El tiempo pasaba rápido, en un abrir y cerrar de ojos la vida se iba de manera tan fugaz, a veces simplemente se vive por vivir sin disfrutar de los pequeños placeres que la misma te da.
Desde que Tom había regresado de su trabajo de sus brazos no solía salir su hijo, a donde sea que el rubio fuese siempre iría acompañado por su primogénito. Habían desarrollado un muy fuerte lazo donde Robbie a penas podía soportar un día sin estar entre los brazos de su padre cosa que realmente Moa pensaba que sería un problema cuando su prometido tuviese que irse a trabajar lejos.
— Ya te he dicho que no lo cargues así. —Regañó la morena al notar como es que Tom acunaba y arrullaba a su hijo sobre su pecho bocaabajo.
— Tranquila, parece cómodo.
— Porque ya lo acostumbraste. —Chistó frunciendo el ceño obteniendo como es que el rubio simplemente suspiraba con un toque ligeramente fastidiado.— No me revires los ojos así.
— ¡Tom, haz caso! —Se escuchó una tercera voz femenina que se acercaba. Sharon había visitado a la pareja.— Además para un bebé no es recomendable que duerma bocaabajo, siempre es bocaarriba. —Y sintió como los ojos de Moa se posaban de su madre a él nuevamente en un aire triunfante.
— Esta bien —Arrastró con desgano las palabras mientras con cuidado volteaba el cuerpo frágil de su hijo para acostarlo correctamente, ya no en su pecho sino en el portabebé.
Robbie se removió en su lugar incómodo, un poco adormilado frunció su ceño como protesta al no estar en una posición agradable, sus pestañas coquetas tal como las de su padre se alzaron al abrir sus ojos dejando ver a una capa cristalizada de lágrimas que pronto se convirtió en llanto.
— Ya, ya, eres un chantajista, tu mamá ya me regañó e igual tu abuela. —Evidenció Tom sacando del portabebé a su hijo para arrullarlo entre sus brazos con la finalidad de saciar su llanto.
Sharon observó aquella escena soltando una risa enternecida ante la oleada de recuerdos que vino a su mente. La risilla de su madre hizo a Tom observarla regalandole una sonrisa ladina.
— Te toca pagar todas las que me hiciste. —Burló Sharon.— Tú eras igual de chantajista. —La mirada azul de la madre de aquel actor se pasó a su nieto observandole embelesada.— Es como una copia tuya.
— Ni que lo diga. —Barbarizó Moa posando una mano en su pecho fingiendo sentirse ofendida. La morena se acercó a su prometido para tomar entre sus brazos a su hijo quien por instinto buscó el pecho de su madre, hambriento.— Nueve meses en mi vientre para que se pareciera a su padre.
Una carcajada se escuchó por parte de la madre de su amado.— Oh hija, yo estaba igual de ofendida que tú, 4 embarazos y ninguno se pareció a mí.
A las personas cercanas no era demasiada sorpresa notar que aquellos padres primerizos mantenían en su rostro expresiones de cansancio, bajo sus ojos bolsas ligeramente oscuras debido al mal sueño sobretodo la morena quien era la que tenía que levantarse rápidamente para arrullar entre sus brazos a su hijo tratando de evitar que su prometido se hiciera cargo, principalmente porque sabía lo cansando que a veces podía estar por algún día de ensayo.
Poco a poco el rumor de ver a Tom con un anillo de compromiso era cada vez más presente, en sus live's de Instagram o Tiktok el rubio al ser una persona muy gestual solía dejar al alcance de la vista aquel anillo.
Para fortuna de ambos habían logrado esquivar a los paparazzis aunque no había sido la cosa más difícil, al ser ella alguien era muy poco o casi nulamente conocido, a excepción por los fans de Daniel y Robert en poca cantidad, Moa no había tenido problema en salir a la calle con su hijo en brazos. Tom a pesar de querer gritar que era padre y presumir sus logros meditaba el tener que hacerlo, en algún momento, en algún punto tendría que hacerlo pero hasta entonces simplemente se dedicaba a apreciar esos pequeños momentos de calidad.
6 meses.
Robbie había sido la prueba máxima de Willow para poner a prueba su paciencia, aquella cachorra se había acostumbrado a su llanto así como también se había hecho costumbre el que ella fuese la primera en socorrer al bebé cuando lo escuchaba balbucear muy torpemente.
Willow sin problema solía servir como un almohadón para el pequeño Felton pues con regularidad cuando la pequeña–gran can de pelos oscuros estaba cerca entre gateos muy nulos e impulsos, Robbie encontraba la manera de recostarse sobre el cuerpo de la perrita.
