XX. Surprise
—¡MALDITA SEA GRACE! —le cubro la boca rápidamente con la mano temiendo que alguien pueda escuchar hasta abajo el nivel de emoción de esta mujer.
—¡SHHHHHH! —la reprendo y ella hace que la suelte.
—¡Enfrente de tus padres maldita descarada! —ambas reímos y ella me avienta una almohada. —Lo huciste llegar dos veces, maldición, tienes que enseñarme.
—Seguí las reglas de tu no tan estúpido libro. —abre los ojos de par en par.
—¡Te lo dije!, Ahora no es tan estúpido, ¿Cierto? —ruedo los ojos al cielo cuando ella comienza a alardear. —Debo terminarlo si es que quiero convertirme en una experta.
—Se supone que no trabajarían hoy. —cambio el tema refiriéndome a papá, el señor Wolsey (el padre de Lena) y Niall. Esta mañana cuando bajé a desayunar, Lena acababa de llegar junto a su madre y los hombres ya no estaban. Según mamá, tuvieron una junta improvisada a la que no podían faltar y por lo que oí de la conversación entre mi madre y la de mi mejor amiga, Niall está asociado con mi padre, él no trabaja con él, más bien tiene su propia empresa aquí en Dublín, otra en Londres y otra en Los Ángeles. Papá por otro lado, posee la misma cantidad, una en Londres también y otra en San Francisco. El señor Wolsey es igual, sin embargo me es desconocida la ubicación de las suyas.
Nos basamos en una jerarquía.
Los apellidos.
Y es justo lo que mamá está por gritar.
—¡Estamos en sociales! —musita ella totalmente emocionada cuando Lena y yo decidimos bajar para estar con ellas en el jardín.
—¡Catherine, por Dios, ¡¿Qué dice?! —pregunta la señora Lucía del mismo modo que mi progenitora.
—Los apellidos Wolsey, Ballard, Horan y Lindenberg están siendo murmurados por las calles de nuestra bella ciudad.
Según un reportaje para Irish Independent asegura que los cuatro mencionados y hasta ahora millonarios empresarios hacen ahora de una simple colaboración, un fuerte respaldo para las compañías viticultores de Europa occidental. Maxim Ballard, quien ahora se encarga de dirigir una nueva colección para su marca, se asocia con tres de las empresas más reconocidas por los medios tanto en nuestro país como en el resto del continente. Esperamos la sorpresa con ansias y como es costumbre para las empresas Ballard lanzar una nueva colección de vinos cada año, los críticos están al margen. Sin duda, algo para celebrar este buen y festivo fin de semana. —concluye y no puedo evitar sonreír. —Maxim se va a morir con ésto y no solo él. Niall, Abraham... ¿Te das cuenta, Lucy? —la mencionada asiente y justo en ese momento, Nancy aparece tomanto asiento frente a nosotras. Inmediatamente me sonríe mientras mamá le cuenta sobre la nota en la revista. Lena solo se ríe.
—Descarada de mierda. —me dice y también me carcajeo negando solamente.
Aquí es donde se piensa, ¿No hay culpabilidad de por medio?, ¿Arrepentimiento?
Y la respuesta es no.
No me puedo arrepentir de algo que disfruto. Algo que no me causa estragos. Niall es mi placer culposo, no puedo hacer nada al respecto si yo lo deseo tanto como sé que él a mi también.
Me lo ha demostrado ayer.
Esta mañana al despertar, lo reviví en mi mente e inconscientemente, ya comenzaba a acariciarme a mi misma imaginando que es él quien lo hace.
Recordé sus manos sobre mi cadera, su boca, sus labios y todo lo que me hizo sentir anoche.
Cuando llegué a mi habitación y después de darme una rápido ducha, recibí un mensaje suyo. Por mero morbo abrí WhatsApp y lo leí por décima vez.
N: No puedo siquiera creer que tuve relaciones con la hija de mi mejor amigo...—12:09 p.m.
Para entonces creí que se había arrepentido pero...
N: Y aún sentir la puta necesidad de volver a repetirlo. —12:09 p.m.
Apagué de nuevo el celular sintiendo la satisfacción correr entre mis venas.
Tal vez esté día este lleno de sorpresas o tal vez no sea así.
Espero lo mejor.
➖📍➖
Niall
Grace.
Grace.
Grace.
Grace.
Es lo único que ha estado rondando en mi cabeza todo el sagrado día.
Los recuerdos de la noche anterior siguen vivos en mi memoria.
No sé qué o por qué pero no dejaba de reproducir los vídeos mentales de nosotros arriesgandonos a ser descubiertos en un 99%. Había algo en ella, algo en la forma en la que se movía, su forma de actuar, aquellos bendecidos ojos verdes y su cabello del color de la noche que la hacen parecer una hermosa pantera en la oscuridad.
Algo en ella me atraía como un imán a otro, uno que después de haberse unido al mismo, no deseaba despegarse nunca.
Ayer rompí ese pacto de respeto entre Maxim y yo, teniendo sexo con su hija.
Ayer rompí mis votos matrimoniales con Nancy, le fuí infiel a mi esposa y no siento culpa alguna.
