I n e s p e r a d o // Toji F...

By ginxthebish

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Y/N, una chica de 22 años, logra hacerse de una pequeña enemistad con su vecino matón, Toji Fushiguro. Sin em... More

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By ginxthebish


- Anda, te invito a tomar un café.- caminabas apresurada por la oficina mientras que uno de tus compañeros te seguía por detrás, desesperado por llamar tu atención.

- Lo siento Kida, no tengo tiempo.- dijiste un tanto irritada.

Había sido un mes extremadamente difícil.

Tu trabajo iba cada día más complicado, habían hecho recorte de personal por lo tanto era mucho más trabajo para todos, en especial para ti, ya que de 30 compañeros de la misma área que tú, solo quedaban 10.

Además fuera de tu trabajo tampoco te la habías pasado de maravilla, seguías teniendo enfrentamientos con tu vecino.

Te dejaba colillas de cigarrillo botadas en tu puerta, latas de cerveza, e incluso un día llegaste y estaba un preservativo justo en tu tapete, usado por el, claro estaba.

El último enfrentamiento que habían tendió había sido dos días antes, y le habías reclamado por tener su música a todo volumen en medio de la madrugada, y lo único que hizo fue sacar una de sus bocinas y ponerla frente tu puerta.

- Por favor y/n, prometo que no volveré a molestarte después de esto.

Volteaste a ver al castaño. Era alto, de ojos cafés claros, delgado, y con una sonrisa encantadora. Se sabía que el estaba enamorado de ti, pero tenías muchas cosas en mente como para pensar en una pareja, pero a tu gusto era bastante lindo.

- No lo sé.- dijiste pensativa.- ¿será solo el café?

- Solo el café, te lo prometo.- sonreía atolondrado y te observaba a los ojos, lo cual hizo que te sonrojaras un poco.

- Está bien, pasa por mi hoy a las 8, te envío mi dirección.- diste una palmada en su pecho y te dirigiste a tu escritorio.

Saliste del trabajo y te dirigiste a tu casa. Llegaste como de costumbre a patear las colillas de cigarrillo, que parecían ya ser decoración de tu hogar.

Habías estado buscando algún departamento para poder moverte de ahí, ya estabas harta de los desplantes y malos tratos de tu vecino.

Pero de algún modo tu orgullo no te permitía seguir con tus planes de mudarte.

Sería darle la razón, moverte era lo peor que podías hacer, significaría que el ganó, y eso no era lo que tú querías.

Además, no había departamentos que se ajustaran a tu presupuesto y te quedaban más lejos de tu trabajo, la única opción era compartir casa con algún extraño, algo que no sucedería jamás.

- Vaya, veo que te molesta que arroje mis cigarrillos, ¿verdad mocosa?.

Toji te miraba patear las colillas de sus ya terminados cigarros.

Tu corazón comenzó a latir a mil por hora cuando escuchaste su estruendosa voz.

Querías tomar toda la basura que había dejado en tu entrada y arrojarle todo en la cara, pero sabías que no era una buena decisión, por mucho que quisieras hacerlo.

- Me molesta demasiado, si no tienes dinero para comprar un cenicero o un cesto de basura donde puedas tirarlos, yo te lo puedo comprar.- Tomaste una de las colillas y te volteaste para arrojarsela en la cara, y sonreiste soberbiamente ante eso.

- No necesito tu mierda, y mucho menos que me las regales.- Sonrió tomando la colilla de vuelta para repetir tu acción.

- No es un regalo.- sonreiste.- tómalo como caridad, estúpido.

Giraste tu picaporte para entrar, pero el fue más ágil y te tomó del brazo para voltearte y quedar cara a cara con el.

- No se quién crees que eres zorra, pero no permitiré que me falte al respeto una mocosa insolente buena para nada.

- En lugar de actuar como un animal tratando de resolver tus malditos problemas con violencia, por qué no hablas como las personas civilizadas que arreglan sus malditos problemas.

Te deshiciste de su agarre, pero siguieron en la misma distancia.

- Eres patética, mocosa.

- Y tu aún más, todo este tiempo dejando tu estúpida basura y porquerías como si fueses dueño del edificio, cuando eres un simple inquilino sin escrúpulos y poca decencia.- Tu rostro estaba a escasos centímetros de tocar el rostro de el.

Sentías tu cara arder de coraje, todo este mes habías soportado sus groserías y malos tratos, ya estabas en tu límite.

- No me retes, puedo actuar con menos decencia aún.- Con un brazo se recargó en el marco de la puerta, mientras que con el otro volvía a tomar tu brazo con brusquedad.- Me importa una jodida mierda lo mal que la estés pasando, tu comenzaste, yo lo termino.

- Estás enfermo.- Tu voz se quebraba, realmente sentías miedo de que pudiera hacer algo en contra tuya, algo que pusiera tu integridad en peligro.

- No te preocupes, no pienso perder más el tiempo contigo.- Sonrió.- Pero no pienses que esto se va a quedar así.

- ¿Que buscas de mi?.- preguntaste con tus ojos a punto de llorar de coraje.- No me iré a ningún maldito lado, pero no puedo actuar igual de maldito como tú.