— No, no, no, eso no, luego tu mamá me regaña porque no te cuido bien. —Soltó Daniel alejando al pequeño rubio de la can a quien yacía este aferrado teniendo como único propósito en su corta vida llevar la pata de la cachorra a su boca.
Un grito ahogando salió de sus delgados labios ocasionando que Potter frunciera el ceño.— ¿Por qué me gritas? Nos estamos hablando bien. —Dijo aquel fingiendo mantenerse ofendido, Robbie por su lado al ver el rostro de su tío fruncirse no pudo evitar soltar una risa divertida llevando sus pequeñas manos a la barba de perfilaba sus facciones.
— Robbieee. —Canturreó Emma a espaldas del bebé haciebdo que este se olvidara de querer tomar en mano los vellos del ojiazul para buscar el origen del sonido.
Sus grandes ojos observaron a Daniel mientras este repetía “¿Quién habló?” sin entender el infante que decía el mayor solo dedicó a querer buscar con la mirada llena de curiosidad a la persona que le había hablado.
— Es tía Emma. —Radcliffe señaló fugazmente a la castaña de ojos color miel en cuango obtuvo la atención de su ahijado.
— ¡Hola Robbie! —Chistó Emma apareciendo en el campo visual de aquel rubio que ensanchó una sonrisa amplia y pronto extendió sus brazos en dirección a ella para ser cargado.
Emma tomó de los brazos de Radcliffe al pequeño que le miró ofendido al ver como es que con tanta facilidad el bebé se lanzaba casi a la mujer mientras que una carcajada sonaba a sus espaldas. Moa ingresaba a la sala justo a tiempo para presenciar aquella escena.
— Total, ni que quisiera cargarte. —Susurró indignado el ojiazul antes de caminar a uno de los sofá para tirarse sobre este escuchandose la madera crujir por el impacto.
Moa al igual que su hermano tomó asiento a un costado de él para acostarse a lo largo del gran sofá posando sus pies en el regazo de aquel. La morena deslizó la pantalla de su celular para captar en fotografía la tierna escena de Emma haciendo reír a su hijo.
Amaba escucharlo reír así como dar balbuceos torpes cuando metía algún objeto a su boca. Tras pasados algunos minutos sobre el piso de la sala, encima de un tapete con arcos de peluches colgantes yacía el primogénito de la pareja haciendo esfuerzos para querer tomar aquella mariposa que volaba sobre su cabeza en un solo sentido.
Todos estaban fascinados por aquel bebé, mismo que era colmado de cosas, por si no fuera mucho que su padre trajera juguetes.
Robby le había regalado juguetes de estimulación, claro que estos para un momento más avanzado de su vida, Emma traía libros y cuentos que al cambiar la hoja desplegaban escenografías, Daniel junto a los gemelos cantidades de peluches que no entraban ya en la cuna y Erin junto a sus tíos, los hermanos de Tom y sus abuelos, ropa.
— Yo no entiendo como es que puede caber tanta traición en este hogar... —Habló Daniel observando como el bebé se mantenía con la mirada atenta a Emma y su libro de cuentos.
— Ni yo. —Le siguió Tom dandole un sorbo a su bebida.— ¡Pff! ¡Gryffindor! Hazme el favor. —Ironizó señalando el traje pañalero de su hijo, un traje, cortesía de Bonnie, de color escarlata con el escudo de la casa del León.
— Era obvio que debía serlo, este pequeño debe estar en la mejor casa. —Obvió Emma consiguiendo que el rubio rodase los ojos con fastidio, claramente como burla.
8 meses.
— Papá. —Habló Tom moviendo su boca de forma exagerada captando la atención de su hijo.— Pa–pá.
Había comenzado aquel momento en el que entre Tom y Moa nacía una rivalidad por ver a quién mencionaba primero su hijo, la morena sabía muy en el fondo que quién ganaría sería el rubio pues con él pasaba más tiempo despierto que con ella quien solo se "limitaba" a cambiar de ropa, bañar, darle de comer y dormir al pequeño rubio.
— Ma–má—Fue esta vez Daniel el que habló al pequeño que le observó curioso pasando la mirada de su padre a sus tíos, Pattinson y Radcliffe.— ¿Dónde está mamá?—Preguntó al rubio.
Para este punto de vida del infante, sus gestos habían comenzado a definirse no tan concretamente sin embargo lograba verse que aquel pequeño de cabello rubio era sin duda, sin exagerar, la copia de Tom cuando este era apenas un bebé y habían varias fotos que lo confirmaban.
