ANTE TI, SOY

By apbooks9

57.6K 8.5K 3K

PAUSADA. SIN FINALIZAR Romance Histórico situado en principios del siglo XIX. Año 1820 Inglaterra Cadence Mil... More

Bienvenidos
Sinopsis
Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27

Capítulo 8

1.4K 276 60
By apbooks9

Walter permanecía frente a ella y su corazón latía apresurado ante el roce suave de su mano en la mejilla.

-No llores, Caddy... -se acercó más a ella y su voz parecía suplicar. -Tú sabes que nada más puedo hacer...

Quería decirle que lo entendía, que tenía sus razones, pero dentro de sí misma algo terrible parecía crecer y ahogarla. Se acercó aún más hasta que pudo sentir el cálido aliento de su voz sobre su rostro cuando lo levantó frente a él.

- ¿Qué quieres que haga? Dime. -le suplicó y hubiera deseado gritar. -Sabes que no puedo aunque lo deseo con todas mis fuerzas.

-Yo... es que no puedo entenderlo... -musitó entre lágrimas. -Aunque quisiera, no puedo.

- ¿Crees en mí? -pronunció casi rozando sus labios. Temblaba por completo y aunque su corazón deseaba gritar que sí, algo en su razón impedía que aquella escueta palabra fuera pronunciada. -Anda, dímelo...

Entreabrió su boca y un sacudón violento la espabiló, al tiempo que el rostro perfecto de Walter desaparecía y en medio de las penumbras de su habitación apenas iluminada por el pabilo de una vela a punto de extinguirse, el rostro de Jane volvió a acercarse a ella.

- ¡Al fin despiertas! ¿Qué tomaste? Hace rato que estoy hablándote y no abres los ojos. -Le reprochó con los brazos en jarra sobre su cintura.

Caddy se sentó sobre su cama y refregó sus ojos intentando enfocar la mirada en aquel rostro poco amigable, mientras tomaba aquellos segundos en pensar qué responder. Se había quedado dormida profundamente y el tiempo cruel había pasado sin darle el instante para pensar alguna excusa que finalmente convenciera a la harpía de Jane.

-Yo... No... ¿Qué hora es? -sus pensamientos mezclados, el deseo de sus labios por aquel beso soñado y el rostro de su prima fijo en el suyo, evitaban que una idea coherente e inteligente viniera a ella. Sólo resonaron en su cabeza las palabras del señor Denson: "Tiene que pensar más rápido". Tenía toda la razón. Llevó su mano a la sien y presionó allí.

- ¡Habla ya, Cadence! -Reprochó molesta.

-Es que no se qué quieres que diga... Déjame dormir...

- ¿Que no lo sabes? Me dejas sola en la fiesta; vuelves a casa en sabrá Dios qué o con quién y te haces la que no sabes. Claro que vas a darme una explicación, de lo contrario se la darás a mi madre o peor aún, a John. -Dijo con tranquilidad pero tono claramente amenazante.

-No diré nada. -Las tres palabras se escurrieron sin pensar y se percató del asunto en el mismo instante en que los ojos de Jane brillaron, enderezó su espalda y caminó hacia la puerta.

-Muy bien... -dijo con tranquilidad y cerró la puerta tras de sí.

La llama de la pequeña vela se zarandeó ante el golpe estridente y todo quedó en silencio. La mansión dormía y percibió los pasos de su prima alejándose por el corredor. Dejó caer su espalda abruptamente hacia atrás y sus puños se cerraron presionando la sábana con todas sus fuerzas mientras un grito violento escapaba de su garganta casi como un gruñido. Había arruinado todo y el señor extraño tenía razón. Era lenta para pensar salidas apresuradas a los problemas.

Bajó las escaleras lentamente, deteniéndose en el último escalón de la mansión. Sus ojos se posaron en el viejo reloj de la sala y a lo lejos oía el tintinear de la porcelana. No habían terminado de desayunar y claro que estaría John, su tía Anne y la fastidiosa de Jane que aprovecharía la oportunidad para cobrar su arrebato nocturno. Revisó la bolsa de terciopelo y allí junto a su carta estaba la única salida que se le había ocurrido a tremendo embrollo.

Carraspeó para aclarar su voz y continuó su caminata repitiéndose que debía mantener la calma y no dejar que sus ojos tan sinceros delataran a su boca mentirosa. Atravesó la arcada principal y John sonrió al verla llegar.

-Caddy... -replicó su gesto y él rápidamente se puso de pie para correr su silla del sitio.

-Buenos días... -dijo sonriendo mientras tomaba su puesto y todos respondían al unísono.

El sol resplandecía en la sala burlándose de la noche tormentosa, iluminando el amplio ambiente y llenando de calidez. Tras el cristal del amplio ventanal, sólo quedaba el vestigio de alguna gota escurridiza entre la hierba del jardín, alguna nube desparramada en el cielo casi diáfano y una humedad que se percibía sofocante.

Su tía había dado el lugar en la cabecera de la mesa a John y ocupaba el puesto a su derecha; Jane a su izquierda y frente a ella, la silla de Cadence.

