El final llegaba. Ella lo sentía en su interior, y también en el exterior se notaba ya que Hogwarts se estaba preparando para su próxima guerra, y tal vez, la última de todas.
Hoy, gente morirá, tal vez alguno de sus seres queridos entran en ese colectivo.
Había pasado un mes desde que _____ perdió a su bebé y que se distanciara de Draco y que empezara a salir con Fred Weasley. La chica estaba contenta ya que por fin estaba estable en una relación. Fred también estaba feliz de que al fin podía estar con la chica que amaba desde el primer momento. Incluso Draco Malfoy estaba feliz. Estaba feliz de ver que ella por fin era completamente feliz. La veía sonreír junto a sus amigos y su nueva pareja, y eso le hacía feliz a él. Aunque por dentro él estaba destrozado. Quería que todo esto terminara ya, que todo el mundo pudiera ser feliz, de poder estar con ______ por fin.
La chica en su interior, echaba de menos a Draco. Aunque no todo fuera perfecto con él, echaba de menos sus escapadas, sus besos, todo en general, aunque su vida corriera peligro estando con él. Agradecía todo lo que Fred hacía por ella, sí, estaba de lujo con él, no vivían preocupaciones, su círculo de amigos era mucho mejor, incluso hasta Ginny y ella eran amigas ahora. Iban a ser familia después de todo.
Hacían solo unas horas de que Harry, Hermione y Ron habían vuelto de su búsqueda de los horrocruxes. Neville los había conducido por un retrato desde la casa del hermano de Dumbledore hasta Hogwarts. Una vez allí, Harry vio por fin donde se encontraba. Sin embargo, no reconoció la enorme estancia, que parecía el interior de una lujosa cabaña en lo alto de un árbol, o quizá un gigantesco camarote de barco. Habían hamacas multicolores colgadas del techo y de un balcón que discurría por las paredes, forradas de madera oscura, sin ventanas y cubiertas de llamativos tapices. Estos tenían distintos colores, rojo, amarillo, azul... todos menos los colores de la casa Slytherin. Se encontraban en la sala de los menesteres. Estaban ahí ocultos de los hermanos Carrow, los cuales se encargaban de torturar a los alumnos que no obedecían sus ordenes.
A Harry le había dolido la cicatriz, cosa que significaba que su mente y la de Voldemort estaban conectadas. Se dio la vuelta para no preocupar a los demás. A sus pies, el podrido entarimado estaba levantado y junto al agujero había una caja de oro, abierta y vacía, que alguien había desenterrado. El grito de furia de Voldemort hizo que la cabeza de Harry casi explotara.
-¿Qué haremos Harry? -preguntó uno de los presentes, Seamus. -¿Qué plan tienes?
Harry a duras penas les contó sobre la búsqueda de la diadema, todos querían colaborar a pesar de que él dijo que se encargarían ellos, pero inmediatamente todos se ofrecieron voluntarios para ayudar.
(...)
Harry seguía insistiendo en la búsqueda de los horrocruxes, según tenía entendido, le faltaban dos, y uno de ellos era la Diadema de Ravenclaw. Según decía Harry, ésta estaba en la sala de los Menesteres. Ron, Hermione y ella se ofrecieron voluntarios a ir con él a buscarla. Cosa que Harry aceptó, no corrían ningún peligro dentro de Hogwarts.
-Nos vemos a la hora de cenar. -habló _____ hacia Fred, para luego acercarse a éste y dejar un beso en sus labios.
-Ten cuidado. -habló él ahora. Ella asintió con una leve sonrisa para luego dejar otro beso en sus labios e irse con el trio de oro.
Los cuatro caminaron en dirección a la sala de los menesteres, observando que nadie les seguían. Pero no se fijaron del todo bien ya que Malfoy y sus dos amigos les estaban siguiendo.
Una vez dentro de la sala, los cuatro se fijaron en el montón de cosas que habían. Habían sillas amontonadas unas encima de otras, igual que las mesas. Había cómodas, armarios y demás. Todo amontonado. El grupo de amigos se dividieron para así comenzar a buscar la diadema. ______ comenzó a buscar por un montón donde habían muchos baúles, donde dentro habían muchos joyeros, pero en ninguno estaba la diadema buscada.
Al cabo de un buen rato buscando, se estaban empezando a preocupar y comenzando a pensar de que no estaban buscando en el lugar correcto, ya que no encontraban la diadema. Estaban todos centrados en su búsqueda, hasta que una voz reconocida habló por toda la sala.
-¡Quieto Potter!
