuso que eran los compañeros de Luka antes de saltar al escenario.

—¡Matthieu! ¿Dónde está tu sudadera? —soltó la persona que cargaba con la cámara.

—En el mismo sitio que tus camisetas estúpidas, Marco —replicó el chico, aunque no parecía molesto.

—No entienden nuestra alma sensible de artistas.

Marinette volvió a reír por el tono teatral del tal Marco. A Tikki no le pareció especialmente gracioso, pero no iba a ponerse tiquismiquis.

—¡Luka! ¡Luka! —exclamó Marco, la imagen se movió tanto que todo se volvió un festival de formas y colores sin sentido, cuando se volvió a enfocar, Marinette, se encontró mirando el rostro tranquilo de Luka con aquel pelo negro que resaltaba el azul de sus ojos—. Este es Luka, nuestro Luka. Luka con mayúsculas y en un rótulo de neón.

Marinette soltó una risita ahogada al verlo tan avergonzado frente al objetivo con sus bonitos ojos azules bien abiertos y una mueca de nerviosismo en los labios.

—Luka, que no lo quería, pero ¡ah, crueldades de la vida! Es nuestro primer violín.

»Luka, ¿por qué no les dedicas unas palabras a nuestros espectadores?

—Ah... hola —susurró.

—Pobre Luka —musitó Marinette sin poder contener una sonrisa—, con lo poco que le gusta ser el protagonista.

—Sí, bueno —soltó Marco como si nada—, nuestro Luka es un poco tímido de entrada, después se lanza. ¿Algunas palabras para tu novia? Sé que nos está viendo.

Luka soltó un suspiro. A Marinette le sorprendió que no le hubiese explicado a su amigo que ya no estaban juntos. Luka se acomodó el violín al hombro y tocó con suavidad una melodía que conocía a la perfección, aunque era la primera vez que la oía a violín.

—Yo también te quiero, Luka, aunque no deba.

Tikki no le dijo nada. La situación seguía siendo ridícula, pero al menos parecía algo más tranquila y relajada.

—Tío, vas a hacerme llorar, que bonito que suena eso. Anda, componme algo a mí para darle envidia a todos.

—Marco, pasa al siguiente —musitó Luka con suavidad.

La imagen se volvió borrosa, apareció un rostro nuevo en pantalla con una mueca de disgusto exagerada.

—No me ofenderé porque sé que está nervioso —declaró permitiendo a Marinette ponerle cara por fin—. Veamos a quién más tenemos por aquí...

El mundo volvió a tambalearse sin sentido, la imagen se estabilizó y se deslizó entre la gente para detenerse sobre una chica rubia, elegante, con unas curvas marcadas.

«Cléa» pensó Marinette con amargura. Estaba mirando a alguien fijamente, no podía decirlo con certeza, pero apostaba a que era a Luka.

—Ella es nuestra diva, Cléa —anunció, su tono no era el jovial y cantarín con el que había estado presentando a todo el mundo. Soltó un suspiro—. Canta lírica, pero como en lo que vamos a hacer no hay voz usará su otro talento y tocará la viola.

Marinette se mordió el labio intentando refrenar los sentimientos negativos que habían regresado con fuerza al verla.

—A Cléa no le gusta que le hablen antes de una actuación, así que no le hablaremos.

Igual eran imaginaciones suyas, pero a Marinette le pareció que la realidad era que no quería hablar con ella.

El recorrido continuó y Marco recuperó aquel tono alegre que le recordaba a Rose. Volvió a reír con él hasta que le entregó la cámara a un tal Emmanuel para dirigirse con los demás al escenario.

La escena cambió al patio de butacas en el que los espectadores empezaban a tomar asiento, enfocaron durante unos segundos a Jagged, Penny y Máša sentados en la primera fila. La imagen estable ponía en evidencia que era una cámara profesional sobre un trípode y no un chaval correteando con una videocámara arriba y abajo. Enfocaron el telón de terciopelo rojo y las luces se apagaron.

