All the young dudes - español

By zszyam

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¡ESTA HISTORIA NO ES MÍA, PERTENECE A MsKingBean89 EN AO3, SOLO LA TRADUZCO Y ADAPTO! Historia completa (los... More

Capitulo 1: Primer año: St Edmund's
Capítulo 2: Primer año: El expresso de Hogwarts
Capitulo 3: Primer año: Las elecciónes
Capitulo 4: Primer año: Luna llena
Capitulo 5: Primer año: Pociones
Capitulo 6: Primer año: Venganza
Capitulo 7: Primer año: Merodeadores
Capitulo 8: Primer año: Secretos
Capitulo 9: Primer año: Cicatrices
Capitulo 10: Primer año: Historia
Capítulo 11: Primer año: Cumpleaños, libros y los Beatles
Capitulo 12: Primer año: Navidad 1971
Capitulo 13: Primer año: Lectiuncula Magna
Capitulo 14: Primer año: La broma
Capitulo 15: Primer año: Consecuencias
Capitulo 16: Primer año: Astronomía
Capitulo 17: Primer año: Doce
Capitulo 18: Primer año: Revisión
Capitulo 19: Primer año: Fin de la escuela
Capitulo 20: Verano 1972
Capitulo 21: Segundo año: Regulus Black
Capitulo 22 Segundo año The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From
Capitulo 23: Segundo año: Hermandad
Capitulo 24: Segundo año: Pociones, de nuevo
Capitulo 25: Segundo año: horas después
Capitulo 26: Segundo año: Quidditch
Capitulo 27: Segundo año: Un compromiso de cumpleaños
Capitulo 28: Segundo año: Suposiciones
Capitulo 29: Segundo año: Luna de Diciembre
Capitulo 31: Segundo año: Sirius regresa
Capitulo 32: Segundo año: Gryffindor vs Slytherin
Capitulo 33: Segundo año: Descubrimientos
Capitulo 34: Segundo año: Trece
Capitulo 35: Segundo año: ¿Que hay en un hombre?
Capitulo 36: Amor y matrimonio
Capitulo 37: Segundo año: Exámenes
Capitulo 38: El largo último día (parte 1)
Capitulo 39: Segundo año: El largo último día (parte 2)
Capitulo 40: Verano 1973
Capitulo 41: Tercer año: De vuelta a casa
Capitulo 42: Tercer año: Animales fantásticos
Capitulo 43: Tercer año: El mercado negro de Hogwarts
Capitulo 44: Tercer año: Hogsmeade
Capitulo 45: Tercer año: Noble y más antigua
Capitulo 46: Tercer año: El Slung club
Capitulo 47: Tercer año: James Potter y la mierda abultada de elefante
Capitulo 48: Tercer año: Sirius cumple catorce
Capitulo 49: Tercer año: Conozcase usted mismo
Capitulo 50: Tercer año: Philomena Pettigrew
Capitulo 51: Tercer año: The man who cried wolf
Capitulo 52: Tercer año: Confianza
Capitulo 53: Tercer año: Davey Gudgeon
Capitulo 54: Tercer año: Marlene
Capitulo 55: Tercer año: Greyback
Capitulo 56: Verano 1974
Capitulo 57: Cuarto año: Una tormenta en camino
Capitulo 58: Cuarto año: Competencia
Capitulo 59: Cuarto año: Septiembre
Capitulo 60: Cuarto año: Octubre
Capitulo 61: Cuarto año: Noviembre (parte 1)
Capitulo 62: Cuarto año: Noviembre (parte 2)
Capitulo 63: Cuarto año: Diciembre
Capitulo 64: Cuarto año: Navidad
Capitulo 65: Cuarto año: Enero
Capitulo 66: Cuarto año: Febrero (parte 1)
Capitulo 67: Febrero (parte 2)
Capitulo 68: Cuarto año: Marzo
Capitulo 69: Cuarto año: Abril
Capitulo 70: Cuarto año: Separaciones
Capitulo 71: Cuarto año: Junio
Capítulo 72: Verano 1975
Capítulo 73: Quinto año: dinero
Capítulo 74: Quinto Año: Dolor
Capítulo 75: Quinto Año: La sorpresa
Capítulo 76: Quinto Año: Moony & amigos
Capítulo 77 : Quinto Año: Hermoso
Capítulo 78 : Quinto Año: Deseando y Esperando
Capítulo 79 : Quinto Año: Luna celosa
Capítulo 80 : Quinto Año: Fue la noche antes de Navidad
Capítulo 81: Quinto año: imperdonable
Capítulo 82: Quinto año: Consecuencias
Capítulo 83: Quinto año: Enero
Capítulo 84: Quinto año: Sentimientos heridos
Capítulo 85: Quinto año: Bombas de estiércol y armario de escobas
Capítulo 86: Quinto año: Dulces dieciséis
Capítulo 87: Quinto año: La mañana siguiente
Capítulo 88: Quinto año: Punto muerto
Capítulo 89: Quinto año: La semana anterior
Capítulo 90: Quinto año: Búhos