Robbie buscó con la mirada en su corto panorama visual la figura de su madre haciendole consciente de que estaba tan entretenido en su mundo jugando con su padre sobre el suelo rodeado de juguetes que no se había siquiera dado cuenta de que su madre había desaparecido. Esto causó en aquel bebé una sensación de angustia y miedo.
¿Dónde estaba mamá?
¿A dónde había ido?
¿Solo estaba él junto a su padre y sus tíos?
Su ceño se frunció mientra sus labios pequeños se tambaleaban como anuncio de su llanto.— No, no, no. —Dijo Robert poniendose de pie para alzar entre sus brazos a su sobrino.— Mamá, ahorita viene, llámala. —Incitó.
Daniel igual se puso de pie mientras Tom recogía los juguetes. Magdala yacía en el jardín junto a Suki y Erin por lo que siquiera se había percatado de aquellos flaqueos que daban los adultos para que el menor no llorase.
— Mamaaá~—Canturreó Robert alzando solo un poco la voz atrayendo la calma de Luan al este percatarse de que era a su madre a quién le hablaba.
— Repite Robbie, Ma–Má—Dijo Daniel en esta ocasión posando frente al rubio, Tom únicamente los apreciaba con una sonrisa ladina encargandose de cargar aquel momento de ternura y diversión para aquellos dos tíos.
— Anda, llama a mamá.—Volvió a incitar el más alto.
— Mamá puta. —Dijo Radcliffe, solo que diferente al idioma inglés que manejaban, era Español. El menor no se extrañaba de escucharlo, no entendía absolutamente mucho lo que los mayores parloteaban pero lograba identificar que esas palabras eran similares a las que su mamá ocupaba a veces.
Un regaño por parte de Robert salió al más bajo en estatura.
— ¿Mamá puta?—Preguntó Tom extrañado de escucharle. Daniel reprimió una risa asintiendo divertido.— ¿Qué es eso?
— Mami preciosa. —Respondió el sangre mestiza tratando de contener una risa ante la mentira del significado de la palabra. Robby le miró severo mientras rodaba los ojos barbarizando aquello.
Comúnmente esos eran sus días, a veces la pareja de padres yacían solos y otras veces juntos, todos en la sala pasando el rato con el nuevo integrante de aquella familia.
Los planes para casarse seguían en pie, se consideraban ya oficialmente un matrimonio a pesar de no serlo ante la ley o la iglesia, Tom y Moa solían discutir en ocasiones en que momento podrían casarse. Pensaban que era excelente idea hacerlo mientras Robbie seguía siendo un bebé pero otras veces en cuanto este mismo fuese más grande.
— Ahí esta la mejor mamá puta. —Susurró Tom con inocencia al ver entrar a Moa a la sala consiguiendo que aquella morena le viera incredula y sorprendida.
Una carcajada salió de los labios de Potter mientras que Diggory negaba con la cabeza. Suki y Erin estaba igual de confundidas que aquel rubio que no entendía el por qué de las risas.
— ¡¿La qué?! —Exclamó Moa frunciendo el ceño.—¿Qué dijiste?
— Mamá puta. —Repitió el rubio incrédulo.
— Tom, cállate, no sigas. —Pidió Pattinson negando con la cabeza dejando salir una muy pequeña risa de sus labios.— Simplemente no.
Magdala dirigió su mirada a su hermano quien se encontraba entre la vida y la muerte, su rostro estaba enrojecido, sofocado, aquel había llegado a un punto donde su risa era nula.
— ¿Quién te enseñó eso? —Preguntó. Tom tal cual niño pequeño señaló a Daniel.— ¡Daniel!
— AY, DIOS MÍO. —Exclamó aquel entre carcajadas antes de que tuviera que cubrirse de los almohadazos que recibía por su hermana.
— Idiota ¿Como se te ocurre decir eso frente a mi hijo, idiota? —Preguntó la chica.—/Y tú —Miró a Tom.— ¿Por qué repites lo que dice este tarado?
— Él dijo que significaba “Mami preciosa” ¿No significa eso?
— ¡No!
— ¿Entonces qué?
— Mamá puta —Respondió Robert, Felton llevó las manos a su boca para cubrirla sorprendido de escuchar aquello. El arrepentimiento se mostró en sus ojos.
— L–Lo siento cielo, no creí que significara eso, sabes que no sé español. —Trató de defenderse.
— ¿Hablas español? —Preguntó esta vez Erin a su novio quien apenas había logrado respirar correctamente, asintiendo en cuanto logró verse tranquilo.— No lo sabía.
