Me paseo por el paddock con dos cafés en mano, tengo un rato libre y estoy ansiosa por volver a ver a Carlos, me asomo solo un poco por la entrada del motorhome de Mclaren cuidándome de que nadie de Mercedes se interponga en mi camino y me haga regresar para tener una junta con mi padre sobre George.
Déjarme de asistente de una persona un año menor que yo no era la idea más correcta del mundo. Pero si tu padre es Toto Christian Wolff, director actual ejecutivo de mercedes además de accionista de la misma escudería donde posee el 33% no era algo en lo que pudieras hacer mucho para negarme y no tomar el trabajo.
Zak me indica con la mano que pase, le doy una sonrisa que me devuelve de inmediato mientras sigue hablando por teléfono con no se quien pero se escucha alterado, agradezco que comprendas tanto mi relación con sus pilotos y me permita el acceso porque si fuera otro no podría ni asomarme por aquí.
Lando está dormido en un sofá y sonrió tiernamente al verlo, lo he extrañado un montón. Los he extrañado a ambos.
Busco en mi bolsa mi última chocolatina y se la pongo en la bolsa de su chamarra sin despertarlo, ha tenido un mal sábado y su clasificación fue horrible, tocó la puerta del cubiculo de Carlos y entró al no obtener respuesta, está dormido boca abajo, tiene los labios entre abiertos y su pelo está súper alborotado por lo mucho que ha crecido hace poco.
Sonrió y camino hasta el borde de la pequeña cama, desabotonó los cuatro primeros botones de mi camisa blanca con la palabra Petronas impresa en la parte trasera, dejó el café a un lado de la cama en la pequeña mesita donde está su celular y algunas cosas seguramente importantes antes de acostarme a un lado de el metiéndome bajo su brazo el cual no tarda mucho en rodearme y apegarme mas a su pecho, siento como besa mi cabello y me apega más a él, lo he extraño, he extrañado tanto el tenernos de esta forma pero se que lo correcto había sido terminar. Por mi bien y por el de él.
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Estoy tan sudorosa que me doy asco, necesito una ducha inmediatamente para quitarme el sudor que siento en mi cuello, abro los ojos aún somnolienta y veo cómo aún el sol esta radiante, seguramente estamos a unos 39 o 40 grados.
"La hija del jefe está aquí". Carlos se gira a verme con una ceja enarcada antes de tenderme mi camisa la cual habia arrojado al suelo despues de quitarmela por lo sofocada que estaba, me observa detenidamente mientras abotono los ultimos dos botones y despues por fin suspira y comienza a acercarse para besar mis mejillas.
"¿Que hora es?". Pregunto, mis sentidos están borrosos y no tengo idea de que maldita hora es, eleva ambas cejas y niega mientras una risilla sale de sus labios.
"La pregunta correcta es ¿me están buscando?". Ruedo los ojos ante sus palabras y me pongo de pie quedando frente al pequeño espejo observandonos a ambos, Carlos me sonríe y cepilla un poco mi cabello acomodándolo todo atrás.
Agacho mi mirada mientras me veo en el espejo y estoy a punto de arruinarlo, a punto de pedirle perdón por no haber llamado todo el invierno pero no puedo hacerlo, estoy a punto de pedirle perdon cuando Lando entra corriendo y sin oportunidad alguna de emitir palabra cuando ya me ha elevado por el aire aún bastante sudorosa.
"Cuando desperté y vi el chocolate no me lo podía creer, ¡si regresaste!". Besa mis dos mejillas con bastante alegria y asiento.
"Estoy con George, aunque no se si ser asistente de el sea un puesto verdadero tomando en cuenta que tiene manager y es el protegido de Toto". Ruedo los ojos y ellos ríen, no se que mas decirles, los he extrañado muchísimo pero ninguno se atreve a preguntar algo sobre lo sucedido. "Tengo que irme".
Rompo el silencio incómodo en el que nos hemos sumido y agarro mi agenda con mi gafet, me despido de ambos sin pronunciar nada más que un nos vemos luego y salgo del pequeño espacio que le pertenece a Carlos.
El paddock esta casi vacío, muchos se están yendo al hotel a descansar para mañana pero mercedes team sigue aquí, trabajando hasta tarde, los primeros en llegar y los últimos en irse.
Toto está molesto, veo cómo inclina su cabeza a la izquierda llamándome a su oficina y se que seguramente me reclamara por haber estado con Carlos dormida toda la tarde.
Trato de ignorar a Sussie la cual me observa con una ceja elevada llena de reproche, Jack el cual apenas camina aplaude cuando me ve llegar y se acerca a mi, aprieto sus grandes mejillas haciéndolo reír antes de besar una de estas y dejarlo de nuevo en el piso.
"Primero que nada..". Trato de empezar a hablar cuando cierro la puerta de su oficina.
"¿Primero que? Me dirás que no has estado con Carlos todo este tiempo?". Pregunta, molesto. Su ceño se ha fruncido y en sus ojos se han formado sus característicos pliegues. "Porque por mas que lo niegues me han dicho dos ingenieros que te vieron entrar con el permiso de Zak".
"De hecho iba a decir que no me he acostado con el desde hace más de medio año". Respondo, se lleva una de sus grandes manos a la cara y quita sus anteojos de pasta negra.
"¿Y se supone que debo alegrarme?".