Tomó un panecillo y Rose, una de las empleadas de la casa, vertió el humeante té en su taza.

- ¿Cómo les ha ido anoche? -Preguntó John entusiasmado, mientras Caddy tragaba el bocado de pan y percibía la mirada gozosa de Jane clavada en su rostro.

- ¡Excelente! -Se apuró su prima a responder. -Es que no imaginas lo preciosa que es la mansión Hemingway, el excelente gusto para decorar que tiene Brooke y claro que el baile fue exquisito. La orquesta, el jardín... todo perfecto. ¿Verdad Caddy? -dijo con una sonrisa en los labios y ella solo se limitó a asentir mientras bebía un sorbo de té, preparada para su ataque de un instante a otro. -Aunque te perdiste la mejor parte... ¿Dónde te metiste? Es que luego que descendimos del carruaje no volví a cruzarte... ¿Cómo llegaste a casa? No pudimos dar contigo y eso que le pregunte al estorbo de Amy y a Brooke, por supuesto. -Podía percibirse el siseo de serpiente venenosa en cada una de sus palabras, pero al unísono, John dejó reposar su taza sobre el plato y apretó el ceño.

- ¿No regresaron juntas? -Jane movió su cabeza de lado a lado con rostro de inocente santurrona y Caddy terminó de tragar el té que parecía convertirse en un amargo brebaje. - ¿Puedes explicar por favor, Cadence, qué sucedió? -Cuestionó claramente molesto y esperando una respuesta valedera. Su tía Anne la observaba expectante y ya había apoyado el dorso de la mano sobre su frente, pues parecía que el terrible dolor de cabeza volvía a imponerse.

-Sí, Caddy... por favor, explícanos... -continuó siseando la loba vestida de manso cordero, que a las claras disfrutaba el incómodo momento.

Cadence carraspeó al tiempo que rogaba a Dios que su respuesta fuera creíble y convincente.

-Anoche me sentí un poco indispuesta. El señor Harris estaba presente en el salón y no me sentía cómoda ante aquella situación, por lo que salí a tomar aire fresco mientras bebía una limonada. La noche estaba bonita a pesar de la tormenta que en ese momento había menguado y caminé hacia la fuente, pues deseaba un poco de paz.

- ¿Sola? -cuestionó Anne Miller y ella solo asintió mientras John posaba la servilleta sobre la mesa, claramente molesto y la comisura de Jane se estiraba irremediablemente.

-Lo siento, pero ya había tomado nota de los consejos sobre hilos y bordados casi una hora y media. Amy bailaba y Brooke estaba con su esposo. No imaginas las miradas indiscretas de todas las damas, fue horrible.

-Pero cuéntanos Caddy... no nos tengas en ascuas... -insistió Jane.

-Cuando terminé de recorrer el sendero, resbale en el lodo y caí en el suelo. Mi vestido quedó arruinado y no había manera de volver al salón en esas condiciones...

- ¡Por amor a Dios! -Puso el grito en el cielo su tía que parecía morir del dolor de cabeza.

-Tranquila madre... Caddy te suplico que agilices las explicaciones que mi madre no se siente bien. Jane sonrió y rápidamente cubrió su boca con la mano, disimulando.

- ¿Qué podía hacer? Sólo corrí al establo y pedí que me prestaran un carruaje para volver a la casa. Rápidamente prepararon uno para mí y volví a casa. Nada más se me ocurrió... John lo siento...

-Oh Dios... Oh Dios... -Anne apoyó su cabeza sobre el brazo cuyo codo apoyó en la mesa totalmente contrariada.

-Tranquila madre... por favor...-John se había puesto de pie junto a ella y con la servilleta le abanicaba. Jane hizo sonar la campanilla y apenas el mayordomo apareció en la sala, al ver semejante descompostura se volvió rápidamente en busca de agua y esencias.

- ¡Qué desastre! Madre relájate... -Acotó Jane en pose de gran preocupada.

Caddy hubiera blanqueado sus ojos ante semejante teatrillo, pero el nudo en su garganta se apretó y prefirió callar.

-De inmediato hay que disculparse con los Hemingway... ¿Estas segura que nadie te vio? -Inquirió John mientras continuaba sacudiendo la servilleta frente al rostro de su madre.

-Nadie. Podría jurarlo. Nadie vio mi desgracia y dejé encargado a un mozo que informara a Brooke del asunto.

-Caddy eres una señorita decente, bien educada y aún soltera. No puedes andar sola en las oscuridades del jardín, ya lo sabes... ¿cómo es que te comportas así? Podrías haberte cruzado con algún hombre y serías comprometida de inmediato... ¿tienes idea lo que sería para tu reputación algo así?

- ¡Lo mejor que podría pasarle!

- ¡Calla Jane! -El tono de voz de John resonó en las paredes de la sala. Caddy apretó sus ojos mientras Anne arrebataba la servilleta de John y continuaba abanicándose. Jane dejó su puesto en la mesa, enfadada y con aquella actuación de dama ofendida y llorica que le salía a la perfección.