Capítulo 91: Quinto año: La semana después
Capítulo 92: Quinto año: Cierre
Capítulo 93: Verano 1976: Londres
Capítulo 94: Verano 1976: Los Potter
Capítulo 95: Verano 1976: Charlas de Paz
Capítulo 96: Sexto año: Septiembre
Capítulo 97: Sexto año: Octubre
Capítulo 98: Sexto año: Halloween
Capítulo 99: Sexto año: Fiestas y pústulas
Capítulo 100: Sexto año: Límites
Capítulo 101: sexto año: Nueva normalidad
Capítulo 102: sexto año: tartas de carne picada
Capítulo 103: sexto año: Doce noches
Capítulo 104: Sexto año: Mala luna ascendente
Capítulo 105: Sexto año: Derramando secretos
Capítulo 106: Sexto año: Una larga noche
Capítulo 107: sexto año: Negociaciones
Capítulo 108: Sexto año: Mary, Mary
Capítulo 109: Sexto año: Heniokhos
Capítulo 110: Sexto año: Diecisiete
Capítulo 111 : Sexto Año: Separación
Capítulo 112 : Sexto Año: Apariciones
Chapter 113: Sexto Año: La caja
Chapter 114: Verano 1977: Parte uno
Chapter 115: Verano 1977: Parte dos
Chapter 116: Verano 1977: Parte tres
Capítulo 117 : Verano 1977: Parte cuatro
Capítulo 118 : Verano 1977: Parte cinco
Capítulo 119: Séptimo Año: De regreso a la escuela.
capítulo 120: séptimo año: truenos
capítulo 121: séptimo año: compra de plumas
capítulo 122: séptimo año: la mente maestra
capítulo 123: séptimo año: el caer de la oscuridad
capítulo 124: Séptimo Año: Navidad (Parte uno)
capítulo 125: séptimo año: navidad (parte dos)
capítulo 126: séptimo año: navidad (parte 3)
Capítulo 127: Séptimo año: responsabilidades
Capítulo 128: Séptimo año: Preparación
Capítulo 129: Séptimo año: Instinto
Chapter 130: Séptimo año: Castor
Capítulo 131: séptimo año: interludio
Capítulo 132: Séptimo año: Víctimas
Capítulo 133: Séptimo año: domingo por la tarde
Capítulo 134: Séptimo año: San Valentín 1978
Capítulo 135: Séptimo año: bromas internas del Merodeador
Capítulo 136: Séptimo año: Juegos mentales
Capítulo 137: Séptimo Año: Remus el mártir
Capítulo 138 : Séptimo Año: Esperanza
Capitulo 139: Séptimo Año: Borrachos
Chapter 140: Séptimo Año: Ideas brillantes
Capítulo 141: Séptimo año: Star star
Capítulo 142 : Séptimo Año: Visitas al hospital
Capítulo 143 : Séptimo Año: Colapso
Capítulo 144 : Séptimo Año: Decisiones
Capítulo 145 : Séptimo Año: Lo que nos falta
Capítulo 146 : Séptimo Año: Superego
Capítulo 147 : Séptimo Año: Noche y día.
Capítulo 148: Séptimo Año: La final
Capítulo 149 : Séptimo Año: Legado, parte uno.
Capítulo 150: Séptimo Año: Legado, parte dos.
Capítulo 151 : La guerra: Julio, 1978.
Capítulo 152 : La guerra: Infiltración
Capítulo 153 : La guerra: Frente interno
Capítulo 154: La guerra: Otoño, 1978
Capítulo 155: La guerra: Invierno, 1978-1979
Capítulo 156: La guerra: El Cuartel General del Auror
Capítulo 157: La guerra: Manada
Capítulo 158: La guerra: Cautivo
Capítulo 159: La guerra: Sumisión
Capítulo 160: La guerra: Infantería
Capítulo 161: La guerra: Luna sangrienta
Capítulo 162: La guerra: La historia de Moony
Capítulo 163: La guerra: Finales de la primavera, 1979
Capítulo 164: La guerra: Verano de 1979
Capítulo 165: La guerra: Dulce et Decorum est
Capítulo 166: La guerra: Otoño, 1979
Capítulo 167: La guerra: Invierno, 1979
Capítulo 168: La guerra: Primavera y verano de 1980
Capítulo 169: La guerra: Otoño e invierno 1980
Capítulo 170: La guerra: Invierno de 1980 y primavera de 1981
Capítulo 171: La guerra: Triaje
Capítulo 172: La guerra: Verano, 1981
Capítulo 173: La guerra: Otoño, 1981
Capítulo 174: Armisticio
Capítulo 175: 1982
Capítulo 176: 1983
Capítulo 177: 1985
Capítulo 178: 1986
Capítulo 179: 1987
Capítulo 180: 1989
Capítulo 181: 1990
Capítulo 182: 1991
Capítulo 183: Verano 1993
Capítulo 184: Verano 1994
Capítulo 185: Principios de 1995
Capítulo 186: Verano 1995: Grant
Capítulo 187: Verano 1995: Sirius
Capítulo 188: Hasta el final

