Daniel: me dijiste que no volverías a tener contacto con él.
Regina: te dije la verdad, le dejé claro que no quería volver a verlo.
Daniel: y entonces como sabe dónde trabajas?
Regina: espera, tranquilízate! mi padre tiene la constructora desde hace años, hice mis prácticas de la universidad aquí mismo, es conocida por todos en toda la ciudad, incluyendo a Alan.
Secretaria: disculpe ingeniero, pensé que eran suyas, de verdad no quise ocasionar un problema entre ustedes.
Regina: no te preocupes, no pasa nada, puedes retirarte.
La secretaria se puso de pie y cuando iba de salida, Regina la detuvo.
Regina: espera, por favor llévatelas.
Secretaria: pero arquitecta.
Regina: tíralas a la basura, regálalas en la calle, has lo que quieras pero las quiero fuera de la constructora, entendido?
Secretaria: si, como usted diga, permiso.
Tras irse la secretaria Regina rompió la tarjeta y la tiró al bote de la basura.
Regina: ya te expliqué que Alan no me importa.
Daniel: pero se atrevió a enviarte tus flores favoritas.
Regina: y que con eso? A mí no me interesa, Alan ha estado enamorado de mí desde hace tiempo, por años me hizo regalos que yo ingenuamente acepté creyendo que era por nuestra amistad pero ahora no me interesan.
Daniel: por qué ?
Regina: porque solo quiero recibirlos del hombre que amo.
Regina se acercó y lo tomó de su corbata para besarlo apasionadamente.
Alan regresó a su departamento, sin dejar de lado su teléfono, esperaba que este sonara en cualquier momento.
Alan: a esta hora Regina ya debe tener las flores en sus manos, pero por qué no me llama?
Regina y Daniel olvidaron la pequeña discusión y salieron muy agarraditos de la mano de la constructora.
Alan llamò a la florería para verificar la entrega de las flores.
Si señor, las flores fueron recibidas en la constructora, de hecho tengo en mis manos la firma de recibido... dijo al otro lado de la línea la dueña de la florería.
Alan: y esa firma es de Regina Rivera?
No señor... bueno.. bueno.
Alan colgó el teléfono.
Alan: no comprendo, a estas alturas esas flores ya deben estar en sus manos, le dejé mi teléfono para que habláramos más calmadamente, espero tener mejor suerte mañana.
Mientras tanto en el departamento de Regina.
Regina: este es acta de nacimiento de Miranda.
Daniel: perfecto la dejaré con el notario.
Regina: necesitas algo más?
Daniel: tu registro civil.
Regina: creo que tengo una copia en esta carpeta, bien, aquí esta.
Daniel: gracias mi vida.
Regina: soy yo quién debe darte las gracias por lo que estás haciendo, Miranda se podrá muy feliz cuando sepa que serás oficialmente su padre.
Daniel: en realidad soy su padre, es decir me siento como tal, aunque todavía no esté escrito en un papel.
Regina: cada día me enamoro más de ti.
Daniel: y yo de ti.
Daniel le dio un beso tan apasionado a Regina que los documentos cayeron al suelo, la tomò por la cintura y ella del cuello.
Deberían esperarse un poco hasta la luna de miel, Miranda puede verlos...
Aquella intervención de Esperanza los desconectó de aquel apasionante momento.
Regina: ¡nana!
Esperanza les guiñó el ojo.
Esperanza: voy a servir la cena, así que vayan a lavarse las manos.
Daniel: que pena con tu nana.
Regina: no te preocupes es muy discreta, además entiende lo mucho que nos queremos, pero tiene razón debemos ser más cautelosos.
Daniel: lo que tu digas mi amor.
Daniel recogió la carpeta y la llevó a su auto, al regresar Regina, Esperanza y miranda lo esperaban en la mesa.
Miranda: yo te sirvo.
Esperanza: pero pequeña.
Regina: déjala nana, ella sabe lo que hace.