-Creo que Jane tiene razón. Quizás hasta hubiera sido bueno... -dijo Anne entre sacudones de la servilleta.

- ¿Bueno? Madre, por favor... claro que no sería bueno. Caddy mereces un buen hombre, no uno cualquiera que me vea forzado a comprometer contigo en semejantes circunstancias y ante la mirada dura de todos.

-Lo siento...

-Rechazaste a un hombre como Harris y te comportas de esta manera...

-Lo lamento...

- Ya lo sabes... ya sucedió antes... cuida tu puesto y evita esos inconvenientes innecesarios. -Asintió en silencio mientras contenía sus lágrimas pues su orgullo impedía que bajara la mirada a pesar de que se estaba discutiendo semejante asunto en el desayuno, frente a ella y sin el mínimo reparo.

-Lo siento. -Musitó nuevamente.

-Claro que le escribiré al señor y señora Hemingway. No es apropiado que tomes su carruaje y mucho menos sin su consentimiento directo. -Asintió. -Luego hablaremos a solas sobre este asunto.

Caddy inspiró hondo observando el té ya frío y finalmente abandonó la sala mientras su tía Anne insistía a John en que aquella era una fatalidad y que debían solucionar el asunto de la soltería cuanto antes.

Caminó a paso presuroso hacia la escalera y desvió su trayecto por el estrecho y largo corredor que desembocaba en la cocina.

- ¡Rose! -Sorprendió a la muchacha por la espalda.

-Señorita Cadence...

- ¡Shh! Solo necesito que le entregues este mensaje a Thomas. -Rebuscó por la nota en su bolsa. -Dile que lo lleve a casa de los Hemingway de inmediato y por favor no digas nada... -Suplicó mientras apretaba la nota en su mano y sus ojos imploraban.

-Por favor, señorita... no me comprometa... la señora va a molestarse...

-No te preocupes... no es nada grave. Has lo que te pido. -asintió ante su insistencia. -Ve ahora... apúrate y dile a Thomas que traiga razón de Brooke.

Vio a Rose tomar su falda y salir por la puerta trasera rumbo al establo.

El sol de la tarde caía entre los árboles y se iba perdiendo detrás de las rejas. Caddy releyó la página diez de Hamlet por enésima vez. Apenas retenía en su memoria las que ya había recorrido, pues sus pensamientos dispersos se enredaban en la prosa y se salteaban versos.

Se dio por vencida ante el décimo segundo intento y cerró el libro de un golpe apoyándolo sobre su falda. Había visto a Thomas regresar de la calle y volver a salir con el mensaje de John sin poder preguntar respuesta a su nota. El pobre muchacho había obedecido a Rose a rajatabla y no había mencionado el primer encargo.

Sus manos se habían puesto frías desde el mismo instante y sus nervios estaban alterados por completo. Las distintas alternativas y sus consecuencias desfilaban en su mente mientras aguardaba el regreso del mozo para tener finalmente razón de su amiga y dejar aquella noche nefasta en el pasado.

Los pasos presurosos de Rose golpeteaban en el sendero del jardín, alertándole, mientras su llamado casi susurrante hicieron que se pusiera de pie de inmediato.

- ¡Señorita! -Repitió agitada mientras apretaba su estómago para que entrara más aire en su pecho. -Señorita...

-Tranquila... respira por favor y habla. -insistió casi desesperada al ver los ojos desorbitados de ella.

-La señorita Brooke ha llegado... está con el señor y su tía en la sala... -terminó abruptamente para tomar aire nuevamente.

- ¡Dios mío! -repitió mientras dejaba a Rose y caminaba presta hacia la sala. Si las cosas habían salido mal, debía detener a Brooke antes que se complicaran aún más.

Cuando atravesó la puerta trasera se detuvo en la biblioteca, tranquilizó su reparación e intentó verse calmada, aunque ya oía la voz inconfundible de su amiga entremezclada con la de su familia.

Corrió el pesado cortinado para dar paso a la bella sala. En sus cómodos sillones reposaba Anne Miller junto a John; frente a ellos el rostro perfecto de Brooke enmarcado por sus bucles oscuros como la noche.

Como vamos?... muy enredados todavía?

Pasito a paso vamos avanzando...

Gracias a quienes me dejan sus mensajitos y por favor si les va gustando la historia no se olviden de votar ♥

Continue Reading

You'll Also Like

22.6K 1.6K 50
Ni los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....
43.3K 2.4K 32
Minho más conocido como Lee Know es un mafioso muy famoso por su droga, pero nunca pensó que el Policía Han Jisung lo estaría buscando con sus ayudan...
8.7K 916 46
En donde mahidevran es una shahzadeh (princesa) de el gran imperio de Persa.El matrimonio de la shahzadeh mahidevran con el principe suleiman fue la...
51.9K 11.6K 34
Lilian Lovelace, siempre ha sido el ejemplo de la dama perfecta. No sabe de escandalos, rebeldía, ni mucho menos travesuras. Ha crecido siendo testig...