Capitulo 30: Segundo año: Navidad con los Potter

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By zszyam

Remus había creído que nada podía ser mucho mejor que una Navidad en Hogwarts lo que era (bastante literalmente) mágica. Navidad donde los Potters, por otro lado, fue una experiencia completamente distinta que solo parecía ir mejorando.

Primero estaban los trineos bajo las pistas nevadas en el jardín trasero — aunque eran más de cinco hectáreas, nadie realmente podía llamarlo un jardín. Peter, que vivía más abajo en la aldea misma, vino para unírseles tan pronto como escuchó que habían llegado, y habían tenido una extremadamente ruidosa y violenta tarde, haciendo carreras bajo las laderas y jugando complejos juegos de guerra con municiones de bolas de nieve. El Sr Potter incluso se les unió; muy animadamente para su edad y con una considerable ventaja pudiendo usar magia.

La Sra Potter los llamó a todos para almorzar y les hizo cambiarse de sus prendas mojadas. Se sentaron junto a la chimenea, cálidos y secos comiendo pastelillos de té tostados y cubiertos con una rica mantequilla amarilla. En la tarde querían volver a salir, pero el Sr Potter se había ido a acostar y la Sra Potter no quería que salieran cuando estaba a punto de oscurecerse. En vez de eso ayudaron a decorar un enorme pastel navideño con glaseado real blanco y pequeñas figuritas mágicas, luego a envolver regalos para los vecinos y elfos domésticos.

—Nosotros nunca le regalamos nada a nuestro elfo doméstico, —dijo Sirius como un hecho, sus dedos desesperanzadoramente envueltos de cinta-hechizada, —En todo caso, Kreacher es un malhumorado imbécil; dudo que quiera algo.

—Aceptan regalos mientras sean algo comestible, creo —respondió la Sra Potter sonriendo, —prendas no, por supuesto, eso solo los deprime.

—Dile a mamá lo que tu familia le hace a los elfos doméstico, Sirius, —James sonrió, envolviendo aún más las manos de su amigo. Sirius rió ligeramente,

—Guardamos sus cabezas. —Dijo, —una vez que están muertos. Por lo menos, creo que esperamos a que mueran…Kreacher es el único elfo domestico que recuerdo.

—Dios mío, —dijo la Sra Potter, —creí que esa tradición había muerto.

—No con los Black, —Sirius suspiró. Remus podía notar que estaba pensando sobre el matrimonio de nuevo.

—Estás haciendo un encantador trabajo con eso, Remus, —observó la Sra Potter, levantando la mirada por encima al libro que estaba envolviendo para la Sra Pettigrew. —No como algunos niños traviesos que podría mencionar…— se giró dirigiendo una severa mirada a su hijo y a su mejor amigo, ahora intentando pegar sus manos a la mesa.

