"34 1/2"

8.9K 1K 379
                                    

/

Ya habían pasado varias semanas desde la última vez que habías visto a Toji.

Kida se ofreció a darte asilo en su departamento, ya que se había quedado intranquilo de que siguieras viviendo en tu hogar.

Era un buen tipo, demasiado bueno, pero en realidad estbas tomando más cariño como amigo, y lo que menos buscabas era crear malos entendidos con el.

Después de Toji, entcontrar a otra persona sería algo sumamente difícil.

No sabías si era por tu apego ansioso, pero cada día que pasabas sin el, era una completa tortura.

¿Que era?.

Ni idea, pero todo se estaba reflejando en tu persona.

- Y/N, no quiero sonar entrometido, pero de verdad me preocupa que estes bajando de peso tan rápido.- Dijo Kida, te observaba mientras te ponías un poco de bloqueador en el rostro.

-  Ya te dije, es parte de mi dieta.

Mentira, más que obvio.

- No creo que debas seguir con eso, eres muy linda de la manera que sea, no digo que te veas mal, solo que me preocupa.

- No hay absolutamente nada de que preocuparse.- Tomaste tu bolso y llaves jugando con el llavero.- Así que apurate para que lleguemos a tiempo.

Aunque tratabas de actuar con naturalidad, la cuestión era que te sentías cada vez peor, todo el tiempo con náuseas y malestar, una excusa perfecta para no comer, ya que tu estado de ánimo no te lo permitia.


Después de salir del trabajo, saliste a caminar un poco, hacía mucho que no lo hacías.

Invitaste a Kida, pero pronto sería la boda de su hermana, y tenía que buscar un traje en su tiempo libre, así que rechazó tu invitación, con agradecimiento, claro.

Llegaste a un pequeño parque, viste una banca cerca de un pequeño estanque con unos cusndo peces, que nadaban velozmente de un lado a otro.

La tarde estaba hermosa, el cielo se había tornado de un color rosado, tan lindo como para tomarle una fotografía de recuerdo.

Buscaste en tu bolso tu teléfono hasta que lo encontraste.

Estabas preparada para tomar unas cuantas fotos, cuando un mensaje llegó de la nada.

**********

"Hola preciosa, hace mucho que no sé de ti, llámame si puedes, xoxo"

Número desconocido, que raro.

No contestaste, un fuerte aroma a pan recién horneado proveniente de una pastelería te hizo concentrarte en el olor, pero no porque te gustara, si no porque se te había revuelto el estómago.

Slaiste corriendo, y en el primer cesto de basura que encontanraste, devolviste el poco desayuno que habias ingerido en la mañana.

¿Realmente todo esto era culpa por tu estado de ánimo?.

Algo pasó por tu mente, aunque era casi imposible, no estaba de más salir de dudas.

Buscaste cerca una farmacia y compraste una prueba de embarazo, saliste y te dirigiste directamente a casa.

La sacaste de su empaque, y comenzaste a temblar.

No querías un bebé, mucho menos ahora, era claro que el padre era Toji, y ni siquiera sabías si estaba vivo o no.

Entre más pensabas, más fuerte volvía las ganas de vomitar.

Leíste cuidadosamente las intrucciones, y seguiste al pie de la letra como usar la prueba.

Una raya, negativa, dos rayas, positiva.

Tomaste un vaso desechable en donde hiciste pipí, para después sumergir la prueba, y ahora solo tocaba esperas 5 minutos, que parecían una eternidad.

Te entró la ansiedad, y tomaste tu teléfono para buscar que tan efectivas eran las pruebas caseras.

"Casi siempre hay falsos negativos, pero nunca falsos positivos".

Eso no estaba ayudando en nada.

Una alarma te indicó que ya había pasado el tiempo de espera, y era hora de verificar el resultado.

Con tu mano sumamente temblorosa, tomaste la prueba.


Embarazada.



I n e s p e r a d o // Toji Fushiguro x lectoraWhere stories live. Discover now