El cuarteto se giró hacia donde provenía la voz. Eran Malfoy con Crabbe y Goyle. _____ se fijó en que Harry estaba estirando su brazo, en dirección a un armario. Harry se detuvo tras dar un patinazo y se dio la vuelta dirigiéndose al trío de Slytherin. Crabbe y Goyle estaban apuntándole con sus varitas.
-Esa varita que tienes en las manos es mía, Potter, devuélvela. -dijo Draco mientras se hacía paso entre sus dos secuaces.
-Ya no lo es. -habló Harry entrecortadamente, y se aferró más a su varita. -¿Qué hacéis aquí? Me extraña que no estéis al lado del Voldemort.
-Nos van a recompensar. -habló Crabbe con una sonrisa de niño pequeño, como si ser recompensado por Voldemort fuera lo más maravilloso de este universo. -Nos quedamos en el colegio, Potter. Decidimos no marcharnos porque decidimos entregarte.
Harry comenzó ha hacerles preguntas absurdas para ganar tiempo, ya que el trío de Slytherin todavía no les habían visto a Ron, Hermione y a _______. Los tres se encontraban escondidos, acercándose lentamente sin hacer ningún ruido.
-Estábamos escondidos en el pasillo, ahora sabemos hacer hechizos desilusionadores. -continuó Crabbe hablando. ¿Dónde está la diadema? Entréganosla.
Entonces fue cuando el trío apareció delante de los otros tres, al lado de Harry. Crabbe y Goyle dirigieron sus varitas a los alumnos de Gryffindor, pero Malfoy bajó la suya al ver a ______. Ésta le imitó al verle por fin cara a cara. Llevaban mucho tiempo sin estar tan cerca el uno del otro, solo se veían e intercambiaban miradas en los pasillos desde su ruptura. Draco a pesar de estar comportándose extraño con todo el mundo, no cambiaba su mirada hacia ella. Aunque no recordaba el por que.
Fue cuando entonces el cuarteto escuchó el nombre de un encantamiento. Crabbe sacudió su varita como si de un látigo se tratara hacia una montaña de quince metros de alto, compuesta por muebles viejos.
-¡Descendo!
Pero antes de que los muebles cayeran encima del cuarteto de Gryffindor, Harry detuvo el encantamiento, pronunciando "Finite". Crabbe iba a volver a decir el mismo encantamiento, pero Draco lo paró, sujetándole el brazo diciéndole que no lo hiciera, sino destruiría la sala y sería imposible encontrar la diadema. Pero Crabbe hizo caso omiso a Malfoy cuando vio a Potter escalar por las montañas de los muebles, lanzando el hechizo Cruciatus a éste, pero no le dio, dándole a una piedra que había por ahí, haciendo que esta explotara por los aires y lanzara la diadema por los aires también, perdiéndola de vista.
-Voldemort lo quiere vivo. -habló Draco, enfadado hacia Crabbe.
-No acato ya tus órdenes Malfoy, tu y tu familia estáis acabados. Haré lo que quiera.
De repente, un chorro de luz roja pasó rozando a Harry. Hermione había llegado corriendo donde Harry, lanzándole un hechizo aturdidor a Crabbe, el cual le habría dado en la cabeza si no hubiese sido por Malfoy que lo apartó de un empujón.
-Maldita sangre sucia. ¡Avada Kedavra! -gritó Crabbe hacia Hermione.
Harry vio como esquivó la maldición, y al rabia que le recorrió todo el cuerpo el ver como Crabbe lanzaba un hechizo directo a matar, le hizo borrar todos sus pensamientos. Lanzó un hechizo aturdidor de nuevo a Crabbe, que se apartó tambaleándose, empujando levemente a Malfoy, al cual se le resbaló su varita y quedó enterrada bajo de los muebles.
-¡Expelliarmus! -gritó Harry hacia Goyle, haciendo que su varita volara por los aires lejos de él.
Malfoy se apartó esquivando otro hechizo aturdidor de Hermione. Ron apareció en escena lanzando un hechizo de inmovilidad a total a Crabbe, pero falló por poco. Enrabietado, Crabbe volvió a lanzar un Avada Kedavra hacia el pelirrojo, pero éste lo esquivó. Malfoy que se había quedado sin varita, fue hacia la montaña de muebles donde había quedado debajo ésta. _____ fue más rápida y se apresuró a agacharse a buscarla también. Ella la localizó debajo de una silla que estaba boca abajo, y estiró su mano para cogerla antes que Malfoy. Ambos se levantaron y Malfoy se apresuró a ella para intentar quitársela.
-Dámela ______. -dijo estirando su mano, con completa tranquilidad.