Remus le sonrió, cortésmente, sintiendo el corte fresco en su cara tirar de su piel. Aún no le había dirigido la palabra a los padres de James. Siempre le habían dicho que no debía ser visto ni oído por gente adulta — y nunca antes había estado en la casa de algún amigo. Sirius, por el contrario, estaba completamente a gusto, Remus nunca antes lo había visto tan feliz. Adoraba a la Sra Potter como si fuera su propia madre — si hubiera querido a su propia madre, por supuesto.

Remus bostezó, más ampliamente de lo que quería, tratando de esconderse detrás de sus manos, bajando la cabeza, avergonzado. Solo había dormido unas pocas horas esa mañana después de la luna, y una tarde de guerrillas con bolas de nieve lo había dejado exhausto.

—Mejor que vayas a la cama, querido, —dijo la Señora Potter, ignorando el hecho de que solo eran las tres de la tarde. Remus se preguntó si James le había dicho a sus padres sobre él — debían saber, McGonagall probablemente no le hubiera permitido ir de lo contrario.

—Oh, estás perfectamente, ¿no es cierto, Lupin? —Sirius le halagó, —Peter va a volver en un rato, podemos volver a salir.

Remus pestañeó, luego miró a James por ayuda.

—Déjalo tranquilo Sirius, —la señora Potter lo reprendió, —El pobre niño está muerto en sus pies. Vamos, querido, puedes ir.

Agradecido, Remus se levantó de la mesa de la cocina y caminó hacia su cama. Mientras se cambiaba a sus prendas de noche, no pudo evitar robar otra mirada al espejo, ahora que estaba solo, apropiadamente. Tal vez fue el hecho de haber estado afuera en el frío, pero la cicatriz se veía peor que esa mañana, el contraste era más violento contra su piel pálida. ¿Siempre lo sorprendería su cara ahora? ¿Siempre que su reflejo se posara en un espejo o una superficie brillante saltaría? ¿Acaso otra gente le tendría miedo?

Hubo un suave golpecito en la puerta, justo cuando Remus estaba a punto de aplicar el ungüento que Madam Pomfrey le había dado. Era Sirius, Remus había captado su olor antes que siquiera tocara la puerta.

— ¿Todo bien? —el chico de cabello negro se deslizó dentro de la habitación, hablando suavemente. Sostenía un cáliz de peltre en su mano. —La mamá de James te envió esto. Es un brebaje sanador, creo.

—Oh, gracias. —Remus asintió cansado. Sirius lo dejó en la mesita de noche.

— ¿Estás bien?

—Bien. Solo cansado, amigo.

— ¿Acaso fuimos muy…ya sabes, duros contigo o algo?

— ¡No! —dijo Remus, muy firmemente, probablemente sonando más enojado de lo que pretendía. —No tiene nada que ver con ustedes, es solo el hecho de que estuve despierto toda la noche aullándole a la jodida luna y tratando de arrancarme mi propia cara. Estoy cansado.

Remus tuvo que sentarse, el esfuerzo del arranque hizo que se mareara.

—Lo siento. —dijo Sirius, aún más suave. Era la segunda vez que se disculpaba ese día, y Remus odiaba ese sonido. —Te dejaré. —cerró la puerta.

Remus no pudo empezar a preocuparse sobre herir los sentimientos de Sirius. Se esparció un poco del ungüento, luego olfateó el cáliz que la Sra Potter había enviado. Lo reconoció como algo que había bebido antes en Hogwarts, que provocaría sueño instantáneo. Se metió a la cama, lo bebió rápidamente, y cerró sus ojos.

***

Los días restantes antes de la Navidad pasaron rápido, y Remus fue capaz de experimentar la vida de una familia real por la primera vez. El señor y la señora Potter tenían que haber sido los padres perfectos — eran amables y seguros, siempre sonrientes y llenos de diversión. Remus no sabía que los adultos podían ser de esa forma. No sabía que la gente podía crecer así. Estaba más que claro por qué James era de la forma que era — rebosante de amor y confianza ciega al igual que Remus estaba rebosante de furia. Era obvio, también, por qué Sirius se sentía tan atraído por la familia. Él tenía una insaciable sed de amor, y los Potters tenían un suministro infinito.