Marinette contuvo la respiración, no sabía cómo sonaría aquel grupo de jóvenes trajeados, tampoco tenía claro lo que era un primer violín ni lo que debía de hacer. Lo único que deseaba era que todo saliese bien y Luka se luciera.

El telón se abrió las luces iluminaron a la orquesta. Ubicó a Luka sin dificultad, en pie sobre una pequeña tarima. La música empezó a sonar, pero Luka no tocó.

—¿Por qué no toca?

—Porque no es su turno —contestó Tikki.

El maestro Fu, que adoraba la música clásica, les hacía escuchar cientos de conciertos, por eso había reconocido la pieza.

Luka se acomodó el violín en el hombro y dejó descansar el arco con suavidad sobre las cuerdas, Marinette pudo ver con claridad como sus músculos se preparaban para la interpretación. Todos los instrumentos callaron, el violín lloró algunas notas para desatar una auténtica tormenta. Tal vez era porque la música clásica nunca le había llamado demasiado la atención, pero le sorprendió cada nota, como no se necesitaba de letra para entender lo que ocurría. Era un poco como las composiciones de Luka, llenas de potentes emociones. Se sintió abrumada, contuvo la respiración.

—Madre mía... —susurró.

º º º

En el Liberty sólo se oía el violín de Luka entonando todas aquellas notas veloces cargadas de emoción.

Adrien se sentía incómodo dándose cuenta de que eso era lo que su padre esperaba de él, que tocase de aquella manera impecable mientras transmitía unas emociones que no alcanzaba a comprender. No era que no supiera más que de sobras que le superaba con creces en aquel campo, pero verle sobresalir en un campo que, en principio era suyo, era como una maldita bofetada con la mano bien abierta.

Un sollozo de Rose rompió el silencio al tiempo que el resto de la sección de cuerda se añadía al llanto del violín. Juleka rodeó los hombros de su novia para consolarla. Por primera vez se dio cuenta de lo sensible que era Rose, también de que se plantease si, en realidad, entendía perfectamente las partituras de Luka y transformase en canciones alegres las más tristes y dolorosas.

Vivicia permanecía en un silencio extraño, incluso parecía estar conteniendo la respiración, estaba completamente inmóvil. Adrien se preguntó si era algún tipo de consecuencia de trabajar con Jagged, que tal vez cuando les mostraba una canción nueva cualquier interrupción fuese un pecado mortal. Al fin y al cabo, Jagged tenía un carácter impredecible, incluso la había despedido una vez por unos cereales.

Iván tenía los ojos cerrados y el ceño relajado. Parecía estar analizando con detenimiento cada nota del modo en el que lo hacían, Luka, Anarka o Jagged, aunque sabía que él no tenía oído absoluto. Esbozó una suave sonrisa al pensar, por un momento, que a lo mejor se había quedado dormido porque la clásica no era lo suyo.

Anarka, sentada con ellos, tenía una sonrisa llena de orgullo al ver a su hijo como protagonista indiscutible de la orquesta. No pudo evitar desear que su padre le mirase de aquel modo, con todo aquel orgullo desbordándose por cada poro de su piel. Luka y Juleka eran muy afortunados por tenerla.

Y entonces pensó en Marinette, en si estaría viéndolo desde casa, en cómo se sentiría de estar haciéndolo. Tenía que ser doloroso. Quizás debería enviarle un mensaje fuera del chat del grupo para ver cómo se encontraba, a parte de visitarle como Chat Noir no podía hacer mucho más.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Se acabó el pequeño parón no programado, volvemos a la normalidad. Sé que es más corto de lo deseado, pero he quitado muchas cosas porque la música no es parte de la trama y a veces se me olvida.
Marinette riendo de nuevo era algo que necesitábamos todos, aunque eso no significa que ya esté como nueva.
Nos leemos en unos días.

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