— S–Sí... Moa y mamá me enseñaron, nos enseñaron más bien —Corrigió señalandose a sí mismo y a Robert.—! En México me invitaron en su momento a un programa y necesitaba hablar español así que ellas me enseñaron.
— Y por si no fuera poco, Alfonso Cuarón le enseñó malas palabras durante el rodaje de El prisionero de Azkaban. —Dijo Moa tomando entre sus brazos a su hijo quien pronto se acostó sobre su pecho apreciando con sus grandes ojos azules a toda su familia.
— ¿Hablas español? —Preguntó Suki a Tom quien seguía avergonzado.
— No, mUy Pikito. —Dijo aquello en español haciendo una seña para con su dedo índice y pulgar haciendo referencia "Muy poco".
— ¿Que sabes decir? —Preguntó Robert.
— Aaamm...—Se quedó callado.— DoS grAndEs CerVEzas, poh' favor... Hola... ¿CómO esTas?... Una Burrito.
Una sonrisa avergonzada salió de los labios de aquel rubio, Daniel ensanchó una sonrisa amplia por el contrario.— ¡Oh, tengo un gran repertorio de palabras por enseñarte!
— No, no le enseñaras nada a Tom ni a mi hijo.
— Amargada.
NARRADOR OMNISCIENTE.
¿Cuando había sido la última vez en la que te habías sentado a conocerte a ti mismo?
¿En que momento te diste cuenta de que todo había cambiado?
Si en algún momento de su vida a Moa le hubiesen dicho que terminaría casando con quien era el amor de su vida y teniendo un hijo probablemente hubiera reído diciendo que ojalá fuera cierto y que eso solo pasaría en su imaginación pero no.
Se había hecho realidad.
Y ahora sabía mejor que nadie que su vida a pesar de no ser fácil, fue buena, era buena.
Sus ojos marrones seguían aquel pequeño que caminaba a pasos torpes por el jardín siguiendo a la cachorra que saltaba emocionada de un lado a otro.
Willow era la mejor amiga de Robbie, y eso se notaba, aquel niño de 2 años no podía estar separado por tanto tiempo de la can, juntos veían aquellos programas de entrenamiento infantil, juntos dormían sobre la cama o incluso en la cuna, cosa que seguía siendo un misterio para los padres ¿Como es que Willow lograba entrar en la cuna? Ninguno lo sabía que cuando se despertaban a los pies de la cuna no era extraño ver un bulto negro cuidando el sueño del bebé.
Tom capturaba el momento en una storie de Instagram como es que su pequeño hijo de cabello rubio ondulado, rizos que al final se habían hecho notar por parte de su madre, y de grandes y curiosos ojos azules estaba agachado observando una de las flores del jardín que Moa había tomado el tiempo de plantar y cuidar.
El fandom de aquel actor rubio estalló cuando aceptó ante sus fans tener un hijo y estar comprometido, sin duda, miles de deseos agradables habían inundado las bandejas de mensajes de ambos padres logrando que entre todo ese amor se perdieran los mensajes de odio que atacaban a Moa y Robbie.
Todavía recordaba el momento en el que decidió revelarlo, fue cuando su hijo, del cual estaba tan orgulloso, había cumplido su primer año de nacido.
“My little shrimp🦐, –Hoy se cumple un año desde que llegó a mis brazos la felicidad que no creía capaz de poder tener más. ¡Feliz primer cumpleaños! –Orgullosamente sangre pura. #PraySlytherin”
Entre los miles de comentarios se destacaron algunos otros, siendo Troian quien iniciara dentro de aquella comunidad con el hashtag FelStrong.
El pequeño varón de caireles apenas formados alzó su mirada a sus padres, Moa le observó tranquila y atenta de su actuar, reconocía esa mirada bandida de cuando pretendía hacer algo malo, aquel pequeño pasó su mirada a su padre quien simulaba no prestar atención y se encaminaba a su prometida.
Lo que en un principio era una mirada traviesa y cuidadosa de no querer ser visto realizando una travesura, se volvió fuerte y molesta al reconocer como es que Tom, su padre, no iba a otro lugar que no fuera cerca de su madre para abrazarla. El sentimiendo de molestia y recelo se apoderó de Robbie haciendo que este soltara un grito molesto.
— ÑO. —Gritó Robbie caminando y queriendo casi correr en dirección a su mamá para que su papá no estuviera con ella.
Tom amaba molestar a su hijo de esa forma.