Los cuatro chicos recorrían todo el campo en la nieve, envueltos en sus cálidas bufandas de Gryffindor, sombreros y guantes. En las tardes jugaban juegos de cartas, ayudaban a la Sra Potter a preparar la cena y escuchaban al señor Potter contar historias de fantasmas frente a la chimenea. Hicieron pasteles de carne picada y cadenas de papel, construyeron magos de nieve e iglús, y durmieron tan profundamente en sus camas cada noche que ni siquiera un vociferador los hubiera podido despertar.

Desafortunadamente, esto no duraría mucho. Mientras que los Black habían dejado de enviar vociferadores, no habían olvidado a su hijo rebelde, e intentaron una nueva táctica en la víspera de navidad con consecuencias devastadoras para los merodeadores.

Estaban bebiendo cálida cerveza de mantequilla sentados en la alfombra de la sala de estar. James y Sirius estaban jugando gobstones, muy ruidosamente, y el Sr Potter le estaba enseñando a Remus a jugar ajedrez. El anciano había estado horrorizado al descubrir que Remus no sabía cómo jugar, y Remus estaba sorprendido al descubrir que estaba disfrutando bastante el juego. Toda la sala se sentía cálida y a salvo, las pesadas cortinas cerradas protegiéndolos del frío y la oscuridad, las luces del árbol brillando suavemente y el fuego estallando y crepitando a su lado. El reloj daba justo las nueve, y la Sra Pottwe estaba a punto de mandarlos a todos a la cama, cuando se escuchó un fuerte *CRACK* justo afuera de la ventana.

El Sr y la Sra Potter compartieron una mirada rápida, y los oídos de Remus se punzaron como los de un perro. El olor de magia gastada impregnaba el aire, como pan quemado. Algo oscuro y sin sabor. Hubo un firme y seco golpe en la puerta.

—No esperábamos a nadie, ¿cierto Effie? —el señor Potter frunció el ceño levemente a su esposa. Ella sacudió la cabeza, y ambos escucharon.

El elfo doméstico de los Potter, Gully, se precipitó a la puerta para abrirla. Hubieron unas voces agitadas en el pasillo, y Gully volvió apresurado.

—Oh, Sr Potter, Sra Potter, ella ha venido por el joven amo Black, ¡ella me ha diciendo ella es su madre! Le dije que esperar por usted. —el elfo estaba apretando sus manos ansiosamente, claramente muy confundido por el cambio de eventos.

Sirius y James compartieron una mirada. La cara de Sirius estaba blanca — parecía que iba a vomitar.

—No se atrevería…— susurró.

El Sr Potter ya estaba de pie y en la puerta. Hubieron voces alzadas en el pasillo ahora —Remus reconoció el tono brusco de la Sra Black de las horribles cartas.

—Sirius, —dijo gentilmente la Sra Potter, — ¿Tus padres te dieron permiso para visitarnos, querido? —El miró al piso. Ella cloqueó la lengua. —Oh, corazón. —dijo, sonando muy triste.

— ¡No hagas que se vaya, mamá! —James se puso de pie, — ¡Los odia!

—Son sus padres, James.

— ¡Sirius! —el Sr Potter lo llamó desde el salón.

Sirius se puso de pie, James lo siguió. Remus no quería, quería quedarse junto al fuego donde habían sido tan felices hace solo unos momentos. Pero la Sra Potter se había puesto de pie también, y estos eran uno de esos momentos donde los merodeadores tenían que presentarse como un frente unido, independiente de lo aterradora que podía ser la madre de Sirius.

Se dirigieron al salón. Remus había visto a la Sra Black una vez antes, la primera vez que había abordado el Expreso de Hogwarts. Entonces simplemente pensaba que se veía muy severa, y que se parecía a Sirius. Aún se veía severa — su cabello estaba recogido en un alto moño que se enroscaba como una serpiente en la corona de su cabeza, fijada con un pin de esmeralda. Sus ojos eran oscuros, no tan azules como los de Sirius, pero tenía esa estructura huesuda de la familia Black, y la mirada de superioridad. Era más baja que el Sr Potter, pero había buscado la manera de mirarlo como si fuera suciedad en sus botas. Su mirada se afiló cuando vio a James y Remus aparecer.