Lucia y Arturo estaban a unas pocas semanas de regresar a México, sus cosas ya estaban empacadas en cajas.
Arturo: vaya, no pensé que tuviéramos tantas cosas.
Lucia: se irán primero que nosotros.
Arturo: y se puede saber quién va a recibirlas en México?
Lucia: mis padres, no te había dicho que me dieron las llaves de uno de sus departamentos? .
Arturo: no.
Lucia: se me olvidó, pero ya lo sabes.
Arturo: pudiste al menos tomarme en cuenta.
Lucia: es una de las mejores colonias de la ciudad, además no tendremos que pagar renta.
Arturo: como sea, es una decisión de ambos no solo tuya, somos un matrimonio.
Lucia: lo somos? Por que hace cuanto que no tenemos relaciones? 3 meses quizás.
Arturo: ya sabes que he tenido mucho trabajo.
Lucia: yo también pero eso no es ninguna excusa.
Arturo: ya vas a empezar?
Lucia: a donde vas?
Arturo: a tomarme un trago afuera, lo necesito.
Lucia: no me invitas?
Arturo: no! veo, que andas algo ocupada.
Lucia se estaba casando de su situación, por años había sentido alegría por haberle arrebatado el novio a su "mejor amiga" pero ahora no estaba segura de sus propios sentimientos.
Lucia: solo deseo que tu infelicidad sea mayor a la mía, REGINA RIVERA, muy pronto nos veremos las caras.
Mientras en el departamento de Gabriel.
Daniel: gracias amigo.
Gabriel: de nada, creo que ya tienes todo.
Daniel: si, mañana los dejo en la notaria, y te aviso cuando tengas que presentarte.
Gabriel: perfecto.
Al día siguiente Daniel pasó por Miranda y Regina, dejaron a la pequeña en el kínder y siguieron hacia su trabajo.
Daniel: a que hora viene la organizadora de bodas?
Regina: en un par de horas.
Daniel: bien, entonces voy a la notaria de una vez, nos vemos en un rato.
Regina: si mi vida.
Regina entró a su oficina y sacó uno planos para revisarlos.
Alan volvió a llamar a la florería y pidió además de unas rosas rojas, unos chocolates con una nueva dedicatoria que decía así: "Regina, son tus chocolates favoritos, espero que te gusten tanto como las rosas, son las mismas que te envié ayer, esperé tu llamada, pero debes estar muy ocupada, así que antes de la hora de la comida iré a la constructora, quiero verte. Quién nunca deja de soñar contigo Alan"
Daniel estaba en la notaria.
Daniel: falta algún documento?
Notario: todo en orden, lo agendaré para dentro de 2 días, espero que venga acompañado de su testigo, para iniciar con el proceso.
Daniel: claro.
Daniel regresó a la constructora, entró a la oficina de su novia.
Regina: como te fue?
Daniel: todo marcha perfectamente.
Tocaron a la puerta.
Regina: adelante.
Secretaria: arquitecta, le llegó este paquete.
Se trataba de una caja blanca alargada con un moño rojo y una tarjeta.
Regina: gracias, puedes retirarte.
Daniel se puso muy serio.
Daniel: supongo que deben ser de Alan.
Regina asintió.
Después de terminar de leer la nota en silencio Regina se la pasó a Daniel, quién también la leyó.
Daniel: parece que no se rinde contigo.
Regina: ¡está obsesionado!
Daniel: y que vas a hacer con ellas?
Regina: devolverlas, seguro alcanzo al de la florería y así le dejo claro que no debe volver a traer nada a esta empresa si no quiere tener problemas conmigo.
Daniel sonrió satisfactoriamente.
Daniel: entonces te acompaño, no debe estar muy lejos.
Regina y Daniel salieron de la oficina muy de prisa, con la idea de alcanzar al mensajero, pero no contaban con encontrarse de frente a Alan quién venia entrando a la constructora.
Alan: ¡Regina! Recibiste mis chocolates. Dijo en un tono muy alegre.😁
La expresión de Regina era realmente de enfado.🤨