La chica se fijó que su ex novio estaba cada vez más pálido y delgado, sus ojeras ya eran demasiado pronunciadas, y sus ojos rojos le daban a entender que, o había estado llorando por vario rato o que no dormía lo suficiente.
-No Draco, no te la daré. -habló ella, entrecortadamente, ya que verlo así la había afectado.
-No lo repetiré más veces, dámela.
Ella volvió a negar, dando un paso hacia atrás. Malfoy no se quedó cortó y avanzó un par de pasos, hasta quedar a un paso de ella, invadiendo su espacio personal. Ella mantuvo su mirada para demostrar que no le iba a lograr intimidar su cercanía.
-No me voy a aflojar si es lo que piensas. -habló Draco, leyéndole los pensamientos a la chica. Ella no recordaba que Draco había aprendido Legeremancia. -Por última vez, dame la varita.
-Draco, tu no eres así. Para esto por favor.
-Yo no les controlo ya. Dame de una vez la maldita varita.
Dijo estirándose, rozando su mano con la de la chica tratando de recuperar su varita, pero en cambio, le dio un calambre en la mano, bastante fuerte, haciendo que se alejara asustado de la chica. De repente, comenzó a dolerle la cabeza, viniéndole fuertes imágenes de ambos juntos, besándose, abrazándose, incluso a ambos dos haciendo el amor. Y por último, se veía a él mismo lanzando la maldición Cruciatus, y después a ella besándose con uno de los gemelos Weasley.
-¿¡Qué demonios has hecho!? -gritó él hacia la chica.
-¡No he hecho nada! -dijo ella abrazando su propia mano ya que ella también había sentido el calambrazo, pero no había visto ningún recuerdo como el chico.
Ella se quedó quieta cuando vio al chico avanzar hacia ella de nuevo, levantando su mano y tocando su hombro. Volvieron a jadear al sentir el contacto de ambos, llevándose otro calambrazo aún más fuerte que el anterior. Ambos estaban paralizados, sin saber que estaba ocurriendo. Ella alzó su mano, lentamente y con miedo, hacia el rostro del chico. Éste se quedó inmóvil, dejando que la chica lo tocara. Pero fue la misma reacción, ambos se apartaron al sentir el calambrazo. La chica sintió de repente como sus ojos se cristalizaban al volver a probar tocarle y ver que no podía hacerlo, por que seguía recibiendo calambrazos.
Y eso, fue la ruina para la chica. Un par de lágrimas cayeron de sus ojos al entender que lo habían hechizado, para no poder tocarse entre ellos dos. El chico estaba estático en su sitio, sin terminar de comprender nada, hasta que recordó que a su amigo si había podido tocarle sin recibir ningún tipo de calambre, así que, él mismo, ató cabos. Levantó su mirada, observando a la chica llorar en silencio, mientras dejaba caer su varita. Pero no se esforzó en recogerla y huir, simplemente se quedó ahí, estático, notando como algo se rompía por completo dentro de él, pero no sabía el que.
Muy buenas criaturitas del señor.
Deberéis odiarme no, lo siguiente. Lo siento por haber tardado literalmente, medio año en actualizar. En verano tuve un gran bloqueo y no sabía como continuar esta historia, y ya cuando llegó septiembre, empecé las clases, y estoy teniendo muchos exámenes y no son fáciles la verdad. Literalmente, escribía no llegaba ni a dos frases por día, entre el bloqueo y el poco tiempo, no podía hacer absolutamente nada.
Ahora que más o menos me ha vuelto la inspiración, intentaré ser un poco más activa aquí, pero no prometo nada. Estudiar farmacia no es precisamente fácil. Pero lo intentaré.
Espero que os haya gustado este capítulo, al final he decidido hacer un poquito más larga la historia, así para compensaros también el no haber tenido capítulo en seis meses.
¿Os ha ido todo bien en verano? ¿Qué tal os van las clases? Espero que haya ido todo bien y que esto del Covid nos haya prohibido hacer algo que queráis.
¿Qué pensáis hacer por Halloween? Contadme. Yo la pasaré en casita, ya que no me gusta mucho esta celebración. Aprovecharé para escribir y así poder actualizar.
Bueno, hasta aquí este texto, xd. Un beso, y gracias por tenerme paciencia y leer este capítulo, y muchas gracias por los 261K de visitas. Sigo sin creerme la cantidad de visitas que tengo, muchas gracias de verdad por el apoyo que me lleváis dando durante todo este tiempo.
Dicho esto, buenas noches, días o tardes, según de donde me estéis leyendo.
Un beso.
-L. (Death Note Bitch).