—Sirius. —dijo, fríamente, entrecerrando los ojos a su hijo mayor. — ¡Vendrás conmigo de una vez. Kreacher! —Chasqueó los dedos y un viejo, marchitado elfo doméstico emergió detrás de sus túnicas. —Ve arriba y trae las cosas del amo Black. —El elfo doméstico hizo una gran reverencia, besando las puntas de plata de las botas de la Sra Black, y apurándose arriba de las escaleras.

—Buenas tardes, Walpurga, —dijo la Sra Potter, agradable, como si no hubiera nada de tensión, — ¿Puedo ofrecerle algo de beber? Estábamos a punto de partir los pasteles de carne picada, ¿no es cierto, niños?

La Sra Black la ignoró, mirando directamente a Sirius.

—Ponte tu capa. Nos vamos ahora.

—Pero madre yo—

—No te atrevas a hablarme. —siseó, sus ojos en llamas.

Remus quería huir; ella era peor que Matrona, cien veces peor. Ella era peor que Bellatrix y Snape y cualquier persona horrible que haya conocido. La idea de dejar a Sirius irse con ella hizo que su estómago se volteara. El Sr y la Sra Potter parecían estar sufriendo la misma crisis,

—Walpurga, ¿Por qué no lo deja quedarse? —Intentó la Sra Potter, —sé que ha sido un poco travieso, pero no hizo daño. Puede quedarse a almorzar y luego lo enviaremos mañana antes de la cena. Han tenido unos días tan buenos juntos.

La Sra Black dejó salir una corta risa crepitante, como si la diversión de su hijo fuera la más mínima de sus preocupaciones. Dirigió su mirada a James, a su cabello alborotado, luego a Remus, mirando fijamente su nueva cicatriz. Remus miró a sus pies, aterrado. Ella sabría. Sabría sin dudarlo.

Kreacher volvió bajando las escaleras con apuro, seguido de un muy ofendido Gully. La maleta de Sirius se elevaba detrás de ambos, aparentemente empacada y lista para irse. Walpurga se giró,

—Vámonos, Sirius.

—No. —dijo, muy suavemente, pero muy firme. Remus quería decirle que cerrara la boca, ¿¡acaso no podía ver el problema en el que se había metido!? Pero Sirius estaba cerrando sus puños con fuerza, mirando a su madre, —me quiero quedar aquí, con los Potters. No puedes obligarme—

— ¡SILENCIO! —Walpurga se giró, agarrando fuerte su varita y apuntando en dirección a Sirius. Dejó de hablar enseguida—aunque no voluntariamente. Abrió y cerró la boca un par de veces, y no logró emitir ningún sonido. Ella le había robado su voz.

— ¡Walpurga, en serio! —el Sr Potter quedó boquiabierto, mientras la Sra Potter dejó salir un leve chillido y se arrodilló junto a Sirius, envolviéndolo con sus brazos protectoramente. — ¡Es solo un niño!

—Él es mi hijo. —Walpurga ronroneó, mirando penetrantemente a la Sra Potter, —y es el heredero a la más fina casa de Gran Bretaña. Aprenderá cuál es su lugar. Vamos Sirius.

Sirius se veía completamente rendido, su boca en una línea de resignación. Él abrazó a la Sra Potter de vuelta, luego dio un paso lejos. Se despidió con la mano de James y Sirius, antes de seguir a su madre por la puerta.

Los cuatro se mantuvieron de pie, en silencio, después de que la puerta se cerró. Remus se preguntó si James se sentía igual de avergonzado que él — ¿Debían haberse interpuesto por su amigo de algún forma? ¿Qué le pasaría ahora? El Sr Potter se veía furioso.

— ¡Usa un hechizo silenciador en su propio hijo! ¡En un mago menor de edad! ¡Es moralmente reprensible!

—Ella hace peores cosas que eso. —dijo James suavemente. Remus asintió de acuerdo, sintiendo que él también había sido privado de su capacidad de hablar.

—Tenemos que hacer la casa indetectable, Fleamont, —dijo la Sra Potter, repentinamente, —De tal forma que no nos puedan encontrar—tu dijiste que lo estabas considerando, después de las últimas elecciones. No quiero a esa espantosa mujer en mi casa nunca más.

El Sr Potter asintió, oscuramente.

—Buscaré la manera en el año nuevo. Alastor Moody me debe un favor.