- Ese no es mi maldito problema, mocosa.

- Si no es tu problema, ¿por qué te empeñas tanto en hacerme la vida imposible?.- Lo empujaste lejos de ti.- Tengo suficiente mierda con la cual lidiar fuera de este maldito lugar, como para llegar y encontrarme con tu maldito deseo de hacerme mis días más miserables aún.

Se quedó parado, con cara sería mientras tú hablabas. No emitía palabra alguna.

- ¿Quieres una disculpa?, bien, lo lamento, ahora te pido de favor que dejes de joderme la vida y me dejes en paz, estúpido.

Cerraste la puerta en su cara, mientras lágrimas salían de tus ojos y tus manos temblaban de miedo.

Tenías demasiado con que lidiar, como para que el llegará a molestarte al único lugar donde se suponía, tenías paz y tranquilidad.

Te quedaste sentada en tu sofá procesando todo lo que había ocurrido.

No sabías de dónde habías tenido el valor para enfrentar a ese monstruoso hombre, pero lo habías hecho.

Realmente todos en el edificio le tenían miedo, bastaba con ver la clase de gente que iba a frecuentarlo a su departamento, sabías que no iba en buenos pasos, o que su trabajo, no era en realidad un 'buen trabajo'.

" Los débiles se vengan, los fuertes perdonan, y los inteligentes ignoran"

Esa frase rodaba por tu cabeza, tu padre siempre había tenido razón, mientras más importancia le dieras, mayor sería el problema.

Tomaste algo de beber y después una ducha, ya que no tardaría mucho Kida en llegar por ti, y querías al menos distraerte un poco después de lo sucedido.

Terminaste tu ducha y miraste tu reloj.

" 7:46 PM"

Faltaban 14 minutos para que llegara, y tenías que terminar ya.

Tomaste un pantalón beige holgado, un top blanco y unos zapatos blancos con plataforma.

Una bolsa negra, lentes negros y accesorios dorados.

Te maquillaste ligeramente, tomaste tu cabello con una pinza y escuchaste el timbre sonar.

- Hola y/n, ¿lista para la cita?.- Kida traía una camisa color café claro, y unos pantalones negros, mientras sostenía en sus manos un pequeño ramo de rosas blancas.

- Kida, que preciosas flores.- Sonreiste de forma tímida.

- Son para ti, linda.- Extendió su mano para entregarte el hermoso ramo.- ¿Nos vamos?

- Claro.- tomaste tímidamente el ramo y saliste de tu departamento para caminar con Kida a la salida del edificio.

En el camino platicaron sobre lo pesado del trabajo, y como era lidiar con los mismos clientes arrogantes de siempre.

Pronto llegaron a su destino, una linda cafetería cerca del muelle, con vista al mar, ordenaron sus bebidas, y ambos se dispusieron a disfrutar de la velada.

- Y bien, ¿como te la estás pasando?.- preguntó Kida, mientras sigilosamente tomaba tu mano.

- La estoy pasando increíble, la verdad no tenía buenas espectativas sobre nuestra salida, pero ya me demostraste que estaba equivocada.- Sonreiste tímidamente, y notaste el sonrojar de Kida.

Realmente te la estabas pasando bien, el te trataba bien, desde que lo habías conocido, y ahora que estaban en una "cita", te despertó un interés por conocerlo más.

- ¿Lista para que te lleve a tu casa?.

- Claro, vamos.- No querías que la velada terminara, pero aún así, se verían al día siguente, además ya habían disfrutado un buen tiempo juntos.

Llegaron a tu casa, te ayudó a bajar de su auto, para después acompañarte a tu puerta.

- Me la pasé de maravilla Kida, de verdad me gustó tu compañía.- Tomaste su mano en modo de agradecimiento.- Espero y se pueda repetir.

- G-gracias y/n, créeme, me gustó mucho salir contigo, y gracias por haber aceptado, ¿nos vemos mañana?.- Preguntó tímidamente.

- Claro, nos vemos mañana, descansa.-  Sonreiste por última vez, y observaste como se fue alejando poco a poco hasta llegar a la puerta del edificio.

Estabas abriendo la cerradura de tu puerta, cuando de pronto una masculina y gruesa voz te interrumpió.

- Oye niña, ¿podemos hablar?.- preguntó Toji, mientras se recargaba en el marco de su puerta con ambas manos en sus bolsillos.

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ayyy, tenía muchos capítulos en mente sobre este, pero es q ninguno me convenció, hasta q empecé a escribir este, y me gustó bastante jejejeje
otra cosa, que les parece Kida? en realidad es Light Yagami de Death Note, pero no quise ponerlo como Light, mejor le cambié el nombre jejeje, pero sip, es el, es q lo amo 😔

ya tengo los otros dos caps, pero no me había dejado subirlos, tuve que volver a instalar la app, y al parecer ya se pudo, pero yo creo q voy a subir tipo maratón de capítulos, x q voy a estar medio ocupadona, pero en fin, gracias x leerme, lxs amo muxhoooo 💕💕😫


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