Grace es como mi escape.
Los primeros días la miraba con disimulo sin que ella lo notara. La escaneaba completa buscando algo que dejara de atraerme tanto a ella y me fue totalmente imposible encontrarlo.
Desde que la ví bajar por aquellas escaleras, su belleza, la sensualidad de su cuerpo me llamaban de formas sobrenaturales. Supe que la chica con la que había estado teniendo interacción mediante una red social por semanas, era la misma que ahora estaba a tres puertas y un pasillo de distancia.
Esque... es ella, es... todo en ella. Son sus contorneados curvas, aquel uniforme ceñido que usa y esa falda corta. Sus piernas... sus labios, sus manos, su boca... ¡Es todo!
Y estoy seguro que ni ella ni yo, podremos detenernos algún día después de lo que pasó ayer.
—¡Horan! —levanto las cejas escuchando la voz de Maxim llamarme con cierta diversión.
—¿Decías? —enarca una ceja mirándome curioso.
—¿Pensando en tu princesa? —En la tuya, más bien.
—Estaba pensando en los ingresos que me hiciste revisar diez mil veces ayer. —ríe y se disculpa.
—Quiero tu opinión amigo, lo siento.
Esto es importante para ambos y sé lo maldito perfeccionista que eres y si no te hago que lo revises con tus propios ojos, cuando algo salga mal, me culparás y no gracias. —ahora soy yo quien ríe.
—Jódete. —imita mi acción y firma unos papeles antes de entregárselos a su asistente.
—Oigan, ¿Qué les parece si sorprendemos a nuestras mujeres hoy? —frunzo el ceño con curiosidad ante la idea de Abraham.
—¿Qué tienes en mente? —Maxim se adelanta a preguntar.
—Seguramente ya leyeron el artículo donde The Sun ahora nos está besando el trasero. —río y niego —El artículo del Irish Independent, donde anunciamos la nueva colección. Seguramente es motivo de celebración así que estaba pensando en decirles que se arreglen y organizamos una cena en casa de nuestro anfitrión.
—Me parece una excelente idea. —Ballard concuerda. —Mañana es domingo, embriaguemonos hasta la inconsciencia.
Tan solo estuve de acuerdo.
Seria una cena tranquila y quizás después una desastrosa y caótica celebración llena de alcohol. El plan me agrada.
Y aún más si se trata de ver a la castaña con uno de esos entallados vestidos que suele usar en reuniones como esta.
Lo siguiente es Maxim llamando a Catherine para avisarle sobre la cena y Abraham llamando al Dax Restaurant.
Lo último que escuché fué que llegarían chefs personales del mencionado restaurante, sería noche de comida francesa, poco usual pero siempre es bueno experimentar.
Mi teléfono vibra en mi bolsillo, así que lo saco y enciendo. Tengo dos mensajes de la mujer que ha estado acaparando mis pensamientos desde que desperté.
Inconscientemente observo a Maxim sonreir al teléfono diciéndole algo lindo a Catherine y a Wolsey hablar con el gerente del restaurante. Después de asegurarme, abro los mensajes.
G: ¿Ocupado? —4:12 p.m.
N: Tienes mi atención. —4:13 p.m.
G: ¿Es real? —4:13 p.m.
N: Totalmente cariño. —4:13 p.m.
G: Basta, ahora me ruboricé... 😔 —4:14 p.m.
Sonreí sin pensar.
N: Anoche no apareciste ruborizarte en lo absoluto. —4:14 p.m.
G: Escribiendo...
Mordía mi labio inferior saliendo del chat para así esperar su respuesta. Este juego de hablar sin pudos acerca de lo que pasó, me estaba gustando más de lo necesario.
G: Quiero más... quiero repetirlo daddy...—4:15 p.m.
Ella con solo llamarme de esa forma, me encendía de maneras que jamás voy a lograr comprender del todo.
No podíamos hacer ruido anoche pero sé que no le gusta ser silenciosa. Su boca literalmente estaba sobre mi campo auditivo y podía escucharla gemir por accidente con toda claridad.
Los gemidos de Grace... jamás me cansaría de escucharlos, tan melodiosos como excitantes.
N: Oh créeme cielo, va a suceder. —4:16 p.m.
G: No puedo esperar... —4:16 p.m.
Ahora somos dos.
➖📍➖
Grace
8:32 p.m.
—Lo vas a matar, estoy segura. —murmura mi castaña amiga observando nuestros reflejos en el espejo de cuerpo completo de mi clóset.
Él dijo que sucedería otra vez.
Así que la operación querubín estaba en marcha. —Sube la pierna de nuevo. —hago lo que me pide subiendola sobre una de las sillas afelpadas del tocador revelando un hermoso liguero negro con medias hasta los muslos del mismo color contrastando perfecto con mi largo vestido.
—Es lindo, ¿No?
—Amiga, eso es sexy. —se inclinó para acomodarlo. —Está listo. Ahora ven aquí. —Tomó del estante uno de mis perfumes y lo roció sobre mi cuello, pecho y ropa. —Vé por él. —río para después besar su mejilla y ser seguida por ella cuando Ofelia nos dice que es hora de bajar.