—Hora de ir a la cama, niños. —dijo la Sra Potter con voz temblorosa. —Traten de no preocuparse mucho. —Abrazó a James ferozmente, besándolo en cada mejilla. Remus trató de esquivarla pero también lo alcanzó, envolviéndolo en un fuerte abrazo. Olía a naranja y clavo de olor.

***

—Psst. Remus.

Remus justo había terminado de lavarse los dientes y estaba encaminándose por el pasillo hacia su habitación, cuando James asomó su cabeza y lo condujo a su propia habitación. Se arrodillaron en la cama juntos. James sacó una nota del bolsillo de su pijama, —Regulus envió esto,

— ¿Qué dice? —preguntó Remus rápido, antes que James pudiera pasarle la carta para leerla.

—Oh, ehm, dice ‘Sirius está en casa, no traten de contactarlo.’

— ¿Es todo?

—Es todo. —James asintió lúgubremente.

—Buen detalle de Regulus, —Remus remarcó, bajando sus ojos a la nota que había sido obviamente garabateada en un apuro. —Pensé que se odiaban.

—Seh, bueno todavía son hermanos, ¿no es cierto? —Respondió James, encogiéndose de hombros, —lazos familiares y todo eso.

— ¿Crees que estará bien?

—No lo sé- —James se mordió el labio. —Nunca le entregué su regalo. Dice que su familia nunca le da nada navideño, solo reliquias familiares y eso.

—Tuve una discusión con él el otro día —Remus suspiró tristemente, —Sobre…ya sabes, mi pequeño problema peludo.

James soltó una risita,

—No te preocupes. Ustedes dos siempre están discutiendo sobre algo. Solo son sus personalidades.

—Oh. ¿Tú crees? —Remus estaba un poco ofendido por esa observación — Sirius tenía arranques con Peter mucho más seguido, seguramente. James sonrió,

—Te lo dije, no te preocupes. Black ama las discusiones.

La mañana de la Navidad fue un asunto subyugado, aunque los Potters estaban buscando hacer la situación animada, solo por Remus. Cuando despertó se sintió avergonzado al encontrar paquetes envueltos al pie de su cama, y resolvió corregir esto el próximo año de alguna forma.

Estaban los calcetines y ropa interior de Matrona, como de costumbre, más una lata de galletas de mantequilla. Algunas ranas de chocolate de Peter y un gran libro de hechizos avanzados de Sirius. James también le había comprado un libro — Cartografía de Prestidigitadores: Una guía para la creación de mapas. El Sr y la Sra Potter, en cambio, habían exagerado. Bajo el árbol encontró más dulces, bromas prácticas, un hermoso set de plumas — que trató de devolver (—compramos lo mismo para James y Sirius, querido, no seas tontito), y un pijama nuevo.

La extensión de la familia Potter empezó a llegar para el almuerzo navideño alrededor del mediodía al igual que los Pettigrews, quienes trajeron consigo a la hermana mayor de Peter, Philomena, y a su novio muggle que trajo de la Universidad. Remus fue presentado como un amigo de James, y en general ignorado, excepto por un pequeño mago viejo que ya tenía la nariz roja y estaba efusivo de todos los tragos que Gully estaba pasando,

— ¿Lupin, dices? ¿No el hijo de Lyall Lupin?

Remus quedó boquiabierto, incapaz de responder. Solo había escuchado el nombre de su padre una o dos veces.

—Ehm…sí. —Dijo finalmente, fuertemente sonrojado.

— ¿¡Él está aquí!? —El mago sonrió, mirando alrededor, —Excelente compañero, no lo he visto en años.

—Eh…él está muerto. —respondió Remus, se encogió de hombros excusándose.

— ¡Una maldita pena! —El mago lloriqueó, derramando un poco de su bebida, —Buen duelista; me enseñó todo lo que se de los boggarts. Aunque su mal genio solía meterlo en problemas—le dije que no se metiera con ese chico Greyback—jodidos hombres lobo, ¡hay que exterminarlos a todos!

Remus pestañeó. James lo miró, curioso. Afortunadamente el Sr Potter intervino

— ¿Darius? Ten otro trago, viejo amigo, deja a los jóvenes con sus juegos, ¿eh?

Remus tragó saliva fuertemente y volvió a su torneo de gobstones como si no hubiera pasado nada.

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