—— 𝖕𝖔𝖜𝖊𝖗𝖋𝖚𝖑 𝖛𝖎𝖇𝖊. ——
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—Gracias. —le sonrío al mismo chico que me dio mi café la primera vez, él asiente y vuelve a su trabajo.
Empujo la puerta del Mystic Grill y salgo mirando que mi café no se de vuelta, provocando que choque con alguien.
—¡Mierda!—me quejo cuando siento el liquido caliente tocar mi mano. Levanto mi vista lista para quejarme con la persona que choque.—me debes un café... —mis palabras quedan a medio camino cuando veo esos ojos claros.
—Bliss. —me sonríe con un poco de burla en su expresión.
—Stefan. —respondo en el mismo tono.—se me va hacer costumbre chocar contigo. —bromeo mientras dejo el café sobre una mesa y busco una servilleta para limpiar mi mano.
—¿Te quemaste? —su expresión cambia de burla a una de preocupación y se acerca para ver mi mano.
—Solo un poco, no es nada. —le quito importancia pero antes de que pueda seguir hablando él toma mi mano no quemada y la toma para guiarme hasta los baños del Mystic Grill.
Entramos al que es de mujeres y él deja correr el agua fría para luego tomar mi mano y poner esta bajo la llave. El frio es bastante reconfortante. Él claramente nota mi alivio.
—¿Mejor? —pregunta y asiento.
—Bastante. —nos quedamos unos cuantos minutos viéndonos mientra el agua corría sobre mi mano. Me tome bastante tiempo para ver sus ojos y captar hasta el más mínimo detalle. Había algo sobre él que me se me hacia demasiado atractivo.
Tiene novia. Resuena en mi cabeza y yo corto el contacto visual y físico.
Quito mi mano del agua, cierro la llave y tomo un poco de papel para secar mi mano.
—Gracias. —le digo y él solo asiente.—si sabes que estas en el baño de mujeres... —trato de bromear y logro que se ría.
—Deberíamos salir.
—Deberíamos. —respondo y camino hasta la puerta para salir del baño.
—¿Que café te gusta? —pregunta mientras pasa por mi lado en dirección a la barra.
—No era enserio lo de que me debías un café. Yo fui la que no te vio, otra vez.
—Lo sé, pero quiero hacerlo. —inclina un poco su cabeza y por un momento me vuelvo a perder.
—Stefan no es... —me quedo callada cuando la vibra del ambiente cambia. Como por acto reflejo me giro hacia la puerta para ver a Bonnie cruzando esta. Ella entra en el Mystic Grill con la cabeza gacha, pero en el momento que cruza la puerta levanta la mirada y se topa con la mía.
Es la misma vibra que en mi primer día de clases, siento lo mismo que cuando choque con ella en los casilleros.
Bonnie comienza a caminar en nuestra dirección y cuando llega nos sonríe.
—Hola Bliss.
—Hola Bonnie. —le respondo. Ella se gira un poco y mira a Stefan.
—¿Querías hablar conmigo? —le pregunta, él asiento y yo aprovecho eso como mi señal para desaparecer.
—Los veo el lunes. —me despido de ambos y antes de que puedan decir algo más, comienzo a caminar para salir del local.
El frio viento choca con mi cuerpo y siento como la tranquilidad que tenía dentro del local se va y eso me extraña.
Trato de ignorar la sensación de vacío que queda en mi pecho y me monto en mi auto para volver al lago.
(...)
Le doy una vista al libro por quinta vez y sigo sin entender nada, busco otro idioma para tratar de traducir pero la respuesta sigue siendo la misma; "no se a encontrado una traducción."
Esto comienza a frustrarme bastante, llevo ya una semana entera pegada a este libro tratando de encontrar una traducción o algo que me ayude a entender que es y el porque tiene el apellido de mi familia. He ido página por página buscando una simple pista, pero nada.
El ruido de mi estomago me hace quitar la atención del libro y girarme a ver la hora en el reloj de la pared, son las 9 de la noche y yo ni cuenta me había dado de todo el tiempo que llevaba pegada a la computadora. Me paso las manos por los ojos para que estos descansen un poco, dejo la computadora en la mesa de centro y me levanto para tomar mi bolso y llaves, para salir de casa, montarme en mi auto y dirigirme hasta el pueblo para buscar algo de comer, no tengo ganas de cocinar algo a las nueve de la noche.
Detengo el auto frente al Mystic Grill y bajo de este para cruzar las puertas y caminar hasta la barra.
—¿Tan rápido de vuelta? Comenzaré a pensar que te gusta algo más que la comida y los cafés. —el chico que siempre me atiende se apoya en la barra y me mira con una sonrisa que no sé del todo como descifrarla.
—Creo que jamás lo sabrás. —río levemente y me siento en una de las sillas de la barra.
—Eso lo veremos. —me sonríe y se levanta.—¿Qué te sirvo? —pregunta a la vez que yo tomo un menú y le doy una ojeada rápida.— hamburguesa con papas y doble de pepinillos.
—A la orden. —anota en su libreta y yo pago mi comida.
—Sí Caroline. Se acabo.—escucho una fuerte voz detrás de mi y me giro para toparme con dos rubios discutiendo, la chica claramente no parece feliz y el chico luego de casi gritarle se va como si nada mientras ella se sienta y deja sus manos entre su cara. De la rapidez con la que se fue me sorprende que no haya empujado a la rubia.
—Hamburguesa con papas y doble de pepinillos. —la bolsa con mi comida llega y me giro para ver al castaño chico.
—Gracias. —le sonrío y la tomo para luego bajar de la silla y comenzar mi camino hacia la salida, tratando de ignorar a la rubia llorando. Antes de poner un pie fuera mi conciencia me pega una mala pasada y sin darme cuenta ya me encuentro caminando en su dirección. No sé el por que pero tengo las palabras atascadas en la garganta.
—No lo vale. —le susurro a la rubia luego de poner mi mano en su hombro, ella levanta la cabeza y me mira curiosa.
—¿Qué? —empieza pero la interrumpo.
—¿Me puedo sentar? —señalo la silla vacía frente a la chica y ella asiente.—admitiré que tengo poca experiencia en relaciones y es bastante mala pero lo que si me ha quedado de todas es que el chico siempre tiene la culpa y que nunca vale la pena llorar. —explico y por un micro segundo la rubia frente a mi ríe.
—Este si lo vale —me dice para volver a llorar.
—No lo veo a él llorando. —ella levanta su mirada y la deja sobre la mía.—hablo enserio... —espero a que me diga su nombre.
—Caroline.
—Caroline. Se que el amor duele y muchas veces es más mierda que lindo... pero no vale la pena desgastarse tanto por alguien que no haría lo mismo por nosotras. —le paso una servilleta para que se seque las lagrimas y me levanto de la silla.—además... no creo que deba ser así de difícil y doloroso.
—¿Eres nueva aquí? —pregunta y yo asiento.
—Bliss. —extiendo mi mano y ella la toma fuertemente. —espero que nos veamos por ahí.
—Espero lo mismo. —me dice con una leve sonrisa y yo tomo comida, mi bolso y salgo del restaurante para volver a mi auto.
Espero hayan disfrutado el capitulo, nos leemos pronto <3
—Vee
(@caoticxstorm en ig)