"Se supone que deberías de estar tranquilo, no voy a dejar de hablar con ellos simplemente porque a ti no te parece". Ahora mi ceño está fruncido igual, necesito a mis dos amigos mas que nunca ahora.
"Cómo asistente de un Mercedes sabes que no está bien eso". Bufo y me pongo de pie.
"Si tu preocupación es que Carlos me lastime puedes estar tranquilo". Se queda en silencio, no dice nada y se que he dado justo en el clavo, su rostro se suaviza y deja caer sus brazos a ambos lados de su silla. "Carlos es mi amigo y fue estupido tener relaciones con el". Admito, su cara se transforma de nuevo en segundos y se que la he cagado de nuevo. Tal vez admitir que tienes sexo con alguien mayor que tú 3 años no es lo más correcto y menos si se trata de la competencia. "Pero vamos papito...". Lo llamo y sus ojos cambian al escuchar mi común apodo de niña con el, extiende su mano y la tomo con una pequeña sonrisa antes de sentarme en su regazo.
"No quiero que nadie más hiera a mi niña". No quiero llorar, así que trato de pensar en otra cosa, recargó mi cabeza en su pecho y cierro los ojos mientras pasa su mano por mi larga cabellera haciéndome sonreír, haciéndome sentir en casa. "No quiero que te lastimen y me enoja porqué ellos están mas para ti que yo".
"Carlando son los que menos lo harían". Aseguró, su pecho vibra abajo de mi seguramente por el apodo que he dicho, siento como besa mi sien y me acomodo más en su pecho sin importarme qué estemos a 40 grados afuera. "Y no estes molesto contigo, tú mantienes a flote al mejor equipo qué hay en F1 y yo estoy orgullosa de ti por eso".
Entonces en su pecho pienso en lo asustado y preocupado que está por mi, desaparecer todo el invierno no fue correcto y yo lo sé, he perdido más de 10 kilos y mi cabello ya no brilla tanto como antes, pero estoy bien, estoy recuperándome. Era demasiado para mi el volver a Suiza y luego ir a Mónaco a pasar las fiestas, viendo cómo alguien que no era mamá me preparaba mi postre favorito a unos días de su muerte, o viendo cómo Jack colocaba las últimas esferas del árbol y observando cómo Toto era feliz después de que su ex esposa haya muerte tan rápidamente, yo no podía ser así de hipócrita con el mundo, me había emborrachado en Brazil, había gritado por todo Vienna y había flotado horas en Bali esperando que algo acabara conmigo y terminara con esto que sentía dentro.
Pero ahora aquí en sus brazos como me sostenía cuando tenía 6 pienso en que el también perdió a mi mamá y no solo yo, él la amo por más de 15 años de su vida, ella pasó mas de la mitad de su vida con el y fueron la mejor pareja del mundo. Me enderezo un poco y beso su mejilla haciéndolo sonreír. Toto Wolff era el macho alfa del paddock pero era la persona más vulnerable porque su equipo también era su familia y eso era lo más importante.
"Tenemos nuevo piloto". Me anunció, o pero claro que lo sabía. Me bajo de su regazo y se puso de pie colocándose de nuevo sus gafas de pasta negra.
"Lo sé". Recogí mi cabello en un moño despeinado y tome mi agenda junto con mi celular de su escritorio. "Me llegaban todos los días tus mensajes y leí cuando me dijiste que Gasly está ahora en mercedes, aparte vi la temporada de Netflix".
Su sonrisa se enchanza y toma mi mano para guiarme por nuestro taller. "¿Crees que ha sido buena idea invertir millones en el?".
"Invertiste miles de euros en un carro que choque a la semana". Me rio recordando como choque su mercedes black a la semana de que estuvo en casa, a el no parece causarle tanta risa así que sin poder evitarlo me rio fuertemente al ver su cara tratando de contener la sonrisa.
"Sigues castigada por eso". Recuerda, pasa su brazo por mis hombros y nos movemos por el lugar saludándo a los demás. "Estaba pensando en cambiarte aquí a Mercedes, puedes empezar a tomar notas, ver que este todo bien, calar los autos, ser mi segunda". Elevó ambas cejas y el ríe ante lo que ha dicho y después comienza a negar. "Okay eso fue demasiado, tal vez en unos años, pero puedes ser mi jefa de prensa y todo eso".
"Papá estoy bien, no me va a pasar nada por tenerme del otro lado de la calle de boxes, aparte. Creí que este puesto era para George y Bottas se iría a Williams".
"Se presentó la oportunidad con Gasly y como buen jefe lo contraté". Su ego se alza cuando toca la puerta del pequeño espacio con el nombre de GASLY afuera.
La puerta se abre dejándome ver a un Pierre Gasly de 1.77 frente a mi, no trae camisa y sus abdominales se marcan bajo la luz que apenas y lo golpea, le sonríe a Toto y después me observa analizándome de arriba a abajo calándome con su mirada como siempre lo ha echo, extiendo mi mano como toda profesional hija del mejor jefe que pueda haber en el paddock y el apenas y me mira cuando le digo mi nombre que se que ya lo sabe.
Sigue tan guapo como la primera vez que lo vi hace dos años, resplandece.
"Espero que pasen tiempo juntos, Hemma podría ser tu nueva asistente si decide dejar a Russel".