— No corras, te vas a caer Robbie—Advirtió Moa pero aquel mencionado poco caso le hizo, estaba únicamente enfocado en acercarse para abrazar a su madre y que su padre no pudiera tocarla.— Robbie, haz caso.—Por lo regular siempre era Moa la madre "mandona" y Tom el padre "consentidor", la morena era quien mandaba en aquella casa por lo que siempre se hacia lo que ella quería.— Luan, te estoy hablando.
Y como si lo hubiera predicho aquel rubio cayó al suelo tras tropezarse, aprovechando esa caída como oportunidad para ser socorrido por su madre pero nada más lejos de la realidad, el llanto de Robbie se escuchó comenzar siendo Tom quien pretendía ponerse de pie para ir a tomarlo en brazos de no ser por la morena.
— No le hagas caso, y no lo mires para que no le duela. —Ordenó, Tom le miró suplicante pero en esta ocasión la mirada seria de Moa no se inmutó. Felton solo atinó a reacomodarse a un lado de ella prestando atención mejor al cielo.
El infante al ver que no era socorrido por su madre calmó aquel llanto, sus mejillas marcaban el rastro de sus lágrimas, sus ojos azules estaban cristalizados, sus mejillas recordetas sonrojadas eran un ejemplo de su lloriqueo. Se sentó en el suelo llevando sus manos a su rostro para querer limpiarlo tratando de calmarse.
—! Levántate y ven. —Pidió Moa en esta ocasión una vez vio a su hijo calmado, y esta vez, sin recelo se puso de pie acercandose a los brazos extendidos de su madre para este mismo extender sus brazos cortos en dirección a ella como invitación a ser cargado.— Eso es. —Susurró la morena por lo bajo tomando entre sus brazos a su hijo para comenzar a limpiarlo en silencio.— Sana, sana, colita de rana, si no sana hoy sanará mañana.
Robbie sonrió avergonzado, se recostó sobre el pecho de su madre observando a su padre quien pronto le dedicó una sonrisa, pero lejos de que aquel correspondiera a su padre volvió su cara ignorandolo como castigo por estar cerca de su madre.
— Mummy, mía.
Dentro de aquel baño yacían dos varones nerviosos, ansiosos, siendo carcomidos por la angustia y duda, y no eran los únicos, Moa sentía como es que su cuerpo vibraba y temblaba al querer tranquilizarse siendo nulos los intentos por mantener una apariencia tranquila.
Se habían alejado de sus parejas para ir a encerrarse en ningún otro mejor lugar que el baño de aquella casa. El par de ojos azules estaba puesto sobre la mujer que yacía sentada sobre el retrete, evidentemente sin hacer sus necesidades, frente a ella en el suelo yacía sentado Robert así como Daniel encima del lavamanos aguardando a los minutos pasaran.
— Me siento como un estúpido adolescente.—Confesó Daniel pasando su mirada de su hermana a su reflejo en el espejo.
— Nunca dejaste de serlo, sigues siendo estúpido. —Respondió Moa con una risilla pequeña al final.
Un suspiro pesado salió de los labios de Robert quien la miraba con un poco de aflicción.
— ¿Qué piensas hacer?
— No lo sé... —Su cabeza era un remolino en ese momento, la mujer pasó una mano por su, ahora, corto cabello.
— Moony... Es mejor que le digas cuanto antes, antes de que se entere por su cuenta. —Mencionó Robert observandola con severidad pasando su mirada a los papeles cuando escuchó el crujir de estos entre las manos de Daniel.
— Robby tiene razón.—Susurró sin despegar su mirada azul de la oja a la cual examinaba por quinta vez.
Moa suspiró por lo bajo sintiendo como los nervios se apoderaban de ella.— Tal vez... Cuanto antes mejor ¿No? —Trató de darse ánimos.— Tengo que hablar con Tom.
— ¿De que quieres hablar? —Preguntó el mencionado abriendo la puerta. Aquel rubio había revisado cada habitación en busca de su amada y aquellos varones pero no los encontraba.
No fue hasta que escuchó pequeñas y suaves voces venir del baño ¿Estaba ahí? Efectivamente.
Una serie de escalofríos corrieron por el cuerpo de la morena que se puso de pie, los dos varones observaron a su hermana para luego ver al rubio que curioso y extrañado mirada a su prometida.
¿Por qué tanto misterio?
— Tom...
— ¿Sí?
— Estoy embarazada. —Extendió la prueba de embarazo casera positiva a su amado así como Daniel se encargó de darle los análisis clínicos entre sus manos.— Otra vez.
FINAL.