Afuera ha comenzado una fuerte tormenta al parecer y esque la cena seria en el jardín trasero de la casa. Al final, las risas provienen del gran comedor, no el principal que usamos prácticamente todos los días, hay otro unas cuantas puertas al fondo, es bastante grande donde perfectamente estaremos a gusto. Hay tipos con violines y la cosa al parecer se pone elegante, los presentes aún no se sientan a la mesa, conversan entre sí algunos sobre los nombres de cada etiqueta de cada vino y todo es sobre vino, vino y más vino. No me mal entiendan, amo a mi papá y estoy feliz y orgullosa por todos pero así es esto, solo hablan de trabajo.
Lena no suelta mi brazo cuando entramos, e inmediatamente busco al peculiar y sexy castaño, sin embargo nonlo encuentro ni a el ni a Nancy.
Aunque aparecen minutos después entrando por donde nosotros lo hicimos. Al percatarse de mi presencia, tan solo me sonríe de lado y me guiña un ojo antes de ser tomado del brazo por su esposa.
—Nisiquiera es mi asunto pero ¡Te acaba de guiñar el ojo! —Lena me grita en un susurro de modo que solo yo puedo escucharla y comparto su emoción.
Sí, definitivamente me voy a ir al infierno.
➖📍➖
El resto de la noche se basa en una agradable cena donde todos participamos y muy a pesar del tema sobre el trabajo, nuestros padres comienzan a contar anécdotas de cuando ellos iban a la escuela. Las cosas que hacían y las travesuras del bachillerato.
De lo que una se entera.
Al parecer Niall era un casanova en todo el sentido de la palabra. Papá cuenta animadamente la ocasión en la que casi los descubre la policía con sustancias ilícitas en las manos en un auto a las afueras de stanford y miles de cosas más. Es cuando sé que se le están pasando las copas.
A todos.
Mamá se ríe de todo.
Nancy baila descontrolada en su silla.
Abraham ya habla pegado.
Y Lucy está por quedarse dormida, asu que con Lena deciden irse a descansar. Se quedarían en nuestra casa en las habitaciones del tercer pasillo.
Niall está moderado, él parece ser el único ser en juicio sentado en esta mesa. Tan solo se ríe de las estupideces sin sentido que mi padre ahora comienza a decir.
Las horas pasan, ellos bailan, sonríen, conversan y literalmente ya no se pueden nisiquiera mantener de pié. Tomo de un sorbo lo que queda en mi copa e intervengo. Papá está por empinarse la botella así que se la quito pasando su brazo por encima de mis hombros.
—Okay hombresote, hora de ir a la cama. —Le digo siendo ayudada por mamá.
—No, apenas llevo dos corazón... —río por la forma en la que arrastra las palabras.
—Botellas. —le digo y él asiente sin más. El reloj ya marcaba las casi dos de la madrugada, así que ayudó a mis progenitores a llegar a su habitación y ellos caen prácticamente rendido al tocar la almohada. Niall por otro lado ayudó al señor Wolsey dejando a Nancy un segundo en el comedor. Ella parece estar muy animada... y bastante ebria.
—¡Grace!, Cariño... —toma ma botella que anteriormente yo le había quitado de las manos a mi padre y bebe un largo trago de la misma. —Oye, que bonita te ves...
—Gracias... y tú, te ves muy ebria así que dame eso... —me entrega la casi vacía botella de vidrio y yo la dejo nuevamente sobre la mesa. —Bien.— intento cargarla pero es como peso muerto. No coopera conmigo y se mantiene en estado gelatina sobre aquella silla.
—Yo lo hago. —Casi pego el grito al escuchar la voz de Niall junto a mi tratando de levantar a Nancy, que a diferencia de mi, si lo logra. —Gracias Grace, ve a descansar. —me mira por una leve fracción de segundo y hasta ahora me detengo a admirar el contraste del azul de sus ojos.
Reacciono y me despido.
Saliendo de aquel lugar, me quitó los zapatos en el proceso y subo hasta mi habitación cerrando la puerta y apoyándome de esta.
Entonces, algo en mi se activa.
¿Cuál descansar?
Camino con rapidez hacia la cama donde yace tendido mi celular. Entro al chat de Niall y comienzo a teclear en la pantalla.
G: ¿Se quedó dormida? —2:04 a.m.
Espero paciente si respuesta mientras juego con el elástico del liguero que llevo puesto.
Esto es memorable, oportunidades así no se ven nunca.
Pasan uno, dos minutos hasta que la pantalla marca el escribiendo y responde.
N: Casi... —2:06 a.m.
Muerdo mi labio inferior y sonrío victoriosa para mis adentros.
G: Cuando esté dormida, ¿Puedes venir a mi habitación?, tengo una sorpresa para ti... —2:07 a.m.
Mi pulso estalla bajo mi piel cuando le doy enviar al mensaje.
Segundos después se encuentra escribiendo la respuesta hasta que llega y siento que está por darme un ataque fulminante al corazón.
N: Sea lo que sea, quiero saber que es. —2:07 a.m.
N: Se acaba de dormir, voy para allá. —2:08 a.m.